martes, octubre 16

El registro fósil ibérico y el santoral católico, en la religiosidad popular de España y Portugal (6)



por Heraclio ASTUDILLO-POMBO, Dept. Medi Ambient i Ciències del Sòl. Universitat de Lleida 

Fósiles ibéricos relacionados, por la tradición popular española, con la Virgen María, la Madre de Dios o con Nuestra Señora (4)



SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DE LA CARRODILLA. (Segunda parte)



Costumbres tradicionales y creencias, populares, asociadas a las "coronetas" de Carrodilla (Continuación)


Hasta hace unos 40 0 50 año, no era nada raro que las pequeñas "coronetas", con un tamaño comprendido entre el de una nuez y el de una avellana, fueran usadas como amuletos protectores de uso individual, por ser fácilmente transportables.  Este tipo de "coronetas" de uso personal era utilizado, generalmente, por todas aquellas personas que, por su trabajo al aire libre, como labradores, pastores, leñadores, segadores, carboneros, almadieros o arrieros, se veían obligadas a permanecer mucho tiempo a la intemperie, lejos del seguro domicilio familiar, habitualmente, protegido por "coronetas" de mayor tamaño y peso.

El "siñó" Capella, pastor de Estadilla, apacentando su rebaño cerca de la ermita de Carrodilla que aparece en el centro de la imagen, vista por su fachada sur, al fondo la sierra de Carrodilla. Siendo el pastor, estadillano, es casi seguro que llevase consigo una pequeña "coroneta", como protección contra toda clase de peligros. Fotografía tomada, posiblemente, hacia mediados del siglo pasado.
Imagen: Chulapo: Un cocho conejero 

Las "coronetas chicotetas" eran llevaban consigo cuando se tenía que ir a trabajar en las labores del campo o se tenía que transitar por terrenos descampados, lugares donde no eran infrecuentes las situaciones peligrosas y los sucesos graves, tales como accidentes laborales, mordeduras y picaduras ponzoñosas, caídas de rayos,
ataques de lobos o de salteadores de caminos. Las "coronetas" de uso personal, eran  transportadas por sus propietarios dentro de los más diversos continentes "seguros", tales como bolsa monedera, bolsa escapulario, bolsillos, alforjas, morrales y zurrones. 
Hasta hace unos 20 o 30 años, no resultaba infrecuente que algunos ancianos, de la zona, aún llevasen, encima, aquellas "coronetas chicotetas", de las que no se habían separado nunca y que conservaban desde su juventud.

La Plaza Mayor de Estadilla, foto antigua tomada, posiblemente, hacia mediados del siglo pasado. En esa época, con toda seguridad, había muchas más "coronetas" en el interior de las casas del pueblo y en los alrededores de la ermita de la Carrodilla, que en la actualidad.
Imagen: Zagals y zagalas


Hasta hace unos pocos años, en los pueblos de los alrededores de Estadilla, se decía con cierto tono de burla, relativo a su credulidad y devoción, que todos los estadillanos, tenían en sus hogares, al menos una "coroneta de la Virgen" de La Carrodilla... y que, incluso, algunas familias de estadillanas atesoraban, en sus domicilios, unas cuantas "coronetas" protectoras. Pero lo cierto es que, esa misma costumbre, también se practicaba entre los habitantes de todos los demás pueblos de los alrededores del santuario, puesto que en ellos también se confiaba en la capacidad de influencia milagrosa y de protección mágica de estas piedras, para defenderse contra los más variados peligros reales que se sabía, por desagradables experiencias, que permanecían latentes en el medio natural y contra algunos peligros imaginarios, a los que se creía agazapados en el medio familiar y laboral.


Las coronetas de La Carrodilla, en la actualidad

Hoy hemos de suponer que la generalización de la luz eléctrica, la popularización de las prácticas higiénicas, la escolarización obligatoria, el acceso, más o menos, fácil a los servicios médicos y a los modernos tratamientos medicamentosos y la aculturación televisiva del medio rural, deberían haber contribuido, bastante, a hacer desaparecer del imaginario colectivo, muchas de las creencias ancestrales y de las practicas supersticiosas. Pues “la modernización de las costumbres y el progreso tecnológico” deberían haber vencido a los espectros imaginados y a los peligros reales, al haberse conseguido prevenir o mitigar, racionalmente, los efectos de enfermedades y accidentes, cuyas causas y prevenciones eran desconocidas para la “gente del campo” y que desde antaño y hasta hace unos 60 años, podían resultar fatales o de pronóstico reservado, tal como sucedía en muchos entornos rurales de la España de aquella época. Por lo tanto, cabría suponer que en la actualidad, la confianza en el poder milagroso de estas piedras debería haber desaparecido o haberse debilitado mucho.

Romeros modernos congregados en la explanada delantera de la ermita de la Virgen de Carrodilla, durante una romería realizada el año 2011, al fondo la sierra de Carrodilla. Fotografía de José Luís Pano. 
Imagen: Ronda del Somontano 

Pero hemos podido comprobar, con sorpresa, que en la actualidad, a pesar de "los avances del progreso", de la secularización de la sociedad y del auge del racionalismo, la fe en las "coronetas" y la costumbre de mantenerlas en casa o llevarlas encima, parecen resistirse a desaparecer. Tal como nos han asegurado algunos de los diversos informantes con los que hemos podido establecer contacto, durante estos tres últimos años de pesquisas sobre las "coronetas".  Nos han asegurado que ellos mismos, en sus propias casas, como en muchas otras de sus convecinos, se siguen guardando algunas "coronetas", aunque tal práctica no se reconozca públicamente y menos aún ante los forasteros curiosos. En unos casos, las "coronetas" se guardan porque son un recuerdo de familia, heredadas de sus familiares más próximos, ya fallecidos y, en otros casos, porque siguiendo la costumbre tradicional, han sido recogidas por sus actuales poseedores , en alguna de sus visitas a la ermita. En todos los casos, porque se siguen creyendo que esta costumbre tradicional, también es una muestra personal de devoción y de fe en el poder protector de la Virgen. Además, de la información que se nos ha proporcionado,  podemos ver que en muchos casos, las "coronetas"suelen estar dispuestas en los mismos lugares y casi con las mismas finalidades, con que lo hacían sus ancestros, desde hace siglos. 



Pero, a pesar de todas las demostraciones geológicas, variadas explicaciones científicas y muchos razonamientos naturalistas, para la mayoría de los paisanos de los pueblos de los airededores de La Carrodilla, más creyentes, devotos y más fieles a la tradición legendaria, las "coronetas" siempre serán consideradas como un don que les hizo la Virgen de Carrodilla. Esta actitud no tiene nada de extraña, es la más natural entre la gente sencilla del medio rural a la que siempre les ha resultado mucho más fácil de comprender una sencilla explicación, aunque sea legendaria que justifica su origen y su presencia, por causa de una creación milagrosa, por obra y gracia de la voluntad divina de Dios todopoderoso que no llegar a aceptar que pueda tratarse de una simple piedra, bastante rara, cuyo origen es explicado por medio de una incomprensible explicación que está basada en la descripción de una serie de complejos procesos de formación de tipo biogeoquímico, sedimentario y litogénico que, además, sucedió hace casi 60 millones de años y, además, sin  que todo ellotenga ninguna relación con "su" Virgen protectora y patrona.

De todas maneras, si los "oncoides" de la Carrodilla no son una verdadera singularidad geológica, exclusiva de Estadilla, lo que sí es bien cierto es que las creencias populares que se formaron sobre ellos, dando origen a una serie de costumbres relacionadas con la religiosidad popular aragonesa y originadas en una zona geográfica muy localizada, es que son una autentica singularidad antropológica y etnopaleontológica. 
En ningún otro lugar de España, ni de Europa, hasta ahora, he sido capaz de encontrar similares ecostumbres populares relacionadas con "oncoides", a pesar de que llevo investigando sobre temas de etnopaleontología ibérica y europea, ya más de diez años.


Cuidado aspecto, del remozado interior de la iglesia de la Virgen de Carrodilla, como expresión manifiesta y evidente de la gran devoción que le profesan las gentes de Estadilla y de las de las poblaciones de los alrededores.


Imagen: Fotografía original de Justo Lleyda Naval



La jerarquía eclesiástica y las "coronetas"

Aunque algunos eclesiasticos eminentes, durante los siglos XVII y XVIII, trataron con bastante detalle sobre diversos aspectos de la ermita y de la Virgen de la Carrodilla, ninguno de ellos alude, ni una sola vez, a la existencia de las "coronetas de la Virgen". Quizá se deba al hecho de que siendo personas con elevada responsabilidad y gran formación, considerasen que trandose de una costumbre popular de tipo supersticioso, bastante localizada, no debía hacerse ninguna referencia al tema, para no darles una mayor transcendencia, fuera de su territorio habitual, de la que ya tenía en él.

Ninguno de los dos obispos de Lérida, Francisco de Olaso e Ipenza (1714-63) y Gregorio Galindo (1736-56) que durante su mandato, veranearon en el complejo arquitectónico de la Carrodilla,  hacen ninguna referencia a las "coronetas de la Virgen", en las anotaciones de ambos, existentes en el "Libro de Visitas Pastorales", de su época, conservado en el Archivo de la catedral de Lérida. 
En esa época, la Iglesia española influida por el racionalismo de la Ilustración que se había asentado en España con la implantación de la dinastía de la Casa de los Borbones, suprimió del ámbito religioso muchas antiguas costumbres, por considerarlas supersticiones restos de cultos paganos antiguos, en este caso particular, existe una relación clara con la antiquísima litolatría pagana.

Tampoco hace referencia alguna a las "coronetas de la Virgen", el dominico Fray Narcís Camós, de la Orden de Predicadores, en su libro titulado "Jardín de María, plantado en el Principado de Cataluña", editado en Gerona,  por primera vez 1651
A quien el título dellibro, en relación con Estadilla,  pudiera parecerle una inconguencia o un error, recuérdese que hasta hace muy pocos años, una gran parte de la zona oriental de Huesca pertenecía a la diócesis catalana de Lérida. 

El carmelita Fray Roque A. Faci (1684-1744), en la edición de 1739, de su conocida obra "Aragón, Reyno de Christo y dote de Maria Santissima", tampoco menciona las "coronetas de la Virgen", a pesar que en otros lugares de su obra, cita la presencia de "conchas de piedra", en el Alto Aragón.

Pero a pesar de toda la ignorancia y, posible, menosprecio de la Iglesia oficial, hacia la tradición de las "coronetas de la Virgen" de Carrodilla, durante los tres últimos siglos, la costumbre estadillana de venerar piedras, resistió el paso de cientos de años, integrada en la religiosidad popular de los habitantes de Estadilla y de otros pueblos de sus alrededores, asociada al culto popular a la imagen de la Virgen de Carrodilla, consiguiendo perpetuarse hasta nuestros días, aunque haya perdido una gran parte del vigor ancestral.


Aspectos paleontológicos de un hecho etnológico.


De como la despiadada mirada racionalista de la ciencia, casi siempre acaba destruyendo viejos mitos y desmoronando bonitas leyendas.

El estudio geológico de las "coronetas de la virgen" de Carrodilla y del lugar de su afloramiento, en la sierra de Carrodilla, permite descubrir que la verdadera naturaleza de estas piedras excepcionales, es la propia y característica de un tipo de estructuras biosedimentarias, fosilizadas. Estas estructuras se formaron alrededor de ciertos tipos de objetos sumergidos en el fondo de un medio acuático somero que se constituyeron en núcleos, iniciadores de un proceso cíclico y reiterado de colonización y precipitación mineral, de origen microbiológico. Esos objetos que actuaron como núcleos, imprescindibles, para el inicio del proceso biosedimentario, pueden  ser muy diversa naturaleza, "clastos" (granos de arena gruesa, pequeñas piedrecitas, trocitos de minerales, etc.) o "bioclastos" (conchas o sus fragmentos, trozos de hueso, de diente, de cáscara calcárea de huevo, de madera, etc.)

Imágenes muy interesantes, por ilustrativas, del interior  de dos "oncoides", de forma exterior cilíndrica, seccionados longitudinalmente. Se puede apreciar, muy claramente, que la forma alargada, del "oncoide", es resultante de que la bioprecipitación mineral se ha producido alrededor de unas pequeñas conchas muy alargadas, del gasterópodo marino Bactroptyxis trachaea, del Bathoniense (Jurásico Medio), las cuales habrían actuado como núcleos de iniciación del proceso de biosedimentación. Ejemplares procedentes de Aubry-en-Exmes, región de Normandía, Francia. 

Los microorganismos colonizadores son, casi siempre, cianobacterias que se acumulan sobre el objeto sumergido que actúa como núcleo de biosedimentación, hasta constituir una capa mucilaginosa, continua, que favorece la precipitación y la fijación, bio-inducidas, del mineral que, previamente, estaban disueltos en el medio acuoso, generalmente en forma de bicarbonato cálcico, como el ciclo de colonización-precipitación, se repite un cierto número de veces, acaba dando como consecuencia la correspondiente serie de capas concéntricas, superpuestas, y generando nódulos de un tamaño mayor o menor. Al tamaño final del oncoide, también contribuyen la temperatura y el grosor de la lámina de agua.

Esquema gráfico, muy simplificado, del proceso estromatolítico de formación y crecimiento de un "oncoide", en un fondo acuático somero, por adición de sucesivas capas alternas de cianobacterias y de carbonato cálcico, seguido de un proceso de enterramiento sedimentario, litificación de capas de sedimentos, elevación tectónica del terreno y posterior erosión de los estratos, con desprendimiento del "oncoide". 
Esctructura del oncoide: capa de cianobacterias (verde); capa calcárea bioprecipitada (amarillo: ); capa orgánico-calcárea (marrón)
Imagen: Dibujillo del autor

El proceso estromatolítico, siempres se produce en el fondo de ambientes acuáticos, someros, tanto en medio marino como lacustre, ricos en bicarbonato cálcico, en condiciones de temperaturas cálidas y bajo continuo movimiento de vaivén del agua, de tal manera que los incipientes núcleos de colonización y bioprecipitación y, luego, los nódulos formados a partir de ellos, yacen en continuo movimiento de rodamiento lo que, finalmente, conduce a producir, cuerpos de de estructura laminar y formas globosas diversas. Los científicos denominan a este tipo de objetos geológicos, basándose en algunas propiedades que son típicas de ellos. Por su origen biologico-sedimentario o estromatolítico, estructura laminar, característica forma redondeada y globosa y por su inclusión en rocas sedimentarias, calizas, se les llama oncoides, con un significado literal de "nódulos pétreos" o "piedras nodulares"

Aspecto del interior de un grueso "oncoide", del Cámbrico inferior (Paleozoico), hallado en Los Barrios de Luna (León), seccionado por la mitad, la superficie del corte, pulida, permite apreciar la característica estructura interna de este tipo de objetos. 
Nótese la extraordinaria  semejanza, del interior, de los "oncoides" leoneses con los aragoneses de la Carrodilla, a pesar de la gran distancia geográfica y cronológica, existente entre ambos lugares. Fotografía original del fotógrafo Álvaro Ayarza Martínez.

Cuando el núcleo de bioprecipitación es de dimensiones, más o menos, equivalentes se generan oncoides de formas esferoidales o ovoidales, cuando el núcleo es una concha bivalva se produce un oncoides en forma de oreja, si es un hueso largo o una concha de caracola, alargada, resultará un oncoide de forma cilíndrica o cónica y si es un tallo o tronco vegetal que luego se descompone, aparecerá un oncoide en forma de tubo. La forma del núcleo de bioprecipitación y el movimiento que le proporciona la energía del medio acuático, acaban por determinar el aspecto final de este tipo de objetos geológicos.
Este tipo de cuerpos biominerales, se han formado por la acumulación, repetida, de capas alternas de composición orgánica (envoltura mucilaginosa de cianobacterias) y de composición mineral (costra de carbonato cálcico bioprecipitado), este tipo de combinación de capas alternantes es la responsable del típico bandeado interno, alternativamente, claro y oscuro y de la característica estructura concéntrica. 




Conjunto formado por dos "oncoides" precámbricos, procedente de Australia, expuestos en el museo de Logrosán (Cáceres). El hecho de que también existan "oncoides" en las antípodas de Carrodilla, demuestra que no es un fenómeno local, ni sobrenatural, es decir ni extraordinario, ni tan exclusivo como se creyó antiguamente

Imagen:  Museo de Logrosán

Los "
oncoides" de origen "estromatolitico" que se encuentran en las inmediaciones de la ermita de la Carrodilla y que en Estadilla y sus alrededores, son llamados, popularmente, "coronetas", "coronetas de la Virgen" o "coronetas de la Carrodilla", no son una singularidad mundial. Contrariamente a lo que, antiguamente creían y afirmaban las gentes devotas de la comarca, también aparecen en algún otro lugar de la sierra de la Carrodilla, así como en los de otras sierras aragonesas y catalanas, relativamente próximas, de edad geológica equivalente y cuyos materiales sedimentarios se formaron en condiciones geográficas y sedimentarias semejantes. En todas esas ocasiones, los "oncoides" siempre, aparecen incluidos en capas sedimentarias de facies garumniana o garumniense, por lo que su edad relativa debe situarse en la transición entre el final del Mesozoico y el principio del Cenozoico, y más concretamente  entre el Cretácico superior y el Paleoceno inferior, de manera que su edad absoluta, aproximada, estaría comprendida entre  58 y 65 millones de años de antigüedad. 

Aspecto de la superficie de un bloque de caliza oncolítica, que, luego de aserrada, ha sido  utilizada, como piedra de construcción en el muro exterior de una iglesia, en Washington DC. 
La roca procede de un depósito paleoceno (Cenozoico), situado a 60 kilómetros al sur de Salt Lake City, en el estado norteamericano de Utah. Este hecho  demuestra que, al otro lado del Atlántico, muy lejos de Estadilla, también hay oncolítos
Imagen: Oncolites

Teniendo en cuenta la fiabilidad científica de la antigüedad asignada a los
"oncoides", prepirenaicos, antes citados, podemos concluir que la verdadera formación natural de las "coronetas" es muy anterior al momento histórico, en que la tradición popular religiosa, situaría la supuesta formación milagrosa o sobrenatural de este tipo de piedras. Aunque sin poderse asignar una fecha concreta parece ser que el hallazgo de la imagen mariana podría estar situado entre los siglos XI y XII, pues diferentes documentos históricos, de los siglos XII y XIII, mencionan la existencia de la ermita de Carrodilla que, lógicamente, tuvo que ser construida después del descubrimiento "milagroso" de la imagen mariana y de la supuesta formación milagrosa de las coronetas, en la sierra de la Carrodilla. 

Por razones de enorme disparidad cronológica, entre la fecha de formación milagroso-legendaria de las “coronetas” y la fecha de formación natural-geológica de los "
oncoides", se hace evidente que la verdadera formación de los "oncoides" de la Carrodilla estaría, completamente, desvinculada de cualquier posibilidad de formación sobrenatural de las llamadas "coronetas", tras la aparición de la Virgen o durante el hallazgo milagroso de la imagen. 
 

Pintura mural que por su estilo parece ser obra de algún artista aficionado, en la que se representa el momento de la aparición de la Virgen, según cuenta la leyenda popular, sobre una nube, formada encima de la carreta en la que los dos carboneros transportaban el carbón, desde la sierra de la Carrodilla, hasta Estadilla.  Foto original de jaimebz 
Imagen: http://www.panoramio.com/photo/21559077


Las míticas "coronetas" de la Carrodilla, cuando son estudiadas con perspectiva científica y mentalidad naturalista, rápidamente, pierden su origen milagroso, desaparecen sus cualidades mágico-religiosas y se esfuma su supuesta singularidad geológica. Pero a pesar de todo no pierden su condición de "prodigio de la creatividad cultural", pues pone de manifiesto como la fantasía y la falta de referentes racionales pueden conducir a interpretaciones sobrenaturales de ciertos fenómenos naturales y de los elementos, resultantes que por ser muy atípicos y muy localizados. En este caso concreto, el fenómeno natural es el de la “biosedimentación microbiana, de tipo estromatolítico”, producida hace millones de años y hoy fosilizada en forma de unas estructuras llamadas “oncoides”. 

Conjunto de tres "oncoides", a los que la erosión natural ha eliminado una parte, dejando expuesta a la vista del observador, su típica estrucctura interior, concéntrica.
Imagen: http://www.curiosite-art-deco.fr/Stromatolithe.html

Hemos incluido a los "oncoides" en la categoría de los fósiles, porque consideramos que la formación de un "estromatolito" o de un "oncoide", salvando las distancias existentes entre ambos fenómenos, también es un proceso natural de precipitacion del carbonato disuelto en el medio acuático inducido por un conjunto de organismo vivos que tiene un cierto parecido con la formación del esqueleto interno de los corales. En ambos casos y aún cuando estén en estado fósil, el estudio de ciertas características peculiares de este tipo de restos, nos puede revelar el tipo de organismo viviente que lo ha construido, mientras que la roca que lo contiene nos informa sobre las condiciones en las que vivió y murió y, además, su posición estratigráfica, nos indicará su antigüedad. Por eso sabemos cómo se formaron, dónde crecieron y cuándo fueron activos los "oncoides"/"coronetas" de la sierra de Carrodilla. 

El día que se haga un detallado estudio microscópico de las "coronetas", identificándose los géneros de las cianobacterias y de los de foraminíferos que contribuyeron a su formación, hace millones de años, podremos conocer con exactitud qué géneros o especies, concretas, de microorganismos fueron los verdaderos creadores de estas extrañas "piedretas" que, antiguamente, algunas personas creyeron de formación y propiedades milagrosas.



Aviso a los navegantes del ciberespacio, oriundos de Estadilla, alrededores o del Somontano de Barbastro que sean buenos conocedores de las tradiciones locales

Como de momento, no hemos podido encontrar ninguna "verdadera leyenda popular" relacionada con la formación de las "coronetas" con suficiente entidad literaria, en la que se relacione la aparición de la imagen con la de las coronetas o en la que se incluya o se justifique, de forma explicita, la formación de las "coronetas de la Virgen" de Carrodilla, estaremos muy agradecidos a l@s amables lectores sobrarbeses, o no, de este articulo, que quieran enviarnos cualquier información que pueda iluminar nuestra ignorancia sobre ese aspecto.



Agradecimientos:

Al Sr. Justo Lleyda Naval, estadillano residente en Barcelona, por su colaboración generosa y esforzada, realizando fotografías en la ermita de La Carrodilla y entrevistando a diversas personas, de Estadilla, durante algunas de sus estancias vacacionales, en su pueblo natal.
Al Sr. Emilio Rosico Ramón y a su madre Dña. Mª Teresa Ramón Palacio, antigua maestra nacional en Estadilla y consorte de estadillano, por contestar con todo detalle y prontitud a mi encuesta sobre las costumbres de Estadilla y alrededores, relacionadas con la ermita de Carrodilla y sus coronetas.



Fuentes:

- Almudévar Zamora, Ignacio. 1982. La Carrodilla. Nueva España, el periódico de Huesca. Local. 24/02/1982. p. 5
- Almudévar Zamora, Ignacio. 2005. La Carrodilla de Estadilla, en Retablo del Alto Aragón en el último tercio del siglo XX (artículos, charlas y conferencias). Instituto de Estudios Altoaragoneses, Huesca.  p. 99-70
- Andolz, Rafael . 1989. Las Coroneta de la Virgen. Diario del AltoAragón, Huesca. 23/04/1989. Página 31, Cuando hablan las piedras, Cuadernos Altoaragoneses, 107
- Andolz, Rafael. 1991. La Peña de los Alpargateros (1). Diario del AltoAragón, Huesca.  31/03/1991. Página 25 , Cuando hablan las piedras,  Cuadernos Altoaragoneses, 179
- Andolz, Rafael. 1993. Las coronetas de la Virgen. Altoaragón escolar. Diario del AltoAragón, Huesca.  02/12/1993. Página 32
- Andolz, Rafael. 1997. Las Coroneta de la Virgen. Diario del AltoAragón. Huesca. 25/05/1997. Página 43, Mitología aragonesa /Al calor del fogaril,  Cuadernos Altoaragoneses, 422
- Anónimo. 2006. La Sierra de La Carrodilla. MIRADOR DEL SOMONTANO. Ayuntamiento de Peralta de Alcofea: http://www.peraltadealcofea.org/mesapaisaje.asp
- Anónimo. 2011. Un misterio desvelado: el origen de las “CORONETAS” de la ermita de La Carrodilla. Carrodilla Sostenible, abril de 2011:  http://carrodillasostenible.wordpress.com/2011/04/21/un-misterio-desvelado-el-origen-de-las-coronitas-de-la-ermita-de-la-carrodilla/ 
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