domingo, marzo 25

Los dinosaurios en la cultura popular española y portuguesa (7)


Heraclio ASTUDILLO-POMBO, Dept. Medi Ambient i Ciències del Sòl. Universitat de Lleida

Los dinosaurios en los medios de comunicación, españoles, más populares: la prensa periódica, el cinema, los cromos y los tebeos.

Segundo periodo cronológico: desde 1900 hasta 1919 (Continuación, 2ª parte)


Paleoarte y paleoartistas, en los museos, de principios del siglo XX

Resulta gratamente didáctico el artículo titulado Monstruos prehistóricos restaurados. Como se hace este trabajo, publicado por la revista ilustrada Alrededor del mundo (Madrid) nº 235 , del 3 de diciembre de 1903, que aparece en las páginas 403-404. En este artículo se describe de forma muy sintética y comprensible cómo se hace para poder realizar las reconstrucciones o recreaciones, artísticamente realistas, de los animales prehistóricos.
El articulista inicia su artículo argumentando que las "restauraciones" de los animales antediluvianos, son mucho más necesarias para el vulgo que para el hombre de ciencia, pues éste tiene suficiente con los huesos y dientes fósiles, para poder hacerse una idea bastante clara del aspecto del animal. Comenta que en casi todos los museos extranjeros de Historia Natural esiste este tipo de representaciones y que, muy pronto, también habrá una serie completa en el museo de Madrid.

A continuación explica el procedimiento inductivo de tipo cuvierista, seguido por los científicos que partiendo solamente de sus huesos y dientes son capaces de poder restaurar (reconstruir) con seguridad y fidelidad el aspecto, realista, de cualquier animal antediluviano. También dice que "cada nuevo hallazgo de un hueso, de un diente o de una uña, proporciona un nuevo dato que permite perfeccionar la restauración"

Ilustración decimonónica representando el estudio de Benjamin Waterhouse Hawkins, en Londres. En el centro de la estancia, puede verse la enorme reconstrucción fallera del dinosaurio Iguanodon, con su cuernecito nasal, según la idea que se tenía por esa época. Waterhouse, tuvo que construir la recreación del animalito de tal manera que dentro de su tronco y ancas, pudieran meterse, algo apretujados, Richard Owen y sus amiguetes dinosaurieros, más de una docena, a celebrar el banquete de la Noche Vieja del año 1853.
Imagen:
Curry Bet


Luego pasa a explicar los criterios restauradores seguidos por los científicos para conseguir la "restauración" del Ticeratops, representada por medio de una escultura de Mr. Knight. Continua explicando como gracias a hallazgos posteriores se pudo perfeccionar la "restauración" inicial del Ictiosauro. Comenta que "ahora" gracias a que se descubrió que los mammuts eran lanudos, se ha empezado a representar a los mastodontes cubiertos de pelaje largos y denso.
Prosigue diciendo que "hoy en día" ya se conoce como eran las plumas del Arqueopterix, las alas del Pterodáctilo o que el Thespesius, un enorme dinosaurio de Montana, tenía la piel cubierta de escudetes córneos hexagonales.
Se afirma que "gracias a los constantes progresos científicos, el arte de la restauración avanza rápidamente y las reconstrucciones modernas no se parecen en nada a las que se hacían en 1852, cuando Mr. Waterhouse Hawkins recibió el encargo de formar un grupo de animales extinguidos para exponerlos en los jardines del Palacio de Cristal de Sydenham"

Restauraciones de diferentes géneros de reptiles prehistóricos, según la concepción que de ellos se tenía en aquella época del siglo XIX. 
Proyectos escultóricos de Waterhouse Hawkins, se trata de maquetas a escala reducida para presentar y recibir, la aprobación de sus patrocinadores, paso previo a la realización de sus esculturas definitivas, que luego serían instaladas,  en 1855, en el Crystal Palace de Londres.
Imagen: Science photo

Se concluye el articulo diciendo que "Las restauraciones de mister Hawkins eran poco naturales y de un tamaño exagerado, como puede verse en un grabado de la época que reproducimos"



Las "Serpientes de mar" fabulosas: alucinaciones criptozoológicas o etílicas y recreaciones espectaculares 

El único motivo que ha determinado que recogiera el artículo titulado La serpiente de mar existe. Lo que dice la Ciencia. Testimonios auténticos, aparecido en la revista ilustrada Alrededor del mundo (Madrid) nº 262, publicado el 9 de junio de 1904, en las páginas 360-361, es que hacia el final, aparece la figura de un cráneo inequívocamente dinosauriano, al que se le adjudica un cuerpo serpentiforme, costumbres acuáticas y una naturaleza marina.

La lectura de este fantasioso artículo, ha traído a mi memoria, el recuerdo de otras lecturas anteriores, publicadas en épocas más modernas, en las que sin embargo, básicamente, se contextualizaban los hechos y se desenmascaraban diversas artimañas e imposturas paleontológicas, llevadas a término por diversos estafadores que pretendían sacar pingües beneficios económicos aprovechándose de la ignorancia y de la morbosa curiosidad popular, mediante la exhibición de espectaculares montajes muy imaginativos que pretendían ser verdaderas reconstrucciones de monstruos legendarios.

Cartel anunciador de una de las muchas exhibiciones del esqueleto de la falsa serpiente marina o "Hydrarchos" realizadas en Norteamerica por el   embaucador y falsificador alemán Albert Koch. De los beneficios obtenidos de las exhibiciones del monstruo marino, su constructor Albert Koch llegó a acumular una pequeña fortuna
Las supuestas reconstrucciones de monstruos se conseguían mediante hábiles manipulaciones, consistentes en intercalar y yuxtaponer de forma apropiada, de huesos de diferentes especies, contemporáneas y fósiles, hasta conseguir un esqueleto de apariencia creíble.
Uno de los casos más conocidos de falsificación paleontológica, es el "Hydrarchos", un esqueleto fósil de unos 35 m., de longitud que, supuestamente, correspondía a los restos fósiles de una legendaria serpiente de mar. El fósil había sido encontrado y reconstruido por Albert Koch que luego, partir de 1845, paseó por muchas de las capitales europeas y norteamericanas. Años más tarde se descubrió que "el bicho" había sido inventado y construido, a partir de huesos fósiles de diversas especies animales, añadidos a un esqueleto de una ballena fósil del género Zeuglodon.

Una de las muchas ilustraciones, representando al Hydrarchos sillimani de Albert Koch, publicadas, a mediados del siglo XIX, en Norteamérica y Europa, relacionadas con las múltiples exhibiciones que de la serpiente marina, se llevaron a cabo. Grabado procedente de The Iconographic Encyclopedia of Science, Literature, & Art y editada por Spencer Fullerton Baird, 1851
Imagen: Alabama Heritage


Empieza el artículo, afirmando que "la serpiente de mar existe, puesto que el monstruo ha sido avistado por oficiales de la marina, de cuya cultura y veracidad no es posible dudar, que lo han perseguido intentando darle caza y que además la narración pormenorizada de los hechos, ha sido publicada en una revista tan seria y científica como es el Boletín de la Sociedad Zoológica de Francia".
Luego reproduce los relatos de diversos oficiales, de diferentes buques militares, de la marina francesa, el Decidée y el Avalanche, narrando varios encuentros, persecuciones y ametrallamientos de de los monstruos marinos, siempre sin ningún éxito. Todos los avistamientos franceses se produjeron en zonas costeras chinas, cuando el siglo XIX estaba a punto de concluir. El zoólogo holandés M. Oudemans negaba que se tratase de un reptil y basándose en las observaciones de la tripulación del buque francés Bayard, afirmaba que debía tratarse de un pinnipedo gigante, es dedir una especie monstruosa emparentada con las focas y hasta se atrevió a ponerle un nombre científico: Megophias megophias. mientras tanto los sabios norteamericanos discrepaban argumentando que sólo podía ser un descendiente directo de los plesiosaurios jurásicos, pero otros decían que debería tratarse de monstruos antediluvianos del tipo de los "clidastes" o de los "enaliosaurios"

En 1848 los oficiales de dos buques militares británicos, el HMS Daedulus y el HMS Plumper, aseguraban haber visto, parecidos monstruos marinos en el Atlántico, cerca de la costa portuguesa.
En 1893 el capitan del vapor Unfuli, otro oficial y un pasajero aseguran haber visto un enorme monstruo marino cerca de las islas canarias.

El pie de la lustración, situada al final del artículo, dice: "Cráneo de la serpiente de mar, según el profesor Marsh, comparado con el cráneo humano". Pero ¡Caramba! A mi ese cráneo de serpiente marina del profesor Marsh, me recuerda, demasiado, al de un dinosaurio terópodo, quizás el de un alosaurio, con una rara excrescencia nasofrontal...¿ o no? 

¡Pues no! Según me ha informado el Dr. JIRO especialista en dinosaurios, del Museo del Jurásico de Asturias (MUJA) (ver comentario) resulta que, realmente, se trata de un cráneo de Ceratosaurus nasicornis, obviamente un dinosaurio, sin ningún parentesco con las imaginarias serpientes de mar, ni con los trabajos del paleontólogo norteamericano Othniel Charles Marsh 

Concluye el articulista afirmando que "la existencia del enorme monstruo marino, hasta ahora conocido con el nombre de serpiente de mar, está admitida por los naturalistas europeos y norteamericanos" y, también, con la juiciosa recomendación, a los marinos, de que "tengan más serenidad, procuren hacer observaciones exactas y tomar fotografías en vez de disparar inútiles cañonazos, y la gran serpiente de mar dejará muy pronto de ser un misterio"

Personalmente, yo me decantaría por posibles avistamientos de ejemplares adultos, de gran tamaño, de un tipo de peces marinos muy raros y discretos llamados "pez remo gigante". También son conocidos como "rey de los arenques" y "pez sable gigante" de nombre científico Regalecus glesne. Pues se trata de enormes peces cosmopolitas, de vida solitaria y bastante raros, que habitan en las aguas profundas de las zonas tropicales de todos los oceános, cuyo tamaño, más frecuentemente observado, oscila entre 6 y 8 m. pero que, en ciertas ocasiones, se han llegado a encontrar en las playas, los cadáveres de ejemplares de 15 a 17 m.
La observación humana, más frecuente, de este tipo de peces gigantes, de cuya vida y costumbres se conoce poca cosa, se ha producido, generalmente, en la superficie del mar o en las playas, tratándose casi siempre de individuos enfermos, heridos, agonizantes a la deriva o muertos y arrastrados por el oleaje.

En relación a otras creencias serpentarias y legendarias, relacionadas con este tipo de peces gigantes, véase: Mekong naga y/o Seals find serpent of the sea  páginas 20 y 21 de All hands



lunes, marzo 12

El registro fósil y las canciones populares (2)

Heraclio ASTUDILLO-POMBO, Dept. Medi Ambient i Ciències del Sòl. Universitat de Lleida

Los restos fósiles, como elementos inspiradores, en algunas canciones populares.


El caso de los Pentacrinus neocomiensis de Mig Camí y su relación con una estrofa de la canción "La Mare de Déu vindrà", de Quico el Célio, el Noi i el Mut de Ferreries


Como ya afirmábamos en una entrada anterior, el 21 de diciembre de 2010, dedicada a presentar esta relación, tan particular, entre los humanos y el registro fósil presente en su entorno cotidiano, el tema de las canciones populares que tratan sobre fósiles, escasean tanto, que son verdaderas rarezas culturales, casi tan difíciles de hallar como aquella famosa aguja en un pajar. Sólo la tozuda persistencia en el empeño, bastantes conocimientos etnopaleontológicos, algo de método en la búsqueda y mucha suerte, nos permiten localizarlas, en el "maremagnum" de Internet, puesto que a pesar de ser muy escasas, acaban apareciendo, pues "haberlas háilas".

Hoy quiero volver sobre un tema que resulta tan curioso para los músicos, como extraño para los paleontólogos, presentándoos una de esas escasísimas canciones populares con contenido paleontológico. En esta ocasión, se trata de una canción popular titulada "La Mare de Déu vindrà" (cast.
La Madre de Dios vendrá) que, en mi humilde opinión, pues no soy ningún entendido en materia musical, es una pieza de un gran nivel musical, mientras que la letra, contrasta, por su gran sencillez poética e ingenuidad conceptual, todo lo cual podría hacerla asimilable una cancioncilla infantil o a una nana.
Pero la aparente contradicción o, al menos, disparidad entre niveles de complejidad, se hace comprensible cuando descubrimos que se trata de una "nadala", es decir, una canción navideña, que forma parte del repertorio de 11 villancicos que integran el contenido del disco "
Lo Misteri de Nadal" (El Misterio de Navidad), editado el año 2002, en la Discográfica DiscMedi/Blau. y todos sabemos que los villancicos, acostumbran a tener letras aptas para menores.

Los autores de la letra y música, de esta canción, son Artur Gaya & Jordi Fusté, dos de los músicos fundadores i componentes del grupo tortosino Quico el Célio, el Noi i el Mut de Ferreries, inicialmente un terceto, que, en la actualidad, se ha reconvertido en un sexteto. Las actuaciones del grupo tienen un gran poder de convocatoria y gozan de gran éxito, en las fiestas populares, realizadas muchas de las localidades, situadas en zonas catalanoparlantes, de las diversas comunidades españolas, en las que se usan las diversas variantes, territoriales, del catalán. 

Este grupo, que a pesar de su apariencia cómica, está formado por muy buenos músicos, tres de ellos son profesores en diversas ramas de este arte, en el
Aula de Música Popular i Tradicional de Tortosa, ha sido capaz de fusionar las músicas más tradicionales de la comarca del Bajo Ebro, como es la jota, con casi cualquier tipo de música forastera, sea ésta clásica, jazz, pop, habaneras, boleros, fandangos y etc. La fusión que consiguen es tan eficiente que el producto resultante resulta sorprendente, a pesar de que a los puristas pueda parecerles sospechosa de artificiosidad o culpable de vanalidad. Pero para pasar un buen rato en sus conciertos, echar unos bailes en la plaza mayor o animar una manifestación resultan unas canciones muy acertadas. De manera que si alguien sospecha que alabo la profesionalidad y eficacia de este grupo musical porque soy un forofo de este grupo, que lo soy, le recomiendo que los busque en You Tube y que juzgue por si mism@ si lo que digo es falso o pura exageración.Las letras de sus canciones, a diferencia de la que hoy traemos a colación, suelen ser muy profanas, altamente jocosas y bastante sarcásticas y, con mucha frecuencia, altamente reivindicativas, incidiendo sobre los problemas sociales, culturales y económicos que afectan su patria chica "les terres de l'Ebre".



Cuatro de los componentes del grupo, posando juntos bajo la sombra del gran ciprés existente en la explanada de la ermita de la Mare de Déu de la Providència de Mig Camí
Imagen: Tinet 24-07-2008


Gracias a la corta cortesía de Amazon, si le das al Play, podrás escuchar el inicio de este villancico y si te parece poco y quieres más...pues entonces te ofrecen la posibilidad de que puedas comprar-lo en mp3


La Mare de Déu Vindrà

Y ahora, sin más preámbulos vamos al asunto que es motivo de esta entrada, la canción popular titulada "La Mare de Déu vindrà"
La Mare de Déu vindrà
i mos portarà cosetes; 
a la butxaqueta torrons
i a les mans avellanetes. 
La Mare de Déu,
la de la Fontcalda,
tenia un ruquet
per anar a buscar aigua.

La Mare de Déu,
la de Montoliu,
tenia l'ermita
a la voreta del riu.


La Mare de Déu vindrà
i mos portarà cosetes; 
un pot de la millor mel
i un platet de farinetes.

La Mare de Déu, 
la verge del Carme,
guiava les barques 
al caure la tarde.

La Mare de Déu,
la de Mig Camí,
buscava estrelletes
a la sombreta d'un pi.

El remarcado de la última estrofa, en negrita, es nuestro, con el fin de señalar cual es la parte de esta canción, que está relacionada con la paleontología, precisamente porque a simple vista, no parece existir ninguna relación explicita, entre el contenido de este versito infantil y el registro fósil. Texto que no hace suponer, a nadie que desconozca el contenido simbólico del mismo, que este verso pudiera tener alguna relación con algún tipo de fósiles tortosinos.

El texto catalán de la estrofa, antes remarcada, traducido al castellano, dice así:

La Madre de Dios,
la de Medio Camino
buscaba estrellitas

a la sombrita de un pino

El aparente sinsentido que encierra el versito de esta estrofa: "recoger estrellitas bajo la sombra de un pino", se hace comprensible, si se conoce la larga tradición tortosina, de ascender hasta la ermita de Nuestra Señora de la Providencia, rodeada de pinares, situada en un lugar denominado "Mig Camí", topónimo que hace referencia a que el lugar donde está ese santuario mariano, está situado hacia la mitad del recorrido, del camino que siguiendo el trazado de la antigua Via Augusta romana, une Tortosa, con otra ermita mariana de gran devoción popular entre los tortosinos, denominada de Nª Sra. del Coll de l'Alba, situada a 8 km. de la ciudad, junto a un collado, de donde le viene el nombre y que permite atravesar la sierra, a la mentada vía romana y a sus transeúntes.

Vista general de la Ermita de Mig Camí, tomada desde un poco más arriba de donde esta el famoso y popular yacimiento de estrellitas fósiles. Fotografía original de Cesar Bel.
Imagen: Panoramio 

Otro "misterio revelado", es que entre los habitantes de Tortosa y toda su comarca también es tradición, reunirse en la ermita de Nuestra Señora de la Providencia, también conocida como Nª Sra. de la Misericordia o de Mig Camí, por motivos religioso-festivos, en ciertos días del año: Páscua Florida, Jueves Lardero, san Blas, la Virgen de Agosto, etc. En esas ocasiones se organizan animadas romerías populares que saliendo de Tortosa, alcanzan la explanada del
santuario, tras recorrer a pie, los 4 km. que la separan de la ciudad.


Romeros reunidos en los alrededores del santuario de Mig Camí, a principios del S. XX. en un día de romería. Postal fotográfica antigua, de autor desconocido, de Fototipia Thomas
Imagen:
 
Tortosa antiga 

Después de la misa de 12, llegaba la hora de la comida campestre y finalizada ésta, las personas con buena vista, generalmente gente joven, se dedicaban a buscar unas diminutas estrellitas de piedra que, supuestamente, aparecían en ese lugar por obra y gracia de la patrona del santuario, la Virgen de la Misericordia, en una zona situada frente a la ermita que cada año aparecía más pelada y rocosa, por el continuo rastreo, avariciosa recolección y devoto rascado popular. 

Familia tortosina recogiendo "estrelletes", en el yacimiento de Mig Camí, en un día cualquiera y no durante una romería multitudinaria. Fotografía tomada hacia 1930, extraída del del vol. 2, de Historia de Tortosa y su comarca, de Enrique Bayerri, tomo publicado en 1934.

La mayoría de las estrellitas de Mig Camí aparecían individualizadas, a las que en lengua vernácula, catalana, se las denominaba: "estrelletes" (cast. estrellitas), "estrelletes de la Mare de Déu" (cast. estrellitas de la Madre de Dios ) o "estrelletes de Mig-Camí" (cast. estrellitas de Medio Camino ), impropiamente, también se las llama "crevetes" sinónimo de "creutes" (cast. crucecitas), pues este nombre, originalmente, se reservaba sólo para un tipo de artejos, anómalos, con tan sólo 4 brazos, y, por tanto, con la típica forma de una cruz en miniatura. 
De forma minoritaria, otras estrellitas y crucetitas, aparecían "apiladas", en número de dos, tres o más artejos, adquiriendo el conjunto la forma de pequeñas columnas o pilares, denominándose a estos apilamientos, "pilonets" o "pilanets" (cast. pilaritos).

En la imagen una muestra de las "estrelletes" o "crevetes", de diversos tamaños y de un pequeño y estrecho "pilanet", formado por apilamiento de  algunas "estrelletes". Todo el material  ha sido recogido, en el yacimiento de la ermita de Mig Cami, identificado como Pentacrinus neocomiensis y fotografiado, por Álvaro Arasa, geólogo tortosino buen conocedor del tema.
Imagen:
http://usuaris.tinet.cat/aarasa/fossil-c.htm

En siglos anteriores, estas pequeñas piedrecillas, dotadas de una forma tan atípicamente particular y tan sorprendente, cuyo origen era desconocido por casi todo tipo de personas, incluídas las cultas y cuya presencia en el terreno resultaba inexplicable, era lógico y natural que las gentes sin "estudios" sobre Historia Natural, ni conocimientos científicos, por hallarse en las imediaciones de un santuario mariano, las relacionasen con un origen milagroso y que les asociasen diversos prodigios marianos, fantasiosamente legendarios, que fueron recogidos y relatados en diversas leyendas populares, de las que trataremos en una próxima ocasión. 
 

Las emblemáticas estrellitas de Mig Camí que son más fáciles de ver son las que decoran la cubierta del tejado del cimborrio de la ermita puesto que las autenticas, son verdaderas miniaturas fósiles a las que que cuesta, bastante, percibir en su medio natural. Fotografía original de Cesar Bel.
Imagen: http://www.panoramio.com/photo/45513225
 
Hasta mediados del siglo XX, los romeros que visitaban la ermita, buscaban con ahínco las "estrelletes"y las recogían con gran devoción, pues se las creía cargadas de milagrosas influencias protectoras, así como de diversas virtudes curativas y preservativas. Esas creencias populares que, hoy día, son consideradas  como supersticiosas, por la mayoría de los tortosinos, antaño, fueron el motivo por el que se las empleó, ingenuamente, como remedio curativo y como amuleto preventivo, con diversos fines, de los cuales trataremos, con detalle, en una futura ocasión.
 
Hoy día, secularizada la sociedad, han perdida toda su antigua carga mítica, puesto que todo el mundo sabe que no son estrellitas desprendidas del manto de la Virgen, ni florecitas arrojadas por los angelitos, pero estos pequeños fósiles se siguen recogiendo como recuerdo turístico de Tortosa, como testimonio de una excursión a la ermita, como certificado de buena vista o como augurio de buena suerte para su recolector.
Esa continua recolecta masiva, mantenida sin pausa durante siglos y practicada por todas aquellas personas que ascendieron, en el pasado, y por las que siguen ascendiendo, en la actualidad, hasta la ermita, ha hecho que
cada día resulte más difícil encontrar buenos o medianos ejemplares, pues esos son los más fácilmente visibles... 


Fotografía ilustrativa de un artículo, aparecido en una revista madrileña, en el que se relataba el desarrollo de una romería a la ermita de "Mitj Camí", la fotografía fue tomada por el fotoperiodista Josep Badosa, en 1933.

A pesar de la información científica disponible y de la supuesta racionalidad actual, de la población, todavía, parece creerse que la cantidad de virtud mariana que emana o que la intensidad de buena suerte de que están "cargadas", no es proporcional al tamaño de las "estrelletes" de la Virgen, sino proporcional a la intensidad de la fe o/y ingenuidad de los recolectores, resulta que al final se acaban recogiendo todas las que se encuentran, incluso las más pequeñas y los fragmentos de otras mayores.

Claro está, que las
"estrelletes" de la Virgen vistas con la mirada científica de un geólogo o la perspectiva racionalista de un paleontólogo, estos pequeñísimos fósiles no deberían merecer tanta atención popular, ni suscitar tanta presión depredadora, sobre el yacimiento, pues se trata de simples y vulgares artejos fosilizados de unos animales marinos cretácicos. 
Las famosas "estrelletes" de Mig Camí proceden de la disgregación "postmortem" del tallo o pedúnculo esquelético de un tipo de animal, al que daban soporte, una clase de equinodermos, con simetría pentarradiada y más parecidos a una planta que a un animal, razón por la que fueron y son conocidos como "lirios de mar" o "palmeras marinas"
Los artejos de mayor tamaño, constituían el tallo de los ejemplares de mayor tamaño y los de menor tamaño, de ejemplares jóvenes... o de canijos que vivían en lugares desfavorables, de unos antiguos animales marinos denominados científicamente crinoideos,  que habitaron el fondo marino, durante el Cretácico Inferior (Barremiense), hace de eso unos 130 MA, cuando todo lo que hoy es tierra firme y sierra, en los alrededores de Tortosa, entonces, formaba parte de un extenso fondo marino.

Lámina, de un antiguo tratado paleontológico, mostrando, gráficamente, algunas generalidades propias de la morfología de los crinoideos fósiles, del género "Pentacrinites", luego denominado "Pentacrinus" e Isocrinus
En la parte de arriba, cálices con sus "brazos" y "cirros". Abajo, algunas particularidades del tallo de sección estrelladade diversas especies del género. 
En la parte de enmedio, se han representado fragmentos de tallo, visto lateralmente y, por arriba y por debajo, visto por la cara superior e inferior. Ilustración extraída de un viejo tratado de geología, del siglo XIX
Imagen: 19th century scienc books 



Para saber más cosas, sobre los aspectos científicos y etnográficos, de estas famosas estrellitas de piedra, es recomendable visitar los siguientes enlaces:


- Susurros del pasado. Parte 2 Visiónense los 2 min. y 20 seg., iniciales, de este vídeo de 6 min. 17 seg.. Corresponde a la segunda parte de la serie: "Susurros del pasado. Misterios descifrados", editada por la revista digital de divulgación paleontológica Pagurus, publicada y dirigida por personal del Museo Geológico del Seminario, de Barcelona.



- Fósiles de "MIG CAMÍ", Tortosa. (TARRAGONA). Web del geólogo tortosino Álvaro Arasa Tuliesa

- Sobre piedrecitas de la Virgen y panecillos petrificados parte de una entrada de Heraclio Astudillo Pombo, publicada en este mismo blog, el 14 de junio de 2009

- Paleontología cultural y Etnopaleontología. Dos nuevos enfoques sobre el registro fósil, artículo panorámico de Heraclio Astudillo Pombo, sobre el tema que sugieren el título y subtítulo, publicado en Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2010 (18.3), 284-297