Por Heraclio Astudillo Pombo. UdL
La valoración social de los fósiles, como piedras maravillosas (1)
Introducción
Desde los tiempos más remotos de la humanidad, con comunidades sociales muy pequeñas y mal comunicadas, hasta los tiempos actuales, con comunidades sociales de tamaños muy variables y, en general, muy bien comunicadas, la cultura humana se ha ido haciendo más amplia, compleja y compartida, en muchos de sus aspectos. Con el paso de los siglos, las diversas culturas del mundo que antaño era muy originales y diversas y las sociedades locales muy heterogéneas, se han ido haciendo, cada vez, más y más semejantes y muy homogénea.
Cuanto más se retrocede en el tiempo, las creencias, los usos y las costumbres humanas se van haciendo más variadas y diferentes, incluso entre comunidades sociales que geográficamente son relativamente cercanas. Si las reflexiones anteriores las aplicamos a la cultura popular, centrándonos sobre las potenciales influencias culturales que pudieran haber ejercido ciertos tipos de fósiles, podemos intuir que en cada comunidad podrían haber llegado a tener nombres, creencias o usos muy diferentes, en función de su distanciamiento geográfico, socio-cultural y socio-económico, pues en tiempos pasados se producirían menos interacciones sociales y culturales en función de la distancia geográfica, cultural y étnica.
Parece ser que el hallazgo, posesión y exhibición pública de ciertos tipos de fósiles, se consideraba una forma por medio de la cual las divinidades, los antepasados o los genios señalaban, identificaban o diferenciaban a aquellas personas que reunían ciertas cualidades personales que las hacían, supuestamente, competentes para liderar empresas o misiones exitosas. De alguna manera, indicaban que en el futuro serían "muy afortunadas” o suertudas". Era una manera de realzar o mejorar la consideración social ante los ojos de toda la comunidad. Se suponía que las personas poseedoras de "piedras de la buena suerte" (fósiles, cristales, minerales, etc.) gozarían de buena fortuna, o protección de entidades sobrenaturales y tendría éxito en las empresas personales que iniciaran, con las consiguientes repercusiones positivas para toda su comunidad.
Es posible que el hombre prehistórico, buscando fragmentos de pedernal (sílex) para tallar instrumentos de piedra, cortantes, pudiera encontrar casualmente algunos tipos de fósiles muy especiales por su aspecto, a los que por primera vez en la historia de su comunidad, tuviera que dar sentido y, por tanto, intentar explicarse cuál podía ser su origen y cuáles sus propiedades no físicas sino metafísicas. La mitología de la comunidad y la fantasía del individuo facilitaría enormemente esta tarea de fabulación.
Imagen: Homo sapiens
Imagen: Homo sapiens
Se ha considerado posible y probable que en la Prehistoria, el hallazgo y posesión de ciertos tipos de fósiles, tal vez pudiera haber sido considerado como un signo que manifestaba la existencia de un pacto o un medio mágico de propiciación de la voluntad de alguna divinidad. Tal situación personal, bajo la protección divina, sería una situación muy ventajosa y muy favorable para sus poseedores, a la vez que resultaría muy benéfica para su entorno social.
Parece probable que en la antigüedad remota, en las culturas más primitivas, se habría podido considerar a ciertos tipos de fósiles como un tipo de piedras muy apreciables, por su vinculación positiva y favorable con alguna divinidad protectora. Por lo tanto su posesión por hallazgo o por adquisición, les otorgaría a los poseedores cierto efecto benéfico, un significado premonitorio, augural o anunciador de un futuro muy favorable y por tanto de futuras acciones recompensadas con el éxito, al gozar de una especial protección divina. Parece ser que, por este motivo, algunos tipos de fósiles pudieron ser considerados como piedras anunciadoras de la buena fortuna o de la protección divina para sus propietarios.
Los fósiles considerados como "piedras" protectoras o defensivas
En una etapa prehistórica, posterior, o protohistórica, en sociedades algo más complejas socialmente y más avanzadas culturalmente, algunos tipos particulares de fósiles habrían podido aumentar de categoría en su valoración y aprecio social, al haber podido pasar de ser considerados como simples "piedras raras" o simplemente "piedras anunciadoras de buena suerte" a autenticas "piedras aportadoras de buena suerte". Esta creencia se basaría en otra creencia previa, la de que ciertos espíritus o genios gustaban de residir en el interior de ciertos tipos de piedras no comunes. Esto habría hecho suponer que en su interior residía un tipo de seres muy poderosos, invisibles, que eras la fuente generadora de fuerza sobrenatural o de poder mágico, que resultaba favorable para su poseedor. Por este motivo, en esta nueva época, se habría pasado a considerar a ciertos tipos de fósiles, como un tipo de verdaderas "piedras mágicas" o "piedras de virtud", porque se creyó que eran piedras capaces de atraer y mantener sujeta sobre ellas y alrededor de sus poseedores, la buena suerte y el éxito.
Collar realizado con conchas fósiles de Dentalium badense, hace 27.000 años. Objetos de uso personal, de este tipo, tan poco atractivos estéticamente, parece probable que habrían tenido una función protectora y no una función decorativa personal.
Las conchas fósiles de dentalio que forman este collar, hallado en el sitio arqueológico de Dolni Vestonice (Rep. Checa), debieron ser recogidas de los grandes yacimientos de piedra caliza, del Jurásico, que forman las montañas situadas justo detrás del lugar de Dolni Vestonice, a pocos kms de distancia.
A la clase de piedras antes descritas, se les atribuyó la "virtud" o “poder” de ser capaces de mantener las desgracias de toda clase y a los malos espíritus que se creía que las causaban, alejados de donde estaban ellas y por tanto lejos de los lugares en los que se depositaban y de las personas que las portaran encima.
Las llamadas “piedras de poder” o “p. de virtud” fueron consideradas como "piedras de protección mágica" o "piedras de defensa mágica", pues se las creía capaces de neutralizar, hasta una cierta distancia, cualquier tipo de peligro, visible o invisible, latente en su entorno social o natural, tales como pudieran, espíritus, demonios, ladrones, enemigos, brujas, encantamientos, accidentes y enfermedades de todo tipo.
Parece ser que del modo que hemos ido relatando, con el paso del tiempo y de forma progresiva, habría ido aumentando el primitivo y ligero aprecio que los humanos sentían por ciertos tipos fósiles, debido a la progresiva evolución social y aumento de la complejidad cultural que habría aportado mayor fantasía, más relatos míticos fabulosos y legendarios que habrían proporcionado un contexto social y cultural más favorable en la apreciación y consideración social de aquellos fósiles.
Se cree que determinados tipos de fósiles podrían haber ido ascendiendo de categoría cultural y aprecio social, al ir siendo relacionados con diversos personajes sobrehumanos, divinidades ancestrales, asociados a diversas prácticas supersticiosas y personajes míticos propios de aquella comunidad. Tales circunstancias habrían servido para reforzar la creencia de que aquellas "piedras" eran objetos mágicos, canalizadores del poder divino, necesarios para disponer de protección sobrenatural, verdaderamente útiles y muy poderosos, capaces de proporcionar inmunidad total frente a ciertas amenazas o garantizar un alto nivel de seguridad a sus poseedores.
Imagen: http://www.rammuseum.org.uk/collections/geology/fossil-fables
Mientras que en esa época inicial, igual que sucedería posteriormente, ciertos fósiles-amuleto eran considerados como objetos de defensivos muy específicos y solo defendían contra uno o dos tipos de amenazas, como por ejemplo los llamados "piedras del rayo", contra el impacto del rayo, algunos otros tipos de fósiles-amuleto, debido a su aspecto particular, al lugar de su yacimiento o alguna otra circunstancia particular, habrían sido considerados y usados como piedras mágicas con capacidad defensiva contra varios tipos de amenazas latentes en el entorno. Siendo usados como amuletos no específicos o multiespecíficos, pues supuestamente eran poderosos o efectivos como defensa mágica contra muchos tipos de peligros amenazantes, al suponerse que aquellas piedras mágicas estaban dotadas de una fuerza mágica repelente, capaz de detener o alejar a numerosos tipos de malas influencias. Se les creyó capacitados para crear una especie de barrera o burbuja defensiva, invisible, que protegía contra el mal una cierta zona del espacio, situada en su alrededor inmediato. Cualquier persona que se sintiera amenazada por algún tipo de fuerza maléfica indefinida o por varias, podía defenderse mágicamente manteniéndose dentro del campo de influencia benéfica o zona protegida, creada por el poder mágico de aquel fósil-amuleto.
Mientras que en esa época inicial, igual que sucedería posteriormente, ciertos fósiles-amuleto eran considerados como objetos de defensivos muy específicos y solo defendían contra uno o dos tipos de amenazas, como por ejemplo los llamados "piedras del rayo", contra el impacto del rayo, algunos otros tipos de fósiles-amuleto, debido a su aspecto particular, al lugar de su yacimiento o alguna otra circunstancia particular, habrían sido considerados y usados como piedras mágicas con capacidad defensiva contra varios tipos de amenazas latentes en el entorno. Siendo usados como amuletos no específicos o multiespecíficos, pues supuestamente eran poderosos o efectivos como defensa mágica contra muchos tipos de peligros amenazantes, al suponerse que aquellas piedras mágicas estaban dotadas de una fuerza mágica repelente, capaz de detener o alejar a numerosos tipos de malas influencias. Se les creyó capacitados para crear una especie de barrera o burbuja defensiva, invisible, que protegía contra el mal una cierta zona del espacio, situada en su alrededor inmediato. Cualquier persona que se sintiera amenazada por algún tipo de fuerza maléfica indefinida o por varias, podía defenderse mágicamente manteniéndose dentro del campo de influencia benéfica o zona protegida, creada por el poder mágico de aquel fósil-amuleto.
En 1887, la excavación de una tumba antigua en Dunstable Downs (Gran Bretaña) de la Edad del Hierro (s. VI - s. I aC), permitió descubrir los esqueletos de una mujer y un niño pequeño que aparecían rodeados por cerca de 200 fósiles de erizos de mar, la mayoría de ellos del género Micraster sp., y unos pocos del género Echinocorys sp.
Parece probable que, hace unos 2600 años, los familiares y amigos de los difuntos, debieron disponer ritualmente los fósiles, en forma de circulo, con alguna finalidad mágica particular, seguramente de tipo protector, para facilitar favorablemente el buen tránsito hasta el "otro mundo" mítico, a sus dos queridos seres difuntos.
Imagen: Folklore de los Fósiles Ibéricos
El demostrado efecto ansiolítico de los amuletos pero no su efecto protector
Imagen: Folklore de los Fósiles Ibéricos
Debido a tales creencias, supersticiosas, determinados tipos de fósiles tradicionalmente considerados como objetos mágicos protectores o defensivos, fueron llevados consigo por individuos, vivos o muertos o depositados en ciertos lugares de las casas, en donde residían familiares, en graneros, bodegas, lecherias o establos. También fueron colocados en las tumbas, junto con el cuerpo del difunto, puesto que se les consideraba como objetos portátiles, dotados de una gran capacidad de defensa o protección mágica contra las fuerzas mágicas malévolas.
Conclusiones parciales sobre la evolución de la valoración social de los fósiles y sus posibles causas, en la antigüedad
Se puede afirmar que la apreciación humana hacia los fósiles, ha variado según áreas geográfico-culturales y momentos históricos, pero también se sabe que la valoración social ha ido variando con el paso del tiempo, aumentando en unos casos y disminuyendo en otros, e incluso extinguiéndose.
En todos los casos en los que se ha podido conocer la función social y el uso cultural, se ha podido comprobar que la valoración social de un determinado tipo de fósiles, ha sido influenciada o determinada por la categoría socio-cultural de la función social que esos fósiles han desempeñado, en la cultura de una determinada sociedad, en un momento histórico.
En todos los casos en los que se ha podido conocer la función social y el uso cultural, se ha podido comprobar que la valoración social de un determinado tipo de fósiles, ha sido influenciada o determinada por la categoría socio-cultural de la función social que esos fósiles han desempeñado, en la cultura de una determinada sociedad, en un momento histórico.
En general los fósiles vinculados con la protección de la salud (medicina, litoterapia), los vinculados con la protección mágica (hechicería, chamanismo, amuletos y talismanes) y los vinculados con la propiciación de la voluntad de las divinidades (religiosidad, reliquias) han gozado de gran aprecio y estimación social, en todas las épocas históricas y lugares geográficos. Algunos tipos de fósiles aún conservan sus viejas funciones y antiguos usos, en la actualidad, entre grupos de personas muy supersticiosas y con bajos niveles de formación científica.
Algunas de las afirmaciones que se han presentado anteriormente, en cuanto a las condiciones sociales e históricas, particulares, del proceso de asimilación cultural de determinados tipos de fósiles, por parte de una determinada comunidad social, que eran válidas para las sociedades de la Antigüedad, abarcando tal denominación las sociedades del periodo histórico comprendido entre el Paleolítico (hace unos 33.000 años) y el final de la Edad Media (hace entre 1.500 a y 1000 años), también resultan válidas para las sociedades modernas y contemporáneas, abarcado tal denominación a las sociedades del periodo histórico comprendido entre el final de la Edad Media (año 1.500, hace unos 500 años) y el momento actual (2007).
Excelente ejemplar de ammonites, por su buen tamaño y buena conservación. Este tipo de fósiles es utilizado actualmente como simple elemento decorativo o de colección. Pero en la antigüedad, un tipo de ellos, los que eran dorados por estar constituidos por pirita no oxidada, fueron muy valorados, pues se creía que poseían la capacidad de inducir sueños proféticos, por lo que fueron usados para conocer el futuro, siendo colocados bajo la almohada.
En la Edad Media se creyó que estas “piedras” eran "serpientes petrificadas" y que poseían la virtud de poder mantener alejados a los malos espíritus y a los rayos, por lo que los de pequeño tamaño se usaron como amuleto personales y los de gran tamaño fueron empotrados en las fachadas de viviendas, iglesias y torres para protegerse del ipacto del rayo y de los ataques de brujas, duendes y dragones.
Imagen: Museo Minas UPM
Las "colecciones" de fósiles más antiguas que se conocen, se han hallado en la excavación de yacimientos arqueológicos, en los niveles correspondientes a la cultura Neanderthal. Desgraciadamente se carece de contexto suficiente como para poder hacerse alguna idea de cuál pudo ser su función y consideración, por eso se ignora cual pudo ser su verdadera utilidad, si pudieron ser considerados y usados como amuletos protectores o, simplemente, como "piedras casi comunes" curiosas y raras.
El hecho de que una persona supersticiosa pueda sentirse permanentemente insegura, al creer que está amenazada por fuerzas poderosas, incontrolables e invisibles, puede provocarle grandes dosis de ansiedad, a la larga, conducentes a temores obsesivos, paranoias y enfermedad. Por el contrario, el hecho de que una persona pueda sentirse segura, por poseer un objeto que la protege, mágicamente, contra ciertas amenazas y que la defiende de manera efectiva de los ataques que puedan lanzarle enemigos visibles e invisibles, a cualquier hora del día o de la noche, tiene efectos seguros sobre su salud, al reducir enormemente su niveles de estrés, mientras su amuleto esté junto a ella y crea que su poder protector sigua siendo fuerte y su fuerza defensiva imbatible.
Fuentes
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- Thenius, E. & Vávra, N. 1996. Fossilien im Volksglauben und im Alltag. Frankfurt. Kramer.
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