viernes, septiembre 14

Los fósiles y la Cultura Popular (4)

Por Heraclio Astudillo Pombo. UdL


La valoración social de los fósiles, como piedras maravillosas (2)


Algunos fósiles han sido considerados como "piedras sagradas", vinculadas a alguna divinidad en particular

En sociedades, muy primitivas,  con culturas muy elementales y religiones muy simples, de tipo animista,  sin divinidades mayores  pero con infinidad de divinidades menores, vinculadas al dominio de  toda clase de fenómenos naturales, se consideraron como "piedras muy especiales" de naturaleza sagrada, a algunos tipos de fósiles. A los que por sus especiales características particulares de forma y lugar de yacimiento, fueron interpretados como un tipo de “receptáculos pétreos”, en cuyo interior gustaban de refugiarse o residir ciertos seres invisibles y muy poderosos llamados “genios”,  “espíritus” o “fuerzas” que regían ciertos fenómenos y procesos de la naturaleza”, por lo que creyendo que estaban dotados con determinados poderes sobrehumanos muy específicos. También creían  que esos espíritus podían ser seducidos o empatizados, mediante ciertas "formulas" u oraciones,  rituales propiciatorios o acciones de ofrenda, consiguiendo influir o dominar, de esa manera, sobre su poder mágico, en beneficio propio. Por este motivo algunos tipos de fósiles fueron considerados y usados como verdaderos fetiches portátiles, cargados de “fuerza o poder” mágico gracias a su imaginario contenido interior.

En la época romana, el azabache debido a sus cualidades electrostáticas, fue considerado como una piedra mágica emparentada con el ámbar amarillo. Frecuentemente fue usado en la elaboración de joyas-amuleto: medallones, broches camafeos y anillos, pues debido a sus supuestas cualidades protectoras mágicas se le creía capacitado para desviar o neutralizar  la mirada de los fascinadores causante del mal de ojo. Los medallones colgantes y broches camafeos de azabache, romanos, destinados a la protección contra la fascinación, fueron tallados con un tema muy popular en aquella época, una representación de la cabeza de la mítica Medusa quien podía petrificar con su mirada. Talla de 3 x 4 cm.
Imagen:  Museo de Yorkshire

Con el paso del tiempo y la evolución de aquellas sociedades sencillas y primarias hacia modelos sociales y culturales más complejos,  con religiones  más estructuradas, con un sistema de “divinidades mayores  y menores”, aquellos mismos tipos de fósiles habrían pasado a ser considerados  como "piedras sagradas", ya no por ser un estuche sagrado o residencia mágica de una divinidad menor, sino por considerarlos como verdaderas representaciones pétreas de unas determinadas divinidades mayores o menores, constituyentes del panteón religioso de aquella comunidad social.  
Se creyó que existía un vínculo mágico entre aquellas clases de “piedras”  y las divinidades a las que representaban simbólicamente. Está supuesta vinculación mágica hizo que se les supusiese como piedras dotadas de ciertas virtud o poder mágico, bastante específico, en función de las capacidades sobrenaturales atribuidas, precisamente, a aquella divinidad, en particular, que las patrocinaba personalmente. Como, según la mitología propia de esa sociedad, cada una de tales divinidades, , disponía de unos poderes personales bastante particulares y característicos, relacionados con la solución, mitigación o prevención de diversos tipos de problemas humanos que habitualmente condicionaban la calidad y satisfacción de la vida humana, cada clase de aquellas piedras gozaba del mismo tipo de capacidades mágicas protectoras, preventivas o curativas que su divinidad patrona.

Un sacerdote hindú adorador del dios Visnú, en un ritual invocatorio de esa deidad, unta con una pasta oleosa vegetal unas piedras sagradas llamadas Salágramas. En realidad se trata de nódulos de piedra caliza negra 
que proceden del río sagrado Gandakí, en Nepal y que contienen el molde interno de un ammonite o marcado su molde externo. A esta clase de nódulos calizos ammoníticos, procedentes de esa zona nepalí, se les considera una representación prodigiosa del dios Visnú, que cuando son ocupados por la deidad adquieren una capacidad de indulgencia enorme, si luego se les venera de la forma adecuada.

En sociedades con una interpretación mítica de las piedras  y una concepción mágica del mundo físico, a ciertos tipos de fósiles se les atribuyó un determinado origen mágico-mítico,  en función de su forma característica y de su lugar de hallazgo, su formación estuvo asociada a la intervención sobrenatural de una determinada divinidad. Por este motivo algunos tipos de fósiles serían considerados como un tipo de piedras consagradas a una divinidad,  ya fueses por ser su representación simbólica o por ser su reliquia. Por tales motivos se las suponía piedras dotadas con virtudes mágicas benefactoras o poderes sobrenaturales  benéficos, más o menos específicos,  poderes que coincidían con aquellos que eran propios y típicos de la divinidad a la que representaban. A tales clases de piedras sagradas, se les rendía el mismo tipo de culto y veneración que a las imágenes figurativas convencionales que representaban a las divinidades asociadas a ellas.


Algunos tipos de fósiles fueron considerados como una clase de "piedras donadas" por las divinidades a sus devotos, como un regalo con efecto benéfico y protector 

En otra etapa histórica posterior, con sociedades más complejas y religiones míticas con diversas divinidades mayores y otras muchas menores, ciertos tipos de fósiles habrían pasado a ser considerados, no como simples piedras mágicas, cargadas de buenas influencias y capaces de proporcionar buena suerte o protección contra amenazas latentes, por su misma naturaleza mágica, sino por ser un regalo de una divinidad. 
En aquella lejana época de la antigüedad, ciertos tipos de fósiles, habrían sido interpretados como una clase de "regalos divinos", piedras dejadas al alcance de sus devotos humanos, por ciertas divinidades, superiores (celestes o meteorológicas) o inferiores (subterráneas), magnánimas y generosas benefactoras de aquella comunidad humana, que les rendía culto de veneración. 
En unos casos se creía que la residencia permanente de estas divinidades amigables y protectoras, podía ser celeste, en otros caos terrestre, subterránea o acuática, según contaban los relatos de la mitología, particular de aquella comunidad. Todo este contexto fabuloso vendría influenciado por la forma particular de aquellos fósiles, por su imaginario y mítico lugar de procedencia, celestial, acuático o subterráneo y las cualidades de su pretendido donante divino.

Representación artística de la creencia popular, germánica, según la cual los belemnites eran “piedras del trueno” que caían durante las tormentas acompañando a los relámpagos y truenos o que eran supuestas "flechas de Donnar", lanzadas con ira por el dios del trueno, contra sus enemigos. En la mitología de los germanos, los belemnites  eran interpretados como auténticas "piedras de rayo" que guiaban al rayo hasta su objetivo y causaban gran destrozo allí donde golpeaban por voluntad de Donnar o Thor. En diversos lugares de España y Portugal, los belemnites también han sido considerados popularmente como un tipo de "piedras de rayo".
Imagen: Fossil myths   

En aquella misma época histórica, en otras sociedades de cultura más compleja, con religiones más elaboradas, se habría considerado a algunos tipos particulares de fósiles, por su rareza y forma característica, como verdaderos objetos mágicos donados por alguna divinidad magnánima a sus devotos humanos, que podían ser usados en beneficio de la comunidad o para la protección personal. 
Se creía que aquellas divinidades magnánimas se complacían en hacer regalos mágicos a sus fieles, como una muestra de su o simpatía hacia ellos. Debido a esta creencia, algunos fósiles fueron considerados como verdaderas piedras divinas.

Un collar de ámbar, realizado con fragmentos rodados de resina fósil, recogidos en playas del mar Báltico. A pesar de su innegable atractivo estético, su mayor atractivo es que era capaz infundir sabiduría y virtud en sus portadores, pero es que además se creía que era un buen preventivo y un buen remedio curativo contra las dolencias relacionadas con el pulmón, la garganta, los dolores de cabeza, la circulación, etc.
Imagen:
http://www.mesiento.com/ambar-ese-regalo-de-la-madre-tierra

 


Algunos fósiles considerados como "piedras mágicas" dotadas con virtudes particulares, para la defensa o protección específica

La creencia en la existencia de una vinculación directa entre ciertos tipos de “piedras maravillosas” (fósiles) con determinadas divinidades, competentes en ciertas acciones protectoras específicas, habría influido para que la gente usara esos tipos de fósiles como amuletos o talismanes, con finalidades protectoras muy particulares y específicas. Tales "piedras mágicas" podían ser usados en la prevención de determinados tipos de amenazas latentes tales como: peligro de accidente, fracasos y desgracias varias,  enfermedades y dolencias, causadas por las malas influencias ejercidas por ciertos tipos de malos espíritus que se suponía que habitaban en todas partes o en ciertos lugares, y que siempre estaban dispuestos a perjudicar a las personas devotas y a sus propiedades. También se usaron para neutralizar los conjuros mágicos, maldiciones  o encantamientos, de tipo perjudicial, lanzados sobre ciertas personas vulnerables, por medio de malas artes (hechicería) por brujos y brujas.

Fotografía tomada a principios del siglo XX, en la que se pueden ver 10 ejemplares de erizos fósiles de la especie  Echinocorys scutatus, dispuestos en el alfeizar de una ventana, con la finalidad de alejar de aquella vivienda, la "mala suerte" relacionada con la caída de rayos. Por medio de esta exposición de supuestas "piedras de rayo" se creía que se evitaba que algún rayo pudiera alcanzar esa casa, pues su presencia la protegía mágicamente.
Imagen: Herbert Toms, 1928. 

Ciertos tipos de fósiles se usaron para protegerse contra las desgracias que pudieran poner en peligro las más diversas empresas humanas,  pudiendo incluirse, desde los proyectos comerciales,  los procesos industriales, los éxitos económicos hasta los triunfos amorosos o el éxito de los procesos productivos anuales de tipo agrícola y ganadero, la conservación de los alimentos o la protección o recuperación de la salud, la ausencia de problemas graves en los largos viajes por tierra y mar, pero también para asegurar el tránsito fácil y rápido del espíritu de los difuntos al otro mundo.

Representación humorística de ciertas situaciones reales en la vida cotidiana de las cortes principescas europeas, durante los siglos X al XV. Se representan determinadas creencias y costumbres supersticiosas, de la época medieval y renacentista, asociadas al temor a los envenenamientos alimentarios. 
En el centro un costoso amuleto llamado lenguario o árbol lingual, elaborados con metales preciosos y ramas de coral rojo y dientes fosilizados de diversos géneros de tiburones. Los dientes eran llamados glosopetras o piedras lengua, pero también lenguas de víbora, de serpiente, de san Pablo, etc.. que se creía que neutralizaba los venenos. A la derecha un comensal realiza la "prueba" de la inocuidad del contenido de su copa. A la izquierda, el camarero envenenador y su víctima, que no tomó la precaución que su compañero de mesa...
Imagen: Junior Geo 


Algunos fósiles considerados como "piedras mágicas remediadoras" con virtudes medicinales

En una etapa histórica posterior, la primitiva creencia supersticiosa en la posesión de unas supuestas virtudes preventivas o defensivas, típicas de ciertos tipos de fósiles, habrían evolucionado hacia una ampliación de sus supuestas capacidades mágicas, alcanzando la capacidad de remediar dolencias o enfermedades, gracias a la posesión de determinadas virtudes curativas. De esta manera, algunos tipos de fósiles considerados como piedras  defensivas habrían pasado a ser considerados como piedras medicinales, que usadas de la forma apropiada serían capaces de causar efectos reparadores sobre la salud humana, cuando estuviera más o menos deteriorada, con un efecto curativo semejante a como lo podrían haber hecho otros remedios de origen vegetal o animal. 


Los fósiles de la ostra grifea (Gryphea arcuata), antiguamente, fueron utilizados en diversas regiones de Europa para tratar los problemas de artrosis y deformación articular, causados por el reumatismo deformante, aplicando el principio médico de "las signaturas" o señales divinas que mostraban diversos minerales, animales o vegetales. Su aparente deformidad indicaba que podía actuar sobre las deformaciones artrósicas y los dolores artríticos humanos.
 imagen: http://www.windowsonwarwickshire.org.uk/spotlights/jurassic/a_devilstoenail.htm  

En algunos casos, los fósiles fuero utilizados como "remedios simples", y se creía que bastaba con sumergirlos, durante cierto tiempo, en las bebidas o comidas que se administraban al enfermo o si eran fósiles muy pequeños, tragarlos con un bocado o sorbo, para que le transfirieran su virtud curativa. 
En otros casos la preparación del remedio era algo más compleja, pues los fósiles debían ser triturados o pulverizados para poder ser suspendidos en líquidos diversos o disueltos en vinagre para luego poder ingerirlos o aplicarlos sobre ciertas partes del cuerpo
Otra modalidad consistía en que también fueron consumidos como constituyentes de ciertas fórmulas elaboradas por médicos y farmacéuticos, siendo considerados ingredientes, más o menos importantes de ciertas pócimas, para el tratamiento de determinadas dolencias. Este fue el caso del llamado "unicornio mineral" o "unicornio fósil".
 
Cubierta de una edición de 1669, de la Historia Natural de Cayo Plinio Segundo, en la que en algunos capítulos se incluía el uso médico que, en su tiempo (s. I dC), se hacía de algunas piedras consideradas como curativas. Sus absurdas y dudosas anotaciones, fuero seguidas y aplicadas, crédulamente, por muchos médicos y boticarios, hasta finales del s. XVII
Imagen: Wikipedia


Ciertos tipos de fósiles que, entonces, se creían "piedras maravillosas", pasaron a formar parte de la materia médica y de la farmacopea, oficial de su época, quedando recogidos, con extraños nombres específicos, en los llamados lapidarios médicos. Esos libros eran tratados de litoterapia escritos por afamados médicos de la antigüedad, griegos y romanos, y posteriormente adaptados o ampliados por famosos médicos que cuidaban de la salud de la nobleza y la aristocracia militar, civil o eclesiástica, en la época medieval o en la renacentista.
Algunos de aquellos antiguos manuales de litoterapia fueron extraordinariamente famosos y respetados en su época, siendo aceptados sus principios y aplicados sus consejos por la mayoría de los médicos, desde los tiempos de la Grecia clásica hasta finales del Renacimiento, en que su valoración por parte de los médicos y boticarios, más críticos y buenos observadores, puso en duda su efectividad o demostró su falta de eficacia, provocando su descrédito y contribuyendo al abandono de su uso.


Algunos fósiles considerados como "piedras devaluadas" y objetos obsoletos
Por otra parte, también se ha podido observar que cada vez que algunas antiguas creencias mágico-religiosas vinculadas con algún tipo de fósiles, entraban en crisis, debido a su gran incoherencia con el nuevo marco cultural o con el contexto religioso, entonces sucedía que las costumbres, las creencias y los valores, anteriormente bien aceptados y predominantes, quedaban muy rebajados de categoría en la valoración social, se iban abandonando y con el tiempo se volvían minoritarios y en casos extremos de rigidez o intolerancia por parte de las clases dominantes, las viejas costumbres y creencias podían llegar a ser prohibidos y sus practicantes a resultar perseguidos, como herejes o sediciosos.
El cambio brusco del marco de referencia, cultural o religioso, de aquella sociedad podía ser consecuencia de una conquista militar por una nación extranjera, seguida de una posterior colonización, con una " imposición", sobre los vencidos, de nuevas normas, creencias y valores, los propios de los vencedores. Tal como pasó en diferentes partes de Europa, en diversas épocas históricas, ya fuese por efecto de la helenización, la romanización, la cristianización o la islamización de la población del territorio conquistado.

Fósil del equinodermo Micraster coranguinum, visto por su parte dorsal. Antiguamente, en ciertas zonas de Álava, Guipúzcoa y Navarra estos erizos de mar fósiles fueron considerados como piedras del rayo. Razón por la que eran expuestas en los alfeizares de las ventanas con la finalidad de que impidieran la caída de rayos sobre aquella casa. 
En otras zonas estos fósiles fueron considerados como piedras usadas en la lapidación de diversos santos cristianos y por ello impregnados con ciertas virtudes derivadas de los poderes específicos del santo lapidado.
imagen:  http://www.primigenius.com/shop/foto/FS%203898.jpg
El cambio brusco del marco de referencia social, cultural o religioso, también podía producirse como consecuencia de una “revolución" social, como fue la francesa, o de una “revolución" filosófica, como fue la Ilustración o de una “revolución" política como fue la bolchevique, todas ellas sucedidas en tiempos históricos relativamente recientes. En todos los casos mencionados se valoraba positivamente el racionalismo, el laicismo y la visión naturalista de la Naturaleza y se despreciaba el irracionalismo, el sobrenaturalismo y la visión mágica de la Naturaleza.
Con cada nueva crisis sociológica e ideológica que afectaba a la comunidad, aquellos tipos de fósiles que habían estado bien considerados, anteriormente, por su vinculación mágica, iban perdiendo la mayor parte de sus antiguos atributos mágicos y virtudes extraordinarias, degradándose su valor cultural, desapareciendo su antigua función social y decayendo su apreciación social.

En ciertos lugares de los alrededores de la ermita de "la Mare de Déu de la Providència", de Mig Camí, en Tortosa, todavía en la actualidad, se siguen recogiendo artejos estrellados del tallo del crinoide Pentacrinus, pero sólo como un recuerdo curioso de la visita. Pero muchas personas crédulas y supersticiosas, además, creen que son portadores de buena suerte
Imagen: Fósiles de Mig Camí

En muchos casos, incluyendo el tiempo actual, después de una fuerte degradación cultural y depreciación social, algunos tipos de fósiles, únicamente pudieron conservar su más primitivo y elemental estatus social, siendo considerados como simples piedras portadoras de buena suerte, es decir, objetos portadores de buena fortuna para sus poseedores.



Las "piedras" de formas extrañas que no son auténticas piedras
 
Como ya se ha comentado, anteriormente, en la última etapa cultural, de la sociedad europea que se inicia con la Revolución francesa, su marcado sentido racionalista, igualitario, antimonárquico y anticlerical, seguido del movimiento filosófico cientifísta, racionalista y antioscurantista de la Ilustración, las piedras maravillosas de todo tipo, de antaño, cayeron en un gran desprestigio social. Además con los avances de las ciencias naturales quedaba demostrado que las "piedras figuradas" no eran ninguna "maravilla" o "prodigio" de la Naturaleza, sino que se habían formado por causas naturales y de forma natural y que se trataba de restos de diversos tipos de organismos que habían vivido, millones de años antes que la Humanidad y que algunos de ellos, se habían podido conservar en forma de fósiles.


En el libro de Niels Steensen o Nicolaus Steno, titulado "Elementorum Myologiae Specimen", 1ª edición, 1667, quedaba claro que las piedras mágicas, denominadas "glossopetras" eran idénticas a los dientes de los tiburones actuales
Imagen: Ed Rogers Rare Geology Books 


La devaluación de las piedras mágicas y maravillosas, se ha conservado y ampliado en los tiempos actuales, en los que predomina la mentalidad racionalista y materialista sobre su contraria, la mentalidad mágica y espiritista. 
En la actualidad, la mayoría de las personas consideran a los fósiles como objetos de coleccionismo o de decoración, y algunas otras como elementos geológicos de conocimiento científico que permite reconstruir la historia de la Vida sobre la Tierra y las condiciones que la hicieron posible. 
No obstante, lo anterior, el valor y uso mágico de los fósiles se había conservado o reinstaurado, de nuevo, en ciertos sectores sociales, supersticiosos, carentes de toda capacidad crítica, faltos de recursos intelectuales para interpretar el mundo físico con criterios racionales y naturalistas.  Se trata de personas más o menos, vinculadas con el esoterismo, de todo tipo, ya esté relacionado con la religiosidad popular, más bien delirante o con las absurdas técnicas de pronostico del futuro, tales como la astrología, la numerología, la cartomancia, quiromancia, etc. o
adictas a las formas más absurdas de muchas de las llamadas medicinas alternativas, basadas en las más primitivas creencias y en prácticas chamánicas o pseudocientíficas, sin ningún fundamentos científico.  

Rostro de ortocerátido, procedente del Paleozoico de Marruecos, recortado, pulido y engastado en montura de plata, diseñada para ser usado como colgante. 
Según el vendedor sirve para aumentar la vitalidad, reducir la ansiedad y el estrés, neutralizar las toxinas, equilibrar las emociones, aumentar la seguridad en uno mismo y alcanzar el éxito en los negocios... Es decir se vende como amuleto y piedra curativa polivalente, ¡Casi nada!
Imagen: NewAge

En tales colectivos sociales, aún, se sigue creyendo en los poderes mágicos de los amuletos, en general, y en el influjo de ciertas piedras maravillosas, en particular, incluidos en esta categoría algunos tipos de fósiles.



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