Introducción a los fósiles, como elementos inspiradores, en las canciones populares.
Indudablemente, canción y poesía son dos géneros distintos, pero tienen en común que ambas formas de expresión han sido concebidas para ser recitadas con un ritmo, una entonación y una intencionalidad muy distintas al discurso hablado. También tienen en común sus extraodinarios efectos, capaces de incidir sobre las emociones y sentimientos profundos de sus receptores humanos.
En diciembre, el mes que cierra el año, tiempo en el que solemos hacer balance sobre el estado de muchos proyectos personales y colectivos, es cuando tenemos una percepción más viva del paso
Componentes del grupo musical La Ronda de Boltaña, durante una actuación callejera
Imagen: http://memoriadepez-anonimo.blogspot.com/2011/07/la-ronda-de-boltana.html
Escasean, hasta la rareza casi absoluta, las canciones que tratan sobre fósiles, "pero habérlas háilas" y hoy queremos iniciar el tema, presentándoos una de estas rarezas musico-paleontológicas, se trata de una canción que en mi opinión, y no soy un entendido en materia musical, me parece de una gran belleza formal y conceptual. Se trata de una habanera titulada "La Caracola", concebida, compuesta y ejecutada, aparentemente, muy lejos del mar, al menos del mar actual, por un grupo de músicos altoaragoneses, denominado La Ronda de Boltaña que viven y trabajan, la mayor parte del año en su querido Pirineo oscense, país levantado sobre los restos de un antiguo mar eoceno.
En el Alto Aragón, que es como también llaman los aragoneses a la província de Huesca, un amplio territorio en el que aquí y allá, aparecen diversos testimonios fosilizados, de aquel antiguo medio marino, en el que hace entre 50 y 30 millones de años, pululaban, vivitos y coleando, todo tipo de organismos marinos, propios de esa época geológica y de un ambiente ecológico determinado, existían unos organismos que nadaba, otros que flotaban y otros que se arrastraban o se asentaban en sus fondos, constituyendo en conjunto, una gran multitud y diversidad de seres marinos, de toda especie, que componían complejas comunidades ecológicas submarinas.
Desgraciadamente, para paleontólogos y para los coleccionistas, la litificación del sedimento sólo ha podido preservar de la desaparición, a una parte ínfima de aquellos seres marinos, sólo se han conservado los que tenían partes mineralizadas tales como caparazones, conchas y esqueletos internos.
En el Alto Aragón, los fósiles más populares, por ser los más abundantes y por estar sus yacimientos localizados cerca de núcleos habitados, son los numulites y las caracolas.
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Imagen: Conchas fósiles bien conservadas de Clavilithes parisiensis, un gasterópodo del Eoceno marino (Luteciense) que, a pesar de su nombre específico parisiensis, también puede encontrarse en el Alto Aragón.
Fotografía original de Michael Popp, alias "Kentuckiana Mike"
http://louisvillefossils.blogspot.com/2010/03/french-eocene-snail-fossils.html
La caracola Letra : Manuel Domínguez. Música : Miguel Sorribes | ||||
* Falsa: desván --- Comentarios finales. Aunque, en un principio, pude llegar a creer que la historieta que narra la canción, sobre el desencanto del abuelo pastor, propiciado por la inconsciencia divulgativa del nieto adolescente, podría estar inspirada en hechos realmente ocurridos, en algún momento y lugar, concretos, del Alto Aragón, quise contrastar mi hipótesis y, de paso, satisfacer mi curiosidad. Me puse en contacto con Manuel Domínguez, el autor de la letra de la canción, para preguntarle sobre lo acertado o errado de mis suposiciones y me informó que "todo lo referente a los hechos y personajes que protagonizan la historieta que recoge la canción, aunque pudieran ser posibles, en realidadd, eran totalmente inventados, pura creación de su imaginación. ¡Vaya chasco me llevé! ... pero ¡Qué le vamos a hacer! Y como dicen los italianos "E se non è vero, è ben trovato!" Otra "curiosidad", de esta bonita canción, es que procede del "recrecimiento y evolución" creativa realizada por su autor, a partir de una estrofa que fue suprimida en una canción anterior, titulada El dolmen de Tella . Esta estrofa que no aparece, en la versión definitiva de la canción, a la que, inicialmente, ayudó a concebir y, finalmente, ayudó a nacer, queremos mostrarla y darla a conocer aquí, porque también está protagonizada por una caracola fósil: Debajo del dolmen de Tella el mar, en una caracola resuena. Viajera de antiguas mareas, se fueron las olas, dejándola en tierra. Campanilla fósil, caracol de piedra, milenaria nana espiral y eterna. Los mares perdidos cantaban en ella, y una tarde el viento la puso en ofrenda debajo del dolmen, del dolmen de Tella. |
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