domingo, abril 15

Arqueoetnopaleontología (12)

 por Heraclio Astudillo-Pombo, Universitat de Lleida

Los usos sociales y funciones culturales de los fósiles en la antigüedad o la necesaria contribución y la imprescindible colaboración de la arqueología (12)


El uso de ejemplares de micraster fósiles como proyectiles, en la antigüedad, en la Península Ibérica

Introducción  

Revisando bibliografía española, de manera exhaustiva, en búsqueda de prueba o indicios de los usos reales, probables o posibles de los erizos fósiles del género Micraster, se han detectado y recogido diversos casos que resultan paradigmáticos. 
Se ha recogido un único caso histórico, en el que quedaría demostrado arqueológicamente el uso de ejemplares de micraster fósiles, ligeramente modificados, para poder ser utilizados como proyectiles.  Al parecer para agredir a los defensores cántabros de una antigua e importante ciudad fortificada, que estuvo situada en un lugar de la actual provincia de Palencia, conocido como "Oppidum" del Monte Bernorio.  En el caso histórico 
Se han hallado numerosos caso legendarios en los que según cuenta la narración popular los fósiles fueron utilizados como proyectiles dirigidos contra determinados personajes sagrados, Jesucrist o santos y santas, casi siempre por judíos y a veces por paganos, o contra las tropas regulares de los invasores sarracenos, por parte de tropas irregulares cristianas. También se atribuyó su lanzamiento a ciertos personajes míticos, para castigar o perjudicar con su impacto a los humanos, por el dios del cielo, el dios del rayo, el dios del trueno, o las brujas tempestarias...
También se han hallado casos etnográficos en los que los micraster fósiles se usaron como bolas de piedra, para jugar en juegos tradicionales de lanzamiento y puntería semejantes al juego de los bolos, en sustitución de las bolas talladas de madera. 


Erizos fósiles del género Micraster usados como proyectiles durante el asalto a la ciudad fortificada u "oppidum" del Monte Bernorio, por las tropas del emperador romano Octavio Augusto

El oppidum del Monte Bernorio es conocido por los historiadores de la antigüedad de la Península Ibérica, como una de las ciudades fortificadas más importantes de la zona ibérica del Cantábrico, durante la Edad del Hierro
Dominaba una importante encrucijada de caminos usados como pasos a través de la Cordillera Cantábrica que permitían la comunicación entre la submeseta norte ibérica y la zona central de la franja litoral cantábrica. 
La conquista de este oppidum situado en una posición estratégica que controlaba la circulación de personas, tropas y mercancías, resultó una acción militar esencial, para la conquista y el dominio de la zona norte de la península, como demuestran los resultados de las recientes campañas de excavación arqueológicas, en las cuales se ha hallado una gran cantidad y variedad de munición de diverso calibre, de factura romana, usada durante las campañas militares que el emperador Octavio Augusto desencadenó contra Cántabros y Astures, durante su mandato. 
Se presentan en el trabajo consultado para redactar esta entrada, nuevas informaciones relacionadas con la conquista del núcleo fortificado, por parte de las legiones romanas y sobre los restos de armamento localizados en las excavaciones, en especial de los proyectiles de artillería empleados en el ataque. La presencia de proyectiles de artillería, de pequeño calibre, indicaría el empleo de este tipo de máquinas de fácil transporte, mantenimiento y sustitución, en la época altoimperial.


Foto aérea mostrando el aspecto actual del monte Bernorio. Se han representado gráficamente, muy esquemáticamente, la posición y distribución de los diferentes elementos constructivos, debidamente rotulados para facilitar la comprensión del sistema defensivo.   
Imagen: Guía de Visita Arqueológica de Monte Bernorio.
https://montanapalentina.es/guia-de-visita-arqueologica-de-monte-bernorio/

El monte Bernorio es una elevación del terreno, situada junto a la localidad palentina de Villarén de Valdivia, al norte de la provincia de Palencia (España) en la que se han localizado importantes vestigios arqueológicos de época prerromana, además de restos de una ciudad fortificada de cultura cántabra. Esta zona elevada y llana, con restos de infraestructuras militares defensivas y urbanas, supera las 120 ha. de superficie, por lo que ha resultado ser una de las ciudades fortificadas más grandes, de aquella época, entre las halladas en España y también en Europa.
 
Este oppidum o zona fortificada de la antigua ciudad cántabra, es uno de los yacimientos arqueológicos de la época prerromana, más importantes de la Península Ibérica, siendo también conocido como Castro del Monte Bernorio.

El Monte Bernorio es una montaña de cima aplanada, de poca altitud, con cota máxima de 1170 msnm, cuya cima tiene una forma llana que permitió la instalación de una población numerosa y acogió infraestructuras productivas y defensivas. Su posición estratégica le permite dominar una gran llanura existente a su alrededor. 
Se encuentra junto a la localidad de Villarén de Valdivia, que pertenece al municipio de Pomar de Valdivia, en la comarca de la Montaña Palentina, a 7 km de Aguilar de Campoo y próximo a la autovía Cantabria-Meseta. Su ubicación exacta es  42°47′38″N 4°11′34″O.4

Este lugar histórico, a pesar de atesorar en su cumbre una parte de la historia de España de más de 1400 años, a pesar de su carácter emblemático en la historiografía de la Edad del Hierro y a pesar de haber sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1992, el yacimiento prerromano de Monte Bernorio se ve amenazado por la agresión que supondría, de llevarse a cabo, el proyecto de instalación de un parque eólico con 24 aerogeneradores sobre su cima. Este es el motivo por el que ha sido incluido en la Lista roja del patrimonio histórico de España en peligro, realizada por la asociación Hispania Nostra. Este proyecto ha sido objeto de un importante rechazo popular, considerándolo una agresión patrimonial de máximo nivel.


La batalla que acabó en conquista de la ciudad fortificada del monte Bernorio 

En el siglo I a. C., el Imperio romano comenzó su asalto definitivo a los territorios dominados por cántabros y astures, llevado a cabo por el emperador César Augusto. En las proximidades de Pomar de Valdivia se hallaron los restos de un campamento romano de grandes dimensiones, uno de los más grandes de Europa, estudiado por Eduardo Peralta Labrador, desde el cual se llevó a cabo el ataque y destrucción de la fortaleza de Monte Bernorio, parece ser que a cargo de la poderosa Legio IIII Macedonica. Por las dimensiones de este campamento, E. Peralta mantiene que tuvo que ser ocupado, como mínimo, por dos legiones romanas. 
La gran cantidad y variedad de proyectiles de artillería romana, hallados en la zona cántabra, dejan constancia de que el asedio a que fue sometido el castro se produjo a una gran escala, como lo prueban las puntas de flecha de hierro, puntas de hierro de proyectil de ballesta y las bolas de piedra, de distintos calibres, que han sido encontrados. 
También se han encontrado evidencias materiales (carbón vegetal, materiales calcinados y carbonizados y ceniza) de que el núcleo principal de la ciudad fue destruido por un incendio, posiblemente provocado por los conquistadores, tras su toma, como forma de castigo a la fuerte resistencia a rendirse o a dejarse conquistar por el ejecito invasor.

Portada del nº 45 de la revista de Historia Militar y Política, Antigua y Medieval: "Desperta Ferro". En ella el artista ilustrador ha representado gráficamente de forma muy realista y dinámica el enfrentamiento entre las tropas de infantería romanas, asaltantes, y las tropas cántabras, defensoras, durante la batalla final de conquista del Castro del Monte Bernorio.
Imagen: Diario Palentino, 10-1-2018. https://www.diariopalentino.es/noticia/zbc002c59-a77e-65bf-6478c8d196b5d8ca/monte-bernorio-en-portada


La zona arqueológica ha venido soportando un intenso expolio por parte de los clandestinos, tanto «aficionados» como «profesionales». Sabemos que en lado sur el expolio ha sido particularmente acusado debido a varios factores, entre ellos la gran presencia de material militar indígena y romano. Es por esto que el hallazgo de materiales arqueológicos supone el descubrimiento de aquellos objetos que han superado la acción destructiva del tiempo y, que además, han pasado inadvertidos para los expoliadores, bien pertrechados con tecnología electrónica muy avanzada. 
Pese a todo esto, hemos documentado la existencia de proyectiles romanos en los niveles arqueológicos de destrucción del Bernorio (Nivel 3) y en relación directa con las estructuras defensivas indígenas del lado sur, lo que indica la existencia de combates en esa área (figs. 3 y 5). Las deformaciones y fracturas de algunos de estos objetos también indican claramente su empleo en combate. Este es el caso de algunos proyectiles de hierro doblados y con las puntas romas, indicios característicos de las deformaciones por impacto, o el elemento de suspensión de la funda de un gladius fracturado por un golpe.
Los hallazgos de herramientas y armamento son relativamente abundantes teniendo en cuenta lo intenso del expolio y lo reducido del área excavada, sobre la enorme superficie que ocupa el oppidum. 
Se han recuperado restos de puntas de lanza, jabalina y regatones, así como un hacha de hierro y varios fragmentos de hojas de hachas. También fragmentos de varios cuchillos afalcatados y fragmentos de hojas de cuchillos de hierro y fragmentos de enmangues de hueso, algunos de ellos decorados con motivos geométricos. 
Así mismo se ha encontrado un fragmento de la guarda de un puñal de tipo Monte Bernorio en el Área 3, próximo a la muralla sur, aunque en el interior del núcleo. 
Del mismo modo se han recuperado numerosos restos de complementos de vestuario militar y de suspensión de armamento como pasadores, anillas y remaches, que pueden atribuirse tanto a los indígenas como a los legionarios romanos. En el oppidum y también en su inmediata proximidad, se han localizado numerosas tachuelas de las caligae de los legionarios romanos. 

Una ilustración de la revista anterior, representando un instante del asedio militar romano contra la ciudad fortificad del Monte Bernorio. Se ha representado el lanzamiento de diversos objetos sobre las tropas contrarias desde el interior de la fortificación.
Imagen: Desperta Ferro Eediciones: https://www.despertaferro-ediciones.com/revistas/numero/desperta-ferro-antigua-y-medieval-45-las-guerras-astur-cantabras/


Entre el material militar recuperado en las intervenciones arqueológicas llevadas a cabo en el oppidum de Monte Bernorio, destacan las armaduras de proyectil y los proyectiles de artillería. Todos estos elementos han sido hallados en el Nivel 3, que corresponde a la fase de asalto y destrucción del oppidum por parte de las tropas romanas. 
A efectos de su estudio, se han dividido en cuatro grupos principales: puntas de flecha (saggitae), bolas de piedra para ballistae (bolaños), bolas o canicas de piedras y pila catapultaria. A efectos de facilitar la comprensión y construir una terminología unificada en la descripción tipológica, se adjunta también una referencia a la terminología empleada en su descripción

I. Bolas de piedra para ballistae (bolaños) (fig. 5: 18-20; fig. 6: 19-20; fig. 7: 18): También son relativamente abundantes los restos de proyectiles de artillería más pesada, de mayor potencia y calibre. Se han recuperado proyectiles de piedra de ballistae, de pequeño calibre, aparecidos en los niveles arqueológicos de destrucción. Su forma esférica está conseguida tras un trabajo de talla tosca y efectiva. Su diámetro se sitúa entre 4,40 y 5,30 cm y su peso oscila entre los 102 y los 134 gr. Se trata de proyectiles ligeros de un calibre relativamente pequeño. Sin embargo, y aunque estamos acostumbrados a que los proyectiles esféricos presenten pesos y calibres mucho mayores, esta circunstancia no debe extrañarnos. Así en Numancia también los proyectiles recuperados son en su mayoría ligeros, con cuatro bolas de 10 minas, tres de 3 minas y trece de entre 1 y 2 minas (Menéndez Pidal 1962: 175-176 y Fig. 130). Si tenemos en cuenta que una mina ática son unos 436,6 gr (Marsden 1969: XIX) los proyectiles del Bernorio serían de un cuarto de mina aproximadamente y de menos de media libra aproximadamente.

Aspecto esferoidal de las bolas de piedra caliza (ballistaeutilizadas como proyectiles por los invasores asaltantes. Por la escala que aparece en el lado derecho, de 5 cms., puede verse que se trata de piedras relativamente pequeñas y por tanto dirigidas a inflingir daño corporal en los receptores desprotegidos o sorprendidos por el impacto. 
Imagen: Los proyectiles de artillería romana....


II.  Bolas de piedra pequeñas o Canicas : se han recuperado una importante cantidad de esferas de piedra, de caliza en su mayor parte, de pequeño tamaño. Algunas de ellas son fósiles de erizo de mar del género Micraster, retocados ligeramente para acentuar su apariencia esférica y mejorar su aerodinámica, se trata de fósiles abundantes en los estratos calizos de la montaña del Bernorio. 
Esferas de apariencia similar se han recuperado en establecimientos militares romanos. En el castellum de Pförring (Eichstätt, Baviera, Alemania) (siglo I–II d.C.) se recuperaron una serie de proyectiles de piedra caliza esférica que se ca-talogan como proyectiles de honda, ya que hay proyectiles similares de caliza tallados con forma de glande. También han sido recuperados proyectiles de este tipo en el pequeño cas-tellum de Nersingen (Neu-Ulm, Baviera, Alemania), datado en los primeros momentos de la construcción del limes danubiano en época de Tiberio o Claudio (Mackensen y Driesch 1987: 116; Maier 1979; Bishop y Coulston 1993: 79 y Fig. 43)

Grupo de seis ejemplares de erizos marinos fósiles del género Micraster sp., de tamaño medio a pequeño. La moneda de 1 €, de la parte inferior, sirve de escala comparativa de tamaño relativo. Puede observarse que su forma natural resulta muy redondeada, cualidad que los hace muy manejables como proyectiles, durante su lanzamiento, manual o mecánico.
Imagen: Todo Colección

 Artillería ligera. Por lo que se sabe, este tipo de armas son de las más antiguas, como de-muestra el gastraphetēs, un arma de mano de tipo individual con mecanismo de tensión similar al arco. Se trataba de un tipo de máquinas anti-personas para el tiro a corta distancia, pensadas para ser empleadas en contextos de asedio, tanto en defensa como en ataque, pero que en ocasiones también se empleaban en campo abierto. Se comenzaron a desarrollar en época helenística, con la introducción de mecanismos de torsión, pasando después al ámbito cultural romano y desarrollándose a lo largo de los distintos conflictos del final de la Edad del Hierro. Estas máquinas podían ser transportadas sobre carros ligeros (carroballistae) como se recoge en la Columna Trajana (en la Guerras Dacias de inicios del siglo II d.C.). Es posible que versiones más pequeñas de este tipo de máquinas (manuballista) del tipo «lanzadores de proyectiles tipo flecha» fueran manejadas por pequeños equipos con un tirador y uno o dos ayudantes para proporcionarles la munición eran, como indicarían los restos de este tipo de máquinas hallados en Castra Vetera I, en Xantén-Wardt (Renania, Alemania), un  arma  de  mano. 


Comentarios personales al respecto

A mi entender no parece quedar suficientemente claro quiénes fueron, realmente, los verdaderos "artífices del invento" geológico-militar, al aplicarle un uso balístico a un recurso paleontológico muy accesible y abundante en la zona, como eran los ejemplares de micraster fósiles que debían aparecer dispersos sobre el terreno de algunas zonas próximas. Puesto que parece más razonable que los habitantes del lugar, pudieran conocer mucho mejor que los invasores forasteros, aquellos lugares en los que abundaban este tipo de "piedras" arrojadizas, muy apropiadas, por su forma y tamaño, para a ser utilizadas como proyectiles contundentes. 
Pero también es posible o muy probable que el uso balístico de este tipo de fósiles fuese un conocimiento práctico muy antiguo y muy extendido en toda Europa, en la antigüedad, puesto que las primeras armas humanas de tipo arrojadizo debieron ser aquellas piedras del lugar que por su forma y tamaño resultaban más manejables y contundentes, flechas y azagayas tardarían algunos milenios en aparecer, Las armas de mano, no arrojadizas, debieron ser de piedra, de hueso, de cuerna o de palo dotadas de punta y filo para que resultasen lacerantes. Con el paso del tiempo y el avance de la tecnología cinegética y militar, las armas se fueron sofisticando progresivamente, consiguiendo aumentar su alcance y su efectividad destructiva o mortífera.

Los recolectores, modificadores y utilizadores de los ejemplares de micraster fósiles, relativamente abundantes en el terreno asediado, tanto podrían haber sido los agresores romanos como los defensores cántabros del Castro del Monte Bernorio, pues su búsqueda, recogida y redondeamiento por fricción con la superficie rugosa de alguna piedra dura, no comportaría dificultades técnicas relevantes. 
Quizás la diferencia más relevante en el uso balístico de este tipo de fósiles, residiaría en la complejidad de la tecnología utilizada para propulsar los proyectiles pétreos, que podría ser la manuballista por parte de los asaltantes romanos y la honda por parte de los defensores cántabros.

Recreación, exhibición y competición histórica de armamento antiguo. En la fotografía, un actor vestido como un legionario romano, está tensando los brazos propulsores de una manuballista, para poder competir, a continuación, en una competición de habilidad, rapidez y puntería con reproducciones de armamento antiguo.
Imagen: wildfiregames


El uso de los ejemplares de micraster fósiles, como munición de pequeño calibre para máquinas de guerra romanas y hondas, o como proyectiles improvisados para lanzamiento manual, parece quedar demostrado apuntado por algunas evidencias arqueológicas (existencia de arteusos), pero también por algunos indicios onomásticos (léxico) y literarios (leyendas) que han podido ser localizados por el investigador, en diversas fuentes, asociados a sucesos supuestamente sucedidos en diversos lugares del norte de España y en diversas épocas históricas. Siendo el uso de este tipo de fósiles, en algunos casos, de bastante antigüedad, como indica la cronología histórica, documentada arqueológicamente o como refleja la tradición popular o la fabulación de mentalidad humana ignorante en cuestiones paleontológicas.


Indicios onomásticos y legendarios del posible uso agresivo de los erizos fósiles del género micraster, en España en tiempos antiguos

Algunos de los nombres descriptivos populares, asignados a los ejemplares de micraster por la cultura popular indican un posible o probable uso balístico en tempos antiguos:

a.- considerados como proyectiles legendarios usados por humanos contra otros humanos. En general se consideraba que habían sido lanzadas por paganos, judíos o herejes conta representantes de cristianismo tales como Jesucristo o ciertos santos o santas, así encontramos nombres tales como  “piedra de judío”, “piedra matacristo”, “piedra de santa Fé”, "piedra de san Esteban", "piedra de san Elías". 
También se ha encontrado una denominación popular que alude claramente al uso balístico militar contra los invasores sarracenos: “piedras que los cristianos usaban contra los moros”,

b.- considerados como como meteorolitos o piedras caídas del cielo o desde las nubes, supuestamente habían sido lanzadas contra los humanos por diversos personajes míticos, de cualidades sobrehumanas y de naturaleza divina o semidivina: “piedra del Dios del cielo”, “piedra de Santiago”, “piedra del cielo”, “piedra de bruja”, “piedra de rayo”, “piedra de trueno”, etc. en varias localidades del norte de Navarra


Uso lúdico, muy localizado, en juegos populares tradicionales

En unas pocas localidades los micraster se usaron como bolas de lanzamiento, en ciertos juegos populares de habilidad en el lanzamiento de piedras para hacer puntería sobre ciertos objetos, puestos de pie en equilibrio, como sucedía antiguamente en el "Juego de la Calva" de Lezaun y en las Amescoas (Navarra) donde a los micraster se le denomina "calvarris". 
De forma muy semejante se usaban en Apodaca (Álava) los fósiles de micraster llamados localmente “piedra del cielo” como bolas de lanzamiento, en la modalidad local del Juego de los Bolos.


Fuentes

- Anónimo. Monte Bernorio. Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Monte_Bernorio
- Astudillo Pombo, Heraclio (2008). "El Juego de la Calva", en El rayo y los fósiles ibéricos (2). http://folklore-fosiles-ibericos.blogspot.com/2008/03/fsiles-ibricos-vinculados-con-el-rayo.html
- Torres-Martínez, Jesús F. (Kechu),  Martínez Velasco, Antxoka y Pérez Farraces, Cristina (2013).  Los proyectiles de artillería romana en el Oppidum de monte Bernorio (Villarén, Palencia) y las campañas de Augusto en la primera fase de la guerra cántabra. GLADIUS: Estudios sobre armas antiguas, arte militar y vida cultural en oriente y occidente XXXIII , pp. 57-80 
- Sáenz de Urturi Rodríguez, Isidro  (1990). Estudio etnográfico de Apodaca.   Contribución al Atlas Etnográfico de Vasconia. Investigaciones en Álava y Navarra.