Segundo periodo: de 1900 a 1919, inclusive (Continuación, 14ª parte).
Anuncios en alguna prensa madrileña, de la inminente llegada al Museo de Historia Natural de Madrid del famoso y colosal "Dioprodocus" de Carnegie
Introducción:
A mediados del mes de noviembre del año 1913, diversos medios de la prensa madrileña se hacen eco de generoso regalo del multimillonario Carnegie al rey de España, Alfonso XIII, consistente en una reproducción fidedigna, realizada en escayola, de todos y cada uno de los huesos del esqueleto completo de un Diplodocus de su propiedad que se ha reconstruido y se expone en su museo privado de los Estados Unidos. La enorme reproducción del mayor y más famoso dinosaurio conocido en esa época, estaba a punto de llegar a la capital del reino, para ser instalada en el Museo de Historia Natural, puesto que ha sido cedida por el rey a esa institución científica.
Además de anunciar la inminente llegada del regalo del multimillorario norteamericano al rey de España, todas las noticias que aquí son mostradas comparten un curioso aspecto de tipo lingüístico-anecdótico. Consistente tal aspecto en que todas las noticias se refieren al dinosaurio original y a sus reproducciones en yeso, con un nombre que hoy día nos puede resultar y sonar muy extraño, el de "dioprodocus".
1ª Noticia, cronológicamente, aparece en el diario El Globo (Madrid), en su sección De política, el martes 11 de noviembre de 1913, en su página 2, publicaba una breve noticia, sin ningún titular en particular, que decía lo siguiente:
Al recibir esta mañana á los periodistas el ministro de Instrucción pública les manifestó que el archimillonario norteamericano señor Carnegie ha regalado á S. M. el Rey una reproducción del único ejemplar que existe en el mundo de Dioprodocus, animal antediluviano. La reproducción ha pasado al Museo de Zoología, utilizando para su colocación un local perteneciente a la Escuela de Ingenieros industriales. Del mencionado animal antediluviano no existen más que tres reproducciones propiedad del Sr. Carnegie, el cual ha regalado los otros dos á Inglaterra y Francia, respectivamente. Mide la reproducción que regala á España siete metros de alto por 24 de largo. La instalación se hace por cuenta del donante, enviando á tal objeto personal idóneo.
2ª Noticia. El diario El Heraldo militar (Madrid), en su sección De política, el miércoles 12 de Noviembre de 1913, en su página 1, publicaba un texto idéntico, en todo su contenido, al antes citado, por lo que habiendo reproducido el texto publicado en primer lugar, no vamos a reproducir el que es una copia del anterior.
3ª Noticia. El diario ABC. en su sección Notas rápidas, el miércoles 12 de Noviembre de 1913, en su página 6, publicaba un texto que decía lo siguiente:
EL "DIOPRODOCUS"
La nota del día la constituyó ayer el espléndido regalo que el archimillonario Carnegie ha hecho a S. M. el rey. Una reproducción del esqueleto del dioprodocus, animal antediluviano, que medía la tontería de siete metros de alto y veinticuatro de largo.
Don Alfonso hace donación de este regalo al Museo de Historia Natural y como en las salas de este establecimiento no cabe el gigantesco ejemplar, se le acomodará en una sala de la Escuela de Ingenieros Industriales. Esta, repetimos, fue la novedad, que, además, hizo desviar las conversaciones del odioso tema de las últimas elecciones.
El esqueleto del dioprodocus, el auténtico, como quien dice, el verdadero Javier, está en el Museo de Nueva York. Carnegie costea la reproducción y su traslado á Madrid. El día que el esqueleto quede montado, constituirá un acontecimiento. La monstruosa armadura servirá para estudio de los hombres de ciencia, para que los autores de género chico le coloquen al respetable público unas cuantas coplas intencionadas y alusivas a la política y para que muchos curiosos espectadores, á imitación de aque rey que cuando vio por primera vez el mar no se le ocurrió decir más que "¡Cuánta agua!", exclamen:"¡Pero que grandes animales eran los antediluvianos!"
El dioprodocus será pronto nuestro huésped. Ha tenido la oportunidad de retrasar su venida, porque si viene hace un año, ¡menudo impuesto de inquilinato, dado su tamaño y el local que necesita para su exibición, le hace pagar Ruiz Jiménez!
Alabemos el generoso desprendimiento del ilustre filántropo Carnegie y preparémonos á contemplar el enorme esqueleto, al cual podremos decir: ¡Tú eres el único que puede apropiarse con legítimo derecho la histórica frase de ¡después de mi el diluvio!
4ª Noticia. La Revista General de Enseñanza y Bellas Artes (Madrid), en su sección Vida Cultural el 15 de noviembre de 1913, publicaba en su página 9 la siguiente noticia breve.
El «dioprodocus» de Carnegie.
En breve se podrá admirar en el Museo de Historia Natural el esqueleto del famoso monstruo antediluviano denominado «dioprodocus», existente en el Museo de Historia Natural de Nueva York, y cuyas dimensiones son de siete metros de altura por 24 de longitud. Mistar Carnegie, al hacer el espléndido regalo, enviará á España, costeándolo de su peculio particular, el personal necesario para la instalación y montaje del «dioprodocus», que ha sido cedido por S. M. el Rey á nuestro Museo de Historia Natural.
Interpretación personal
En mi opinión, parece tratarse de una simple confusión fonética del nombre científico correcto del dinosaurio norteamericano que era "Diplodocus", y cuyo sonido no difiere demasiado del que produce el nombre impropio del animal prehistórico que aparece en las noticias recogidas y presentadas aquí.
Posiblemente el responsable de tal confusión acústica, puesto que atribuir como causa una posible corrupción ortográfica resultaría mucho más difícil de justificar, creemos que habría podido ser algún redactor apresurado con problemas de agudeza en discriminación auditiva que escucho el nombre pronunciado por alguna persona y lo anotó tal como le pareció haberlo percibido. Luego la denominación errónea del dinosaurio se publicó en la prensa, por primera vez, eso debió suceder en el El Globo de Madrid, el 11 de noviembre.
Ese primer error tipografiado por el El Globo de Madrid, luego sería reproducido por otros varios medios de prensa tan poco especializados y con personal con los mismo nulos conocimientos en paleontología y noticias recientes relacionadas, puesto que el nombre correcto del dinosaurio de Mr. Carnegie, en esa misma época, ya había aparecido publicado anteriormente en diversas noticias de diferentes medios españoles.
La segunda noticia publicada, debió ser la publicada por el El Heraldo militar, de Madrid, el 12 de noviembre pues se trata de una copia total y absoluta de la anterior.
El redactor de ABC reproduce el nombre impropio del dinosaurio, no solo en el titular de la noticia, publicada el el 12 de noviembre, sino que lo mantiene hasta tres veces más, en el texto, que es mucho más extenso que todos los demás que tratan sobre el mismo asunto.
La cuarta noticia publicada, cronológicamente, debió ser la presentada por la La Revista General de Enseñanza y Bellas Artes de Madrid, el 15 de noviembre, que reproduce el nombre impropio del dinosaurio, no solo en el titular de la noticia sino que lo mantiene hasta dos veces más, en el texto.
De la existencia de este error lingüístico, reproducido por cuatros medios de prensa madrileños distintos, se puede deducir que algunos "periodistas" españoles de la época, estaban muy poco familiarizados con los dinosaurios en general y con el Diplodocus de Carnegie en particular. Una situación nada anormal en la España y en la prensa generalista de aquella época hoy tan lejana, pues hace más de 100 años, los dinosaurios no eran tan conocidos ni tan populares como lo son en la actualidad.
Posiblemente el responsable de tal confusión acústica, puesto que atribuir como causa una posible corrupción ortográfica resultaría mucho más difícil de justificar, creemos que habría podido ser algún redactor apresurado con problemas de agudeza en discriminación auditiva que escucho el nombre pronunciado por alguna persona y lo anotó tal como le pareció haberlo percibido. Luego la denominación errónea del dinosaurio se publicó en la prensa, por primera vez, eso debió suceder en el El Globo de Madrid, el 11 de noviembre.
Ese primer error tipografiado por el El Globo de Madrid, luego sería reproducido por otros varios medios de prensa tan poco especializados y con personal con los mismo nulos conocimientos en paleontología y noticias recientes relacionadas, puesto que el nombre correcto del dinosaurio de Mr. Carnegie, en esa misma época, ya había aparecido publicado anteriormente en diversas noticias de diferentes medios españoles.
La segunda noticia publicada, debió ser la publicada por el El Heraldo militar, de Madrid, el 12 de noviembre pues se trata de una copia total y absoluta de la anterior.
El redactor de ABC reproduce el nombre impropio del dinosaurio, no solo en el titular de la noticia, publicada el el 12 de noviembre, sino que lo mantiene hasta tres veces más, en el texto, que es mucho más extenso que todos los demás que tratan sobre el mismo asunto.
La cuarta noticia publicada, cronológicamente, debió ser la presentada por la La Revista General de Enseñanza y Bellas Artes de Madrid, el 15 de noviembre, que reproduce el nombre impropio del dinosaurio, no solo en el titular de la noticia sino que lo mantiene hasta dos veces más, en el texto.
De la existencia de este error lingüístico, reproducido por cuatros medios de prensa madrileños distintos, se puede deducir que algunos "periodistas" españoles de la época, estaban muy poco familiarizados con los dinosaurios en general y con el Diplodocus de Carnegie en particular. Una situación nada anormal en la España y en la prensa generalista de aquella época hoy tan lejana, pues hace más de 100 años, los dinosaurios no eran tan conocidos ni tan populares como lo son en la actualidad.
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