lunes, septiembre 3

Márquetin, enología y registro fósil (1)



por Heraclio ASTUDILLO-POMBO. Dept. Medi Ambient i Ciències del Sòl. Universitat de Lleida.

Uso del registro fósilen la Península ibérica, como emblema vínico (1ª parte)


Introducción:

El año 2009, mientras estaba buscando datos relacionados con otros objetivos y temas muy distintos al que hoy presentamos, descubrí en Internet, por pura casualidad y con notable sorpresa que algunos productores europeos de vinos, mayoritariamente, alemanes, británicos, franceses e italianos, usaban ciertos fósiles como emblema representativo de ciertas características geológicas del terreno, de cultivo que podía aportar unas condiciones particulares con el resultado de otorgar personalidad especial a una variedad de sus vinos. Es posible que, también, se usara con la intención de conseguir una mejor diferenciación comercial y como reclamo publicitario.

Edición especial, conmemorativa, de una botella de champán, en vez de etiquetada "plastificada", mostrando las especies de moluscos más característicos del subsuelo de las viñas de la propiedad
Imagen: cedida por Patrice Legrand, copropietario de La Cave aux Coquillages

De esta manera, tan casual, se abrió ante mis ojos, un nuevo frente de indagación, dentro del ámbito de las funciones emblemáticas de los fósiles. En este caso particular, habría que dedicarle atención a la especialización del tema, en relación a la enología, dentro del complejo marco, general, de la Paleontología cultural, europea.


Conclusiones válidas para el ámbito geográfico general, especialmente el europeo, excluido el ibérico

Después de bastantes hallazgos de etiquetas vínico-paleontológicas extranjeras, mayoritariamente, europeas, pero también americans y, en menor medida, australianas, quedaba bastante claro que la estrategia de promoción comercial que seguían estos productores, para hacer más visible la singularidad de su vino, estaba basada en relacionar uno de sus vinos, con ciertos grupos o determinadas especies, de fósiles.
Generalmente, los fósiles que habían sido elegidos como emblema, de entre todos los que constituían el registro fósil, propio del subsuelo de la viña o más típico del subsuelo comarcal, habían sido escogidos con criterios selectivos particulares.

Los motivos por los que habían sido seleccionadas ciertas especies o determinados grupos, solían ser porque, desde una determinada perspectiva, se consideraban o se pretendía que fueran las más representativas del territorio productor.

Etiqueta dedicada al Ampelosaurus, literalmente, "dinosaurio de las viñas", por haberse hallado sus primeros restos, consistentes en fragmentos de huevos de una nidada, en terrenos de cultivo de viña

En ciertos casos la representatividad, procedía de ser las más comunes, es decir, frecuentes o abundantes, en otros, por ser las más raras, es decir, las más infrecuentes o escasas, en otras ocasiones, por ser las más legendarias y, a veces, por ser las más espectaculares, ya fuese por su gran tamaño o su extraordinaria belleza.
En los casos localistas, la asociación enológica-paleontológica, debía servir para dignificar el “terroir” y diferenciar el vino y, en los casos comarcalistas, para beneficiarse de la fama adquirida por ciertos fósiles, considerados importantes cientificamente, hallados en la comarca en la que se hallaba la parcela en l a que se cultivaban las vides y donde crecía y maduraba la uva de la que, luego, se obtenía ese vino.

Capsula de una botella de champán francés, correspondiente a una edición especial, conmemorativa, mostrando la especie más expectacular del registro fósil, del subsuelo de la propiedad vitícola
Imagen: cedida por Patrice Legrand, copropietario de La Cave aux Coquillages.   

La pretensión de identificación geográfica, vinculación mediática o diferenciación mercantil de ciertos vinos, debería expresarse siguiendo los mismos procedimientos que en el extranjero, mediante el uso del lenguaje gráfico y/o textual y debería manifestarse de forma clara y bien visible, en el exterior de las botellas, por medio de recursos propios del lenguaje gráfico y/o verbal.

Relieve en forma de pez, moldeado en el vidrio de la botella de un vino, italiano el Dolomytos. Esta sencilla figura íctica, esquemática y casi infantil, alude a los restos fósiles de peces celacantos, del Triásico medio y superior, hallados en la comarca prealpina, en donde se sitúa la finca vitícola productora.
Imagen: Weinlese

La relación enológica-paleontológica podía aparecer, de manera explícita o/y implícita, en las etiquetas, anterior o/y posterior, en las capsulas o coronas de los tapones y, a veces, en los grabados, estampados o relieves moldeados en la superficie del vidrio, de las botellas. En todos los casos debería buscarse la vinculación del producto vínico, embotellado, con la naturaleza biogeohistórica de su territorio, es decir, con ciertos elementos del registro fósil, característico de la localidad o de la comarca.

Etiqueta dedicada al "Hombre de Tautavel", un fósil humano que según unos, corresponde a la especie Homo erectus tautavelensis, según otros, a la especie Homo heidelbergensis.
Imagen: Tautavel, Pierre Chanau 2010


Investigación en el ámbito geográfico ibérico

El descubrimiento de este tipo de asociación enológica-paleontológica, en diversos países extranjeros, me hizo sospechar que aunque, hasta el momento, yo no había encontrado ninguna etiqueta de vinos españoles, quizá, también pudieran darse, en la Península ibérica, el mismo fenómeno, con algunos casos vinícolas ibéricos en los que, también, se pudiera dar un uso emblemático semejante, a ciertos fósiles españoles o/y portugueses, en el mismo sector comercial y con similares fines mercantiles, a los que habíamos descubierto que existían en algunos países del extranjero.



Los resultados recientes 

Los resultados de mi investigación enológico-paleontológica, ibérica, obtenidos en el año 2009, resultaron ser extraordinariamente decepcionantes, pues me sorprendieron mucho y de forma desagradable, los pobres resultados, obtenidos, respecto a las optimistas e ingenuas expectativas planteadas, inicialmente.
Los escasos hallazgos ibéricos resultaron ser tan extraordinariamente pobres que me dejaron bastante perplejo, puesto que en una región productora de muchas variedades de vinos, yo había esperado descubrir muchos más casos.
Además, el esfuerzo realizado, había resultado notable, al tener que haber invertido muchas horas, escudriñando los recovecos vinícolas y vitícolas, en Internet, tratando de localizar vinos paleontológicos ibéricos, pero con irritación, pude constatar que en el año 2009, en el mercado vinícola, internacional, tan sólo estaban presentes dos únicos vinos ibéricos que estuvieran vinculados, de forma explícita e inequívoca, con el registro fósil existente en su parcela o comarca de cultivo, los dos eran españoles y no existía ninguno portugués. Afortunadamente, la miserable situación paleontovínica, ibérica, del 2009 ha mejorado muy ligeramente a finales del 2012, siendo muy positivos, hemos de reconocer que la tendencia ha mejorado.

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