por Heraclio ASTUDILLO-POMBO, Dept. Medi Ambient i Ciències del Sòl. Universitat de Lleida
Uso del registro fósil, en la Península ibérica, como emblema vínico.
Vinos "paleontológicos", españoles, por orden cronológico de aparición en el mercado (4ª parte):
Milenario, un dinovino riojano, imaginario, un invento del tamaño de un campanario...
Cuando, en el buscador de imágenes de Google, descubrí la imagen de la botella que aparece a la derecha, mostrando su linda etiqueta dinosauriana, reconocible por la inconfundible icnita tridáctila que aparecía en ella...
A falta de cualquier otra imagen ilustrativa de la que podamos disponer, nos vemos obligados a ofrecer, a nuestro selecto público, esta captura de pantalla, de muy escasa calidad, obtenida en:
http://blog.xn--unaosabatico-chb.es/2010/08/31/los-riojas-de-los-candidatos/
En ese instante, fugaz, mi viejo corazón dio un brinco, lleno de alborozo juvenil, pero al poco de abrir la web asociada, todo mi gozo se precipito en el duro fondo de un profundo pozo, de desolación.
El
morrazo emocional se había producido al constatar que el maravilloso
producto ilustrado, era sólo una pura elucubración, un simple ejercicio
de diseño, vinculado a una prueba de concurso.
"La
Oficina de Turismo de la Rioja promociona la región regalando un año
sabático para emprendedores que tengan un proyecto personal y quieran
desarrollarlo"
Imagen: http://www.legrancoach.com/2010/05/que-harias-si-te-regalaran-tiempo.html
Todo había empezado, algunos meses antes, con el concurso Un año sabático en La Rioja, organizado por la Consejería de Turismo de La Rioja. Se trataba de seleccionar personas que fueran capaces de promocionar a la pequeña, geográficamente, comunidad autónoma riojana, como destino turístico entre
los habitantes del resto de España, mediante campañas virales, de
diseño personal, realizadas por sus propios medios, en Twitter y
Facebook.
La selección de los semifinalistas, finalistas y ganador, se realizaría mediante la superación, más o menos exitosa, de una serie de pruebas puntuables, diseñadas por un grupo de expertos en concursos.
En
una de las diversas pruebas puntuables, por un jurado especializado, en
márquetin, y por los seguidores "on line" del concurso, los candidatos a disputar la final del concurso, tenían que superar el reto de diseñar de la imagen publicitaria de un vino de Rioja, con su correspondiente botella. A tal fin,
deberían deberían inventarse un buen nombre y proponer un eslogan
pegadizo, todo ello expresado en una etiqueta apropiada, con el objetivo
de intentar promocionar, de forma efectiva, entre los consumidores de
vino, el imaginario vino riojano que, supuestamente, estaba contenido en
el interior de la botella, ilustrada.
Imagen
en la que se representaba, muy gráficamente, la posición y puntuación
de cada uno de los concursantes, seleccionados, cuatro días antes del
final del concurso.
Imagen: http://www.viajes.net/blog/2010/09/02/recta-final-de-un-ano-sabatico-en-la-rioja/
Alberto
Codes, uno de los 15 finalistas, del concurso "Un año sabático en la
Rioja, la tierra con nombre de vino", para superar la prueba, anteriormente mencionada, presentó su
proyecto creativo de diseño, para la promoción del hipotético vino riojano y de su correspondiente botella y etiqueta, imaginarias. Con el resultado gráfico, visible en la primera figura.
Alberto Codes bautizó al vino lo con el nombre de Milenario y como apellido utilizó el eslogan publicitario: "La esencia de La Rioja", justificando su concepción imaginaria en el hecho de que la prueba anterior había consistido en redactar un relato, cuyo contenido debía hacer referencia al legado que representa la ancestral presencia de los dinosaurios en La Rioja, razón por la cual, había decidido asociar ese hipotético vino, con los dinosaurios.
Aspecto que debería tener la supuesta etiqueta, de la botella imaginaria que debería contener un vino tinto, riojano, inexistente. Imagen de muy escasa calidad, pero más vale esto que una patada en ...la boca. Captura de pantalla, obtenida en:
http://blog.xn--unaosabatico-chb.es/2010/08/31/los-riojas-de-los-candidatos/
Alberto Codes argumentaba su elección, diciendo: "En un principio pensé en utilizar como eslogan “La huella del tiempo”, pero como creo que con la imagen de la huella de dinosaurio ya se puede apreciar esa idea, y como "a buen entendedor pocas palabras basta"… entonces se me ocurrió este otro “La esencia de La Rioja”, ya que al fin y al cabo, el vino es el fruto de todas las condiciones favorables, para el cultivo de la viña, dadas en la tierra a que se hace referencia”
Es una lástima que el único dinovino español que hubiera podido estar, auténticamente, relacionado con el registro fósil local, al final, sólo haya resultado ser un una pura elucubración de concurso, un producto enológico intangible y una decepcionante entelequia, fallida.
Sería deseable que algún bodeguero riojano, emprendedor, animado por la coyuntura turística, retomase la idea de Alberto Codes y aceptase el reto que pueda suponer el hecho de producir un vino, con denominación de origen, de una cierta calidad, relacionado con un elemento cultural, hoy día tan importante, en la dinamización turística y económica de la zona como son los dinosaurios y sus icnitas. Amén.
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