sábado, enero 24

Grandes huesos fósiles y gigantes imaginarios (8)

por Heraclio ASTUDILLO-POMBO, Dept. MACS-UdL.


Interpretaciones míticas antiguas, en tiempos de griegos y romanos (continuación 5ª parte)


HALLAZGO DE LOS RESTOS DE UN GIGANTE MESENIO, CON TRES CABEZAS.

Flegón de Tralles, en el siglo II d.C., en su obra Libro de las maravillas, 11-19. Escribe "No hace muchos años que Apolonio El Gramático, relataba un hecho insólito que sucedió en la ciudad de Mesene. Tras una gran tormenta, se produjo una inundación del terreno que desenterró y arrastró una gran tinaja de piedra que finalmente se hizo pedazos. C
ontenían en su interior unos grandes huesos, tres cráneos y dos mandíbulas con dientes. En la tinaja constaba la inscripción: "de Idas", y los mesenios, comprendiendo por ella que eran los restos del héroe Idas, de quien Homero había dicho que era "el hombre más fuerte del mundo, en su época". Prepararon otra gran tinaja de piedra, sufragada con fondos públicos, para colocar en ella los hueso del héroe, una vez que fueron venerados respetuosamente, luego volvieron a enterrar la tinaja con las reliquias."

En tiempos modernos, en el Peloponeso, los paleontólogos han hallado abundantes restos óseos de megafauna, pertenecientes a proboscidios: mastodontes de Auvernia (Anancus arvernensis) del Mioceno superior al Pleistoceno, elefante antiguo (Elephas antiqus) del Pleistoceno, dinoterio (Deinotherium giganteum) del Pleistoceno inferior, mamut lanudo (Mammuthus primigenius) del Pleistoceno, mamut sureño (Mammuthus meridionalis) del Plio-Pleistoceno y también de rinoceronte lanudo (Coelodonta antiquitatis), rinoceronte de bosque (Stephanorhinus kirchbergensis) del Pleistoceno-Holoceno y de grandes uros (Bos primigenius) del Holoceno.

Réplica artificial, articulada, de un esqueleto completo de un ejemplar macho de Mammuthus primigenius, expuesto en posición cuadrúpeda. La comparación de su tamaño con el de la muchacha que está situada junto a él, puede dar una idea de los tamaños relativos.

Como ya hemos apuntado anteriormente en muchas otras ocasiones, las supuestas reliquias del gigantesco luchador Idas, supuestamente contenidas por la gran tinaja, debían estar constituidas por diversos huesos y cráneos de alguna o diversas especies de la megafauna mencionadas más arriba. 
De nuevo vemos, otro caso más de confusión mítica, muy anterior, al momento del hallazgo por efecto de una riada, que pone de manifiesto que la veneración de grandes huesos fósiles, en las zonas de influencia griega, en la antigüedad, era una costumbre muy antigua.


HALLAZGO DE COSTILLARES COLOSALES DE GIGANTES DÁLMATAS

Flegón de Tralles, en el siglo II d.C., en el Libro de las maravillas, 11-19, Dice: "En Dalmacia [una región de la costa adriática que en la actualidad, mayoritariamente, pertenece a Croacia], existe una cueva a la que sus habitantes llaman "gruta de Artemisa" o "cueva de Diana", en cuyo interior, pueden contemplarse los huesos de muchos cuerpos, cuyas costillas miden más de 11 codos" [ aprox. 4,5 m.]
Si no se exageraron desmesuradamente las dimensiones de las costillas, en esa zona geográfica y dentro de una cueva, "cuerpos" con costillas de tal magnitud, sólo podían ser los restos fósiles de grandes cetácos, posiblemente de algun tipo de grandes ballenas miocenas.

Aspecto del esqueleto completo de una ballena azul contemporánea, cuya longitud puede alcanzar los 25 m., obsérvense las grandes dimensiones de las costillas de esta especie que pueden llegar a alcanzar los 4-5 m. de longitud. 
Imagen: http://www.ejournal.fi/ColegioEspanolRabat/media/ballena%20azul%204.jpg


EL ENORME DIENTE DE UN HÉROE Y EL INGENIOSO Y PRUDENTE EMPERADOR TIBERIO.

Flegón de Tralles, en el siglo II d.C., en el Libro de las maravillas, 11-19. Escribe: "En tiempos de Tiberio, se produjo un gran terremoto que destruyó por completo muchas ciudades importantes de Asia Menor; Tiberio las hizo reconstruir, corriendo él mismo con todos los gastos. En las grietas abiertas en el terreno aparecieron enormes esqueletos. Las gentes del lugar no se atrevían a tocar los huesos de los que creían héroes, pero finalmente se armaron de valor y enviaron a Tiberio, en calidad de muestra, un diente de uno de los cuerpos. El diente medía más de un pie (más de 30 cm) de longitud. Los embajadores lo llevaron al emperador y le preguntaron si deseaba que le trajeran el cuerpo del héroe completo. Tiberio ideó un plan sagaz, que no le privaría de conocer el tamaño del héroe, pero que le permitiría evitar el sacrilegio de robar el cuerpo de los muertos. Contrató a cierto geómetra llamado Pulcro, y le encargó que confeccionara un rostro de héroe, proporcional a las dimensiones del diente. Basándose en el peso y dimensiones del diente, el geómetra calculó lo grandes que serían el cuerpo y la cara, realizando rápidamente una reconstrucción que llevó ante el emperador. Tiberio dijo que contemplar aquel modelo era suficiente para satisfacer su curiosidad, devolviendo el diente a los embajadores para que fuera devuelto al lugar del que procedía."

Aspecto de un gran molar de mastodonte, en el que se pueden apreciar la corona, con cuatro pares de tubérculos y las grandes raíces que brotan de cada uno de ellos.
Imagen:
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aleodiscoveries 

En tiempos modernos, en esa misma zona de Turquía, los paleontólogos han hallado restos de diversos grandes proboscidios prehistóricos como: elefante primitivo (Elephas antiqus) del Plioceno, dinoterio (Deinotherium giganteum) del Mioceno al Pleistoceno, mastodonte de Pentélico   (Trilophodon (Choerolophodon) pentelici) del Mioceno y mastodonte de Auvernia (Anancus arvernensis) del Plio-Pleistoceno.
Posiblemente el "diente de héroe" que tanto preocupó al prudente emperador Tiberio, en realidad, era un vulgar molar fósil, desprendido de la mandíbula de algún tipo de elefante, mastodonte o dinoterio, adulto.


LOS ENORMES HUESOS DE LOS GIGANTE EGIPCIOS, DE NITRIA

Flegón de Tralles, en el siglo II d.C., en el Libro de las maravillas, 11-19 Dice: "No se debería desconfiar de la narración anterior, pues en Nitriai (Nitria, actualmente, Uadi Natrun), en Egipto, se exponen a la vista unos enormes esqueletos que no cuestan nada de reconocer, pues no están ocultos en la tierra, ni entremezclados en desorden, sino dispuestos de tal manera que quien los contempla puede reconocer, perfectamente, los fémures, las tibias y también los huesos de otras partes del cuerpo. Tampoco se debería desconfiar de esos huesos, si se tiene en cuenta que, al principio del tiempo, cuando la naturaleza estaba en su apogeo, producía criaturas de dimensiones considerables, aunque del mismo modo que el tiempo se va agotando, también ha ido encogiendo el tamaño de las criaturas que produce."
En tiempos modernos, los paleontólogos ha encontrado en esta región egipcia restos óseos de diversos tipos de mastodontes: gonfoterio (Gomphotherium angustidens) y mastodonte de Osiris (Anancus osiris) y mastodonte de cara larga (Tetralophodon longirostris) del Plioceno al Pleistoceno.



LOS GIGANTES DE LA ISLA DE RODAS, DE MEDIANA ESTATURA.

Flegón de Tralles, en el siglo II d.C., en el Libro de las maravillas, 11-19, escribe "También he oído informaciones de que en la isla de Rodas hay unos huesos que parecen humanos pero que son tan grandes que, en comparación con ellos, el tamaño de los seres humanos del tiempo presente, resulta extremadamente pequeño."

Hans Brinkerink, del Museo de Historia Natural de Rotterdam (Holanda) está dando los últimos retoques a los ojos de una replica de un elefante enano, macho (Elephas mnaidriensis).
Imagen:
 http://www.nmr.nl/nmr/binary/retrieveFileinstanceid=14&itemid=156&filename=dwergolifant%20in%20atelier%203.jpg

En tiempos modernos, en esta isla del mar Egeo, los paleontólogos han hallado restos de unos proboscidios de pequeño tamaño que alcanzaron cerca de 1,80 m. de altura, en la espalda: elefante enano (Elephas mnaidriensis). Cuyos huesos recompuestos, en posición bípeda, siguiendo el patrón del esqueleto humano, como era costumbre en la antigüedad, habría dado origen a la leyenda de los huesos de gigante hallados en esta isla.


LOS GIGANTESCOS HUESOS DE OSIRIS, SEPULTADOS EN TERRITORIO GRIEGO.

Flegón de Tralles, en el siglo II d.C., en el Libro de las maravillas, 11-19. Escribe: "Cuando los atenienses fortificaron cierta isleta cercana a Atenas. Cuando estaban excavando los cimientos para las nuevas murallas, encontraron un sepulcro de 100 codos (es decir de unos 42 m.) de longitud, que contenía un enorme cuerpo proporcional a su tamaño. Había una inscripción que decía: Yo, Macrosiris (Osiris El Grande), después de haber vivido 5.000 años, estoy enterrado en una pequeña Isla".

Aspecto del "Hydrarchos" un falso esqueleto fósil, de serpiente marina, que medía 35 m. de largo, exhibido en 1845 por Albert Koch. Los científicos descubrieron que, en realidad, se trataba de un montaje fraudulento, conseguido mediante el ensamblados de las vértebras, de al menos, cinco especímenes de Zeuglodon, una ballena fósil del Eoceno, hoy más conocida como Basilosaurus. Imagen procedente de Ellis, R. 1994. Monsters of the Sea. Robert Hale Ltd.
Imagen: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/f/f7/Hydrarchos.jpg

Si los descubridores de los supuestos restos óseos de Osiris El Grande, sepultados en territorio griego, no exageraron desmesuradamente las dimensiones de aquel "cadáver" regio, es muy posible que el hallazgo del mítico cuerpo, correspondiese a un montaje fraudulento, semejante a los realizados por Koch, a mediados del siglo XIX. Conseguido un efecto de gigantismo mediante la hábil acumulación de grandes huesos fósiles, procedentes de diversos ejemplares y especies de la megafauna marina o terrestre, muy especialmente con el añadido de numerosas vértebras supernumerarias. Dispuesto aquel conjunto de huesos, artificial, de tal manera que pareciese un único individuo. 
En el siglo XIX, Albert Koch preparó esqueletos de supuestos grandes monstruos marinos antediluvianos, siguiendo métodos fraudulentos de este mismo tipo. que luego exhibió por toda Norteamérica y luego por toda Europa, consiguiendo pingües beneficios.


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