viernes, diciembre 28

Santiago Apóstol y los fósiles ibéricos (4)

por Heraclio Astudillo-Pombo. Universidad de Lleida

Fósiles ibéricos vinculados, con Santiago apóstol o/y con su legendario caballo, por el folklore español (4)

FÓSILES JACOBEOS EN LA RIOJA (3)

Otras piedras figuradas, típicas de los alrededores de la villa de Jubera.

Existen otran versiones de la leyenda que recoge la aparición prodigiosa de piedras con formas singulares en los alrededores de la población de Jubera, tras el martirio y muerte de Santiago en Tierra Santa, como símbolos commemorativos de la estancia de Santiago Apóstol en esta localidad, mientras andaba predicando el evangelio por tierras riojanas, estas otras versiones citan la aparición de otros dos tipos de piedras figuradas jacobeas: piedras con figura de corazón y piedras con figura de calabaza, además de las piedras con forma de bordón y piedras con forma de venera o concha de Santiago también aparecidas milagrosamente.


Las piedras de Jubera con figura de calabaza.

La antigua leyenda popular, menciona la aparición prodigiosa de piedras con forma de calabaza, en el supuesto campo de batalla, piedras que al considerarlas como un típico símbolo jacobeo, indicarían que era una señal de la voluntad divina para señalar el paso de Santiago por ese lugar.
La forma mencionada, nos indica que si algunas piedras pudieran parecerse a calabazas, deberían ser semejantes a calabazas del tipo de las que en aquel tiempo y en aquella zona, las más conocidas que eran usadas por los viajeros y peregrinos de aquella época, como botella o cantimplora, para transportar el vino que consumían, durante sus largos viajes a pie. serían las llamadas “calabazas vinateras”, las típicas “calabazas de los peregrinos” (Lagenaria siceraria).
La leyenda, por lo tanto, nos indicaría la presencia en el lugar de unas extrañas piedras con aspecto piriforme, o más concretamente, lagenariforme, es decir con forma de calabaza vinatera.
Una posibilidad es que esta descripción se refiera a la presencia de fósiles de alguna especie de gasterópodo marino de concha cónica, de columnilla de mediana longitud y por ello "poco estilizada", con pocas espiras, cuya forma pudiera harcerlos comparables a la botella vegetal usada por los peregrinos.

Aspecto de los frutos en forma de botella, de la calabaza vinatera, aún verdes, colgando de la planta madre que está "emparrada" o soportada sobre un enrrejado tejido con cañas de bambú.
Imagen: http://baike.baidu.com/pic/4/1188665318081286.jpg

 Quizás fuesen conchas o, más probablemente, moldes internos de caracolas del genero Bourguetia o de algun otro gasterópodo de aspecto similar, que en razón del relativo parecido entre estas piedras y el recipiente usado por los peregrinos, habrían sido denominadas , popularmente, por los naturales del lugar “piedras con figura de calabaza” y también “calabacitas de piedra” o, simplemente, “calabazas”.

Aspecto de un ejemplar de concha fósil de Bourguetia striata, una caracola de mar de gran tamaño, del Oxfordiense Medio (Jurasico Superior). Foto de T. Rebours  
Imagen: Fossiles

Otra posibilidad es que las famosas piedras con forma de calabaza correspondieran a radiolas desprendidas del caparazón de algunoe erizos marinos de tipo cidaroideo. Cuyas radiolas son muy engrosadas y tienen forma de bellota, botella o calabaza....

Aspecto de las radiolas  del equinoideo Pseudocidaris clunifera del Cretácico inferior (Neocomiense), ejemplares procedentes de la Sierra del Mugrón, Cantera de los Serranos (Almansa)
Imagen: Sabuco, nº 5. dic. 2005. Rev. Instituto de Estudios Albacetenses

Según la interpretación clerical de la leyenda citada anteriormente, la aparición milagrosa de las piedras con forma de calabaza en los alrededores de la villa de Jubera, tendría la finalidad de ser un recordatorio material y un llamamiento visible, de origen celestial, destinado a las gentes de Jubera. La presencia de tales piedras de aparición milagrosa debería servir para recordar a los habitantes de Jubera que su primitiva cristianización fue llevada a término personalmente por Santiago Apóstol y también para animarles a realizar el peregrinaje penitencial hasta la tumba del Apóstol, en Compostela, como forma de agradecimiento a tal favor.


Las piedras de Jubera, con figura de corazón.

La leyenda, al mencionar la aparición de piedras con forma de corazón y considerarlas como un símbolo tipicamente jacobeo, implicitamente, nos indica que eran un tipo de piedras vagamente semejantes a corazones, por lo que debemos suponer que se refiere a la presencia de piedras de aspecto más o menos acorazonado. Piedras que en razón de su abundancia, muy posiblemente serían algún tipo de fósiles, los más probables deberían ser los moldes internos de alguna especie de bivalvo o la concha de algún tipo de braquiopodo, marinos y que tuvieran aspecto más o menos cordiforme. En cualquier caso la forma particular de los fósiles debería harcerlos comparables, únicamente, a la viscera cardiaca, y sería en razón del parecido con un corazón que este tipo de piedras habrían sido denominadas, popularmente, por los lugareños de la zona “piedras con figura de corazón” y también “corazoncitos de piedra” o, simplemente, “corazones”.


Molde interno de Ceratomyopsis sp. del Jurasico Medio, en vista lateral, que es el único punto de vista que le puede proporcionar el característico aspecto cordiforme.
Imagen: http://www.terra.es/personal5/museumfossi/pagina5.htm

Según la misma leyenda, citada anteriormente, las piedras con forma de corazón eran una manifestación del paternal y eterno afecto que Santiago Apóstol sentía por las gentes de aquella localidad riojana, por el hecho de haber sido las primeras personas entre todos los riojanos que le brindaron su hospitaldad, que escucharon los sermones moralizantes y las primeras que siguieron sus enseñanzas de evangelización, en definitiva su afecto era mayor por la gente del pueblo de Jubera, porque fueron sus primeros conversos, al cristianismo, en tierras de la Rioja.

Vista semifrontal del molde interno de Protocardia en la que no se puede apreciar la particular forma cardiaca de su perfil lateral, este parecido característico, debió ser la que indujo a los naturalista de la antigüedad, a denominar “bucardites” o “corazones de buey”, a fósiles de este tipo, de gran tamaño. este ejemplar procede del Aaleniense (Jurásico Medio)
Imagen: http://www.usefilm.com/image/763224.html

En realidad las piedras prodigiosas con figura de corazón, quizás pudieran ser moldes internos de lamelibranquios del Jurasico Medio a Superior, de conchas abombadas, tal vez de los géneros Ceratomyopsis o Protocardia, o de algún otro género con un aspecto cordiforme similar.


Ejemplares de Nucleata nucleata Braquiopodo de aspecto cordiforme del Oxfordiense, Jurásico Superior
Imagen: paleontofilo  

Aunque menos probable, las piedras con forma de corazón también podrian ser las conchas fósilizadas de braquiopodos del genero Nucleata.



Fuentes:

- Alonso, A. & Mas, R. 1990. El Jurásico superior marino en el Sector Demanda-Cameros (La Rioja– Soria). Cuadernos de Geología Ibérica, 14, Madrid.
- Delvene, G. & Fürsich, F. T. 2002. Catálogo de los bivalvos españoles del Jurásico Medio y Superior depositados en el Museo Geominero (IGME, Madrid).
Boletín Geológico y Minero, 113 (2): 199-210
- Risco, Manuel. 1781. Antigüedad de la Santa Iglesia de Calahorra, Cap. VIII de La España Sagrada, tomo XXXIII. Las antigüedades civiles y eclesiasticas de Calahorra. Impreso en Madrid por Pedro Marín.
- Ruiz Ortiz de Elguea, Hortensia. 1971. La devoción a Santiago de Jubera en la Edad Media. Berceo, 81. Logroño. Instituto de Estudios Riojanos, (pags. 101-110)

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