Fósiles ibéricos vinculados, por el folklore español, con Santiago apóstol o/y con su legendario caballo (2)
FÓSILES JACOBEOS EN EL PAÍS VASCO (2).
Los “bordones de peregrino” de Santiago mendi, en Astigarraga (Guipúzcoa).
En la cumbre de la montaña de Santiago-mendi, en los alrededores de la ermita dedicada a Santiago Apóstol se encuentran unos robustos fósiles de belemnites de los generos Mesoteuthis bisulcata y Acrocoelites tripartitus, ambos del Jurásico Inferior (Toarciense – Aaleniense), a los que, antiguamente, en la comarca se les daba el nombre de “ Santiagoren erromeroen pordoi arri”, es decir “piedra bordón de los romeros de Santiago” o “Santiyago’ren bordoi-makil-puskaren arri”, es decir “piedra fragmento del bordón de Santiago”.
Tradicionalmente estos fósiles se interpretaron como objetos prodigiosos, generados por voluntad divina por las peñas de aquel monte, con la finalidad de dejar constancia del paso del santo por aquel lugar, cuando de camino a Galicia, estuvo predicando el evangelio en este lugar de Guipúzcoa. Además, estos símbolos pétreos del bordón jacobeo, también deberían servirle, en el futuro, de recordatorios a los guipuzcoanos de que el honor de ser cristianos se lo debían a Santiago, favor que podrían agradecer realizando una visita a su tumba, en Compostela.
Aspecto de la parte anterior, aguda, del rostro fosilizado de los robustos belemnites de Santiago-mendi de Astigarraga. Observese el parecido de ambos tipos de fósiles con la puntera de hierro, cónica, que caracterizaba el extremo inferior del bordón que usaban los caminantes que recorrían el Camino de Santiago.
Aspecto de la parte anterior, aguda, del rostro fosilizado de los robustos belemnites de Santiago-mendi de Astigarraga. Observese el parecido de ambos tipos de fósiles con la puntera de hierro, cónica, que caracterizaba el extremo inferior del bordón que usaban los caminantes que recorrían el Camino de Santiago.
Las veneras de Santiago-mendi, en Astigarraga (Guipúzcoa)
También en los alrededores de la misma ermita de Santiago, en la cumbre de Santiago-mendi, se hallaban unas piedras con forma de “veneras” o “conchas de Santiago”, cuya presencia en ese monte se explicaba de la misma manera y con la misma leyenda que en el caso de los belemnites citados anteriormente. Se partía del supuesto de que si ambos tipos de piedras (fósiles) aparecían juntas, y además ambas eran símbolos jacobeos, debían generado al mismo tiempo y de la misma manera, es decir por efecto de la milagrosa estancia del apóstol Santiago en la cumbre de la montaña predicando el evangelio a los guipuzcoanos de Astigarraga, cuando iba de camino a Galicia .
El nombre que se les daba en la comarca, ntiguamente, a este tipo de fósiles era “ Santiagoren erromeroen maskor arri”, es decir “piedra concha de los romeros de Santiago” o "Santiagoren maskor arri" es decir “piedra concha de Santiago” y también “Santiyago’ren txirlaren arri”, es decir “piedra concha de Santiago”.
Las curiosas piedras en forma de concha de Santigo, eran realmente fósiles de bivalvos del genero Pseudopecten aequivalvis, del del Jurásico Inferior (Sinemuriense – Pliensbachiense), las mismas conchas fósiles que habían dado origen a las concavidades en las rocas de la parte alta de la montaña de Santiago-mendi, marcas interpretadas popularmente como las pisadas del caballo de santiago.
También en los alrededores de la misma ermita de Santiago, en la cumbre de Santiago-mendi, se hallaban unas piedras con forma de “veneras” o “conchas de Santiago”, cuya presencia en ese monte se explicaba de la misma manera y con la misma leyenda que en el caso de los belemnites citados anteriormente. Se partía del supuesto de que si ambos tipos de piedras (fósiles) aparecían juntas, y además ambas eran símbolos jacobeos, debían generado al mismo tiempo y de la misma manera, es decir por efecto de la milagrosa estancia del apóstol Santiago en la cumbre de la montaña predicando el evangelio a los guipuzcoanos de Astigarraga, cuando iba de camino a Galicia .
El nombre que se les daba en la comarca, ntiguamente, a este tipo de fósiles era “ Santiagoren erromeroen maskor arri”, es decir “piedra concha de los romeros de Santiago” o "Santiagoren maskor arri" es decir “piedra concha de Santiago” y también “Santiyago’ren txirlaren arri”, es decir “piedra concha de Santiago”.
Las curiosas piedras en forma de concha de Santigo, eran realmente fósiles de bivalvos del genero Pseudopecten aequivalvis, del del Jurásico Inferior (Sinemuriense – Pliensbachiense), las mismas conchas fósiles que habían dado origen a las concavidades en las rocas de la parte alta de la montaña de Santiago-mendi, marcas interpretadas popularmente como las pisadas del caballo de santiago.
Aspecto de un fósil de Pseudopecten aequivalvis, completo, con las dos valvas, forma juvenil de sólo 6 cm de longitud.
Imagen: pseudopecten
Otra leyenda contaba que al partir cualquier pedazo de roca de la montaña de Santiago-mendi de Astigarraga, por pequeño que éste fuese, siempre contenían en su interior alguno de los dos tipos de símbolos de Santiago: bordones o veneras de piedra.
Imagen: pseudopecten
Otra leyenda contaba que al partir cualquier pedazo de roca de la montaña de Santiago-mendi de Astigarraga, por pequeño que éste fuese, siempre contenían en su interior alguno de los dos tipos de símbolos de Santiago: bordones o veneras de piedra.
A la atención de l@s lectores/as: desconocemos si, antiguamente, alguno o ambos de estos dos tipos de fósiles, vinculados por la tradición popular con el apóstol Santiago, habían tenido algun tipo de uso popular, en la comarca guipuzcoana. Por este motivo agradeceríamos enormemente que si algún/a lector/a tuviera cualquier tipo de información al respecto, nos la hiciera llegar vía correo electrónico, para darla a conocer y publicarla en este espacio.
FÓSILES JACOBEOS EN LA RIOJA (1)
Las piedras con figuras de “bordones” y de “hierros de lanza” de los alrededores de Jubera.
A los grandes y gruesos rostros de belemnites que se encontraban por los alrededores de la villa de Jubera, en la comarca de Logroño, antiguamente, se les llamaba popularmente “bordones” y “bordoncillos”cuando eran pequeños y delgados.
A las conchas y moldes internos de unos bivalvos les llamaban: “hierros de lanza”.
En ambos casos tal denominación popular era debida a su relativa semejanza con los objetos referidos.
Aspecto de uno de los grandes rostros de belemnites, que se han conservado enteros, constituyendo el tipo de fósiles llamados popularmente "bordón" o "bordón de Santiago"
Las piedras con figuras de “bordones” y de “hierros de lanza” de los alrededores de Jubera.
A los grandes y gruesos rostros de belemnites que se encontraban por los alrededores de la villa de Jubera, en la comarca de Logroño, antiguamente, se les llamaba popularmente “bordones” y “bordoncillos”cuando eran pequeños y delgados.
A las conchas y moldes internos de unos bivalvos les llamaban: “hierros de lanza”.
En ambos casos tal denominación popular era debida a su relativa semejanza con los objetos referidos.
Aspecto de uno de los grandes rostros de belemnites, que se han conservado enteros, constituyendo el tipo de fósiles llamados popularmente "bordón" o "bordón de Santiago"
Imagen: Belemnites de Muro de Aguas
En el primer caso, por su semejanza con la parte inferior del típico bastón, báculo o bordón de los peregrinos: la puntera metálica, cónica, que servía al viajero para asegurar el paso en lugares de gran pendiente o para defenderse del ataque de perros y salteadores.
En el segundo caso, por su semejanza con la punta en forma de corazón de cierto tipo de lanzas con aletas que se usaban “en tiempo antiguos”, cuando eran vistas desde cierto punto de vista muy particular, lateralmente.
Molde interno de Ceratomyopsis sp., del Jurasico medio, en vista lateral, que es el único punto de vista que le puede proporcionar el característico aspecto cordiforme o de punta de lanza.
Imagen: Ceratomyopsis
Los grandes fósiles de belemnites que se asociaron con el báculo o bordón de Santiago peregrino, pertenecerían a los géneros Mesoteuthis bisulcata y Acrocoelites tripartitus, ambos eran del Jurásico Inferior, y en esta zona geográfica fueron, tradicionalmente interpretados como objetos de naturaleza prodigiosa.
Según una extendida creencia tradicional y popular, se decía que habían sido generados, instantáneamente y de forma milagrosa, por las peñas de aquel lugar tras la legendaria victoria contra los moros, de la Batalla de Clavijo. Según creencia o interpretación clerical su formación milagrosa se habría realizado con la finalidad de dejar pruebas materiales y bien visibles para las gentes de siglos futuros, de la primera aparición del Apóstol Santiago en un campo de batalla, para ayudar a los cristianos.
Según diversos apologistas, durante la Reconquista, el santo peregrino se apareció visible como caballero armado con una gran espada, montado sobre un caballo blanco y cortando cabezas de sarracenos, en varias ocasiones, coincidiendo con diversas batallas, por este motivo a Santiago Apóstol también se le conoció con el sobrenombre de Santiago “matamoros”. Con ocasión de "la segunda parte" de la batalla de Clavijo, Santiago bajó del cielo para animar al rey Ramiro I de Asturias a que no se rindiera, ni se retirara del enclave del castillo de Clavijo, pues con ayuda de Dios y su milagrosa y providencial intervención espada en mano, darían la vuelta a la catastrófica situación en que se encontraban los cristianos, en gran inferioridad de condiciones en su enfrentamiento con los numerosos ejércitos sarracenos, allí reunidos.
Según otra creencia legendaria popular, estas raras "piedras figuradas insignias de Santiago" habrían aparecido mucho tiempo antes de la batalla de Clavijo, justo tras la muerte del santo tras ser martirizado y decapitado en Palestina por orden de Herodes Agripa en el año 44. Según se decía, como muestra material y visible, del afecto que Santiago sentía por aquel país y su gente, puesto que cuando Santiago había estado predicando por la zona de La Rioja, los pobladores de Jubera habían acogido muy hospitalariamente al santo y habían sido los primeros en convertirse a sus enseñanzas evangélicas. El santo habría querido dejar plasmada milagrosamente en piedra para recuerdo de futuras generaciones las buenas relaciones establecidas con el lugar y sus habitantes.
Según la moraleja clerical ambas creencias legendarias, la aparición milagrosa de estos símbolos de Santiago, de piedra, debería servir para que las futuras generaciones de cristianos riojanos no olvidaran nunca que eran deudores de Santiago Apóstol, por haber recibido sus antepasados un inmenso favor del santo al liberarlos del vasallaje y los impuestos a los invasores mahometanos, como el ominoso "impuesto de las 100 doncellas".
En el caso de la leyenda que vinculaba ciertos tipos de fósiles con una memorable victoria sobre los moros, enemigos de la fe cristiana, a pesar de ser mucho más numeroso y mejor armados, sirve para remarcar el hecho que sin la ayuda de Santiago en el combate de Clavijo, la liberación de aquella tierra y sus gentes nunca hubiera sido posible. En el caso de la leyenda que vinculaba los fósiles con la conversión al cristianismo de los primeros riojanos, serviría para incidir en el importante hecho de haber sido los primeros habitantes de aquella zona, que recibieron el beneficio de la fe cristiana.
Representación artística del pintor Casado del Alisal (S.XIX) de Santiago “matamoros”, comandando la vanguardia de las tropas cristianas, en la batalla de Clavijo.
Las “piedras con figuras de veneras” y las “piedras con figura de herraduras de caballos" de los alrededores de Jubera.
Este tipo de piedras figuradas son fósiles de un tipo muy parecido al que ya hemos tratado, anteriormente, al hablar de los dos tipos de fósiles que existen en Santiagomendi de Astigarraga (Guipúzcoa), pero en este caso se trataría de bivalvos del Jurásico Superior (Oxfordiense) del género Chlamys y que han contribuido a generar el correspondiente folklore, muy semejante en ambos casos.
En el caso de las "piedras en forma de veneras", en unos casos se trataría de fósiles completos, cuya concha conservarían las dos valvas, o bien de fósiles constituidos por una sola valva, es decir por media concha y en otros casos se trataría de moldes internos constituidos por en el relleno de sedimento petrificado que reproducen las formas de la primitiva cavidad interna que quedaba delimitada por las dos valvas del molusco.
Aspecto de una piedra con “Marcas de Santiago”, que se creían impresas o moldeadas de forma prodigiosa en las rocas riojanas. Aspecto de tres fósiles de Chlamys sp.
Foto original de Jose Manuel Sesma Moranas.
Aspecto de una piedra con “Marcas de Santiago”, que se creían impresas o moldeadas de forma prodigiosa en las rocas riojanas. Aspecto de tres fósiles de Chlamys sp.
Foto original de Jose Manuel Sesma Moranas.
Imagen: Conchas fósiles
Foto original de Jose Manuel Sesma Moranas.
Imagen: http://www.espacionatural.com/4images/details.php?image_id=1173
En el caso de las llamadas "piedras con figura de herradura de caballo", seguramente la expresión popular, se referiría a depresiones o concavidades de la roca, de forma semejante a la marca del casco de un caballo, resultantes de las impresiones o huellas dejadas en la roca por la superficie exterior convexa de las valvas de Chlamys sp. , constituyendo improntas o moldes externos cóncavos, formados al desprenderse la concha fósil de la roca matriz.
Otra leyenda, también relaciona la presencia de “conchas de santiago” en los escudos de armas de muchos nobles del norte de la península, con el hecho de que se trataría de escudos de nobles que ese día participaron en la batalla de Clavijo, y habiendo quedado maravillados por la presencia del apóstol y luego por la aparición milagrosa de numerosas marcas de "conchas de Santiago" sobre las rocas y de piedras en forma de “conchas de peregrino”, en los alrededores del campo de batalla de Clavijo, decidieron que al ser aquellas piedras, claros símbolos de la intercesión de Santiago en favor de los combatientes cristianos, pues la intervención del santo protector les había dado la victoria cuando estaban a punto de ser vencidos, habrían decidido añadirlas a sus escudos nobiliarios como homenaje al santo y como emblema protector (amuleto) en futuros enfrentamientos con los paganos.
Otra leyenda, también relaciona la presencia de “conchas de santiago” en los escudos de armas de muchos nobles del norte de la península, con el hecho de que se trataría de escudos de nobles que ese día participaron en la batalla de Clavijo, y habiendo quedado maravillados por la presencia del apóstol y luego por la aparición milagrosa de numerosas marcas de "conchas de Santiago" sobre las rocas y de piedras en forma de “conchas de peregrino”, en los alrededores del campo de batalla de Clavijo, decidieron que al ser aquellas piedras, claros símbolos de la intercesión de Santiago en favor de los combatientes cristianos, pues la intervención del santo protector les había dado la victoria cuando estaban a punto de ser vencidos, habrían decidido añadirlas a sus escudos nobiliarios como homenaje al santo y como emblema protector (amuleto) en futuros enfrentamientos con los paganos.
Mostramos aquí, solamente a modo de ejemplo ilustrativo de lo expuesto, un escudo nobiliario que incorpora en su diseño, tres veneras jacobeas, en este caso se trata del escudo de armas de los Lizarazu de Pamplona (Navarra).
Imagen: http://es.geocities.com/flizarazu/escudo.html
Al parecer de algunos autores modernos, un poderoso referente geogràfico que habría inspirado a algunos historiadores antiguos, 400 años más tarde de que sucediera la mítica batalla del rey Don Ramiro I y la legendaria aparición de Santiago “matamoros”, a ubicar en un lugar concreto del territorio riojano tales sucesos, habría sido la elevada concentración de “piedras figuradas”, que representaban diversos símbolos jacobeos, en algunas localidades riojanas del entorno del castillo de Clavijo, los cuales habrían sido interpretados, por la mentalidad de la época, como señales divinas de un hecho milagroso. De manera que se tomó la presencia de los fósiles de cefalópodos (belemnites) y de bivalvos pectinidos (Chlamys) como una evidencia clara y probatoria de que allí se había producido un hecho milagroso, supuestamente histórico y aññadiendo la consideración de la leyenda de la aparición de Santiago en Clavijo y su participación en la batalla, espada en mano, como un relato fidedigno, para afirmar que tales hechos bélicos y milagrosos, habían sucedido, realmente y exactamente en aquel lugar. Cosa que todos los historiadores actuales han descartado completamente.
Los “Bordones de santiago”, de Valgañón.
En otra localidad riojana de la comarca de La Rioja Alta, también se daba el nombre de “bordones de santiago" a los belemnites, tal como queda de manifiesto en el texto escrito por Torrubia en la explicación de la figura 2 de la lámina II de su obra: Aparato para la Historia Natural Española, pues dice:
"unas piedras belemitas o piedras dactylos que se encuentran en la villa de Balgañon [actualmente Valgañón], distante 3 leguas de Santo Domingo de la Calzada, a las que los naturales de ese lugar llaman “Bordones de santiago."
Fuentes:
- Castellá Ferrer, Mauro “Historia del Apóstol Santiago Zebedeo, Patrón y Capitán General de las Españas. Madrid, 1610.
- Laborde, Manuel & de Lecuona, Manuel. Santiago-Mendi, de Astigarraga (Nota geológico-artística). Munibe, Sociedad de Ciencias Naturales ARANZADI (San Sebastián).1954, p. 50-56
- Lekuona’tar Manuel. Erdiaroko Santiyago -bideak Gipuzkoa’n zear. (Caminos de Santiago guipúzcoanos abiertos en la Edad Media) MUNIBE Sociedad de Ciencias Naturales ARANZADI (San Sebastián) Ano XXIII. N 4. 1971. Páginas 543-548
- Martinez de Isasti, Lope “De la Religión y Cristiandad que ha habido y hay en la Provincia de Guipúzcoa”. cap. XVI del “Compendio Historial de la Muy Noble y Muy Leal provincia de Guipúzcoa” compuesto por el doctor don Lope de Isasti en el año 1625. Impreso en San Sebastián por Ignacio Ramón Baroja, 1850.
- Risco, Manuel. Antigüedad de la Santa Iglesia de Calahorra, Cap. VIII de La España Sagrada tomo XXXIII. Las antigüedades civiles y eclesiasticas de Calahorra. Impreso en Madrid en 1781 por Pedro Marín
- Ruiz Ortiz de Elguea, Hortensia. La devoción a Santiago de Jubera en la Edad Media. Berceo, 81. 1971 Logroño. Instituto de Estudios Riojanos, (pags. 101-110)
- Torrubia, José. Aparato para la Historia Natural Española. Edición facsímil de la publicada en 1754, coordinada por Gutiérrez-Marco, J.C., además contiene una introducción y una parte de la traducción alemana y las láminas, editadas en 1773) Madrid. CSIC-Sociedad Española de Paleontología.
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