Heraclio ASTUDILLO-POMBO, Dept. Medi Ambient i Ciències del Sòl. Universitat de Lleida
Los dinosaurios en los medios de comunicación, españoles, más populares: la prensa periódica, el cinema, los cromos y los tebeos.
Segundo periodo cronológico: desde 1900 hasta 1919 (Continuación, 2ª parte)
Los dinosaurios en los medios de comunicación, españoles, más populares: la prensa periódica, el cinema, los cromos y los tebeos.
Segundo periodo cronológico: desde 1900 hasta 1919 (Continuación, 2ª parte)
Paleoarte y paleoartistas, en los museos, de principios del siglo XX
Resulta gratamente didáctico el artículo titulado Monstruos prehistóricos restaurados. Como se hace este trabajo, publicado por la revista ilustrada Alrededor del mundo (Madrid) nº 235 , del 3 de diciembre de 1903, que aparece en las páginas 403-404. En este artículo se describe de forma muy sintética y comprensible cómo se hace para poder realizar las reconstrucciones o recreaciones, artísticamente realistas, de los animales prehistóricos.
El articulista inicia su artículo argumentando que las "restauraciones" de los animales antediluvianos, son mucho más necesarias para el vulgo que para el hombre de ciencia, pues éste tiene suficiente con los huesos y dientes fósiles, para poder hacerse una idea bastante clara del aspecto del animal. Comenta que en casi todos los museos extranjeros de Historia Natural esiste este tipo de representaciones y que, muy pronto, también habrá una serie completa en el museo de Madrid.
A continuación explica el procedimiento inductivo de tipo cuvierista, seguido por los científicos que partiendo solamente de sus huesos y dientes son capaces de poder restaurar (reconstruir) con seguridad y fidelidad el aspecto, realista, de cualquier animal antediluviano. También dice que "cada nuevo hallazgo de un hueso, de un diente o de una uña, proporciona un nuevo dato que permite perfeccionar la restauración"
Ilustración decimonónica representando el estudio de Benjamin Waterhouse Hawkins, en Londres. En el centro de la estancia, puede verse la enorme reconstrucción fallera del dinosaurio Iguanodon, con su cuernecito nasal, según la idea que se tenía por esa época. Waterhouse, tuvo que construir la recreación del animalito de tal manera que dentro de su tronco y ancas, pudieran meterse, algo apretujados, Richard Owen y sus amiguetes dinosaurieros, más de una docena, a celebrar el banquete de la Noche Vieja del año 1853.
Imagen: Curry Bet
Imagen: Curry Bet
Luego pasa a explicar los criterios restauradores seguidos por los científicos para conseguir la "restauración" del Ticeratops, representada por medio de una escultura de Mr. Knight. Continua explicando como gracias a hallazgos posteriores se pudo perfeccionar la "restauración" inicial del Ictiosauro. Comenta que "ahora" gracias a que se descubrió que los mammuts eran lanudos, se ha empezado a representar a los mastodontes cubiertos de pelaje largos y denso.
Prosigue diciendo que "hoy en día" ya se conoce como eran las plumas del Arqueopterix, las alas del Pterodáctilo o que el Thespesius, un enorme dinosaurio de Montana, tenía la piel cubierta de escudetes córneos hexagonales.
Se afirma que "gracias a los constantes progresos científicos, el arte de la restauración avanza rápidamente y las reconstrucciones modernas no se parecen en nada a las que se hacían en 1852, cuando Mr. Waterhouse Hawkins recibió el encargo de formar un grupo de animales extinguidos para exponerlos en los jardines del Palacio de Cristal de Sydenham"
Prosigue diciendo que "hoy en día" ya se conoce como eran las plumas del Arqueopterix, las alas del Pterodáctilo o que el Thespesius, un enorme dinosaurio de Montana, tenía la piel cubierta de escudetes córneos hexagonales.
Se afirma que "gracias a los constantes progresos científicos, el arte de la restauración avanza rápidamente y las reconstrucciones modernas no se parecen en nada a las que se hacían en 1852, cuando Mr. Waterhouse Hawkins recibió el encargo de formar un grupo de animales extinguidos para exponerlos en los jardines del Palacio de Cristal de Sydenham"
Restauraciones de diferentes géneros de reptiles prehistóricos, según la concepción que de ellos se tenía en aquella época del siglo XIX.
Proyectos escultóricos de Waterhouse Hawkins, se trata de maquetas a escala reducida para presentar y recibir, la aprobación de sus patrocinadores, paso previo a la realización de sus esculturas definitivas, que luego serían instaladas, en 1855, en el Crystal Palace de Londres.
Proyectos escultóricos de Waterhouse Hawkins, se trata de maquetas a escala reducida para presentar y recibir, la aprobación de sus patrocinadores, paso previo a la realización de sus esculturas definitivas, que luego serían instaladas, en 1855, en el Crystal Palace de Londres.
Se concluye el articulo diciendo que "Las restauraciones de mister Hawkins eran poco naturales y de un tamaño exagerado, como puede verse en un grabado de la época que reproducimos"
Las "Serpientes de mar" fabulosas: alucinaciones criptozoológicas o etílicas y recreaciones espectaculares
El único motivo que ha determinado que recogiera el artículo titulado La serpiente de mar existe. Lo que dice la Ciencia. Testimonios auténticos, aparecido en la revista ilustrada Alrededor del mundo (Madrid) nº 262, publicado el 9 de junio de 1904, en las páginas 360-361, es que hacia el final, aparece la figura de un cráneo inequívocamente dinosauriano, al que se le adjudica un cuerpo serpentiforme, costumbres acuáticas y una naturaleza marina.
La lectura de este fantasioso artículo, ha traído a mi memoria, el recuerdo de otras lecturas anteriores, publicadas en épocas más modernas, en las que sin embargo, básicamente, se contextualizaban los hechos y se desenmascaraban diversas artimañas e imposturas paleontológicas, llevadas a término por diversos estafadores que pretendían sacar pingües beneficios económicos aprovechándose de la ignorancia y de la morbosa curiosidad popular, mediante la exhibición de espectaculares montajes muy imaginativos que pretendían ser verdaderas reconstrucciones de monstruos legendarios.
Cartel anunciador de una de las muchas exhibiciones del esqueleto de la falsa serpiente marina o "Hydrarchos" realizadas en Norteamerica por el embaucador y falsificador alemán Albert Koch. De los beneficios obtenidos de las exhibiciones del monstruo marino, su constructor Albert Koch llegó a acumular una pequeña fortuna
Las supuestas reconstrucciones de monstruos se conseguían mediante hábiles manipulaciones, consistentes en intercalar y yuxtaponer de forma apropiada, de huesos de diferentes especies, contemporáneas y fósiles, hasta conseguir un esqueleto de apariencia creíble.
Uno de los casos más conocidos de falsificación paleontológica, es el "Hydrarchos", un esqueleto fósil de unos 35 m., de longitud que, supuestamente, correspondía a los restos fósiles de una legendaria serpiente de mar. El fósil había sido encontrado y reconstruido por Albert Koch que luego, partir de 1845, paseó por muchas de las capitales europeas y norteamericanas. Años más tarde se descubrió que "el bicho" había sido inventado y construido, a partir de huesos fósiles de diversas especies animales, añadidos a un esqueleto de una ballena fósil del género Zeuglodon.
Uno de los casos más conocidos de falsificación paleontológica, es el "Hydrarchos", un esqueleto fósil de unos 35 m., de longitud que, supuestamente, correspondía a los restos fósiles de una legendaria serpiente de mar. El fósil había sido encontrado y reconstruido por Albert Koch que luego, partir de 1845, paseó por muchas de las capitales europeas y norteamericanas. Años más tarde se descubrió que "el bicho" había sido inventado y construido, a partir de huesos fósiles de diversas especies animales, añadidos a un esqueleto de una ballena fósil del género Zeuglodon.
Una de las muchas ilustraciones, representando al Hydrarchos sillimani de Albert Koch, publicadas, a mediados del siglo XIX, en Norteamérica y Europa, relacionadas con las múltiples exhibiciones que de la serpiente marina, se llevaron a cabo. Grabado procedente de The Iconographic Encyclopedia of Science, Literature, & Art y editada por Spencer Fullerton Baird, 1851
Imagen: Alabama Heritage
Empieza el artículo, afirmando que "la serpiente de mar existe, puesto que el monstruo ha sido avistado por oficiales de la marina, de cuya cultura y veracidad no es posible dudar, que lo han perseguido intentando darle caza y que además la narración pormenorizada de los hechos, ha sido publicada en una revista tan seria y científica como es el Boletín de la Sociedad Zoológica de Francia".
Luego reproduce los relatos de diversos oficiales, de diferentes buques militares, de la marina francesa, el Decidée y el Avalanche, narrando varios encuentros, persecuciones y ametrallamientos de de los monstruos marinos, siempre sin ningún éxito. Todos los avistamientos franceses se produjeron en zonas costeras chinas, cuando el siglo XIX estaba a punto de concluir. El zoólogo holandés M. Oudemans negaba que se tratase de un reptil y basándose en las observaciones de la tripulación del buque francés Bayard, afirmaba que debía tratarse de un pinnipedo gigante, es dedir una especie monstruosa emparentada con las focas y hasta se atrevió a ponerle un nombre científico: Megophias megophias. mientras tanto los sabios norteamericanos discrepaban argumentando que sólo podía ser un descendiente directo de los plesiosaurios jurásicos, pero otros decían que debería tratarse de monstruos antediluvianos del tipo de los "clidastes" o de los "enaliosaurios"
En 1848 los oficiales de dos buques militares británicos, el HMS Daedulus y el HMS Plumper, aseguraban haber visto, parecidos monstruos marinos en el Atlántico, cerca de la costa portuguesa.
En 1893 el capitan del vapor Unfuli, otro oficial y un pasajero aseguran haber visto un enorme monstruo marino cerca de las islas canarias.
El pie de la lustración, situada al final del artículo, dice: "Cráneo de la serpiente de mar, según el profesor Marsh, comparado con el cráneo humano". Pero ¡Caramba! A mi ese cráneo de serpiente marina del profesor Marsh, me recuerda, demasiado, al de un dinosaurio terópodo, quizás el de un alosaurio, con una rara excrescencia nasofrontal...¿ o no?
¡Pues no! Según me ha informado el Dr. JIRO especialista en dinosaurios, del Museo del Jurásico de Asturias (MUJA) (ver comentario) resulta que, realmente, se trata de un cráneo de Ceratosaurus nasicornis, obviamente un dinosaurio, sin ningún parentesco con las imaginarias serpientes de mar, ni con los trabajos del paleontólogo norteamericano Othniel Charles Marsh
Concluye el articulista afirmando que "la existencia del enorme monstruo marino, hasta ahora conocido con el nombre de serpiente de mar, está admitida por los naturalistas europeos y norteamericanos" y, también, con la juiciosa recomendación, a los marinos, de que "tengan más serenidad, procuren hacer observaciones exactas y tomar fotografías en vez de disparar inútiles cañonazos, y la gran serpiente de mar dejará muy pronto de ser un misterio"
Personalmente, yo me decantaría por posibles avistamientos de ejemplares adultos, de gran tamaño, de un tipo de peces marinos muy raros y discretos llamados "pez remo gigante". También son conocidos como "rey de los arenques" y "pez sable gigante" de nombre científico Regalecus glesne. Pues se trata de enormes peces cosmopolitas, de vida solitaria y bastante raros, que habitan en las aguas profundas de las zonas tropicales de todos los oceános, cuyo tamaño, más frecuentemente observado, oscila entre 6 y 8 m. pero que, en ciertas ocasiones, se han llegado a encontrar en las playas, los cadáveres de ejemplares de 15 a 17 m.
La observación humana, más frecuente, de este tipo de peces gigantes, de cuya vida y costumbres se conoce poca cosa, se ha producido, generalmente, en la superficie del mar o en las playas, tratándose casi siempre de individuos enfermos, heridos, agonizantes a la deriva o muertos y arrastrados por el oleaje.
La observación humana, más frecuente, de este tipo de peces gigantes, de cuya vida y costumbres se conoce poca cosa, se ha producido, generalmente, en la superficie del mar o en las playas, tratándose casi siempre de individuos enfermos, heridos, agonizantes a la deriva o muertos y arrastrados por el oleaje.
En relación a otras creencias serpentarias y legendarias, relacionadas con este tipo de peces gigantes, véase: Mekong naga y/o Seals find serpent of the sea páginas 20 y 21 de All hands