por Heraclio Astudillo Pombo, Universitat de Lleida,
Introducción
El relato legendario que hoy se presenta, es producto de una larga, lenta y dificultosa búsqueda de información, que se inició en el año 2013 y duró seis años. Durante ese tiempo se buscaron, consultaron e interpretaron una multitud de documentos, antiguos y modernos, la inmensa mayoría de ellos, accesibles por Internet, sin obtener apenas, resultados útiles y consistentes para los objetivos de la investigación, pero sí para conocer a fondo "la vida y milagros" del protagonista. También se mantuvieron contacto, vía correo electrónico, con varios amigos e informantes oscenses, algunos pocos de los cuales nos pudieron proporcionar algunos datos o imágenes de documentos, poco aprovechables. La información más interesante fue la que nos llegó facilitada por el contacto con nuevos informantes, antes desconocidos. Fue, precisamente, esa cadena humana colateral la que, finalmente, nos permitió llegar a conocer una vieja leyenda popular que, al parecer, resulta muy poco conocida actualmente y que es muy interesante desde el punto de vista etnopaleontólogico.
La primera vez que el autor de esta entrada tuvo conocimiento de la existencia de un tipo de fósiles, denominado popularmente "trigo de San Úrbez", en el Alto Aragón, fue en el año 2013. La información desencadenante de nuestra investigación etnopaleontólogica, se hallaba formando parte de un párrafo contenido en el documento titulado "Itinerarios educativos en el Geoparque de Sobrarbe". Decía: "Los foraminíferos, especialmente los nummulites, son fósiles abundantes. Su similitud con monedas les ha valido el nombre de dineretes en casi todos los pueblos de la Depresión Media y Sierras Exteriores. Leyendas como la del trigo de San Úrbez aprovechan también, con un efecto didáctico y moralizante, el parecido con este cereal." (Belmonte, 2013a y 2013b)Imagen: https://www.apiesdescalzos.es/news/espicalaforca-esta-mas-sola/
La leyenda sobrarbesa de "El trigo de San Úrbez"
Se trata de una vieja leyenda popular que narra el castigo de un rico acendado, tan avaricioso como inhumano, castigado por San Úrbez, por su falta de compasión humana y caridad cristiana. La narración, originalmente, le fue comunicada al autor, en su versión corta y popular, por doña Maria Pilar O. C., quien en su niñez la había escuchado en boca de su abuela. Esta señora octogenaria, residente en Barcelona, desde hace más de 50 años, era originaria de la localidad de Nocito, en el término municipal de Nueno (Huesca). El sencillo y breve relato legendario popular, nos llegó por mediación de un sobrino suyo. Sin embargo el relato que aquí se presenta es una adaptación del micro-relato original, transformado en una versión mucho más extensa y compleja, es decir, es su versión culta o literaria, siendo el responsable de su adaptación literaria el autor de esta entada. La leyenda dice:
Hace ya muchos años, al anochecer de un frío día de Noche Buena, llamó a la puerta de la granja amurallada de un rico hacendado, un depauperado y harapiento pastor al que acompañaban un menguado rebaño y un perro flaco. Al sorprendido sirviente que abrió la puerta, el inesperado visitante le solicitó humildemente que pidiera a su amo que les concediera asilo nocturno solamente aquella noche, para él en el pajar y para su pequeño rebaño en el corral. Suplicándole aquel enorme favor por caridad cristiana y por amor a Dios, cuyo nacimiento iban a celebrar alegremente, esa misma noche, los propietarios de la casa y los sirvientes de la granja.
Muro de piedra, con la entrada cerrada a cal y canto, en un día de nevada, y sin ninguna presencia humana que anime la escena. Imagen: Istockphoto: https://media.istockphoto.com/id/90951769/es/foto/puerta-de-nieve.jpg?s=612x612&w=0&k=20&c=XKyU0By2g1UehmBhjS3UZH07EMJmRwdEL5sZyYc0jTA=
El criado cerró la puerta dejando al mísero pastor a la intemperie y fue a informar a su amo del incómodo asunto. Al poco rato regresó acompañado de su amo, el rico terrateniente. Quien empezó por recriminarle, agriamente, su irresponsabilidad y despreocupación por andar, a una hora tan tardía de aquel día, en una época del año tan poco favorable para hallar cobijo en campo abierto. Luego le recriminó su ingenuidad por pasear, en diciembre, a su miserable rebaño por el monte, en busca de pastos inexistentes y finalizó por echarle en cara que en un día como aquel fuera a molestar a una familia a la búsqueda del beneficio de la caridad ajena.
El pobre pastor se disculpó, humildemente, respondiéndole que como él era tan pobre no podía disponer de un buen corral ni de un buen establo en donde resguardar a su ganado, ni de una cálida cabaña donde guarecer su persona. Tampoco disponía de reserva de grano y paja con que poder alimentar su ganado aunque hubiera podido mantenerlo estabulado durante la invernada. Su pobreza le obligaba a pasar muchas penalidades en invierno, y a tener que ir itinerante por aquellos montes, aprovechando su rebaño cualquier hierba o matojo comestible que pudiera encontrar y refugiándose el pastor y su pequeño rebaño en el interior de algunas cuevas aptas para acoger en las noches y días de temporal .
Como quien hiciera un gran favor al mísero peticionario de asilo, el ricachón le recomendó al pastor, amistosamente, que se apresurara a marcharse de su casa, para poder aprovechar la poca luz del día que todavía quedaba, para poder encontrar y seguir un sendero muy cercano que conducía hasta una amplia cueva que existía no lejos de allí, donde él y su rebaño podrían guarecerse aquella noche, para no tener que pasarla a la intemperie. A continuación el ricachón se retiró y el criado cerró, inmediatamente, la gran puerta en las narices del incómodo visitante.
Al amanecer del día siguiente, los sirvientes más madrugadores acudieron alarmados a despertar a su amo, para informarle que, durante la noche anterior, algunos ladrones sigilosos habrían entrado a saquear su casa. Sin que nadie se enterase de su entrada habían vaciando su despensa, su granero y su pajar, pues en su interior ya no quedaba nada de todo aquello que contenían el día anterior.
El rico propietario, aterrorizado e incrédulo por la inesperada noticia y ruinosa calamidad se repuso del enorme susto recibido. Sintió la imperiosa necesidad de ver con sus propios ojos el alcance de aquella catástrofe económica anunciada por sus criados. Al acercarse a la puerta del amplio granero que el día anterior estaba completamente lleno de grano, el ricachón temblaba de miedo e impaciencia pero al cruzarla comprobó que la noticia era totalmente cierta, pues ahora estaba completamente vacío. Sin embargo quiso cerciorarse que sus propios ojos no le engañaban y se puso a recorrer la gran estancia, de cabo a rabo, iluminándose con la tenue y titubeante luz de un candelabro de tres brazos. Confiaba que quizás podría encontrar algo de trigo olvidado por los ladrones en algún rincón de su granero. Pero pudo comprobar, con gran ira y amargura que el gran granero estaba completamente vacío.
Hombre mayor mostrando una expresión de una gran recelo, tal vez, temiendo encontrar alguna prueba que le demuestre que sus temores estaban justificados.
Sorprendido pudo descubrir que en la superficie de algunas piezas del enlosado de piedra del suelo del granero aún permanecían dispersos algunos pocos granos de su trigo. Cuando quiso cerciorarse que no le engañaban sus ojos e intentó recogerlos con su mano, pudo comprobar estupefacto que estaban fuertemente pegados a la piedra y, al palparlos notó que estaban petrificados. Tan sorprendido como atemorizado, intuyó que aquel extraño expolio de su casa más parecía ser producto de algún encantamiento, conseguido con malas artes de magia o brujería, que un simple robo vulgar cometido por una banda de vulgares saqueadores humanos.
Aspecto particular de la superficie de una roca sedimentaria caliza, de la zona sobrarbesa, cuajada de numulites fósiles, del tipo denominado popularmente "trigo de San Úrbez". Los supuestos granos de trigo petrificado, en realidad, son las secciones de los caparazones de nummulites, orientados de una forma muy particular. Fotografía original de Ánchel Belmonte,La criada más vieja de la casa, tan añosa como devota de san Úrbez, creyó ver en todo lo sucedido, la noche anterior, la intervención de san Úrbez, cuya festividad se había celebrado pocos días antes. San Úrbez habría querido castigar a su amo por su falta de compasión humana y caridad cristiana para con aquel pobre pastor.
Anciana pensativa, en la cocina, reflexionando sobre algún suceso que necesita explicación o solución...
Imagen: Freepik: https://img.freepik.com/fotos-premium/serena-anciana-sosteniendo-tetera-mientras-prepara-te-sus-invitados_274679-40130.jpg?semt=ais_hybrid
Puesto que el santo responsable del castigo había sido pastor gran parte de su vida y luego monje eremita y sacerdote y tras su muerte y canonización, fue venerado como santo patrón por los pastores de las montañas de aquella comarca, la conducta del amo era una ofensa personal.
La vieja criada creía que el santo habría tomado la figura de pastor miserable para poner a prueba la dudosa compasión caritativa del amo de aquella casa, un rico terrateniente de corazón duro como la piedra, cruel y avaricioso. El castigo del santo habría consistido en hacer desaparecer, milagrosamente, una parte importante de sus propiedades materiales para escarmentarlo, por su falta de piedad humana y caridad cristianas. Castigo que quizás contribuiría a hacerle reflexionar y corregir su mal comportamiento.
A aquel trigo petrificado, pegado a la superficie de las losas de piedra del granero del ricachón cruel, las gentes del lugar que fueron a ver el prodigio le llamaron “trigo de san Úrbez”, por motivo de su origen milagroso y por su supuesto autor de petrificación.
Hoy día, aún se pueden ver en la superficie de algunas peñas de la zona en la que vivió san Úrbez, aquellas figuras alargadas, en relieve, que se asemejan, extraordinariamente, a granos de trigo, cuyo aspecto recuerdan un puñado de trigo petrificado, desparramado sobre la piedra que lo soporta. A esas extrañas agrupaciones de curiosas figuras petrificadas, los lugareños las siguen llamando “trigo de san Úrbez”, en recuerdo del prodigio, atribuido al santo pastor, sucedido en casa del rico hacendado que fue castigado con el vaciado de su despensa, su granero y su pajar, por no acoger a un pobre en Nochebuena.
La caliza nummulítica es una clase de roca caliza compuesta en gran parte por una acumulación de caparazones fósiles de nummulites, también de naturaleza calcárea, y que están firmemente adheridos unos a otros y a la matriz mediante cemento igualmente calcáreo. La caliza nummulítica es muy característica de la época del Eoceno, en el período geológico antiguamente denominado Terciario.
Se dice que este prodigioso suceso milagroso, aconteció, hace ya muchos años, en un lugar, hoy olvidado del territorio situado en los alrededores de las localidades serranas de Sercué, Vió o Albella, la zona en la que muchos siglos antes, estuvo trabajando como pastor un hombre santo, luego conocido como san Úrbez, o san Urbicio, nacido en Burdeos en el año 702 y muerto en Nocito en el 802.
Interpretación científica y etnográfica
Cuando conocí la existencia de un tipo de fósiles denominados "el trigo de San Úrbez", por primera vez, fue en el año 2013. En el primer momento, supuse que también podría tratarse de ejemplares de alguna especie de alveolina, pues por entonces, quien escribe, estaba completando la recogida de información para el estudio e interpretación de unos fósiles llamados popularmente "el trigo de los santos", existentes en los alrededores del santuario de san Cosme y san Damián, en la sierra de Guara (Huesca). Para conocer detalles sobre el tema, mencionado, véase la entrada publicada en este blog el 26 de enero de 2022: El “trigo de los Santos”, trigo robado en el santuario de san Cosme y san Damián de Guara que fue petrificado milagrosamente como castigo a los ladrones
Quise cerciorarme y comprobar si mi suposición era acertada, consultando al geólogo aragonés Ánchel Belmonte Ribas, quien había citado aquellos fósiles, inicialmente. Fue Ánchel Belmonte quien me comunicó que no se trataba de alveolinas sino de nummulites. Tal interpretación popular sucedía cuando los ejemplares de nummulites aparecían agrupados y seccionados transversalmente, según su eje polar. Sucedía en aquellos lugares de las rocas numulíticas en los que, casualmente, todos o la mayoría de los nummulites tenían las dimensiones apropiadas y estaban orientados de una forma muy particularmente favorable, para que sus secciones formaran unas figuras que asemejaban la forma típica de los granos del cereal.
Aspecto, a gran aumento, de dos caparazones de nummulites seccionados transversalmente, incluidos en la matriz de una roca de caliza nummulítica. Fotografía de Parent Géry. Imagen: Wikipedia https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Nummulites_%28France%29_2.JPGPreguntado Ánchel Belmonte por el contenido de la leyenda que aparecía citada en la siguiente frase de su escrito: "Leyendas como la del trigo de San Úrbez aprovechan también, con un efecto didáctico y moralizante, el parecido con este cereal.", me contestó que sabía que existía tal leyenda popular pero que desconocía el contenido exacto y detallado de la narración popular legendaria.
A partir de ese momento se puso en marcha el proceso de establecimiento de contactos, vía correo electrónico, con todos mis informantes altoaragoneses, para recabarles su colaboración en la localización de la leyenda y la comunicación literal o aproximada de su contenido. Tal cosa sucedería seis años más tarde, en 2019, cuando el objetivo parecía inalcanzable y la misión fallida.
Agradecimientos
A Óscar Ballarín Plana y Arturo González Rodríguez, por haber creado el fondo bibliográfico Arialla, con multitud de documentos relacionados con san Úrbez, libremente consultables en Internet.
A Francisco C. L. que influyó en su tía doña Mª Pilar O. C. para que le contase la leyenda que luego de transcribir nos envió por correo electrónico.
¡Atención!
Si alguna de las personas que han visitado esta entrada, por casualidad, conoce la existencia de alguna otra versión de la leyenda popular dedicada al " trigo de san Úrbez", le rogamos que nos la haga llegar, le estaremos muy agradecidos si nos la transmite para poder darla a conocer.
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