"PIEDRAS DE RAYO", EN ARAGÓN
Algunas "piedras de rayo", atípicas, usadas exclusivamente en el Pirineo Aragonés
La primera pista
Rastreando un día en Internet, a principios del mes de enero del 2011, como en infinidad de ocasiones anteriores, buscando cualquier información que relacione a determinados tipos de fósiles del registro ibérico, con creencias, actividades o producciones materiales o inmateriales, de la cultura popular, de cualquier localidad y región española. Casualmente, me encontré con unas frases en la Biquipedia (la Wikipedia en lengua aragonesa) que, instantáneamente, me hicieron 'subir los niveles de adrenalina', pues por primera vez, me encontraba con una referencia escrita que hablaba de las "piedras de rayo", en Aragón, y que no las relacionaba con las consabidas hachas de piedra, neolíticas, ni con vulgares fragmentos de pedernal, prehistórico o contemporáneo, ni con trozos de cuarzo, sino ¡con fósiles! La información que me aportaba la Biquipedia, estaba directamente relacionadas con el campo de contenidos propio de mis investigaciones etnopaleontológicas y me señalaba, claramente, una nueva e interesante pista a seguir. Este hallazgo biquipédico, además de "alegrarme el día", me sirvió para iniciar un nuevo proceso de investigación etnopaleontologica, en paralelo a otros muchos que, en ese momento, se mantenía abiertos y en marcha, pero en esta ocasión, estaría orientado sobre el territorio y en el folclore paleontológico, aragonés.
El etnotexto en cuestión:
"Piedra de rayo. Las piedras de rayos son piedras de tamaño zaborro que seguntes la creyenzia popular en l'Alto Aragón son puntas petrificatas de los rayos e representan talismans contra la suya caita. La chent enantes creyeba que los rayos lebaban unas piedras en la punta, e que quan caye un rayo las piedras tornan a salir ta la superfizie a lo cabo d'un tiempo. Las piedras consideratas piedras de rayo gosan estar fosils de gasteropodos con formas sozconicas u antigas piezas de pedreña entallatas como un trianglo u con una punta aguta. Las piezas de pedreña pueden estar estrals u puntas de lanza d'edat paleolitica, neolitica, u también aber formato parte d'un trillo.
Esta creyenzia puet tener radizes romanas, porque pa los romans un puesto on cayeba un rayo se consideraba seguro porque se consideraba no n'i cayería d'atro, esdebenindo un puesto sagrato.
En muitas cabanas de pastor bi ha una piedra de rayo soterrada a la puerta, ta protecher-se contra os rayos."
El remarcado de ciertas partes del texto, en negrita, es nuestro, para indicar qué partes de este etnotexto resultan ser más relevante para nuestra investigación etnopaleontológica y para señalar que eran cuestiones desconocidas para nosotros, antes de conocer este documento.
La segunda pista:
Después de buscar infructuosamente, nuevas informaciones relacionadas con la comentada y recogida anteriormente, decido mandarle un correo a mi amigo Rafel Vidaller, naturalista, antropólogo, filólogo y excelente persona, asentado en Sabiñánigo, capital de la comarca de Alto Gállego, persona que conoce muy bien la naturaleza y las tradiciones populares asociadas, de la zona pirenaica de la provincia de Huesca. En el correo le preguntaba, si alguna vez había oído hablar a las gentes del pirineo aragonés, sobre piedras de rayo en general o de este tipo de particular de "piedras-caracola" o "caracolas de piedra", pidiéndole su colaboración y su opinión sobre el asunto y adjuntándole una copia literal de la información encontrada en la Biquipedia.
A los pocos días, recibo un correo de contestación, diciéndome:
"En cuanto he leído el apunte que me mandas, me he acordado de una imagen que había visto en el libro años atrás y he ido a por él (autores Fernando Biarge & Ana Biarge (2000). Líbranos del mal. Creencias, Signos y Ritos Protectores en la zona pirenaica aragonesa. Uesca - edición de los autores), y me he encontrado con la página que te adjunto escaneada. De allí supongo que vienen las referencias de la biquipedia."
Efectivamente, en la imagen adjunta, la página del libro citado escaneada, aparecen un par de detalles muy interesantes: la fotografía de un fósil de caracol marino, su nombre vulgar y su procedencia. ¡Eureka!
Página 163, del interesantísimo libro etnográfico Líbranos del mal. Creencias, Signos y Ritos Protectores en la zona pirenaica aragonesa, de Fernando y Ana Biarge.
En la parte superior izquierda se puede apreciar la fotografía de un fósil, sobre la palma de la mano de su propietario y a su derecha un texto que da razón de la localidad: Merli y del nombre vulgar del fósil: Piedra de rayo.Imagen: Fotografía original de Fernando Biarge
Identificación taxonómica y procedencia geográfica
Ante mi incapacidad para asignarle al fósil un determinado género paleozoológico, a partir de una sola imagen, decido pedirle ayuda a un experto de la tierra y, con ese fin, mandarle un correo electrónico a mi amigo Ángel Gayúbar, periodista activo por todo el territorio provincial por ser corresponsal del Heraldo para la provincia de Huesca y experto paleontólogo amateur, asentado en Graus, población situada al sur de la comarca de la Ribagorza que es la zona a la que también,pertenece la localidad de Merli. Ángel es una gran persona y buen conocedor de muchos de los yacimientos paleontológicos y la fauna fósil, de toda la provincia de Huesca. En el correo le pregunto si le es posible hacer un diagnostico fiable sobre la imagen del fósil que le adjunto, que es la aparece en la página 163 del libro “Libranos del mal” de Fernando Biarge y Ana Biarge.
A las pocas horas, Ángel Gayúbar me comenta lo siguiente:
“El fósil que aparece en la fotografía es un Clavilithes parisiensis, del Eoceno medio, aunque me parece que ese fósil, en concreto, por el tipo de fosilización que presenta, no creo que lo encontraran en la localidad de Merli, en el valle de Isábena, sino en el valle del Ésera, por la zona de la Puebla de Fantova.”
De manera que, según la opinión de Ángel Gayúbar, parece ser que el fósil fotografiado en el libro de los Biarge fue recogido en un lugar no muy alejado, pero distinto hasta aquel otro en el que era usado y a donde había sido acarreado.
Aspecto característico de la concha fósil de la caracola marina de la especie Clavilithes parisiensis, un gasterópodo del Eoceno marino (Luteciense) que, a pesar de su nombre específico parisiensis, también puede encontrarse en el Alto Aragón.
El ejemplar de la izquierda, está entero, mientras que el de la derecha ha sido seccionado, a nivel del eje central, para que pueda apreciarse la estructura y la cavidad interna de la concha que en este caso está vacía, sin molde interno de relleno.
Los dos ejemplares de la fotografía, bien conservados, proceden de la localidad de Damery, Depto. de Marne, Francia, estando expuestos en la sección de Paleontología del Museo de Historia Natural de París.
Imagen: Fotografía original de Michael Popp, alias "Kentuckiana Mike"
Ángel, también, me recomendaba que me pusiese en contacto con Fernando Biarge, el autor principal del libro, diciéndome para animarme que se trata de una persona abierta, encantadora y de amplia cultura que con toda seguridad sería receptivo a mis demandas de información. Para facilitarme el contacto, me proporcionaba el teléfono particular de Fernando, en Huesca.
Vamos, directamente, a la fuente original de la información
Tras un par de tentativas telefónicas, infructuosas, finalmente, al tercer intento pude establecer comunicación telefónica con Fernando Biarge , escritor, fotógrafo, editor, etnógrafo, pireneista, publicista y un largo etcétera, persona encantadora y conversador ameno, al que, tras mi presentación de rigor, inmediatamente le pregunté por el contexto etnográfico de la fotografía en cuestión, pues en el libro, eminentemente fotográfico, no decía, prácticamente nada.
La información, escrita en cursiva, que sigue a continuación, está extraída con gran fidelidad de una larga y amena conversación telefónica, mantenida la mañana del 7 de febrero de 2011, con Fernando Biarge López, de Huesca, coautor junto con su hija Ana, del libro “Libranos del mal”. Creencias, signos y ritos protectores en la zona Pirenaica Aragonesa.
La “piedra de rayo” que aparece en la fotografía, de la página 163, del libro “Libranos del mal”, era propiedad de Casa Turmo, en la población de Merli, (un pueblecito muy pequeño que, actualmente, pertenece como agregado, al municipio de Isábena, en la comarca de Ribagorza, provincia de Huesca o Alto Aragón), cuyos propietarios me contaron que, antiguamente, la exponían en la repisa, de alguna ventana de la casa que habitaban, escogiendo la situada del lado por donde venía de camino la tormenta. Esa práctica se repetía siempre que se acercaban fuertes tormentas eléctricas, haciéndolo con el total convencimiento de que, procediendo de esta manera y mediante el poder de esta piedra, conseguían conjurar la maldad de la tormenta y la casa quedaba totalmente protegida, contra la posibilidad de que se produjera la descarga del rayo sobre ella.
Detalle de la página 163 del libro de Fernando y Ana Biarge, en el que se aprecia la "piedra de rayo" que les fue mostrada en la población de Merli (Huesca). Se puede apreciar la forma y dimensiones de este ejemplar, al parecer, representativo de toda una clase de objetos supersticiosos, utilizados en el medio rural pirenaico del Alto Aragón, para prevenir o disminuir la angustia humana, desencadenada por la aproximación de potentes tormentas, ante el riesgo y, sobre todo, por el temos a ser alcanzados por la descarga del rayo
Imagen: Fotografía original de Fernando Biarge
Otro lugar en donde también era costumbre mantener expuestas, permanentemente, este tipo de piedras protectoras, era sobre la repisa de la campana de humos del hogar de leña, puesto que la chimenea, a la que estaba conectada la campana, era un lugar muy propenso a facilitar la entrada del rayo en las casas, cuando algún rayo se desprendía de la nube, durante las tormentas con grandes tronadas y caía a tierra.
Preguntado Fernando Biarge, sobre si conocía la existencia de alguna versión más pequeña de amuleto paleontológico, protector contra el impacto del rayo, que pudiera ser transportado, permanentemente, por aquellas personas que, debido a su profesión se veían obligadas a pasar mucho tiempo a la intemperie, como podían ser los arrieros, pastores, labradores, leñadores, etc. Fernando me comentó:
"En esa misma zona me habían contado que el mismo tipo de "caracolas de piedra", pero de mucho menor tamaño, solían llevarse, dentro de un saquito de tela que se cosía en la parte más alta del interior del bolsillo del pantalón que es una zona sin utilidad y que además siempre queda libre, con la finalidad de que su portador estuviese, siempre, protegido de ser alcanzado por el rayo."
El relámpago asociado al trueno que son las dos formas de manifestación física, del rayo, chispa o descarga eléctrica, pueden llegar a infundir un temor supersticioso, en las gentes del medio rural, en donde, el comportamiento aparentemente caprichoso del fenómeno del impacto sobre árboles, peñas o construcciones y los accidente graves o mortales, por fulminación, de animales y personas, parecen inclinar a pensar que el rayo parece teener voluntad propia o que puede ser dirigido por ciertos seres malignos...
Imagen: Rayos
Preguntado sobre si conocía de la coexistencia, en el Alto Aragón, de este tipo “piedras de rayo” con otros tipos como p. e. las hachas de piedra neolíticas, objetos artificiales que, más generalmente, constituyen el tipo de “piedras de rayo”, más comunes, más conocidas y más habitualmente utilizada, en el mundo rural español, Fernando me comentó que:
"En el Alto Aragón, las hachas de piedra pulida, prehistóricas, resultan ser muy escasas, al igual que las construcciones prehistóricas megalíticas, razón por la cual, quizá estas caracolas de piedra, podrían haber sustituido, en las zonas pirenaicas del Alto Aragón, a la hachas de piedra neolíticas que se usan en otras partes. Porque en la zona pirenaica, las hachas de piedra deben resultar demasiado escasas, como para poder cubrir, ellas solas, toda la alta demanda popular, de amuletos protectores contra el rayo, en una zona montañosa, las tormentas eléctricas, aún siguen resultando, a veces, terribles, a menudo impresionantes y siempre temibles y en donde, antiguamente, se carecía de pararrayos para proteger las casas. En tales condiciones, sumamente inquietantes y angustiosas, poder disponer de algún tipo de amuleto protector, tal como eran las “piedras de rayo” , debía aportar algo de tranquilidad, a los ocupantes de las casas y a los transeúntes que podían disponer de una de estas piedras, por creerse que este tipo de objetos garantizaba seguridad, frente a la descarga del rayo, a la cual se suponía que alejaba."
Ante mi insistencia sobre la posibilidad de que las hachas de piedra, prehistóricas, pudieran compartir nombre y función amulética, con las "caracolas de piedra", Fernando Biarge se reafirma en lo dicho, poco antes, al comentar que:
"Durante las pesquisas de trabajo de campo, preparando el libro anteriormente comentado, me encontré con que las únicas “piedras de rayo” que me habían enseñado los lugareños que aún guardaban este tipo de antiguos objetos supersticiosos, cuando les preguntaba por este tipo de amuleto, en todas las ocasiones, siempre le habían mostrado "caracolas de piedra” y nunca hachas prehistóricas, de piedra. Esto sucedió desde Hecho (en la comarca pirenaica de la Jacetania, la más occidental y que comparte frontera con Navarra), hasta Montanuy (en el extremo oriental de la comarca pirenaica de la Ribagorza, la más oriental y que comparte frontera con Cataluña), pasando por Benasque (en el extremo occidental, de la misma comarca pirenaica de la Ribagorza), por lo tanto, parece evidente que en el Pirineo de Huesca, no se conocen otros tipos de piedras de rayo" más que las "caracolas de piedra".
Cuando, nos despedimos le solicito permiso para reproducir nuestra conversación y las imágenes del libro, relativas a la "caracola de piedra" de Merli, que son de su propiedad, cosa que Fernando acepta, encantado, y que yo le agradezco cordialmente.
Intentando racionalizar una singular elección popular
Se me ocurre que quizá la forma de tornillo que les proporciona a estas piedras, el hecho de ser un molde interno de la cavidad interior de una concha de caracola marina, caracterizada por poseer una forma forma cónica o subcónica característica, juntamente con las espiras que muestran todas las conchas de los gasterópodos fósiles, da a este tipo particular de “piedras” un aspecto semejante a la punta de una barrena. Forma que las ayudaría a perforar y penetrar, con facilidad en el suelo, cuando impactan con él, empujadas por la fuerza del rayo que se supone que las acompaña desde la nube de tormenta, pudiendo alcanzar bastante profundidad, para luego invertir el proceso y comenzar a ascender hacia la superficie. Quizás la forma de punta barrena o de tornillo y el hecho de que se encontrase, sobre el terreno, recien lavado por los fuertes aguaceros, fueron las “señales”, que sirvieron para que se les atribuyera, antiguamente, a esta clase de piedras, su vinculación con el rayo y la capacidad de penetrar en el suelo y luego de ascender hasta la superficie, de la misma manera que es la forma de la punta de las barrenas la propiedad que les permite taladrar los materiales a que deben enfrentarse: madera, tierra o piedra.
Aspecto de una barrena, antigua, de carpintero, obsérvese la característica espiral o tirabuzón, en la punta de la herramienta que es la que le permite penetrar y avanzar, con relativa facilidad, a traves del material que debe perforar. La pieza pertenece a la Colección Etnológica de Teodoro Recio, en Blancas (Teruel).
Imagen: barrena
Fuentes:
- Anónimo. Piedra de rayo (Aragón). Gran Enciclopedia Aragonesa http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=10173
- Benito Moliner, Manuel. 1992. Tormentas. Diario del Alto Aragón. p. 6, Domingo, 20 de septiembre de 1992;
- Biarge López, Aurelio. Piraces: 3. La Tumba de peña Semuro. La Nueva España, 30 de septiembre de 1972, p. 2
- Biarge López, Fernando & Biarge Fernández-Vizarra, Ana. 2000. Libranos del mal. creencias, signos y ritos protectores en la zona Pirenaica Altoaragonesa. Huesca. Autores-editores.
- Biarge López, Fernando. 2011. Comunicación personal, 7 de febrero de 2011
- Biquipedia. Piedra de rayo (Alto Aragón) : http://an.wikipedia.org/wiki/Piedra_de_rayo
- Esteban Guillén, María Pilar. 2001. Inventario y Catalogación de la Colección Etnológica de Teodoro Recio, en Blancas (Teruel). Ediciones electrónicas del Servicio de Patrimonio Etnológico, Linguístico y Musical. Diputación General de Aragón: http://www.aragob.es/edycul/patrimo/etno/teorecio/portada.htm
- Gayúbar, Ángel. 2011. Comunicación personal, del 26 de enero de 2011
- Gutiérrez Lera, Chema 1999. Amuletos. Diario del Alto Aragón, página 6. Domingo. 11 de abril de 1999
- Ribas González, Félix A. 2000. Proteuzions maxicas e inscrizions en bellas parideras aragonesas. en 'Homenaje a Rafael Andolz'. Uesca, Instituto de Estudios Altoaragoneses, Instituto Aragonés de Antropología y Consello d'a Fabla Aragonesa.
- Vidaller Tricas, Rafel. 2011. Comunicación personal, del 20 de enero de 2011
El relámpago asociado al trueno que son las dos formas de manifestación física, del rayo, chispa o descarga eléctrica, pueden llegar a infundir un temor supersticioso, en las gentes del medio rural, en donde, el comportamiento aparentemente caprichoso del fenómeno del impacto sobre árboles, peñas o construcciones y los accidente graves o mortales, por fulminación, de animales y personas, parecen inclinar a pensar que el rayo parece teener voluntad propia o que puede ser dirigido por ciertos seres malignos...
Imagen: Rayos
Preguntado sobre si conocía de la coexistencia, en el Alto Aragón, de este tipo “piedras de rayo” con otros tipos como p. e. las hachas de piedra neolíticas, objetos artificiales que, más generalmente, constituyen el tipo de “piedras de rayo”, más comunes, más conocidas y más habitualmente utilizada, en el mundo rural español, Fernando me comentó que:
"En el Alto Aragón, las hachas de piedra pulida, prehistóricas, resultan ser muy escasas, al igual que las construcciones prehistóricas megalíticas, razón por la cual, quizá estas caracolas de piedra, podrían haber sustituido, en las zonas pirenaicas del Alto Aragón, a la hachas de piedra neolíticas que se usan en otras partes. Porque en la zona pirenaica, las hachas de piedra deben resultar demasiado escasas, como para poder cubrir, ellas solas, toda la alta demanda popular, de amuletos protectores contra el rayo, en una zona montañosa, las tormentas eléctricas, aún siguen resultando, a veces, terribles, a menudo impresionantes y siempre temibles y en donde, antiguamente, se carecía de pararrayos para proteger las casas. En tales condiciones, sumamente inquietantes y angustiosas, poder disponer de algún tipo de amuleto protector, tal como eran las “piedras de rayo” , debía aportar algo de tranquilidad, a los ocupantes de las casas y a los transeúntes que podían disponer de una de estas piedras, por creerse que este tipo de objetos garantizaba seguridad, frente a la descarga del rayo, a la cual se suponía que alejaba."
Ante mi insistencia sobre la posibilidad de que las hachas de piedra, prehistóricas, pudieran compartir nombre y función amulética, con las "caracolas de piedra", Fernando Biarge se reafirma en lo dicho, poco antes, al comentar que:
"Durante las pesquisas de trabajo de campo, preparando el libro anteriormente comentado, me encontré con que las únicas “piedras de rayo” que me habían enseñado los lugareños que aún guardaban este tipo de antiguos objetos supersticiosos, cuando les preguntaba por este tipo de amuleto, en todas las ocasiones, siempre le habían mostrado "caracolas de piedra” y nunca hachas prehistóricas, de piedra. Esto sucedió desde Hecho (en la comarca pirenaica de la Jacetania, la más occidental y que comparte frontera con Navarra), hasta Montanuy (en el extremo oriental de la comarca pirenaica de la Ribagorza, la más oriental y que comparte frontera con Cataluña), pasando por Benasque (en el extremo occidental, de la misma comarca pirenaica de la Ribagorza), por lo tanto, parece evidente que en el Pirineo de Huesca, no se conocen otros tipos de piedras de rayo" más que las "caracolas de piedra".
Cuando, nos despedimos le solicito permiso para reproducir nuestra conversación y las imágenes del libro, relativas a la "caracola de piedra" de Merli, que son de su propiedad, cosa que Fernando acepta, encantado, y que yo le agradezco cordialmente.
Intentando racionalizar una singular elección popular
Se me ocurre que quizá la forma de tornillo que les proporciona a estas piedras, el hecho de ser un molde interno de la cavidad interior de una concha de caracola marina, caracterizada por poseer una forma forma cónica o subcónica característica, juntamente con las espiras que muestran todas las conchas de los gasterópodos fósiles, da a este tipo particular de “piedras” un aspecto semejante a la punta de una barrena. Forma que las ayudaría a perforar y penetrar, con facilidad en el suelo, cuando impactan con él, empujadas por la fuerza del rayo que se supone que las acompaña desde la nube de tormenta, pudiendo alcanzar bastante profundidad, para luego invertir el proceso y comenzar a ascender hacia la superficie. Quizás la forma de punta barrena o de tornillo y el hecho de que se encontrase, sobre el terreno, recien lavado por los fuertes aguaceros, fueron las “señales”, que sirvieron para que se les atribuyera, antiguamente, a esta clase de piedras, su vinculación con el rayo y la capacidad de penetrar en el suelo y luego de ascender hasta la superficie, de la misma manera que es la forma de la punta de las barrenas la propiedad que les permite taladrar los materiales a que deben enfrentarse: madera, tierra o piedra.
Aspecto de una barrena, antigua, de carpintero, obsérvese la característica espiral o tirabuzón, en la punta de la herramienta que es la que le permite penetrar y avanzar, con relativa facilidad, a traves del material que debe perforar. La pieza pertenece a la Colección Etnológica de Teodoro Recio, en Blancas (Teruel).
Imagen: barrena
Fuentes:
- Anónimo. Piedra de rayo (Aragón). Gran Enciclopedia Aragonesa http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=10173
- Benito Moliner, Manuel. 1992. Tormentas. Diario del Alto Aragón. p. 6, Domingo, 20 de septiembre de 1992;
- Biarge López, Aurelio. Piraces: 3. La Tumba de peña Semuro. La Nueva España, 30 de septiembre de 1972, p. 2
- Biarge López, Fernando & Biarge Fernández-Vizarra, Ana. 2000. Libranos del mal. creencias, signos y ritos protectores en la zona Pirenaica Altoaragonesa. Huesca. Autores-editores.
- Biarge López, Fernando. 2011. Comunicación personal, 7 de febrero de 2011
- Biquipedia. Piedra de rayo (Alto Aragón) : http://an.wikipedia.org/wiki/Piedra_de_rayo
- Esteban Guillén, María Pilar. 2001. Inventario y Catalogación de la Colección Etnológica de Teodoro Recio, en Blancas (Teruel). Ediciones electrónicas del Servicio de Patrimonio Etnológico, Linguístico y Musical. Diputación General de Aragón: http://www.aragob.es/edycul/patrimo/etno/teorecio/portada.htm
- Gayúbar, Ángel. 2011. Comunicación personal, del 26 de enero de 2011
- Gutiérrez Lera, Chema 1999. Amuletos. Diario del Alto Aragón, página 6. Domingo. 11 de abril de 1999
- Ribas González, Félix A. 2000. Proteuzions maxicas e inscrizions en bellas parideras aragonesas. en 'Homenaje a Rafael Andolz'. Uesca, Instituto de Estudios Altoaragoneses, Instituto Aragonés de Antropología y Consello d'a Fabla Aragonesa.
- Vidaller Tricas, Rafel. 2011. Comunicación personal, del 20 de enero de 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario