sábado, mayo 9

El registro fósil, recogido y explicado por la literatura popular (2).

por Heraclio Astudillo Pombo, DMACS, UdL


La “Leyenda de "la Encantá" o de "la Encantada" del Cabezo Soler, de Rojales (Alicante) (2ª parte)

Una interpretación desmitificadora, de la leyenda de “la Encantá” de Rojales, una narración popular de tipo etiológico, inspirada en un depósito de huesos fósiles.


Si se intenta interpretar la leyenda con una mentalidad moderna, de tipo naturalista y racionalista, se deben identificar los diversos tipos de restos materiales, de tipo arqueológico y paleontológico, sobre los que se fundamentan las versiones etiológicas de la leyenda de “la Encantá”, de Rojales. Con este enfoque racionalista se puede ver como los mismos elementos materiales, reales y concretos, existentes en el “el Cabezo Soler” que fueron interpretados, unas veces muy ingenuamente, presumimos que en otras ocasiones debieron interpretarse de forma “muy conveniente” al paradigma social y religioso dominantes, al fabularse una explicación de los huesos que resultase razonablemente creíble para una población, mayoritariamente crédula por poseer una mentalidad explicativa mágica, de tal manera que los restos materiales que eran indicios pasaban a convertirse en elementos probatorios de la veracidad de una leyenda, la de “la Encantá” de Rojales que había sido inventada para explicar unos ciertos hechos que resultaban observables, en diversos puntos del cerro del Cabezo Soler.

En primer lugar, tenemos como indicios materiales, unos restos arqueológicos, consistentes en residuos de antiguas construcciones, completamente arruinados, situados en las partes altas de “el Cabezo Soler”, a los que la imaginación popular interpretó como los restos destruidos mágicamente, de la desaparecida fortaleza y del palacio del emir moro. En la actualidad existe constancia histórica, de tipo documental y arqueológico, de que en la cima del cabezo Soler existieron asentamientos humanos, la ocupación humana del cual se inicia en la prehistoria y llega hasta tiempos medievales, en la época de ocupación musulmana: los restos "más antiguos" corresponden a asentamientos de la Edad del Bronce, (1000 a.C) y los "más modernos" a restos de un “hisn” o asentamiento rural fortificado, andalusí, construido y ocupado, en la época musulmana (siglos XI- XII).

En segundo lugar, tenemos los indicios de tipo paleontológico, consistentes en diversos fragmentos de esqueletos, así como huesos y dientes sueltos, de diferentes clases de vertebrados, acuáticos y terrestres, de finales del Terciario (Plioceno) y principios del Cuaternario (Pleistoceno).
Debemos suponer que antiguamente, sin las activas actividades extractivas de los actuales expoliadores, nacionales y extranjeros, del patrimonio paleontológico español, debieron abundar los restos óseos de diversos animales de mediano a gran tamaño, especialmente de diversos tipos de cetáceos de finales del Plioceno y principios del Pleistoceno. Tales restos paleontológicos estarían expuestos a la vista de todos aquellos que pasaban por el lugar, ya que muchos de ellos habrían sido exhumados, de forma parcial o total, de las rocas que los incluían en su interior, por los efectos combinados de la la erosión y la meteorización. Tal como comenta Daniel Jiménez de Cisneros, en relación a una visita efectuada en 1908, cuando trataba de localizar unos supuestos huesos de plesiosaurio, cuya existencia en aquel lugar, le había comunicado un conocido suyo. Finalmente, los supuestos huesos de plesiosaurio resultaron ser los huesos fosilizados de cetáceos más modernos.

Aspecto del esqueleto de una serpiente actual que está completo y perfectamente articulado, obsérvese que su larguísima columna vertebral, sólo muestra como anejos, una gran cantidad de costillas, ya que el esqueleto de las cinturas, escapular y pelviana, y el de las extremidades están totalmente ausente, por estar completamente atrofiados.


Como los cetáceos, por efecto de su adaptación al medio acuático, tienen columnas vertebrales mucho más largas que los cuadrúpedos terrestres, debido a que posen bastantes más vértebras que ellos y, además, como también tienen los miembros posteriores atrofiados, es posible que sus restos mejor conservados y por tanto los que podían ser reconocibles, fueran alineamientos de vértebras de grandes dimensiones, conectadas a fragmentos del cráneo, puesto que los demás huesos largos y delgados, imcluidos los que forman el morro del animal, se habrían fragmentado y dispersado, durante el proceso tafocenótico o en el de la fosilización. De tal manera que el aspecto del conjunto, pudo inducir a los lugareños a confundir los restos fosilizados de diversos cetáceos, con los restos petrificados de grandes monstruos serpentiformes, especialmente, los restos de los grandes cetáceos desdentados (misticetos) que en este caso particular, podría tratarse de un tipo de "ballenas de barbas", precursora de la ballena gris actual (Eschrichtius robustus), de unos 12 a 15 m. de longitud, cuya cabeza por el hecho de tener las mandíbulas delgadas y desarticulables, como las de las serpientes, ofrecería un aspecto vagamente serpentiforme.

Ilustración esquemática representando el aspecto del esqueleto de una ballena gris actual que estaría completo si no hubiéramos suprimido los huesos de las costillas y de los miembros anteriores para proporcionarle un aspecto serpentiforme. El esqueleto se muestra perfectamente articulado, obsérvese su, relativo, parecido a una culebra gigante, pero algo "corta" y "cabezona", debido a que con su larga columna vertebral y su gran cabeza, no guarda las debidas proporciones, típicas de un ofidio.
Imagen: http://www.acsonline.org/factpack/images/HumpbackWhaleSkeleton.jpg


Los esqueletos axiales fosilizados de otros vertebrados acuáticos, contemporáneos de los cetáceos no dentados, también podrían haber contribuido a la generación de la leyenda de los "monstruos serpentiformes" del Cabezo Soler. Este podría ser el caso de las columnas vertebrales de delfines, de vacas marinas e incluso de cocodrilos.

Desprovistos de los huesos de sus extremidades, tanto los esqueletos de los delfines: fig. 1 ( arriba, izquierda), como los de las vacas marinas o manatíes: fig. 2 ( arriba, derecha) o los de los cocodrilos: fig. 3 (abajo izquierda) adquieren un aspecto, claramente, monstruoso y "serpentiforme" Véanse las correspondientes imágenes:

Fig. 1: Cráneo y columna vertebral de un delfín común actual (Tursiops)
Imagen:

Fig. 2: Cráneo y columna vertebral de unmanatí o vaca marina fósil del neógeno (Metaxytherium)
Imagen:manatí o vaca marina fósil del neógeno (Metaxytherium)

Fig. 3: Cráneo y columna vertebral de un cocodrilo africano actual (Crocodylus niloticus)
Imagen:


Descifrando el misterioso origen de la creencia popular en unos diabólicos y legendarios monstruos nocturnos imaginarios.

El origen de los "monstruosos perros gigantes" que citan las versiones etiológicas de la leyenda, muy posiblemente, deba buscarse en la probable bservación, e interpretación fabulosa, de algunos esqueletos incompletos unidos a cráneos de cetáceos con dientes (odontocetos). En este caso particular, posiblemente, se trataría de alguna clase de delfines neógenos, cuyos cráneos mucho más compactos que los de los misticetos y, además, dotados de mandíbulas más gruesas, con numerosos dientes fuertes y muy agudos, pudieron haber dado origen a la fabulación de monstruosos perros gigantes, de los que además se dice que eran perros voladores. Es muy probable que las supuestas “alas”, fueran en realidad los huesos de las "aletas" (miembros anteriores más o menos completos), de alguna otra especie de cetáceos o de otros ejemplares de la misma especie, pero de mayor tamaño y edad que habrían quedado superpuestos, en la posición y forma más conveniente, para que pudiera inducir al error a sus inexpertos observadores.

Aspecto de un cráneo completo de delfín común, actual, es evidente, que la aguda dentadura le proporciona un aspecto muy fiero y terrorífico, aunque no acertamos a encontrar las semejanzas con la cabeza de un perro, similitud que al parecer sí pudieron encontrar sus primitivos observadores rojaleños.
Imagen
http://farm1.static.flickr.com/220/511081914_7a6dcfdf33.jpg?v=0

Una explicación más o menos parecida podría darse a los huesos “petrificados” de los supuestos lagartos gigantescos que citan algunas versiones de la leyenda, porque si en tiempos recientes, los paleontólogos han hallado restos de cocodrilos, en el mismo lugar, es de suponer que en el pasado también pudiera haber estado a la vista, algun esqueleto, más o menos completo, de este tipo de animales, cuya observación debió inducir a la confusión con lagartos gigantes.

Aspecto del esqueleto completo y articulado de un cocodrilo del Nilo, actual (Crocodylus niloticus). Los aldeanos de Rojales al igual que los primeros exploradores españoles, que observaron por primera vez a los primeros cocodrilos, en América y en África, les llamaban "lagartos" dado su gran parecido con los modesto pariente terrestres que habitaron la península en tiempos históricos

Es muy posible que en la “reconstrucción mental fabulosa” que hicieron los lugareños de la zona de los monstruos diabólicos del cerro de Rojales, a partir de la observación de diversos tipos de restos óseos, pudiera haber contribuido la mezcla de restos óseos de diversos individuos e incluso de diferentes especies, cosa no infrecuente en algunos yacimientos, contribuyendo de esta manera la naturaleza, a crear verdaderas "quimeras" que resultarían muy difíciles de interpretar, racionalmente, para gentes con escasos conocimientos zoológicos y anatómicos, de una fauna tan lejana morfológicamente, de la fauna doméstica y salvaje, propia de la zona, que era la única conocida por ellos.



Fuentes:


- Agencia EFE. 2001. “Hallan una ballena fósil del Pleistoceno”.
www.grupopaleo.com.ar/paleoargentina/hemeroteca2001.htm
-Anónimo. Rojales. Historia de los municipios de la Vega Baja http://www.convega.com/historia/rojales/rojales.html
- Cartagena González, Fausto. 1991. “La leyenda de la Encantá del Cabezo Soler de Rojales” en Segura río abajo. Leyendas y relatos. Rojales. Ayuntamiento & Banco de Alicante.
- Gea et alt. 2000. El Museo Arqueológico-Paleontológico de Rojales: un importante paso para el estudio, conservación y divulgación del patrimonio del Bajo Segura. Aquibla, 6. 2000.
- Gonzalo, R. 2005. La España prodigiosa (II), en De Occulta Philosophia. CCLXXIV. rgonzalo 9/jun/05, 05:05
http://foros.hispavista.com/de_occulta_philosophia/3474/629880/m/la-espa%C3%B1a-prodigiosa-(ii)/
- Goy, J.L. ; Zazo, C. ; Somoza, L. & C. J. Dabrio. 1990. Evolución Paleogeográfica de la Depresión de Elche-Cuenca del Bajo Segura (España) durante el Pleistoceno. Estudios Geológicos., 46: 237-244
- Jiménez de Cisneros, Daniel. 1908. “Excursiones por el S y SW de la provincia de Alicante”. Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural, Tomo VIII, pp. 193-208
- Mascarell, M. J. 2005. Un investigador de Pego descubre el primer antepasado de ballena gris de toda Europa. Levante, domingo 26 de junio.
- Sendra Sáez, Joaquín R. 1997. “Paleontología y folklore popular: los monstruos mitológicos de Rojales (Alicante)”
- Sendra Sáez, Joaquín R. 2000. Visita virtual a la sección de Paleontología. Museo Arqueológico-Paleontológico Municipal, Rojales (Alicante)
- Serra, Mª C. & Román del Cerro, J.L. 1986. “La leyenda de la Encantá de Rojales” en Leyendas de la Vega Baja. Universidad de Alicante.
- Sierra Albert, Javier & Callejo, Jesús. 1997. “La leyenda de la Encantada de Rojales” en La España Extraña. EDAF. p.265- 267
- vvaa. Leyenda de la Encantada. http://es.wikipedia.org/wiki/Leyenda_de_la_Encantada


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