por Heraclio ASTUDILLO POMBO. Universitat de Lleida
Fósiles ibéricos relacionados, por la tradición popular española, con diversos santos y santas (6)
Fósiles relacionados con santa Lucía de Siracusa, en Cataluña (Primera parte)
Introducción
En diversos lugares de Cataluña, Comunidad Valenciana e Islas Baleares en los que existen terrenos con rocas sedimentarias (margas, calizas o areniscas) correspondientes al Eoceno marino, se pueden encontrar los característicos caparazones fosilizados de diversos géneros y especies de macroforaminiferos que muestran una vaga semejanza con pequeñas monedillas de piedra.
Pueden encontrarse incluidos en la matriz rocosa o engastados en la superficie de las rocas más coherentes, pero también sueltos, sobre el terreno, una vez la erosión diferencial los ha desprendido del interior o de la superficie de las rocas incoherentes que los contenían.
Según el género y la especie a la que pertenezcan, presentan diversas formas y tamaños, más o menos característicos que se usan para reconocerlos e identificarlos.
Los macroforaminiferos más asimilados culturalmente, por ser los más comunes en los terrenos terciarios, los mejor conservados, los más visibles y, por tanto, los más conocidos por la gente común, son los denominados comúnmente numulites o numulitas (Nummulites), debido a su vaga semejanza con pequeñas moneditas de piedra, que es lo que significa su nombre científico genérico. Aunque hay que saber que en ciertas ocasiones, por confusión de los observadores inexpertos, han dejado prestado su nombre común a otros géneros de macroforaminiferos distintos. Porque les resultaban vagamente semejantes, debido a que también tienen caparazones aplanados y de contorno más o menos circular, como por pueden ser las asilinas (Assilina) o las discociclinas (Discocyclina)... e incluso alguna especie de orbitolinas (Orbitolina) o de orbitolites (Orbitolites), entre otros. Este error de identificación por confusión, sucedió por que personas muy inexpertas y/o muy mal informadas, pudieron confundir unos por otros, como se verá más adelante en otra entrada.
Los numulites más pequeños, debido a su similitud en tamaño y aspecto con las semillas de una familiar leguminosa, la lenteja, solían ser denominados "llenties" o "llentilles" (lentejas), a veces, en asociación con el nombre del lugar en el que podían encontrarse en cierta abundancia y donde podían recogerse con facilidad. En unas ocasiones el lugar de referencia era un accidente topográfico y en otras una ermita o santuario, consagrado a un determinado personaje del santoral católico.
Decoración del altar mayor de la ermita de Santa Llúcia de Trenteres, en Santa Pau (Gerona). La sencilla imagen de la santa, muestra los atributos iconográficos que le son propios. El estilo estético es el característico de la escuela de imaginería religiosa industrial de Olot Arte Cristiano de Olot, es de autor colectivo anónimo y puede corresponder a finales del s. XIX o mediados del XX. Imagen: Visita a l'ermita de santa Llúcia
En el caso particular que hoy nos ocupa, cuando en Cataluña se encontraban abundantes fósiles de aspecto numulítino, en ciertos lugares más o menos próximos a ermitas dedicadas a santa Lucía de Siracusa o cerca de santuarios consagrados a otros santos, pero que tuvieran algún altar o capilla dedicados a esta santa, se acostumbraba a relacionarlos con santa Lucía, con las dolencias oculares y con la protección milagrosa de la vista.
Los numulites de mediano a gran tamaño y forma globosa, especialmente cuando dejaban ver en su sección ecuatorial su característico diseño en forma de una apretada línea espiral, solían ser conocidos como "ulls de santa Llúcia" (ojos de santa Lucía) y los que eran menos abultados o más aplanados se les solía denominar "dinerets de santa Llúcia" (moneditas o dineritos de santa Lucía). Tanto a unos como a otros, en ciertas localidades se les conocía con una denominación mucho más genérica y realista, como "pedres de santa Llúcia" o "pedretes de santa Llúcia", o sea, "piedras de Santa Lucía" o "piedrecitas de Santa Lucía"
Aspecto del interior del caparazón fósil de un numulite, visto con bastante aumento (x 8) en la sección ecuatorial. La disolución parcial del relleno hace muy visible el conjunto del sistema de tabiques y cámaras internos, dispuestos en forma de una densa espiral. Esta estructura, antiguamente, indujo la creencia popular que se trataba de la prodigiosa representación de un ojo, con su iris ocular o "niña". De acuerdo con la antigua "Teoría de las Signaturas", seguida tanto en la medicina antigua como en la medicina popular moderna, se consideró que se trataba de un tipo de "piedras figuradas" o "señalizadas" por la voluntad divina, para manifestar a los humanos que poseían propiedades benéficas, útiles para sus portadores o usuarios. Entre los cristianos se asociaron con santa Lucía de Siracusa, una mártir y virgen legendaria, protectora de la vista, por haberle sido arrancados sus ojos por sus verdugos. Las "piedrecitas de santa Lucía" de Trenteres, Santa Pau (Gerona)
Introducción
La ermita de Santa Lucía de Trenteres se encuentra en el vecindario o núcleo de población dispersa, denominado Santa Lucía, por haberse establecido alrededor de la primitiva ermita del mismo nombre, de origen medieval. Se trata de un núcleo de población muy dispersa, formado por varias masías circundantes, en la sierra de Trenteres. Actualmente el vecindario serrano está integrado en el municipio de Santa Pau, como un agregado, en la comarca de la Garrotxa (Gerona).
Aspecto actual de la ermita de santa Llúcia de Trenteres. Reconstruida en el siglo XVIII y reformada en el XIX, tras la destrucción sísmica de la primitiva capilla románica en el s. XV. Fotografía original de Maite Oliva Alsina En los alrededores de esta ermita abundan unas curiosas piedrecillas de forma globosa o lenticular, de contorno redondo y caras biconvexas. Las mayores de 10 a 12 mm de diámetro. En la comarca de la Garrotxa son conocidas popularmente como "pedres de Santa Llúcia" y "pedretes de Santa Llúcia", es decir, "piedras de Santa Lucía" y "piedrecitas de Santa Lucía", respectivamente.
También son conocidas, en la misma zona geográfica, con otros nombres populares, tales como "dinerets de Santa Pau", es decir, "dineritos", "dinerillos" o "moneditas" de Santa Pau, en alusión a la forma circular de aquellas piedrecillas y al nombre de la localidad donde se decía que se encontraban. Además se les conoció con otro nombre muy similar: "dinerets de Santa Llúcia", es decir, "dineritos de santa Lucía", en alusión a su aspecto y al lugar de su hallazgo, la ermita de santa Lucía de Trenteres o Treinteres, lugar donde se podían encontrar en gran cantidad y donde era costumbre recogerlas el día de la romería.
Otro nombre popular con el que también se les conocía, de forma muy extensa y generalizada, era el de "ulls de Santa Llúcia", es decir, "ojos de santa Lucía", en alusión a su relativo parecido con ciertas partes de un ojo humano. En unos casos se decía que por su semejanza con la córnea del ojo humano, cuando estaban fragmentadas por el plano ecuatorial y tenían aspecto plano-convexo. En otros casos, cuando estaban enteras y tenían aspecto biconvexo, se decía que por su semejanza al cristalino del ojo humano.
La segunda parte del nombre popular hacía alusión al lugar de procedencia, la ermita de santa Lucía de Trenteres, un pequeño santuario rural que consagrado a santa Lucía de Siracusa, virgen y mártir, siendo esta santa la patrona del santuario y de su entorno inmediato. Preside el altar mayor una imagen moderna de la patrona, de estilo de la escuela de imaginería olotina que además abogada encargada de la protección de la vista.
Los fósiles
Aunque la ignorancia popular desconocía, en siglos pasados, que aquellas piedrecillas redondeadas y decoradas con granitos, poros o figuras espirales pudieran ser alguna clase de fósiles, atribuyéndoles orígenes legendarios milagrosos, en realidad sólo se trataba de los caparazones fosilizados de un tipo de macroforaminíferos marinos que vivieron en los fondos marinos terciarios, hace entre 30 y 50 millones de años, cuando este territorio estuvo cubierto por el océano. La mayoría de los fósiles de mayor tamaño corresponden, en general, a caparazones fosilizados de numulites o numulitas eocenos.
Aspecto de la caliza numulítica de santa Llúcia de Trenteres, en la que destacan, por su tamaño, los grandes ejemplares de numulites, algunos de los cuales se van separando y desprendiendo de la matriz, por efecto de la erosión diferencial.
Fotografía de Joan R. Santasusana Gallardo.
Se ha podido conocer la identidad exacta de esos numulites gracias a una reseña publicada en 1926 en el Butlletí del Centre Excursionista de Catalunya. Con motivo de la celebración del XIV Congreso Geológico Internacional de 1926, la organización, diseñó unos itinerarios y unas excursiones para que los asistentes pudieran conocer los aspectos geológicos y paleontológicos fundamentales de los diferentes lugares recorridos en distintas regiones de España. Una de las diversas excursiones geológicas ofrecidas a los asistentes al congreso fue la C-4. PIRENEOS ORIENTALES. El objetivo definido era el estudio de los terrenos secundarios de la zona prepirinaica y de las formaciones volcánicas de la zona de Olot. La expedición hacia a las localidades de Berga y Olot se llevó a cabo bajo la dirección del
Dr. Ramon Bataller sedimentólogo y paleontólogo y del Dr. Jaume Marcet, petrólogo y vulcanólogo. El programa de la visita a la zona de santa Pau, se desarrolló durante la mañana del días 11 de mayo de 1926.
Fotografía de la expedición geológica internacional, a la zona de Olot, en el día en que un grupo de congresistas visitaron el yacimiento de la ermita de de santa Lucía" de Trenteres, en Santa Pau (Girona). En primer término, a la izquierda, mosén Ramón Bataller paleontólogo que dirigía la visita a este lugar en particular. A la derecha, algunos de los expedicionarios, listos para iniciar la visita, junto a los automóviles en que se habían desplazado desde Olot. Al fondo, apenas visible entre los árboles, se ve parcialmente la ermita de santa Lucía de Trenteres.
Imagen: Butlletí de Centre Excursionista de Catalunya. Num. 377. Octubre, 1926
En la crónica de aquella excursión, realizada hace hoy casi un siglo, se dice:
"En los alrededores de la ermita de "Santa Llúcia de Trenteres" (Santa Pau) se hizo una buena recogida de Nummulites atacicus, N. aturicus y N. granifer."
La correcta identificación científica de los diferentes tipos de numulites existentes, recogidos en el entorno de la ermita de santa Lucía de Trenteres, por los congresistas internacionales, asistentes a la excursión, nos aporta la información necesaria para conocer la verdadera identidad de los llamados "ojos de santa Lucía" de Trenteres o de las denominadas "piedrecitas de santa Lucía" de Trenteres y de los "dinerets de Santa Pau" que son sus nombres vulgares.
Como se verá más adelante, estas identificaciones correctas y válidas localmente, no se pueden generalizar a otras localidades distintas, más o menos alejadas de esta, sin riesgo de cometer grandes errores.
Aspecto de varios ejemplares de "pedres de santa Llúcia". Es de suponer que, durante la recogida, se ha realizado una selección y que las "piedras" que se muestran en la fotografía son "buenos ejemplares", es decir, de buen tamaño, pero como es lógico deben existir muchas otras de mucho menor tamaño, con aspecto de lenteja. Fotografía de Joan R. Santasusana Gallardo.
Usos populares
Las semejanzas a córneas, iris o cristalinos oculares humanos, atribuidas a estas extrañas piedrecitas por la mentalidad popular y su frecuente localización en las proximidades de ermitas dedicadas a santa Lucía, patrona protectora de la vista, o dedicadas a otra advocación pero que albergaran un altar o capilla dedicado a esta santa, favoreció que se estableciera una doble relación, nominal y usual. De forma generalizada, se usaron este tipo de fósiles para intentar remediar diferentes problemas oculares, mediante diversos procedimientos. A causa de estas creencias supersticiosas era costumbre, entre los asistentes a la romería que se celebraba anualmente cada 13 de diciembre, festividad de la santa, recoger algunos ejemplares con diferentes fines de uso tradicional.
Usos medicinales, oftálmicos:
a- Se dice que este tipo de piedrecitas (numulites) se usaron para dar masajes circulares sobre los párpados del ojo u ojos afectados por la dolencia ocular (conjuntivitis, cataratas, herida, etc.) que se quería remediar. La maniobra solía acompañarse de alguna fórmula u oración, confiando en la rápida intervención milagrosa de la santa, para poner remedio, total o parcial, al mal que afectaba a aquel ojo enfermo.
Aspecto del enrojecimiento ocular de una persona afectada por una doble conjuntivitis. b- También se elaboraban colirios, mediante la ebullición de agua de fuente en la que se habían introducido uno o dos ejemplares de las famosas "pedretes de Santa Llúcia". Con esa agua se se lavaban los ojos enfermos o lesionados o se empapaban gasas o pequeños paños para elaborar compresas húmedas que se colocaban sobre el párpado del ojo enfermo.
c- Se decía que en el caso de introducción accidental de cuerpos extraños en el ojo, tales como granos de arena, esquirlas de metal o de piedra o astillas, se introducía bajo los párpados del ojo afectado, un ejemplar muy pequeño para que lo expulsase mágicamente con prontitud.
En el supuesto de que la maniobra fuera cierta debería ser del tamaño de una lenteja muy pequeña y muy plana, se dice que se forzaba su desplazamiento rotatorio por todo el ojo, mediante el parpadeo lento y el movimiento del globo ocular, estas maniobras favorecerían el lagrimeo, el arrastre y la expulsión rápida del cuerpo extraño, irritante, que salía adherido a la piedrecita milagrosa.
Picapedrero, a principios de siglo XX, ejerciendo su trabajo, de dar la forma apropiada a los bloques irregulares de piedra, obtenidos en la cantera, según su uso futuro. En este tipo de actividad, sin protección ocular, debió ser común y frecuente la entrada de esquirlas de piedra en los ojos de los trabajadores. Resulta muy difícilmente creíble que pudiera llevarse a cabo esta clase de uso, pues resultaría sumamente doloroso, a pesar de que es citado por bastantes de las fuentes consultadas. Por pequeño y aplanado que pudiera ser el ejemplar de numulite que se pretendía introducir o que se pudiera acabar introduciendo en un ojo, inflamado, irritado o lacerado, mucho más sensible y dolorido que condiciones de normalidad, un numulite no dejaba de ser una piedrecita, es decir un cuerpo extraño, causante de más irritación y mucho más dolor.
Se desconoce si la superficie de los numulites dedicados a este tipo de uso medicinal oftálmico se habían suavizado previamente, sumergiéndolos en vinagre, o si se habían pulimentado o si se embadurnaban con alguna sustancia lubricante...
Los “dineritos de santa Lucía”
La vaga semejanza con acumulaciones de monedas pequeñas, de las acumulaciones de numulites sueltos sobre ciertos lugares del terreno, por efecto de la redondez de su contorno podría haber inducido a confusión, en siglos pasados, una época en que abundaban las leyendas sobre hallazgos de tesoros encantados, cuyas monedas se habían petrificado prodigiosamente.
Aspecto vagamente monetario de una grava formada por acumulación de caparazones sueltos de fósiles de Nummulites striatus, en la Colònia Jorba de Calders (Barcelona). Fotografía de Jordi Badia. Imagen: El medi natural del Bages
En el caso particular de los nummulites de la ermita de Trenteres, el nombre popular "dinerets de Santa Llúcia" resulta poco acertado, puesto que se trata de ejemplares bastante abultados, correspondientes a especies bastante globosas, no a especies muy aplanadas, por lo que su supuesta semejanza individual con monedas aisladas resulta más que discutible, en este caso.
Este nombre poco afortunado, en este caso, es sinónimo de este otro: "dinerets de Santa Pau", y se refiere al mismo yacimiento y al mismo tipo de fósiles, pero en asociación a la población densa más próxima.
Antiguo dibujo esquemático representando el aspecto de un ejemplar de numulite, visto con un poco de aumento, en tres condiciones distintas. A la izquierda, aspecto exterior del caparazón; en el centro, aspecto interior del caparazón, cuando ha sido dividido, horizontalmente, en dos mitades por el plano ecuatorial y, a la derecha, visto por la sección polar del caparazón para mostrar su típica forma biconvexa o lenticular. No hay que descartar la posibilidad de que, en realidad, pudiera tratarse de otro género de macroforaminíferos, como son las asilinas (Assilina), que hubieran podido ser identificadas erróneamente como una clase de numulites, por personas poco expertas en paleontología de macroforaminíferos. Transmitiéndose el error y conservándose la confusión, al haber estado apareciendo en diversos documentos de tipo etnográfico.
Aspecto numular de varios ejemplares de asilina (Assilina exponens). En la imagen puede apreciarse como los caparazones de este tipo de fósiles son muy aplanados, a diferencia de los numulites que suelen ser, más o menos biconvexos y, en general, bastante más abultados.
También puede apreciarse que por ambas caras muestran la estructura espiral del sistema de tabiques y cámaras, estructura que en los numulites permanece oculta en el interior del caparazón, y solo resulta visible cuando el caparazón se parte y se separa en dos mitades.
La semejanza superficial entre ambos tipos de fósiles no es una mera casualidad, ambos pertenece a la misma familia, la de los macroforaminiferos numulitidos. La parte central más clara y circular puede crear la ilusoria sensación de que se trata de un ojo petrificado....
Fotografía original de M. A. Bueno.
Imagen: Foto-Natura-Huesca-2
Usos lúdico-augurales
a- Se consideraba de buen augurio económico, para todo el año siguiente, que durante el día de la romería se utilizasen los numulites recogidos junto a la ermita, como dinero ficticio, en los juegos populares de azar y de apuestas que organizaban los asistentes. Ya que al no tener ningún valor material, nada se ganaba ni nada se perdía cuando se intercambiaban entre perdedores y ganadores.
Grupo de jubilados echando una partida de cartas en un bar. Como todo el mundo sabe, un pequeño incentivo que fideliza a los participantes asistentes, lo constituye la pequeña remuneración que proporciona la puntuación conseguida.
b- Algunas familias de Olot, usaban con una finalidad semejante, los numulites recogidos en la ermita de Trenteres, en la romería del día de la festividad de la santa (13 de diciembre), para decorar el belén que la familia elaboraba, para conmemorar el nacimiento de Jesús, con el que celebraban las tradicionales fiestas de la época navideña (desde el día de Noche Buena hasta el día de Reyes). Con nummulites se construían los márgenes de los caminos de serrín o arena fina que conducían hasta el portal del Belén.
Aspecto de un típico belén casero, elaborado por todos los miembros de una familia, utilizando diversos recursos escenográficos. Reuniendo en un espacio reducido, un conjunto de situaciones, representando diferentes escenas y personajes, todos relacionadas con el relato evangélico del nacimiento del niño Jesús en un pesebre de las afueras de la antigua localidad de Belén. Imagen: Pinterest
Continuará
1 comentario:
Me ha gustado mucho el artículo, muy interesante!!
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