lunes, septiembre 30

El registro fósil, recogido y explicado por la literatura popular (4)

por Heraclio Astudillo Pombo, Universitat de Lleida, Dept. Medi Ambient i Ciències del Sòl


La leyenda de "las patadas del demonio", de la ermita de La Posa, en Isona (Pallars Jussà, Lleida)
Primera parte


La leyenda, una interpretación popular de un fenómeno geológico


En la primavera de 1983, un sábado por la mañana, mientras me hallaba en el barranco de La Posa, en Isona, buscando fósiles de moluscos de ambientes salobres, coincidió a pasar un cabrero que llevaba sus cabras a ramonear, por los alrededores del pueblo de Isona. Después del saludo protocolario y de explicarle que "sólo" recogía "piedras raras", sin ningún valor económico, viendo aquel hombre que me interesaba por las rarezas de las piedras, me confesó que cerca de la cima del cerro que corona una de las laderas del barranco, había una ermita, y que casi hasta su entrada, había una serie de huecos en la roca viva, de los que, las viejas del pueblo, contaban que habían sido producidos por las patas del demonio. Decían las mismas viejas que tales marcas se produjeron, cientos de años atrás, durante una terrible pelea entre san Miguel arcángel y el demonio.

Contaban que cierta noche de horrible tormenta, en la que todos los habitantes de Isona estaban refugiados en sus casas, el astuto Demonio salió del infierno, por un agujero que había en el fondo del barranco, con la diabólica intención de destruir el santuario de la Madre de Dios, existente en la cima de un cerro muy cercano.

El demonio saliendo a la superficie, a través de una grieta del terreno, amparado por la oscuridad crepuscular.
Imagen: Grabado de Gustave Dore para El paraíso perdido, de John Milton (1868).

 
Decían que el demonio ascendió por la empinada ladera, en dirección a la ermita de la Virgen de La Posa, pero al llegar a la cima del cerro, se encontró con una desagradable sorpresa, pues descubrió que san Miguel arcángel, le estaba esperando y dispuesto al combate. El arcángel, tras ser avisado por uno de sus ángeles espías, había descendido del cielo, instantáneamente para plantarse, frente a la ermita, cerrándole el paso al maligno diablo.

La lucha entre el demonio y san Miguel, debió resultar impresionante, pues según contaban las viejas de Isona, los pies del diablo se fueron hundiendo en la roca viva, por efecto de los numeroso y enormes golpes que san Miguel le iba asestando, de tal modo que con cada golpe las marcas de las pezuñas del demonio iban quedando marcadas en la superficie de la roca.


Dos inocentes turistas, madre e hija, se pasean, descuidadamente, sobre la superficie de roca, repleta de agujeros, creyendo que se trata de simples huellas de pisadas de dinosaurios, tal como informa la mayoría de folletos y carteles turísticos. Ignorando de que se trata de las legendarias huellas de las pisadas que el diablo, dejó marcadas en el lugar en el que se produjo una fiera lucha contra san Miguel. Fotografía propiedad de la empresa Turismo Verde S.L
Imagen: Isona i Conca Dellà


Derrotado, humillado, frustrado y magullado, el Demonio se, escabulló como pudo de los dolorosos golpes que le estaba propinando san Miguel, huyendo ladera abajo, en dirección al fondo del barranco. Mientras tanto el ángel que le perseguía le seguía golpeando con celestial saña. Cuando Satanás consiguió llegar al fondo del barranco, se escabulló entrando al infierno por el mismo agujero por el que, poco rato antes, había salido, muy contento y confiado, creyendo que podría realizar su diabólico proyecto sacrílego y destructivo, con total impunidad, aprovechando la la soledad del lugar, la oscuridad de la noche y el fragor de la tormenta.

Pintura al óleo representando la victoria del arcángel Miguel, sobre el Diablo, conservada en la iglesia romana de Santa Maria della Concezione. Obra del pintor italiano Guido Reni, realizada hacia 1636.
Imagen: Michael (archangel) Wikipedia

Aseguraban las mentadas viejas, de Isona, que cualquiera que pudiera dudar de la veracidad del relato, podría comprobar con sus propios ojos que todo era cierto, con solo acercarse hasta la ermita de la “Mare de Déu de La Posa. Allí, en la parte alta de la ladera que da a la fachada de poniente, cerca de la puerta principal, podría ver una zona con las numerosas huellas dejadas por las patas del diablo, durante su pelea con san Miguel. Las huellas de las patas del demonio, tenían la forma de unas oquedades, grandes, bien visibles y eran numerosas.
Debido a esa posición, forma y disposición, antiguamente, las gentes de Isona y de sus alrededores, denominaban aquellas concavidades en la roca “Potades del Dimoni”, debido a su origen, supuestamente, diabólico y la creencia de que el demonio no tiene piernas, sino patas, es decir, "potes", en catalán.


Vista del yacimiento de icnitas, de la ermita de la Posa, desde su parte media-alta. Al fondo la población de Isona, campos de cultivo y la sierra de Sant Corneli. Fotografía de Georama
Imagen: Isona i Conca Dellà


El pastor comentó que "quien quiera que fuese el que hubiera dejado las marcas, sobre la roca", parecía tener prisa pues había seguido un atajo, entre la cima y el fondo del barranco. Posiblemente por eso, antiguamente, se le había conocido como "Drecera del Dimoni" o "Drecera de les potades del Dimoni", es decir, "el atajo del demonio" o "atajo de las patadas de demonio". 
También se comentaba que el hecho de que la vegetación creciera rala y raquítica, alrededor de la zona de  de las huellas y de aquel sendero diabólico, era un efecto de la nefasta influencia del paso del demonio, por aquellos lugares.
  
Pintura extraída del Libro de Horas de Henry VIII, de Francia. Un códice ilustrado con unas extraordinarias pinturas de Jean Poyer, realizado en Tours, hacia 1500. La imagen bien podría representar el final feliz de la legendaria pelea, supuestamente, sucedida en la cima de un cerro muy cercano a la villa de Isona. Obsérvense los pies zoomorfos, del diablo, cuya pisada dejaría huellas zoomorfas sobre las rocas en las que pisara.
Imagen: The Morgan Library & Museum, Nueva York



"La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida... ¡ay Dios!. (Rubén Blades, en 'Pedro Navaja')

Hacia 1995, empecé a tomarme en serio el estudio de la Etnogeología catalana y la del resto de España, buscando y recogiendo, activamente, información sobre concepciones, actividades y denominaciones populares, vinculadas a los diversos fenómenos geológicos. Hacia 2002, ya me había decantado por el estudio de la Etnopaleontología ibérica,  influido por la constatación de un hecho que hubiera podido desanimar a otros investigadores más apresurados o menos voluntariosos. Puesto que me di cuenta que por entonces, casi como sigue pasando ahora, el estudio de la "Paleontología popular" era una "terra incognita" y un territorio "casi virgen". Apenas había sido transitado por los estudiosos practicantes de la Etnología ni por los cultivadores de la Paleontología, en el ámbito nacional ni en el peninsular. Por lo tanto, en unas condiciones tan paupérrimas de información y de opinión, publicada en documentos accesibles por Internet, cualquier pequeño descubrimiento que pudiera realizar resultaría ser una gran aportación al conocimiento de las relaciones de las clases populares con el registro fósil de su entorno.

Cuando pretendí documentar la leyenda que ha sido presentada al inicio de esta entrada, no pude obtener los resultados esperados, sino todo lo contrario. Tras consultar diversa bibliografía, en documentos materiales, reales y virtuales, que por entonces creía que serían unas fuentes de información muy apropiada por su temática etnográfica y su localización geográfica, no conseguí encontrar ni una sola mención al respecto: Amades (1929, 1950, 1982, 2001), Bellmunt (1998-2000), Coll (1997), Lluís (1971) y Roma (2002). La decepción fue tan grande como la frustración pues las expectativas eran demasiado ingenuamente grandes.

Desde el siglo VII de nuestra era, hasta hace muy pocos años, el demonio era un personaje muy popular y, hasta, familiar, omnipresente en la vida cotidiana de casi cualquier cristiano, Nadie dudaba de su existencia, de sus poderes sobrenaturales, ni de su maldad.
Ilustración extraída de un códice de 1460, se ha representado una, supuesta, aparición de un estrafalario demonio al papa Silvestre II, al que se le atribuyó la invención de una serie de instrumentos técnicos. Motivo por que fue acusado de tener un pacto con el diablo que, supuestamente, había sido quien le proporcionaba la información necesaria. Obsérvense los pies zoomorfos, cuya pisada dejaría huellas zoomorfas sobre las rocas sobre las que pisara.
Imagen: Wikipedia Silvestre II


Ante la falta, absoluta, de datos bibliográficos, se ideó la forma de obtenerlos de personas de la zona, por eso durante el curso 2004-05, gracias a la contribución de algun@s compañer@s de la facultad, se consiguió reunir un grupito estudiantes de la FCE de la UdL, personas abiertas e instruidas, oriundas de Isona y sus alrededores. Se procedió a consultar sus conocimientos sobre el lugar de la ermita y su folklore, mediante un brevísimo cuestionario. Los resultados fueron muy mediocres, limitándose las respuestas más pertinentes y más conocidas de todos. Informando que a las marcas existentes cerca de la ermita de La Posa, en el pueblo, siempre se las había llamado "petjades del dimoni", es decir "pisadas del demonio", pero desconocían la razón, concreta, de tal nombre para aquel lugar.
Ante el interés, pro-activo, demostrado por el que esto escribe, por seguir profundizando sobre el asunto, l@s estudiantes se comprometieron a buscar más información entre los familiares de más edad y a proporcionármela...
Desgraciadamente, l@s citad@s estudiantes universitari@s, abrumad@s por las numerosas y variadas tareas académicas, al finalizar aquel curso académico, se olvidaron definitivamente del compromiso "inducido" por aquel profesor... y se acabó el proyecto.

 
Cubierta con el diseño típico de la colección de libros de Joan Bellmunt, dedicada a recoger las tradiciones de las gentes de los diversos pueblos, villas y ciudades de las diversas comarca leridatanas. En este caso de uno de los 4 volúmenes dedicados al Pallars Jussà, la comarca donde se halla la ermita de La Posa.
Imagen: Amazon

En 2008, dada la facilidad para poder establecer contacto, vía correo electrónico, con el folklorista J. Bellmunt, autor de 4 volúmenes, sobre las costumbres tradicionales y leyendas de los pueblos de la comarca del Pallars Jussà, obra que ya habían sido consultada, años atrás, se procedió a consultarle personalmente. Se le envió un mensaje con la esperanza de que la leyenda de las pisadas del demonio, hubiese podido ser recogida con posterioridad a la publicación de los 4 vol. citados, pero me confesó que desconocía, completamente, la existencia de tal leyenda. Me propuso establecer contacto con  un clérigo que había sido, años atrás, párroco del pueblo de Isona, por si él conocía la leyenda. Desgraciadamente nunca se pudo localizar al antiguo párroco del pueblo de Isona y por tanto nunca se le pudo interpelar sobre el asunto.

En 2009 se procedió a la búsqueda sistemáticas, en hemerotecas de acceso virtual, gratuito, con unos resultados casi decepcionantes. Afortunadamente, se encontraron dos artículos, interesantes, Molina (1991) y Barba (1995), que confirmaron algo que ya sabíamos, previamente. Aquellas extrañas marcas, en Isona, siempre se las había conocido y llamado "pisadas del demonio", versión castellana de la primitiva denominación catalana , más rústica y popular de "potades del dimoni" o de la denominación alternativa, más sofisticada, urbana y moderna "petjades del dimoni", es decir, "huellas de pisadas del demonio". 

Afortunadamente, también, se pudo descubrir algo nuevo que desconocíamos anteriormente, el hecho de que en el pueblo de Isona, el lugar cercano a la ermita en el que existía la concentración de concavidades, también, se le conocía con el nombre de "potades del dimoni", poniendo de manifiesto que el mismo nombre popular cumplía dos funciones lingüísticas, pues simultáneamente era un 'etnopaleontónimo' (nombre popular de fósil) y un 'etnopaleontotopónimo' (nombre popular de un lugar, motivado por la presencia de fósiles).

Además, también se halló en una entrada del viejo "fotolog" de un joven isonense, del año 2006, la primera cita, escrita, en la que al conjunto de icnitas de la ermita de La Posa, se las daba a conocer como "petjades del diable", es decir, "huellas de pisadas del diablo". Constatamos que el viejo nombre popular, sin perder del todo su significado original, sigue adaptándose a los vientos lingüísticos de los últimos tiempos, hasta acabar por reconvertirse en un nuevo nombre popular más actualizado.

En 2011, apareció una nota informativa, publicada en una revista catalana de promoción del turismo regional, con el atractivo titular "Les petjades del diable", que contenía una escueta referencia al lugar y a las icnitas, Rego (2011), pero sin aportar ningún detalle particular que permitiera ampliar lo ya conocido. De nuevo, nos volvemos a encontrar, con la recreación, moderna y estandarizada, del "viejo y anticuado" nombre popular, al que en pocos años habrá acabado por sustituir, como denominación popular de un antiguo fenómeno etnológico, de naturaleza mítico-paleontológica.

En en 2013, habiendo constatado que a pesar del larguísimo tiempo transcurrido, desde que se inició el conocimiento de la leyenda, no había aparecido nada nuevo y viendo que, en otros aspectos, "no progresábamos adecuadamente", quien esto escribe decidió no posponer por más tiempo la divulgación de de la leyenda y su explicación paleontológica. Pues era muy improbable la aparición de nuevos documentos, conteniendo nuevos datos relevantes sobre el asunto. Se optó por pasar a la acción y dar a conocer el fruto del larguísimo trabajo de pesquisas etnopaleontológicas, realizado durante el transcurso de los últimos 16 años.

Hoy se da inicio a la publicación, en esta bitácora, de los resultados obtenidos en la investigación, dándose a conocer las conclusiones extraídas a partir de la consulta e interpretación del abundante material documental reunido, hasta el momento presente. Parte de lo cual se ha mostrado en los párrafos precedentes y que seguiremos mostrando en una próxima entrada.


Pintura gótica, óleo sobre tabla, de mediados del s. XV, original de Blasco de Grañén. Representando a San Miguel Arcángel, con armadura medieval, rematando al demonio, ya en fase terminal, despues de recibir una soberana paliza.
Obsérvense la monstruosa cabeza, las manos y los pies zoomorfos, tridáctilos, además de la curiosa vestimenta que luce el diablo.
Obra conservada en el
MNAC de Barcelona
Imagen:
San Miguel Wikipedia

 
La fecha especial escogida para la realización de tal evento informativo fue el día 29 de septiembre, con motivo de celebrarse la festividad de san Miguel arcángel, protagonista de la leyenda, co-patrón de la ciudad de Lleida y patrón de la Fiesta Mayor de otoño, de la ciudad. Tal elección se hizo con el fin de darle gracias al santo por haberme mantenido motivado y activo y no haber abandonado el proyecto dado lo dificultoso y largo que había resultado todo el proceso relacionado con la documentación de su leyenda diabólico-paleontológica.
Desafortunadamente, los fastos festivos locales, por poco dan al traste con tan piadosas intenciones, votivas y conmemorativas, dificultando que la publicación pudiese realizarse con toda normalidad, en la fecha prevista... pero como dice la sabiduría popular: "más vale tarde que nunca"



Nota:

La leyenda que se ha ofrecido, como inicio de esta entrada, es la "versión literaria" creada por el que esto escribe, a partir de la escueta y sencilla narración legendaria y de los breves comentarios, aportados por el anónimo pastor, recogidos resumidamente en el cuaderno de campo y luego ampliados, al final de la jornada, con los recuerdos guardados en la memoria.


Fuentes:

- Amades i Gelats, Joan, 1929. El culte a la pedra. Butlletí de Dialectologia Catalana. Barcelona, pp. 57-65
- Amades i Gelats, Joan. 1950. Rondallística. Rondalles. Tradicions. Llegendes. Folklore de Catalunya, 1. Barcelona. Selecta.
- Amades i Gelats, Joan. 1982. Costumari català: El curs de l'any. Barcelona: Salvat, (5 volums).
- Amades i Gelats, Joan. 2001. Llegendes de roques, coves, mars i estanys de Catalunya. Ed El Farell. Barcelona.
- Anónimo (pastor). 1983. Comunicación personal del 09/04/1983,
- Astudillo, H. 1983. Trabajos de Campo, jornada del 09/04/1983. GEOPALEO 1982-85. Cuaderno de Campo. Inédito.
- Astudillo, H. 2006. Comentario de Astu, en Dinosaurios en Lleida. Xnem 04/24/2006.
- Barba, 1995. 'Las pisadas del demonio', en Pisadas de dinosaurio en las proximidades de la ermita de la Posa. El Periódico, 1995/08/06/ p. 37
- Bellmunt i Figueras, Joan. 1998-2000. El Pallars Jussà, Fets, costums i llegendes 4 vol. Lleida Pagès Editors.
- Coll, Pep. Viatge al Pirineu fantàstic, 1997 Columna
- jemmus. 2006. Cornelius el Drac de mi pueblo. fotolog. 05 noviembre 2006
- Lluís i Pallarès, Joan. 1971. Històries i llegendes del Pallars. Barcelona Selecta, 1971.
- Molina, María. 1991. 'Las pisadas del demonio', en "Hallan un diente de cocodrilo en Isona, de 76 millones de años." Segre, 17/02/1991, p. 3
- Rego, Lurdes. 2011. Les petjades del diable. Jaciment de la Posa, Isona, Pallars Jussà. Sàpiens, 105, juliol, p. 34
- Roma i Casanovas, Francesc. 2002. Llegendes de la natura. Edicions El Mèdol. Tarragona
- Rosell, Joan & Llompart, Carme. 2000. GEOZONA 125: BARRANC DE LA POSA - ISONA. Generalitat de Catalunya



Continuará próximamente

lunes, septiembre 2

Fósiles usados como ornamentación arquitectónica (6)

por Heraclio Astudillo Pombo, Universitat de Lleida, Dept. Medi Ambient i Ciències del Sòl 
 
Uso popular de fósiles, como un tipo de rara ornamentación arquitectónica.
 (Sexta parte)



Figols d'Organyà (Lleida): "La Casa dels Fòssils" o "Ca'l Fantic"



Como empezó esta historia...

Hace cosa de un año, mi buen amigo Ignasi que viaja y fotografía mucho más que yo, me hizo saber que había descubierto una de aquellas curiosidades paleontológicas que a mi tanto me interesan y hasta me apasionan. La noticia me llegó por medio de un correo electrónico y las correspondientes fotografías, adjuntadas. Me contaba que en el pueblecito leridano de Figols d'Organyà, en la comarca prepirinaica de l'Alt Urgell, existía una casa con decoración mural de fósiles, ubicada en el nº 8 de la calle Mayor.
Este hallazgo se había producido en el transcurso de uno de sus viajes, exploratorios, por tierras de sus ancestros, de manera muy similar a como le sucedió en el caso de "La Casa del Fòssils" de Solsona (Lleida).


Como prosiguió la historia...


Dos de las imágenes mostraban vistas generales y ponían de manifiesto que se trataba de una humilde casa de pueblo. Bastante estrecha, de 4 alturas, con balcón de madera en la última planta,y tejado con amplio alero. Parecía ser sólo una simple vivienda, común y corriente, típica representante de la arquitectura popular tradicional, propia de la zona prepirenaica en la que estaba ubicada.

A cierta distancia, la vivienda de la fotografía, no parece tener nada de particular interés, excepto su extrema estrechez y la empinada inclinación del piso empedrado de la callejuela. Un lugar peligroso, en caso de lluvia o nieve, congeladas, a pesar de los pasamanos.
Imagen: fotografía original de Ignasi Gómez.


Cuando el fotógrafo y el observador, cambian su posición y punto de vista, aproximándose al edificio y situándose frente a la puerta de entrada, la humilde vivienda pueblerina, instantáneamente, cobra interés, para cualquier transeúnte forastero.
Lo que despierta la atención del transeúnte forastero, es una especie de arco mural, situado sobre el dintel de la puerta de entrada. Tal elemento arquitectónico ornamental resulta bien visible.
Sin fijar la atención, en detalles, puede apreciarse que su disposición resulta asimétrica y su forma difícil de definir, a medio camino entre la estrella del Belén, un dragón chino o una nube de granizo....
Si se fija la atención en la textura, se percibe que el mural está formado por piedras muy redondeadas, de forma y tamaño, más o menos, semejante y que están adheridas sobre el muro de la fachada, mediante mortero adhesivo, pintado con pintura de color marrón-violáceo, a juego con el zócalo.
En opinión del que escribe, un mural con un diseño tan atípico resulta muy poco "tradicional" y nada "popular"

Si el observador sigue aproximándose, al humilde edificio, por poco entendido que sea en paleontología, podrá apreciar que las piedras que desde lejos parecían ser "cantos rodados", en realidad, son fósiles de erizos de mar. "A ojo de buen cubero", parece haber cerca de ochenta ejemplares. Este detalle le aporta, aún, mayor interés al mural con que se ha adornado el muro de la fachada y personalizado, de forma muy original, la vulgar vivienda pueblerina.

La puerta principal de "ca'l Fantic", cuyo dintel aparece decorado por una nube de piedras redondeadas... que, luego, han resultado ser erizos de mar, fósiles. Obsérvese la gran disimetría entre el lado derecho e izquierdo del mural.
Imagen: fotografía original de Ignasi Gómez.


Muchos de los mencionados erizos de mar, fósiles, pertenecen al género Micraster. Esta identificación ha sido confirmada por el Dr. Jaume Gallemí, un reconocido especialista en la materia del Museu Blau o Museu de Ciències Naturals de Barcelona. Quien precisa que predomina la especie M. brevis, del Coniaciense superior-Santoniense inferior. 
En su opinión y debido al desenfoque de la imagen, tal vez, uno o dos de los otros ejemplares, puedan corresponder a la especie Echinocorys scutata forma vulgaris, del Coniaciense superior a Santoniense medio-superior. Con mucha mayor incerteza, debido al muy pequeño tamaño del ejemplar e indefinición de la imagen, uno solo de los erizos del grupo, podría corresponder al genero Hemiaster, del Aptiense.
Además, entre los numerosos erizos fósiles, 
se pueden distinguir cuatro fragmentos de moldes internos de ammonites, con cierta facilidad debido a la forma tan característica de este grupo de cefalópodos. Precisar su género es tarea muy difícil ,debido a la mala conservación de los ejemplares. 
Con algo de dificultad, perdidos entre el mar de erizos, pueden descubrirse siete ejemplares de moluscos bivalvos fósiles, la mayoría con aspecto de pectínidos y otros que podrían ser de la especie Spondylus spinosus, del Coniaciense superior-Santoniense inferior..

El pretendido origen milagroso de los erizos fósiles, de Organyà, según una leyenda popular de la zona
 Debemos informar al lector y al visitante, forasteros, que desconozcan la mitología sagrada de la localidad, que hasta hace muy pocos años, estos fósiles de erizos de mar eran conocidos en la comarca, con el nombre popular de "pedres de santa Fe". Tal nombre vulgar de clara resonancia religiosa, se debe a una antigua interpretación legendaria de este tipo de fósiles, cuando se desconocía su primitiva naturaleza orgánica. Como abundaban en los alrededores de la rústica ermita de santa Fé, levantada en lo alto de una sierra, en el termino municipal del vecino pueblo de Orgañà y dedicada al culto de la mentada advocación se creyó que debían de tener relación con la santa por vía milagrosa.

Ilustración comparativa, mostrando el aspecto característico de dos especies próximas, del género Micraster. En vista lateral (arriba), superior (en medio) e inferior (abajo).


Hace siglos, la extraña forma de esta clase de "piedras" y desconocimiento de su origen natural , contribuyeron a estimular la fantasía popular que acabó imaginado que tan extrañas "piedras" debían ser el efecto de una transformación milagrosa. Tal creencia sobrenatural se incorporó a la mentalidad mágica de la población de la época, posiblemente durante los siglos XVII o XVIII, y dio origen a una  curiosa leyenda justificativa, de tipos etiológico y hagiográfico, de la que estas "piedras" formaba parte fundamental. En la narración popular se afirmaba que aquella clase de "piedras" eran las piedras lanzadas por los paganos, sobre la santa, con la intención de asesinarla por lapidación. 
Esta leyenda comparte varios de los aspectos paleontológicos y legendarios, fundamentales, con otras leyendas populares españolas y portuguesas, en las que los erizos de mar fósiles fueron asociados a los intentos de lapidación de personajes sagrados como Jesucristo, la Virgen María o diversos santos y santas. 

En una futura entrada, desarrollaremos los aspectos literarios y fantásticos relativos a las "pedres de santa Fe", es decir, a los erizos fósiles del género Micraster, típicos de los materiales cretácicos de la zona de Organyà y sus alrededores. Es decir 
daremos a conocer los aspectos legendarios, de unos fósiles muy comunes, localmente, como son estos micraster.

Dejemonos de historietas y prosigamos con la observación y descripción del mural de la casa llamada "ca'n Fantic" o "cal Fantinc"

Si se divide el mural paleontológico, en tres sectores y se revisa, con atención, el contenido de cada uno de ellos, se pueden apreciar algunos detalles interesantes.

En la parte derecha, desde la posición del observador, lo primero que llama la atención no son los fósiles, sino que el número del edificio, aparezca dispuesto horizontalmente, intercalado entre los numerosos erizos fósiles. Tal disposición, anómala, le otorga una mágica transformación visual. El signo numérico de un vulgar ocho, se convierte en el símbolo del inconcebible, por inabarcable, signo algebraico del infinito.
A corta distancia, ya se puede precisar que bastantes de los erizos corresponden al género Micraster, algunos de ellos pertenecen a la especie M. coranginum y la mayoría a Micaster brevis. Además, se puede apreciar que el cemento adhesivo, ha sido pintado de un color marrón violáceo, a juego con el color asalmonado que luce toda la fachada. También, se aprecia que dos ejemplares se han desprendido de su primitiva posición... por causa desconocida.

A la izquierda y debajo del baldosín con el nº de la casa, hay dos conchas y a la derecha otra, todas ellas de bivalvos pectínidos.
 Tal vez puedan estar representando, simbólicamente, a los inspiradores y realizadores del mural paleontológico, con una función ornamental o diferencial de la vivienda.





La extraña disposición del baldosín con la numeración de la casa... ¿Es el resultado de un operario descuidado o que padece analfabetismo matemático? ¿Puede tener alguna finalidad metafórica o simbólica de tipo estético-filosófico-mágico? 
Imagen: fotografía original de Ignasi Gómez. 

En el sector central, del curioso arco mural, paleontológico, destacan muy claramente entre los abundantes erizos de mar fósiles, dos fragmentos de dos ejemplares distintos de ammonites. Uno de ellos está casi centrado, contribuyendo a la simetría y equilibrio de ese sector, mientras que el otro aparece algo más desplazado hacia la derecha, contribuyendo a desequilibrar el conjunto, en esta zona no hay ni un solo bivalvo fósil.

Aspecto de la estrecha zona central del mural paleontológico de la casa nº 8 de la calle Mayor de Figols d'Organyà, con menos erizos y dos trozos de moldes internos de amonites. Tal vez puedan estar representando a los dos artistas autores del mural.
Imagen: fotografía original de Ignasi Gómez.


En la parte izquierda del mural, también predominan numéricamente y visualmente los erizos de mar fósiles, pero si se observa con atención se descubren tres ejemplares de pectinidos, uno de cardido y dos fragmentos de moldes internos de amonites, aún peor conservados que los de la parte central.

Parte izquierda del mural. La forma y textura de esta parte del mural es bastante distinta de su contraria.
Imagen: fotografía original de Ignasi Gómez.


 
Buscando información de contexto para una correcta interpretación

Para conocer algunas particularidades sobre la casa y su propietario, nos pusimos en contacto con el ayuntamiento de la población, pudiendo averiguar algunos detalles interesantes, sobre la misma, gracias a la amabilidad de una funcionaria municipal.
Nos contó que la casa por la que habíamos mostrado interés había pertenecido a la familia Choy, la de la esposa de un arqueólogo barcelonés llamado Josep Mª Cruxent, que se hizo muy famoso, en América.
Nos dijo que el matrimonio Cruxent-Choy, al acabar la guerra civil, había tenido que emigrar a Venezuela, como exiliados políticos, donde la mujer y los hijos se habían quedado a vivir, durante un tiempo, para regresar algunos años más tarde. Pero el marido se quedó a vivir y trabajar definitivamente en América, siendo en Venezuela donde se había forjado su prestigio como arqueólogo de fama internacional.
Nos dijo que, en la actualidad, la casa es propiedad de sus cuatro hijos, tres hombres y una mujer, que actualmente deben tener entre 60 y 70 años, algunos son pintores y viven en los Estados Unidos de América.
Al parecer algunos años vienen unos u otros, con sus respectivas familias, a pasar unos días de vacaciones en el pueblo y ocupan temporalmente la casa de la familia de su madre.
También nos dijo que el extraño mural había sido realizado entre los años 60 y 70, del pasado siglo XX, por los ocupantes de la casa que, en aquel tiempo, era una pareja de artistas y que vivían al estilo "jipi"

Imagen de la pareja de artistas, formada por Jorge E. Cruxent y su compañera Fire (Estelle Norvell Jr.), tomada en 1974, época muy cercana a la que debieron realizar el mural de Fígols.
En la fotografía se pueden ver dos de sus obras, "a cuatro manos", diseñadas y dibujadas por Jorge y coloreadas por Estelle
Imagen: The artists

Conociendo la implicación artística del polifacético J. M. Cruxent, que había formado parte del grupo de pintores y poetas, informalistas, llamado El Techo de la Ballena y que en 1961 junto a cuatro artistas venezolanos seleccionados por Juan Calzadilla, había representado a Venezuela en la VI Bienal de São Paulo, inicialmente, llegamos a pensar en la posibilidad de que el famoso arqueólogo, hubiera podido estar implicado en el diseño o la realización del extraño mural de la casa de Fígols.
Para conocer la posible implicación de J.M. Cruxent, intentamos ponernos en contacto con alguno de los hermanos Cruxent Choy que viven en Catalunya y que habíamos comprobado, en Internet, que junto con su madre habían retornado España, finales de los años cuarenta, y vivido en Barcelona desde entonces.
Al no ser posible establecer el contacto, deseado, lo intentamos con Camilo Morón, arqueólogo y profesor de la UNEFM, en Santa María de Coro, Venezuela, que fue alumno y discípulo del "maestro" J. M. Cruxent, del que sabíamos que había escrito diversos artículos sobre el arqueólogo.
Camilo un investigador polifacético y multiformado y una persona extraordinariamente amable, colaborativa y abierta, se ofreció voluntariamente para establecer contacto con Teresa Cruxen Choy, de la que obtuvo la información fidedigna que necesitábamos para establecer quién fue el autor material del mural de Fígols.

Aspecto, actual, del pueblecito leridano de Fígols de Organyà (Lleida). Al fondo, a la derecha, la sierra de Santa Fe y a la izquierda la sierra de Carreu, ambas son un paraíso para geólogos y paleontólogos especializados en el Cretácico y sus equínidos
Imagen: Consell Comarcal de l'Alt Urgell


Las primeras intuiciones 

A pesar de la rusticidad y sencillez del edificio de Fígols de Organyà (Lleida), sospechabamos que la asimétrica forma del conjunto, la naturaleza paleontológica del material utilizado, la desigual distribución y posición de los distintos tipos de fósiles, no parecían ser hechos casuales, sino que parecían obedecer a algún plan, premeditado, por su autor y que el mural debía expresar alguna idea compleja o contener algún mensaje "encriptado".
También suponíamos que la antinatural disposición del baldosín, correspondiente a la numeración del edificio, 
con el símbolo numérico 8 en posición de "tumbado", debía obedecer a algún propósito muy particular, en consonancia con el simbolismo del resto de la obra artístico-paleontológica. Dadas las características tan particulares de esta creación arquitectónica-paleontológica, consideramos que la decoración de la fachada de la casa de Fígols d'Organyà (Lleida) que hemos presentado, en esta entrada, no debe ser considerada como una típica obra popular, sino todo lo contrario, de concepción y creación artística.
 
Una pintura, relativamente reciente, realizada "a cuatro manos" por Jorge Cruxent y "Fire" Cruxent, como muestra de su trabajo artístico profesional, de tipo colaborativo.
Imagen: Post-Cultural Studies


Conclusiones, artísticas
  
Efectivamente, no nos equivocábamos en nuestras primeras impresiones, sobre lo poco tradicional y escasamente popular que parecía resultar el mural de Figols, pues muy recientemente Camilo nos ha informado que Teresa Cruxent le había relatado que el verdadero autor del mural de la casa familiar, había sido Jorge Cruxent Choy, hermano de Teresa, que vivió en la casa de Fígols con su mujer, mientras sus hijos fueron pequeños, entre finales de la década de 1960 y principios de la década de 1970.
Además de todo lo comentado anteriormente, la información hallada en Internet sobre Jorge Cruxent & Fire y su obra, a mediados de la década de 1970, acabó de confirmar nuestras primitivas suposiciones sobre aquella intervención o decoración arquitectónica,  al haber intuido en la disposición de los distintos elementos o, más bien,  haber inferido una supuesta planificación artística en la elaboración del mural de Fígols d'Organyà y haber podido confirmar que no eran erróneas.
Jorge Cruxent como todos sus hermanos y su padre, tuvo inclinaciones artísticas, algunas de las cuales, suponemos, debió plasmar en el mural callejero que hemos presentado en esta entrada, ya que no hay obra artística sin simbolismo o mensaje implícitos. Pero de momento esto es un enigma ya que Jorge Cruxent no ha querido contribuir a desvelar el misterio que encierra.Jorge es el único, de todos los hermanos Cruxen Choy, que se ha dedicado profesionalmente al arte gráfico y el único, de todos ellos, que actualmente reside en USA.
  
 
Agradecimientos:

Montse Finestres Ginestà, en Fígols y Alinyà por la información proporcionada sin la cual esta entrada no hubiera existido y ustedes no habrán sabido nada de la extraña decoración de la fachada de ca'l Fantic y de las personas relacionadas con ella. 

A Ignasi Gómez Farreres, en Lleida, que nos proporcionó las primeras informaciones sobre la existencia del mural paleontológico y la relación de la casa con J.M. Cruxent, así como las fotografías, de la casa de Fígols, que ilustran esta entrada 

A Jaume Gallemí Paulet, en BCN, que nos ha asesorado, rauda y expertamente, tras su regreso de Ankara, donde participaba en el 9th International Symposium on the Cretaceous System

A Camilo Morón, en Santa María de Coro, Estado de Falcón (Venezuela), por habernos proporcionado interesante información sobre J.M. Cruxent y haber obtenido, de Teresa Cruxent, la información que, anteriormente, no pudimos obtener, tras dos intentos infructuosos


Fuentes 

-Anónimo. José Cruxent WikiHistoria del Arte venezolano
- Coello de la Rosa, Alexandre. 2008. Nota biográfica: Cruxent. QuAderns-e de l'Institut Català d'Antropologia, Nº 11 
- Comas, Fina & Rafael Cruxent. 2009. José María Cruxent, el indiana Jones catalán
Sociedad geográfica Española, Madrid, boletin nº34 (84-95)
- Constantin Severin. 2008. Fire Cruxent: IN MEMORIAM POST-CULTURAL STUDIES 
- Cruxent Studio, Sitio Internet de Jorge E. Cruxent y Estelle Norvell Jr.(Fire)  Cruxent Studio
Finestres Ginestà, Montse. 2012 y 2013. Comunicación personal 23/07/2012 y 23/08/2013
- Gallemí Paulet, Jaume. 1992. Los yacimientos con equínidos del Cretácico superior del Prepirineo de la provincia de Lleida. Tesis doctoral, UAB. Bellaterra (Barcelona)
- Gómez Farreres, Ignasi. 2012. Comunicación personal 21/07/2012 y 24/07/2012
- Morón, Camilo. 2011. J.M Cruxent, nacido del barro. Bacoa. Revista interdisciplinaria de Ciencias y Artes, Venezuela, vol. 1, Nº 1 94-113
- Morón, Camilo. 2013. Comunicación personal  23/08/2013 y 02/09/2013
- Oliver, Josep Ramon.2008. Pròleg, en Ferran Cabrero Miret. Cruxent: L'esperit de la matèria, Barcelona. Editorial Mediterrània 
- Roma Casanonova, Francesc. 2009. Les pedres de Santa Fe. Petjades, una geografia mítica poc estudiada.