miércoles, marzo 15

El registro fósil ibérico y el santoral católico, en la religiosidad popular de España y Portugal (19)

 por Heraclio ASTUDILLO POMBO. Universitat de Lleida

Fósiles ibéricos relacionados, por la tradición popular española, con diversos santos y santas (9) 


Fósiles relacionados con santa Lucía de Siracusa, en Cataluña (Tercera parte)

Introducción

En la entrada de hoy se retoma de nuevo el asunto de los fósiles relacionados
, en Cataluña, con santa Lucía de Siracusa. Dando continuidad al tema introducido y presentado en dos entradas anteriores a ésta, que fueron publicas el pasado año, el 10 de abril del 2022 (1ª) y el 18 de septiembre del 20022  (2ª). Como la de hoy, también dedicadas a tratar sobre la paleontología popular catalana relacionada con los macroforaminíferos nummulítidos.

Curiosa y misteriosa representación pictórica de santa Lucía de Siracusa, en la que la santa no aparece mostrando sus globos oculares, de la forma más tradicional y convencional. No se muestran sobre un plato, copa o bandeja sostenida en una de su manos, sino incrustados en las palmas de sus propias manos que se reflejan sobre la superficie de agua que contiene el plato dispuesto sobre la mesa. Obra de autor desconocido parece estar fuertemente inspirada en la pintura "La Virgen con la corona" de Jean Auguste Dominique Ingres
Imagen: Pinterest

Se presentan y comentan algunas descripciones y afirmaciones aparecidas en las publicaciones del folclorista catalán Joan Amades, sobre los fósiles santalucianos de la localidad barcelonesa de Canovelles, que nos han sorprendido mucho. También se presentan y comentan diversas informaciones procedentes de otras autorías y fuentes igualmente sorprendentes para el autor de esta entrada.


Los "ojos de santa Lucía" de Canovelles (Barcelona)

Además del vecindario de Trenteres, un núcleo poblacional rural disperso, situado en el término municipal de Santa Pau (Girona), sobre el que se trató en la entrada publicada el 10 de abril de 2022es en otro núcleo poblacional rural disperso, el vecindario de Bellulla,  situado en el término  municipal de Canovelles, en la comarca barcelonesa del Vallés Orientales, el otro lugar de Cataluña, sobre el cual también han podido hallarse abundantes referencias documentales, relativas a las costumbres populares locales relacionadas con unas raras y prodigiosas piedrecitas, más o menos aplanadas y de contorno redondeado, que eran denominadas popularmente "ulls de santa Llúcia" (cast. ojos de santa Lucía), menos frecuentemente "pedretes de santa Llúcia" y más raramente "pedretes de la Mare de Déu de Bellulla" (piedrecitas de la Virgen de Bellulla)

Vieja fotografía de la hornacina-vitrina, dentro de la que se exponía
 la pequeña imagen de la Virgen de Bellulla, a la devoción popular, sobre el altar de la capilla de la Mare de Déu de Belulla. Fotografía tomada en la iglesia parroquial de san Félix de Canovelles, hacia principios de la segunda década de 1900. 
Imagen: https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10212751163041495&set=pcb.756356251376162&type=3&theater&ifg=1

El vecindario de Bellulla es un núcleo humano rural formado y crecido por agregación alrededor del antiguo convento de frailes dominicos, situado alrededor del primitivo santuario de Ntra. Sra. de Bellulla, en el año 1611. Al  aplicarse en 1835 la ley de desamortización, el complejo monástico dominico y el santuario mariano anejo fueron clausurados. A partir de ese año se acabó el culto popular a la Virgen de Bellulla, desarrollado en ese santuario mariano que fue muy importante, pues la diminuta imagen gozó de una fama milagrosa extraordinaria, no sólo a nivel comarcal y regional, por estar relacionada con la recuperación y la protección de la salud ocular. 
Con la aplicación de la ley de desamortización, los terrenos de aquel convento y todos los edificios fueron subastados, pasando la propiedad del monasterio y del santuario a manos privadas. A partir de ese momento su patrimonio mueble y las imágenes religiosas fueron vendidas, se dispersaron y se le perdió el rastro. En 1872 fue hallada en manos de un anticuario y comprada por la parroquia de san Félix de Canovelles que le dedicó una capilla y que a partir de ese año concentró las actividades religiosas y profanas, típicas de la antigua romería de del santuario de Bellulla.

Aspecto de la última imagen de Ntra Sra de Bellulla, realizada en fundición metálica, de cobre dorado y esmaltes, con unas dimensiones de 14 por 7 centímetros. Se trataba, por tanto, de una imagen bastante pequeña. Esta fotografía fue tomada a inicios del siglo XX por Tomás Mogas, cuando, una vez localizada y recuperada, estaba expuesta en una capilla de la parroquia de sant Feliu de Canovelles. Esta imagen desapareció definitivamente al inicio de la Guerra Civil española, en 1936Como ya se ha dicho no se trata de la imagen religiosa primitiva, (s. XIII) sino de una copia posterior (s. XVII), de material y estilo muy distintos del original. Las reseñas de las diversas y numerosas visitas pastorales citan imagenes muy pequeñas, pero en varias ocasiones, refieren tamaños distintos. Por tanto han debido existir varias imágenes. Seguramente la imagen primitiva, de época medieval, documentada en 1279, debió ser realizada en estilo románico o gótico, debió ser una talla de madera policromada que pudo sucumbir por efecto de la carcoma o de un incendio...  Se decía que el objeto esférico que sostenía en su mano derecha era un globo ocular...
Imagen: Wikipedia

Según relataba J. Amades, en 1956, "antiguamente" [antes de la desamortización de 1835] había sido costumbre entre las gentes de esta localidad que padecían algún tipo de problema visual, ir a visitar el santuario de Ntra. Sra. de Bellulla, el Lunes de Pascua Granada o Lunes de Segunda Pascua. Se trata de una fiesta variable, pues es un día que unos años puede situarse a finales de mayo mientras que otros años puede situarse a principios de junio, pues depende de si la Semana Santa se ha celebrado a finales de marzo o a principios de abril. Esta movilidad es debida al uso del antiguo calendario lunar hebreo para situar este tipo de celebraciones cristianas en el calendario religioso anual. 

Aspecto exterior de la iglesia del 
antiguo  convento de Padres Predicadores (dominicos) donde estuvo integrado el antiguo santuario de Ntra. Sra. de Bellulla, en Canovelles. Foto tomada por el párroco de Canovelles Tomás Mogas, a principios del siglo XX, muchos años después de la desamortización y privatización de la propiedad. Foto aparecida en el folleto "La Mare de Déu de Bellulla" escrito y publicado en 1908, por el mismo autor.

Ntra. Sra. de Bellulla, Belulla o Beluia, es una advocación que estaba relacionada con la protección de la vista, ya desde el momento de su hallazgo en el s. XIII.  Esta vinculación con la salud ocular es debida a motivos de tipo indiciario o signatario. Según contaba la leyenda que recogía las circunstancias prodigiosas de su hallazgo milagroso, se decía que la imagen fue hallada  escondida en el fondo de un pozo cegado, como consecuencia de las insistentes y repetidas señales que le daba un buey que era casi ciego a su joven boyera. Cuando por fin excavaron el pozo y apareció la imagen, ésta solo conservaba uno de los dos ojos, es decir era tuerta. Y por si todas estas señales no eran suficientes, sucedió que todas las personas que acudieron a adorar la imagen recién hallada, sanaron milagrosamente de todas sus dolencias y deficiencias relacionadas con la vista. Por lo que la nueva imagen hallada fue considerada y tratada como celestial protectora y remediadora de los problemas oculares de todo tipo.

Estampa popular devocional (s. XIX), representando los principales protagonistas de la leyenda religiosa: Ntra Sra de Bellulla, sentada y con el Niño en brazos, la joven vaquera, el pozo cegado y el buey señalando el lugar del futuro hallazgo. En su mano derecha muestra un objeto que según algunos autores parece corresponder a un ojo humano...

Posteriormente, en este mismo templo, se consagró una capillita a la veneración de santa Lucía, de Siracusa, también protectora de la vista. Este hecho que reforzaba la especialidad milagrosa del santuario favoreció que aumentara notablemente el atractivo milagroso del santuario, para aquellos devotos, residentes en la comarca, que padecían algún tipo de problemas visuales o dolencias oculares. Era bien sabido que una mayor afluencia de devotos, también generaba un mayor flujo de limosnas y donaciones, en beneficio económico del santuario.


Algunas afirmaciones del folclorista catalán Joan Amades que nos han dejado bastante perplejos

La primera perplejidad surge cuando  J. Amades dice que "los montes cercanos al santuario de la "Mare de Déu de Bellulla", eran ricos en las populares piedrecitas remediadoras de los problemas oculares, llamadas "ulls de santa Llúcia", por este motivo, los romeros devotos", después de venerar la imagen de la patrona del santuario y la de santa Lucía de Siracusa, a quienes habrían encomendado la curación de sus dolencias oculares o deficiencias visuales, "se iban a campar por los montes cercanos al santuario, donde se dedicaban a buscar y recoger las mencionadas piedrecitas, con virtudes curativas" y vinculación nominal con santa Lucía de Siracusa

Según la información representada gráficamente en el mapa geológico de la zona, resulta ser que el terreno de la localidad de Canovelles no puede contener numulites fósiles, de origen primario, pues los materiales geológicos aflorantes pertenece al Mioceno medio y al Cuaternario. 
Si podría contenerlos, en el caso de que se tratara de numulites "alóctonos", es decir, procedentes de materiales eocenos o cretácicos, marinos, subyacentes por ser más antiguos, pero que por efecto de algún movimiento tectónico hubieran podido ascender y aflorar en superficie, durante el Mioceno. Estos hipotéticos numulites, primero tendrían que haber sido separados erosivamente de su roca matriz y luego transportados por el medio acuático, siendo finalmente re-sedimentando en una cuenca marina miocena. Depositados y acumulados en un cierto nivel de los futuros estratos de materiales sedimentarios miocenos, mucho más modernos, como son los terrenos de edad miocena... o en los aún más modernos de edad cuaternaria... Si se hubiera dado este proceso particular, tales circunstancias explicarían la presencia anómala de numulites que relata Amades. 
Por esta causa geológica y de forma muy excepcional podrían aparecer "fósiles numulítidos" en lugares y terrenos que normalmente no los pueden contener y donde habitualmente no se les puede encontrar ni recolectar. 
No ha podido encontrarse ningún trabajo geológico, que mencione la existencia de numulites o numulítidos en el terreno de Canovelles. Este hecho parece contradecir, frontalmente, la abundancia de este tipo de fósiles que menciona J. Amades, según la información aportada por sus informantes.

Estampa popular devocional (s. XVIII), representando los principales protagonistas de la leyenda religiosa: Ntra Sra de Bellulla, de pie, con el Niño en brazos, la joven vaquera, el pozo cegado y el buey señalando el lugar del futuro hallazgo. Pero en su mano derecha no muestra un ojo humano sino una planta con tres ramillas florecidas...

La segunda perplejidad surge también de que J. Amades dice que "esas piedra no son más que numulites, unos fósiles que son muy abundantes y se pueden encontrar con gran facilidad". Además, cuando los describe dice que "son unos fósiles aplanados de forma más o menos circular, con un granito o pequeña eminencia en el centro que sobresale. Su aspecto ha hecho ver al pueblo sencillo la representación de un ojo con su "niña" en el centro". 

Cualquier buen conocedor de los numulites y sus diversas variedades, enseguida, se habrá dado cuenta de que esta descripción de Amades, y de otros autores que dicen lo mismo, no corresponde en absoluto con la forma típica de ninguna clase de verdaderos numulites, que siempre son de forma lenticular, más o menos abultada.

Aspecto de un ejemplar de Discocyclina cushmani, visto con bastante aumento, su apariencia concuerda bastante bien con la descripción que hacía J. Amades del tipo de fósiles que el denomina "numulítidos" y que eran denominados "ulls de santa Llúcia" por los habitantes de ciertas localidades catalanas, en las que este tipo de fósiles habían sido asimilados por la cultura popular, en asociación con el culto religioso a santa Lucía.  
La descripción morfológica que hace J. Amades de los "fósiles numulítidos", supuestamente, recogidos en el entorno del santuario de Bellulla, me hizo pensar que no era congruente con las características morfológicas típicas de los numulites verdaderos, que son siempre de contornos circulares y biconvexos. Por tanto pensé que debía existir una confusión en la identificación y que no debía tratarse de ejemplares de auténticos numulites (Nummulites), sino que podría tratarse de alguna especie de discociclina (Discocyclina). 
Después de la constatación de este probable error de identificación, cabía la posibilidad de que en otros lugares los denominados vulgarmente "ulls de santa Llúcia" y también los denominados "dinerets de santa Llúcia" pudieran ser, en realidad, ejemplares de asilina (Assilina) e incluso de alguna especie de orbitolina (Orbitolina) y no de verdaderos numulites (Nummulites).

Aspecto numular de varios ejemplares de asilina (Assilina exponens). En la imagen puede apreciarse como los caparazones de este tipo de fósiles son muy aplanados, a diferencia de los numulites que suelen ser, más o menos biconvexos y, en general, bastante más abultados. 
También puede apreciarse que por ambas caras muestran la estructura espiral del sistema de tabiques y cámaras, estructura que en los numulites permanece oculta en el interior del caparazón, y solo resulta visible cuando el caparazón se parte y se separa en dos mitades. 
La semejanza superficial entre ambos tipos de fósiles no es una mera casualidad, ambos pertenece a la misma familia, la de los macroforaminiferos numulitidos. La parte central más clara y circular puede crear la ilusoria sensación de que se trata de un ojo petrificado....
Fotografía original de M. A. Bueno.
Imagen: Foto-Natura-Huesca-2

El mismo tipo de identificación equivocada, también la cometieron otros autores. Error que presumo fue causado por que nunca vieron, al natural, ejemplares de numulites enteros y sueltos, habiendo podido percibir su verdadera forma típica y completa, más o menos lenticular o biconvexa. Quizás solamente pudieron ver la parte interior de "medios numulites", empotrados en la matriz rocosa, mostrando el sistema de forma espiral que forman el conjunto de los tabiques y las cámaras internas del caparazón, cuando éste aparece dividido por su plano ecuatorial.

Aspecto densamente espiral del interior del caparazón fósil de un numulite, visto con bastante aumento (x 8), en la parte de la sección del plano ecuatorial. La disolución parcial del relleno sedimentario hace muy visible el conjunto del sistema de tabiques y cámaras internos, dispuestos en forma de una densa espiral con apariencia de sistema de circulos concéntricos. Esta compleja estructura concéntrica, antiguamente, indujo la creencia popular de que se trataba de una piedra prodigiosa, con virtudes particulares ya que mostraba la representación de un ojo, con su iris ocular o "niña" en el centro. 
Imagen: Llegendàrium

Ambos géneros de macroforaminíferos fósiles, numulites y asilinas, tienen un cierto grado de parecido entre sí, aunque solo sea en la semejanda de la estructura interna de forma espiral y la multitud de tabiques. Esta semejanza que solo es muy superficial, podría haber inducido, a la gente común, al error de creer y decir que los "dinerets de santa Llúcia" eran numulites. La similitud, antes comentada, entre ambos géneros se debe a que ambos pertenecen a la misma superfamilia de macroforaminiferos fósiles: la Nummulitoidea. 

Aspecto de un ejemplar de Discocyclina, con una parte del borde exterior del caparazón roto (zona superior derecha), debido a su delgadez. Nótese la gran semejanza de su aspecto, plano con una prominencia central, con la forma descrita por J. Amades, para los denominados por él "fósiles numulítidos", en varias ocasiones. Fotografía original de Jesús Cardiel.

"Nuevos tiempos, nuevas costumbres" o "a nuevos problemas, nuevas soluciones"

Mientras J. Amades en sus publicaciones anteriores a 1958 había hecho referencia a ingenuas costumbres populares piadosas, sucedidas en épocas anteriores a 1950, en la la romería al santuario de la Virgen de Bellulla, el escritor vallesano Amador Garrell Alsina, en su obra "Granollers Vila Oberta" publicada en 1960, debió recoger costumbres populares de la década de 1950. El mencionado autor al referirse al ambiente festivo popular de la romería de Conovellas (Barcelona) dice. "También se vendían postales, y unas "piedrecitas" llamadas "de Santa Lucía" o "piedrecitas de la Virgen de Bellulla". Estas piedrecitas eran fósiles numulíticos, de superficie plana y lisa, de forma más o menos circular, del tamaño de una lenteja, blancos y con un granito en el centro que le da la semejanza de un ojo."

Pero mucho antes de eso, en 1928, ya existía la costumbre de adquirir las piedrecitas protectoras y curativas a cambio de dinero. Pues un articulista que no ha podido ser identificado, pues firmaba su crónica de la romería de ese año, como "M.", publicada en el Diari de Granollers del 10 de abril de 1928, escribe:
"La iglesia de la tan renombrada portada [la parroquial de san Félix], también estaba llena de gente que se empujaba para entrar y que se entretenía junto al fosar adquiriendo rosarios, medallas y otros objetos de piedad, entre las que se cuentan unas piedrecitas muy finas que se encuentran en Bellulla, que curan las enfermedades de la vista y sacan las brozas de los ojos, piedrecitas que se guardan en las casas como reliquias."

Portada principal de la iglesia parroquial de san Felix de Canovelles, de estilo 
románico. En este templo y sus alrededores se celebraba la romería de la Virgen de Bellulla, a partir de 1872, por venerarse en esa iglesia, a partir de esa fecha, la milagrosa imagen de la Virgen recuperada

Ya fuese por la extrema rareza y enorme escasez de los fósiles nummulítidos santalucianos o por su ausencia absoluta en el en el terreno entorno al santuario, la extrema dificultad para hallarlos y recolectarlos pudo convertirse en la total imposibilidad de encontrarlos y poder reunir aquellas ansiadas piedrecitas usadas como amuletos y remedios para los ojos. El ingenio de avispados mercachifles y la posibilidad de hacer dinero a costa de los ingenuos romeros, debió atraer a pícaros y oportunistas dispuestos a aprovecharse de la gran credulidad y necesidad de ayuda celestial manifestada por los romeros, por lo que debieron acudir prestos a socorrerles con su mercancía.
Amador Garrell nos hace saber que en esa época (1960) los fósiles milagrosos ya no eran buscados y recolectados por los propios romeros, sobre el terreno de los alrededores del santuario, sino que se los compraban a unos vendedores ambulantes que acudían con su mercancía prodigiosa al lugar donde se celebraba la concentración religioso-festiva que desde la desamortización ya no era en la ermita de Ntra. Sra. de Bellulla sino la iglesia parroquial de san Félix, en Canovelles, Para ofrecerla a los ingenuos compradores de aquellos amuletos milagrosos que, al parecer, entonces eran denominados "piedrecitas de santa Lucía" y, también, "piedrecitas de la Virgen de Bellulla". Se desconoce si este último nombre popular le fue impuesto por los comerciantes o por los romeros.
Podemos suponer que los comerciantes de piedrecitas milagrosas podrían haber dispuesto de proveedores que conocían lugares donde abundaban el tipo de piedrecillas que los clientes devotos demandaban y que ellos recolectarían y que luego serían quienes suministrarían aquel material paleontológico, necesario para la continuidad de aquel negocio.  

Antiguas costumbres populares

También dice J. Amades que "Entre los habitantes de Canovelles estas piedrecitas tenían fama de poseer una virtud mágica para curar las enfermedades de los ojos, aclarar la vista y, sobre todo, para expulsar las motas" No describe J. Amades el modo de uso de las piedrecitas milagrosas para sacar las motas de los ojos afectados.

En otras fuentes documentales, consultadas en línea, se informaba sobre un tipo de uso popular tradicional, de las piedrecitas denominadas "ojos de santa Lucía" y se añadía que "en todos los obradores del pueblo (Canovelles) y localidades vecinas, en los que se trabajaba el hierro, la piedra o la madera, no faltaban este tipo particular de piedrecillas remediadoras". Por si fuera necesaria su intervención milagrosa, en caso de producirse algún accidente laboral. Cuando hubiera saltado accidentalmente un fragmento o esquirla del material áspero, agudo o duro que golpeaban los operarios y se hubiera introducido en el ojo o los ojos de alguno de los trabajadores. 

Un par de herreros forjando artesanalmente una herradura, golpeando 
la pieza de hierro incandescente,   alternativamente, con sus respectivos martillossobre el yunque van moldeando la pieza, para ir dándole la forma deseada. Según un grabado xilográfico antiguo (s. XVII-XVIII) de representación de los oficios tradicionales de la época.
Imagen: Wikipedia

"Por los alrededores de donde estaba situado el santuario de Belulla, han abundado siempre unos fósiles numolíticos (sic) de superficie plana y lisa, de forma más o menos circular, de la medida de una lentilla [lenteja], blancos y con un granito en el centro, que le da la apariencia de ojo. Por eso, entre tantos otros de los apelativos que se les llama, es conocido por "Ojos de Santa Lucia" y son muy eficaces para sacar brozas de los ojos, colocándolos debajo del párpado, por donde dan vueltas circulares hasta expeler la broza. No hace muchos años que en carpinterías, herrerías y otros talleres se procuraba tener siempre uno. Se les distingue también por el nombre de "Piedrecitas de Santa Lucia".

Aspecto de la pequeña imagen metálica actual de la Virgen de Bellulla, que muy pocas personas han podido ver al natural, ya que el templo está cerrado al público y sólo puede accederse por medio de una invitación personal de los propietarios.
Imagen: "
In Malae memoriae" del Santuari de Nostra Senyora de Bellulla. Canovelles. El Vallès Oriental. Catalunya

Resulta difícilmente creíble que llegara a ponerse en práctica la supuesta tradición remediadora local, aportada por los informante de los autores que la recogen y transmiten. No parece razonable ni posible que este tipo de fósiles, pudieran haber llegado a introducirse bajo los párpados. Y menos aún que, luego, mediante masaje digital, se les hubiera hecho girar sobre la esclerótica ocular lesionada, de alguien a quien, accidentalmente, se le hubiera introducido en el ojo algún pequeño objeto erosivo, duro, áspero o con aristas, o punzante que tal vez pudiera estar incrustado, causando una lesión muy dolorosa.

Sabemos de otros lugares en los que se usaban las "piedrecitas de santa lucía" que se hacía  tocando o masajeando suavemente el exterior de los párpados de los ojos afectados por lesiones o dolencias oculares. Este procedimiento, mucho menos lesivo que el mencionado anteriormente, nos parece un método curativo de práctica mucho más probable y una alternativa más razonable que la introducción bajo el párpado.


Las otras milagrosas "piedras de Ntra. Sra. de Bellulla"

El fraile dominico Tomás Palmarola en su libro "La perla del Vallès. Maria santissima en sa miraculosa imatge de Bellulla", publicado en 1712, informa de una serie de numerosas curaciones milagrosas, de variadas afecciones de los ojos de muy diversa gravedad, conseguidas por medio de la introducción de dos piedras bendecidas de las que disponía el santuario, en los ojos de los devotos afectados que acudían para recibir este tratamiento. Estas dos piedras milagrosas eran denominadas "piedras de Ntra. Sra. de Bellulla", cuya verdadera naturaleza especifica fray Tomás Palmarola (p. 83) diciendo que se trataba de unas piedrecitas denominadas por algunos "habas marinas" y que son tan benévolas con los ojos que se pueden introducir en ellos sin causar molestias. En este caso particular su natural virtud remediadora natural había sido incrementada sobrenaturalmente, tras tocar con ellas la santa imagen de la Virgen de Bellulla, por este motivo aquellas dos piedrecillas eran usadas como un instrumento de curación milagrosa.

Aspecto vagamente ocular de dos ejemplares de "ulls de santa Llúcia" fotografiados por el lado favorable, correspondiente a la parte interna, la que está firmemente adherida al cuerpo del molusco.
ImagenLlegendàrium

Las dos piedras milagrosas que mencionaba fray Tomás Palmarola eran, por tanto, dos pequeños opérculos de sendas conchas de gasterópodos marinos de la especie Bolma (Astraea) rugosa, caracolas marinas conocidas popularmente como "peonzas de mar" debido a la semejanza de la forma de la concha con esta clase de juguete. Estos opérculos se suelen encontrar medio enterrados en la arena de muchas playas mediterráneas, siendo conocidos popularmente como "ojos de santa Lucía", "lagrimas de santa Lucía" o "piedras de santa Lucía". Desde hace siglos, en las costas cristianas del mar Mediterráneo, tradicionalmente, se han usado como amuletos para protegerse contra el "mal de ojo", la mala suerte, las afecciones de los ojos y el deterioro de la visión. A veces, formando parte de anillos, pendientes, pulseras, collares o broches.


La ciencia una luz en la oscuridad. 

La información proporcionada por el fraile dominico Tomás Palmarola, sobre la naturaleza malacológica de las dos piedras milagrosas que poseía la comunidad del convento de Bellulla y el uso remediador de problemas oculares que de ellas se hacía en el santuario, así como el supuesto uso popular intraocular, tradicional, de las denominadas "piedras de santa Lucía" (fosiles nummulítidos), nos han hecho sospechar que los caparazones pétreo de los macroforaminíferos fósiles nummulítidos, nunca se debieron usar, intraocularmente, con fines remediadores ni curativos de afecciones oculares. Que, en realidad, las "piedras" curativas que se utilizaban en las casas, talleres y obradores para extraer motas de los ojos lesionados eran de la misma clase que las usadas en el santuario por los frailes predicadores. Se trataría, por lo tanto, de pequeños opérculos de la caracola marina Bolma (Astraea) rugosa que podían comprarse a los vendedores ambulantes que, el día de la romería,  acudían al lugar de concentración de los romeros, ya fuese aquel lugar el santuario de Bellulla, inicialmente, o la iglesia parroquial de Canovelles, posteriormente.

Aspecto de la concha de la caracola marina  Bolma (Astraea) rugosa, en la imagen de la izquierda se puede ver el opérculo de color anaranjado, cerrando la entrada para proteger al animal, refugiado en su interior. Cuando el animal muere y se descompone su cuerpo, el oleaje arrastra hasta la playa su opérculo. Imagen. Collec Online

Posiblemente, J. Amades y los demás autores que atribuyen a los nummulites o fósiles nummulítidos un uso popular medicinal, eran víctimas de una profunda confusión, tal vez inducída por la coincidencia de los nombres populares de ambos tipos de objetos naturales,  y a causa del hecho de no haber presenciado nunca, personalmente, las características morfológicas ni el uso práctico de las piedras prodigiosas que mencionaban en sus escritos.
No se puede descartar la posibilidad de que en algunas ocasiones, algunas personas desesperadas por el dolor, confundidas por la coincidencia de nombres y por estar muy mal informadas, hubieran intentado utilizar como remedio, a sus problemas oculares, alguna clase de pequeños fósiles nummulítidos, lógicamente, con unos resultados terapéuticos adversos a los esperados.


Concedamos el beneficio de la duda, pero con moderación. 

Hipotéticamente, dado que el territorio de la zona de Bellulla y Canovelles corresponde a terrenos miocenos, cabría la remota posibilidad de que los materiales sedimentarios de ambos lugares pudieran contener opérculos fósiles procedentes de gasterópodos marinos miocenos  del género Bolma (Astrea) u otros géneros afines. Pero resulta más que dudoso que los pequeños opérculos hubieran podido haberse acumulado, de manera natural, en una cantidad tan extraordinaria como para que su hallazgo y recolección resultasen tan fáciles como dicen  que es J. Amades y otros autores que afirman lo mismo. Además resulta dudoso que su abundancia se hubiese podido mantener tan alta, durante tantos siglos, a pesar de las sucesivas extracciones anuales por los recolectores piadosos.
Podría haber sido posible que inicialmente se hubiesen podido hallar algunos opérculos fósiles que dada su extraordinaria similitud con las "habas marinas" contemporáneas, cuyo uso medicinal era conocido, común y tradicional en la costa mediterránea, para el tratamiento de afecciones oculares y para sacar motas, se hubieran podido utilizar de igual manera y con mayores expectativas de éxito, al poderse asociar a la virtud añadida de haber sido halladas en un lugar sagrado que estaba bajo la protección de dos advocaciones protectoras de la vista y de la salud de los ojos.


Nota

Haba marina: Pieza calcárea de forma elíptica, pequeña, plana y blanca por una cara, rugosa semejante a un ombligo o una oreja humana, y de color entre rojo y dorado por la otra, que sirve de opérculo a la concha de ciertos caracoles marinos. Llevado en sortijas, pendientes o botones, se tiene vulgarmente como preservativo que protege contra el dolor de cabeza y "el mal de ojo". También conocido como "ojo de santa Lucía", "ojo de sirena", "ojo de bruja, "ombligo de Venus", "orejita de mar", etc.

Fuentes

- Amades Gelats, Joan (1953). Canovelles. Costumari català. El curs de l'any. vol. 3. Ed. Salvat. Barcelona. pp. 398-399.
- Anónimo (1928). L'Aplec de BellullaDiari de Granollers Núm. 628  10-04-1928  (p. 1-2)
https://arxiumunicipal.granollers.cat/ArxiuDigital/viewer.vm?id=60162&lang=ca   
- Anónimo. Mare de Déu de Bellulla. Wikipedia:  https://ca.wikipedia.org/wiki/Mare_de_D%C3%A9u_de_Bellulla
- Anónimo. Santuari de la Mare de Déu de Bellulla. Wikipedia:    https://ca.wikipedia.org/wiki/Santuari_de_la_Mare_de_D%C3%A9u_de_Bellulla
- Canyameres, Ferran (1995). «Pedretes de Santa Llúcia». Obra Completa. Vol. 5 (p. 389). Columna Edicions. Barcelona.
- Palmarola, Tomàs (1712). La perla del Vallès. Maria Santissima en sa miraculosa imatge de BellullaRafel Figueró, Barcelona.
Garrell Alsina, Amador (1960 )Granollers Vila Oberta. Editorial Miquel Arimany. Granollers, 1960 
- Julià, Pere  (1986). Aplec de Belulla (Canovelles). Revista del Vallés. 20-12-1986
https://arxiumunicipal.granollers.cat/ArxiuDigital/viewer.vm?id=140973&lang=ca&page=18
- Mas, José  (1974). Canovellas. Serie «Vallés histórico y monumental» Revista del Vallès, 06-04-1974, p. 28:  https://arxiumunicipal.granollers.cat/ArxiuDigital/viewer.vm?id=297691&lang=ca&page=28 


Continuará

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