por Heraclio ASTUDILLO-POMBO. Universitat de Lleida
Los usos sociales y funciones culturales de los fósiles en la antigüedad o la necesaria contribución y la imprescindible colaboración de la arqueología (9)
Objetos de ámbar hallados en sitios arqueológicos de la Cornisa cantábrica, desde el Paleolítico superior hasta la Edad del Bronce (1ª parte)
Introducción
El ámbar es una resina fósil, de aspecto semejante al de la resina contemporánea seca y endurecida. Puede tener diversos colores y matices, en función de su procedencia geográfica, circunstancia que condiciona su antigüedad, contaminantes, especie vegetal generadora, rareza, facilidad de tallado y pulido y por tanto determina su aprecio social y su valoración económica.
Desde muy antiguo el ámbar se ha venido utilizando como materia prima para la elaboración de elementos de adorno y de protección mágica (amuletos). Ello es así dado que el ámbar se talla y se pule con facilidad, dando como resultado la elaboración de adornos semitransparentes, brillantes y ligeros. También desde antiguo se le han atribuido propiedades mágicas y medicinales, debido a algunas propiedades particulares de este material, cuando se frota con piel, lama o pelo, se electriza y es capaz de atraer y sujetar trocitos de ciertos materiales. Cuando se quema produce un humo muy aromático. Las características referidas, junto con la escasa disponibilidad, hacían del ámbar una materia prima de prestigio para sus poseedores.
La escasez del ámbar en la naturaleza, en comparación con otras materias primas para la elaboración de objetos de adorno, hace que el conocimiento de las posibles fuentes de aprovisionamiento sea de especial importancia, sobre todo para dilucidar la movilidad geográfica de las poblaciones prehistóricas y establecer los posibles intercambios comerciales y las rutas de comunicación. El interés por conocer la procedencia del ámbar arqueológico se remonta al siglo XIX, principalmente a partir de los hallazgos producidos en yacimientos prehistóricos del área mediterránea, muy lejos de la importante y abundante fuente de ámbar amarillo procedente de la Región del mar Báltico (Savkevich, 1981).
Hasta ahora, los hallazgos de objetos de ámbar documentados en un número muy limitado de yacimientos paleolíticos y en los monumentos megalíticos, o bien no se publicaron, o bien lo fueron de forma muy general en las correspondientes monografías. En el presente trabajoo se presentan todos los hallazgos de los que se tiene noticia, y se aborda el origen del ámbar como materia prima.
El ámbar del Cretácico de los yacimientos españoles, aunque no es un material de excelente calidad gemológica, posee suficientes características gemológicas, en un grado aceptable, lo que lo convirtió en la Prehistoria ibérica en una materia prima adecuada para la elaboración de objetos de adorno colgantes, mediante el uso de instrumental lítico, durante el periodo histórico comprendido entre Paleolítico superior y la Edad del Bronce.
Mapa geológico de la zona noroeste de la Península Ibérica, donde se muestra la ubicación de los tres mayores yacimiento de ámbar del Cretácico Inferior: Peñacerrada (Álava), San Just (Teruel) y El Soplao (Cantabria). Su origen está en los flujos de resina generados en los grandes bosques de coníferas resinosas que cubrieron gran parte de la Península Ibérica, hasta su desaparición hace 65 Ma, durante la gran extinción del final del Cretácico (Límite Cretácico-Terciario) Imagen: El ámbar. Una joya para la Ciencia
En los yacimientos del Paleolítico superior de Francia, Austria, Checoslovaquia, Rumania, Gran Bretaña y Suiza se ha encontrado ámbar, principalmente trozos no trabajados (Haenni y Dufour, 1992). Las primeras evidencias claras de la utilización de ámbar provienen del Auriñaciense, tal como se ha documentado en yacimientos como Brasov, en Transilvania, Predmostí, en Moravia, o Poppenburg, en Alemania (cf. Rottlánder, 1973). Durante el Paleolítico superior de Francia se documenta ámbar en los niveles magdalenienses de Isturitz (Basses-Pyrénées) y de Auresan (Hautes-Pyrénées).
En la gruta de Isturitz (Francia) se halló por ejemplo una cabeza de caballo tallada en ámbar proveniente del nivel asignado al Magdaleniense antiguo (Saint Périer, 1936: 138). En el Magdaleniense medio de Aurensan (Francia) se descubrieron cinco fragmentos de ámbar no trabajados; el análisis de espectrometría practicado en estos fragmentos indicó que no se trataba de ámbar báltico, sino de procedencia local, procedente de un depósito del Terciario, desconocido, del sur de Francia (Beck et al., 1987).
No obstante, en Nel et al. (2004) se realiza una síntesis de los diferentes afloramientos paleontológicos franceses que contienen ámbar, siendo el ámbar del Terciario, principalmente del Paleoceno-Eoceno en el norte de Francia, existiendo también ámbar del Terciario en el sur, en el departamento de Aude. Por otra parte, se documentó ámbar en el Magdaleniense del yacimiento francés de Les Romains (Desbrosse, 1976: 1206).
En Suiza se documentó en el Magdaleniense de Hauterive-Champréveyres, donde se aplicó la espectrometría de infrarrojos a seis fragmentos, uno de los cuales procede del Báltico, mientras que los otros cinco son posiblemente de origen local (Beck, 1997).
También se citan fragmentos en el yacimiento del Magdaleniense de Moosbühl, en Moosseedorf, Berna (Suiza), cuyos espectrogramas demostraron que su procedencia era la región del Báltico (Schwab, 1985).
En el yacimiento alemán de Weitsche, perteneciente a los Grupos Federmesser, se hallaron fragmentos de ámbar decorados y una perla elaborada con este material (Veil y Breest, 1997).
En numerosos yacimientos del Paleolítico superior final, del norte de Europa se documentaron restos de ámbar trabajados y no trabajados, en diversos lugares como en los yacimientos hamburguienses de Siedlnica 17 a, de Leszno voivodship, (Polonia) y de Meiendorf, en Hamburg, (Alemania) o el del Cresweliense de Goughs Cave, en Cheddar, Somersetshire (Inglaterra) (Burdukiewicz, 1986).
También se cita ámbar báltico en los yacimientos de Kûlna, Pekárna y Zitny, en Moravia (Chequia) (Valoch, 1992). Pero es a partir de la época posglaciar cuando su utilización para realizar objetos de adorno es más frecuente y sistemática (Du Gardin, 1986: 566). Del Mesolítico del norte de Francia destacan varios objetos esculpidos y colgantes realizados en esta materia prima (Roudil y Soulier, 1976).
También son abundantes los objetos de ámbar báltico en los yacimientos de las Islas Danesas y del oeste de Dinamarca (Terberger y Ansorge, 2000; Plonka, 2003).
Objetos realizados en ámbar se encuentran en los yacimientos neolíticos y calcolíticos de Francia, sobre todo en yacimientos campaniformes (2200 a J.C.) y de la Cultura S. O. M. (Seine-Oise-Marne), así como en el Bronce antiguo, medio y final, (Du Gardin, 1986: 566). En SE francés han sido documentados abundantes objetos de ámbar en yacimientos de estos periodos, indicándose un posible origen local, dada la presencia cercana de varias áreas ambarígenas como son las de Corbières, Alto y Bajo valle del Rhin, Bajos Alpes (Roscian et al., 1992: 235; Nel et ali, 2004).
Durante el Neolítico (sobre todo en la Trichterbecherkultur) y en los enterramientos megalíticos del norte de Europa (principalmente en la zona norte de Dinamarca), también son mu y abundantes los objetos realizados en ámbar (Rottlánder, 1973; Ebbesen, 1995; Terberger y Ansorge, 2000).
1. GATZARRIA, Zuberoa, Pyrénées Atlantiques, País Vasco francés
En el nivel Cjn2 (Protoauriñaciense) se documentó un fragmento cilíndrico-cónico de ámbar (26,0 χ 8,0 χ 5,5 mm) que posee una sección circular. A. Sáenz de Buruaga observó a la lupa binocular series de finos trazos entrecruzados en su superficie (Sáenz de Buruaga, 1991: 181). El ámbar posee un color rojizo.
2. LABEKO KOBA, Arrásate, Guipúzcoa
En este yacimiento se documentaron 2 muestras. La primera proviene del nivel VII, perteneciente al Protoauriñaciense (Cuadro III , cota -267 , N. ° 280); se trata de una "perla" muy deteriorada de 10 mm de diámetro, que no presenta modificaciones antrópicas (ArrizabalagaValbuena, 2000: 224). Asimismo, en el nivel V, Auriñaciense antiguo (Cuadro Hll , capa 14, cota -170 , N. ° 196), se localizó otro fragmento de ámbar de pequeñas dimensiones (ArrizabalagaValbuena, 2000: 254). Ambos poseen un color naranja translúcido y su aspecto es deleznable (com. pers., Dr. A. Arrizabalaga, 2001).
3. CUEVA MORIN , Villanueva, Villescusa, Cantabria
En este yacimiento se ha hallado una pieza procedente del nivel 9 (Auriñaciense arcaico) de las excavaciones de González Echegaray y Freeman, llevadas a cabo entre 1966 y 1969 (Alvarez Fernández et al., en prep.). Dicha pieza se descubrió en la primera campaña (1966), e inicialmente se atribuyó al nivel IB (nivel 7). En el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria se conserva una etiqueta con el fragmento de ámbar en la que se puede leer "nivel IB, nivel 7, 17 sep. 1966", aunque "nivel 7" fue tachado y rectificado por "nivel 9". Según Arrizabalaga Valbuena pertenece al nivel 7 (Auriñaciense antiguo) (Arrizabalaga-Valbuena, 1995).
4. EL PENDO, Escobedo de Camargo, Cantabria
En este yacimiento se documentaron 6 fragmentos de ámbar, los dos mayores tienen unas dimensiones de 25 x 14 χ 9 mm y de 11 χ 11 χ 7 mm, mientras que los restantes fragmentos son inferiores a 5 mm (Alvarez Fernández et al., en prep.). Estos fragmentos de ámbar están conservados en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (N.° 2082), y proceden de las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en la zona occidental de la Cueva por J. Martínez Santaolaria con el Patrocinio del Seminario de Historia Primitiva (Universidad de Madrid) y la Comisaría General de Excavaciones, entre 1953 y 1957. Estos trabajos fueron publicados a principios de los años ochenta (González Echegaray, 1980). Todos ellos proceden del Nivel Β VII, adscrito al Auriñaciense típico (Bernaldo de Quirós Guidotti, 1994: 216).
5. CUEVA DE LA GARMA A, Omoño , Ribamontán al Monte, Cantabria
Durante la campaña de excavación de 2001 en la Cueva de La Garma A (nivel F) se localizaron tres fragmentos en bruto de ámbar muy quebradizo, translúcido, y con un color naranjarojizo a rojo oscuro tipo "caramelo tostado". Uno de los ejemplares alcanzaba un tamaño de 25 x 8 x 8 mm. Estos fragmentos pertenecen al Gravetiense (Peñalver Molla et al, en prep.).
6. ALTAMIRA, Santillana del Mar, Cantabria
Existen dos referencias sobre ámbar en la Cueva de Altamira. La primera de ellas es la documentación, ya en el primer tercio del siglo pasado, de fragmentos de ámbar procedentes de las excavaciones de Breuil y Obermaier en el Vestíbulo de la Cueva en 1924-1925 (Breuil y Obermaier, 1935: 188). Dichos fragmentos procederían, según estos investigadores, del nivel Solutrense. La segunda de ellas proviene del estudio y comparación llevados a cabo por J. M. Cabrera Garrido, a finales de los años setenta, de 17 muestras de las pinturas rupestres del Techo de los Polícromos (Cabrera Garrido, 1978, tomado de Lorblanchet, 1995: 145; Cabrera Garrido, 1981). Este estudio, realizado mediante microscopía óptica, difracción de rayos X y análisis semicuantitativo por espectrografía de emisión, puso al descubierto que los pigmentos negros estaban constituidos sobre todo por carbón animal (polvo de hueso, asta o dientes quemados), mientras que los rojos estaban constituidos por hematites con presencia ocasional de polvo de ámbar (muestras 10, 9, 12 y 16).
7. ANTOLIÑA, Gautegiz-Arteaga, Vizcaya
En el nivel Lmb, adscrito al Solutrense superior, M. Aguirre documentó un botón de ámbar (ça. 15 χ 10x 5 mm) de forma semiesférica con dos perforaciones convergentes que parten de planos distintos; "...una de sus caras es aproximadamente esférica por abrasión, y en la inferior presenta una perforación oblicua que converge con otra realizada desde el aplanamiento lateral. Estrictamente se trata de un botón 'en codo"'. La materia prima con la que se realizó esta pieza fue identificada por A. Tarriño (Aguirre de Gopegui, 1998-2000, 44; foto 11).
8. COVA ROSA, Ribadesella, Asturias
Se han encontrado dos objetos de adorno colgantes, no reflejados en el último estudio que se ha hecho sobre el Paleolítico superior en Asturias (Adán Alvarez, 1997). Las dos piezas inéditas (Lám. 1, fig. 2) parecen proceder o bien de la limpieza de los cortes y criba de las escombreras, que habían realizado algunos furtivos en el yacimiento, llevadas a cabo por F. Jordá en 1959, o bien de las excavaciones arqueológicas efectuadas por este investigador entre 1975 y 1979. Se trata de dos perlas discoides de ámbar de color rojizo translúcido de un diámetro aproximado de 10 mm y un grosor de unos 3 mm. Están muy bien conservadas y poseen perforación central bicónica de unos 4,5 mm de diámetro. Tanto la cara superior como la inferior aparecen pulidas y con mucha abrasión, por lo que las huellas de la posible preparación de las superficies a perforar y las huellas de la misma realización de las perforaciones están casi totalmente ausentes. Mediante abrasión y pulimento se les dio también forma. Estas dos piezas se encontraban expuestas en las vitrinas del Museo Arqueológico de Asturias. No poseen sigla alguna en la superficie, pero están acompañadas de una etiqueta en la que se lee "Solutrense superior".
9. LAS CALDAS, Priorio, Oviedo, Asturias
En las campañas de 1983 y 1984 se hallaron tres piezas de ámbar rojizo procedentes de la Sala II, dos de ellas pertenecientes al nivel III (transición del Magdaleniense medio al superior) y otra más procedente del nivel V (Magdaleniense medio evolucionado) (Corchón Rodríguez et al., en prep.). En uno de los fragmentos (nivel III) se observan marcas de manipulación antrópica.
10. TRIKUAIZTI I, Murumendi, Beasain, Guipúzcoa
En el yacimiento megalítico de Trikuaizti I se documentó una "cuenta" de ámbar muy fragmentada, no trabajada, de forma globular o, tal vez, cilíndrica. Es de color rojizo-amarillento y muestra la superficie exterior rugosa, posiblemente por efecto de la deshidratación (Mujika Alustiza y Armendáriz Gutiérrez, 1991: 128). Su cronología sería Calcolítico (Campaniforme), aunque la construcción de la estructura funeraria es anterior (Ontañón Peredo, 2000). Esta pieza se encuentra depositada, en la actualidad, en la Sociedad de Ciencias Aranzadi (San Sebastián).
11. LARRARTE, Murumendi, Beasain, Guipúzcoa
En esta estación megalítica se documentó un fragmento de ámbar, de color rojizo y superficie exterior degradada, partido en dos trozos que pudiese corresponder a un anillo o aro, del que es difícil en estos momentos determinar sus dimensiones (Mujika Alustiza y Armendáriz Gutiérrez, 1991: 128, fig. 37.17, p. 156). Al igual que el ámbar de Trikuaitzti, esta pieza, que también se encuentra en la Sociedad de Ciencias Aranzadi (San Sebastián), pertenecería al Campaniforme (Ontañón Peredo, 2000).
12. GOROSTIARÁN Ε, Aitzkorri, Parzonería de Altzania, Guipúzcoa
J. M. Apellániz, en su Corpus, menciona una "cuenta de piedra traslúcida globular (ámbar?) entre los componentes del ajuar de este túmulo" del Megalítico procedente de este yacimiento (Apellániz Castroviejo, 1973: 222) que representa de forma gráfica en la publicación (fig. 154 A). Este yacimiento cuenta con la misma variedad de campaniforme documentada en Trikuaizti I y Larrarte (Ontañón Peredo, 2000). La pieza está actualmente perdida (Mujica Alustiza y Armendariz Gutierrez, 1991: 136).
13. LOS LAGOS I y IV, Hermandad de Campoo de Suso (Mazandrero), Cantabria
Dentro del conjunto megalítico de Los Lagos se han encontrado restos de ámbar (Gutiérrez Morillo, 1999, 2001 y 2003). Están presentes en la cámara funeraria de Los Lagos I, y también en Los Lagos IV Gutiérrez Morillo (1999 y 2001) indica que el ámbar de Los Lagos sería cretácico, posiblemente de la Sierra de Cantabria. Serrano Cañadas y Gutiérrez Morillo (2000) apuntan a un posible origen de este ámbar en el yacimiento paleontológico de Peñacerrada en Álava (ver Alonso et al, 2000 para más información sobre este yacimiento).
Finalmente, Gutiérrez Morillo (2003) publica los análisis de IRTF de una muestra de Los Lagos I, hallada en una zona marginal externa de la masa tumular del monumento funerario, depositada posteriormente a la construcción del mismo, es decir en el Bronce Pleno, demostrando que es de origen cretácico y reafirmándose en su posible origen en el ámbar de Peñacerrada o quizá en el ámbar presente en la costa cantábrica. Los objetos de adorno en ámbar más recientes de la Cornisa Cantábrica se encuentran en los monumentos megalíticos. En el caso de los tres yacimientos megalíticos estudiados, los fragmentos de ámbar de Larrarte y Trikuaitzti I, y posiblemente de Gorostiaran E, se asocian a contextos de inhumación múltiple en monumentos megalíticos con presencia del Campaniforme, mientras que el de Los Lagos I se asocia al Bronce Pleno. Limítrofe a la provincia de Cantabria se conoce un yacimiento con presencia de ámbar relacionado con los monumentos megalíticos y que interesa para el objeto del presente estudio. En el dolmen de Las Arnillas (Moradillo de Sedaño, Burgos), dentro del conjunto de La Lora, se encontraron pedacitos amorfos de ámbar en el corredor, tal vez pertenecientes a comienzos de la Edad del Bronce (Delibes de Castro et ai, 1986: 33 ; Gutiérrez Morillo, 2003 : 140); este ámbar fue citado como perla de ámbar fragmentada, cuyo origen se ha supuesto en las penillanuras del occidente de la Meseta (Delibes de Castro et al., 1993: 38). Al sur de los dólmenes de La Lora, y ya en tierras palentinas, se encuentra el monumento megalítico de La Velilla (Osorno), cuyo ámbar se asocia a la fase funeraria del yacimiento, datada en el Neolítico (Delibes de Castro y Zapatero Magdaleno, 1995).
Nota
En el año 2008 se descubrió en Cantabria, cerca de la Cueva del Soplao, un importante depósito de ámbar. En este trabajo, publicado en 2005, obviamente no se menciona este yacimiento, pues entonces su existencia era totalmente desconocida, y por ello tampoco se toma en cuenta su posible implicación en el discurso mantenido por los autores del trabajo consultado.
Nota aclaratoria
Como ya ha sucedido en otras entradas anteriores de esta misma temática, el contenido de ésta consiste en la fusión de una selección de aquellas partes del texto original consultado que resultaban más relevantes en relación a los objetivos específicos del blog FFI. Resultando una reconstitución con muy escasas modificaciones de contenido y de estilo, siempre realizadas con la finalidad de mejorar la comprensión de ciertos conceptos complejos, por parte de los lectores que no están habituados o especializados en literatura arqueológica ni paleontológica.
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