martes, agosto 12

Grandes huesos fósiles y gigantes imaginarios (9)

 Heraclio Astudillo Pombo

"Huesos de gigante" en la isla de Santa María (Azores), vestigios fósiles de gigantes atlánticos que no de míticos atlantes (1ª parte)

Introducción

En este blog, desde 2009, no se había vuelto a tratar sobre "huesos de gigante" ni de su relación directa con los restos fosilizados de megafauna terciaria, puesto que en aquel entonces se creía haber agotado el filón de las informaciones sobre los aspectos etnológicos del fenómeno osteo-gigantológico en el continente europeo y en los países costeros de la cuenca mediterránea

A pesar de que se disponía de abundante información sobre los numerosos casos de hallazgos y de los envíos a España de "huesos de gigantes" del continente americano, cuyos hallazgos habían sido reseñados por conquistadores y misioneros,  debido a su lejanía geográfica, se había decidido obviar el tratamiento de esos casos. Sus yacimientos estaban demasiado lejos de la península ibérica y del continente europeo por lo que se dejaron para una futura ocasión. La distancia oceánica mínima que  separaba los yacimientos costeros americanos más orientales de las costas más occidentales de la península ibérica, era de unos 5000 km.. Además en 2009 se desconocía la existencia del fenómeno osteo-gigantológico en la isla de Santa María (Azores) en territorio insular portugués. 

En 2010 se conoció, casualmente, la existencia de unos "huesos de gigante" en la isla de Santa María (Azores), en un trabajo de Mario Estevens & Sérgio Ávila aparecido en 2007 y que contenía un párrafo que parecía muy prometedor etnopaleontológicamente: "Finalmente, e igual de interesante, es el papel que han desempeñado estos fósiles de ballena en el folclore local de la isla de Santa Maria (Azores) y en la historia de la isla de Santa María, cuyas referencias populares se remontan a varios siglos atrás." 

Intimidante aspecto de un enorme gigante armado con una descomunal porra que cierra el paso a dos humanos comunes. Imagen: Trono mitológico  https://tronomitologico.blogspot.com/2021/01/los-gigantes-aloadas-oto-y-efialtes.html

Como la distancia de las islas Azores más orientalesa la costa oeste de Portugal, es de "sólo" unos 1.400 kilómetros, "poca cosa" si se compara con la enorme distancia de los yacimientos americanos y, además, la cultura de estas islas es muy portuguesa y europea pues  han sido colonizadas por europeos. Se consideró que el caso azorense podía integrarse, sin problemas, en la sección etnopaleontológica europea. Así es que se inició la localización de la correspondiente información etnopaleontológica, con unas expectativas de éxito bastante elevadas, motivadas por el optimista contenido del párrafo de Mario Estevens & Sérgio  Ávila, antes citado. 

Se huroneó de manera sistemática y persistente por todo Internet, durante varios meses, a la búsqueda de toda clase de datos científicos y etnológicos, se buscó información utilizando palabras y frases clave en diferentes idiomas y bases de datos, se insistió en hemerotecas digitales, en archivos de prensa antigua española y portuguesa. Contra todo pronóstico y desafortunadamente para el desarrollo del proyecto investigador, la búsqueda resultó totalmente estéril. No se halló nada consistente ni inconsistente, sobre aspectos etnopaleontológicos ligados a la denominación popular portuguesa "ossos de gigante" u "ossos de gigantes" en relación a la isla de Santa Maria de las Azores


Nombre, edad geológica y localizaçión de los yacimientos fosilíferos más importantes de la isla de Santa Maria (Azores).

Con gran frustración por la incapacidad para hallar la información que parecía anunciar el párrafo antes mencionado y con gran decepción por la ausencia total de ninguna clase de datos etnopaleontológicos marienses localizables "online", se aparcó el tema. Confiando que más adelante se localizarían o/y se publicaría algún trabajo sobre aquel asunto y con la esperanza de que el futuro nos depararía mejor suerte y se conseguiría localizar documentos antiguos o modernos que aportaran algo de luz a aquella investigación que se había dejado "aparcada" temporalmente. 

Fue pasando el tiempo, meses y años, y no se conseguía encontrar nada nuevo que resultase útil para el avance de la investigación etnopaleontológica, por lo que el autor se fue olvidando del asunto de los "huesos" de los gigantes marienses y abandonando las tareas rutinarias de investigación.  

Recientemente, de manera casual, mientras se buscaba otro asunto se topó con el archivo de los huesos de gigantes marienses del 2010. Repasando y ojeando los materiales que se seleccionaron y guardaron entonces, el autor se dio cuenta de la singularidad zoológica de aquellos "huesos de gigante" y se decidió desempolvar el trabajo realizado años atrás, para adaptarlo y publicarlo en una entrada dedicada al tema en la que se rescataría una buena parte de lo que se guardó y escribió entonces.

Las islas Azores están situadas en medio del océano Atlántico y el grupo de las más orientales, entre las que se encuentra la isla de Santa María, están situadas a una distancia de,  aproximadamente, unos 1.400 kilómetros de Lisboa, la capital portuguesa. La distancia entre Lisboa y la isla más oriental de las Azores orientales, Santa María, es de unos 1.446 km. Esa relativa proximidad geográfica y la singularidad zoológica de los "huesos de gigante" marienses fueron los motivos que nos impulsaron a retomar el tema etnopaleontológico gigantológico, 16 años más tarde, después de haberlo considerado agotado y cerrado, 16 años antes.  


El mito de los gigantes humanoides en Europa

Cuando se trató el tema, ya se había comentado que las causas de la atribución mítica y gigantológica de grandes huesos fósiles o subfósiles, habrían sido la total ignorancia de la existencia de grandes animales, en tiempos prehistóricos (megafauna terrestre o marina), y la existencia, extensión e integración sociocultural de diversos relatos míticos vinculados con la literatura fabulosa de viajes a países lejanos o imaginarios habitados por gigantes, escrita por autores de la antigüedad clásica y también el conocimiento y respeto por los antiguos relatos  bíblicos ancestrales, vinculados con la religión cristiana y derivados de la conservación de varios mitos hebreos y de otros de la región del Mediterráneo oriental. Estas condiciones culturales habrían favorecido e inspirado la aparición de interpretaciones de tipo fabuloso y la invención de sus correspondientes narraciones legendarias, como una forma de difusión, conservación y transferencia de estas ideas. Las interpretaciones y narraciones de tipo fabuloso asociadas al hallazgo casual de grandes restos óseos se habrían iniciado y generalizado en la antigüedad remota, consolidado y difundido en la antigüedad clásica y habrían perdurado, con adaptaciones y sustituciones, hasta finales del siglo XVIII, o hasta mediados del XIX, e incluso hasta inicios del siglo XX, entre las clases populares. 

Hoy, después de pasados diez y seis años, se retorna al tema los "huesos de gigante" debido al hallazgo, relativamente reciente, de unos interesantes datos conocidos algo más tarde y luego olvidados, relacionados con este tema. Como tal información nos resultaba completamente desconocida, en el momento en que se canceló el tema este se dio por agotado. La recuperación de esa información olvidada durante tanto tiempo nos aportó un nuevo punto de vista que nos proporcionó una nueva visión que fue considerada como muy relevante para quien escribe. Tal relevancia estaba motivada por la singularidad del caso de los "huesos de gigante" azoreanos, puesto que si habitualmente los grandes huesos fósiles, motivadores de una atribución mítica relacionada con gigantes humanoides e inspiradores de alguna leyenda explicativa y justificadora, siempre correspondían a restos óseos de megafauna terrestre, en el caso de los gigantes mariense-azoreano los huesos fósiles corresponden a restos óseos de megafauna marina, resultantes de la destrucción y dispersión natural del esqueleto de grandes cetáceos prehistóricos: ballenas y cachalotes. 

Resulta sorprendente que un tipo de animales tan bien adaptados, anatómicamente, para la vida en el medio oceánico, motivo por el que se asemejan externamente a peces y por lo que carecen de miembros superiores, formados por huesos largos y los miembros inferiores casi totalmente atrofiados, hayan podido asociarse con seres imaginarios de aspecto humanoide. La explicación está en que cuando los huesos están desconectados, fragmentados y mal conservados lo único que puede inferirse de su aspecto es que se trata de hueso de mamíferos Los prejuicios culturales y la imaginación descontrolada harán el salto hacia los seres míticos. 


El probable origen económico de un hallazgo y de una vieja interpretación fabulosa de grandes huesos fósiles hallados en campo abierto

Hallazgos recientes de los restos óseos fragmentarios de grandes cetáceo confirmarían la posibilidad de que, muy probablemente, fuesen los antiguos hallazgos de restos óseos de este tipo de grandes mamíferos marinos, contenidos en las capas de rocas calizas marinas, intercaladas en capas de materiales volcánicos, la causa más probables de este tipo de interpretación, fuertemente influenciada por las fuentes de información bíblicas y la creencias religiosas de aquellas épocas fuertemente tradicionales y conservadoras

Cuenta la leyenda histórica portuguesa que el descubrimiento de la la isla de Santa María de las Azores se debió producir entre 1427-1432 y que la colonización se empezó a producir a partir de 1440. La necesidad de construir edificaciones para uso doméstico, industrial, comercial o defensivo, desde fecha tan temprana, habría obligado a los primeros habitantes a tener que buscar y recolectar diferentes tipos de materiales de construcción de origen local. 

Los primeros habitantes, explorando las potencialidades en recursos constructivos de aquel medio, posiblemente, descubrieron por casualidad que en determinados lugares de la isla había capas de roca caliza contenida entre capas de roca volcánica. La necesidad de obtener cal para ser usada como corrector de suelos volcánicos ácidos inaptos para el cultivo de ciertas varieades de plantas comestibles y la necesidad de cal como mortero y como revoque exterior y de bloques de piedra caliza de construcción, compactos, fácilmente tallables y escuadrables para elaborar elementos arquitectónicos, unos materiales muy necesarios para la construcción tradicional de muros de edificios, debieron estimular la prospección y explotación, por toda la isla de Santa María, en busca de todo tipo de rocas calizas, para su aprovechamiento como materiales de construcción y de mejora agrícola de suelos cultivables.

La relativamente escasa roca caliza se usó en la construcción de algunos de los edificios más emblemáticos de la isla, tales como iglesias y cementerios tanto en exterior como en el interior. La roca caliza se extraía de capas de poco espesor intercaladas entre capas de roca volcánica. Generalmente se trataba de gres calizo, de caliza arenosa, de conglomerados y brechas calizas que contiene una gran abundancia y diversidad de fósiles marinos, tales como gasterópodos, moluscos bivalvos, briozoos, equinodermos, dientes de tiburón y que en algunos lugares también podía contener escasos fragmentos de hueso de cetáceos, generalmente, bastante mal conservados, condición que dificulta mucho su identificación. Tales restos fósiles, antiguamente, en los primeros cinco siglos de ocupación, cuando predominaba una mentalidad precientífica pudieron haber sido interpretados e identificados de una manera muy distinta a la actual. 

Santa María es la única de las nueve islas que constituyen el archipiélago de las Azores constituida por una importante proporción de terrenos de origen sedimentario, en medio marino. Es en estos materiales en donde se pueden encontrar muchos fósiles marinos pertenecientes a diferentes grupos de invertebrados y también de algunos vertebrados, como son peces y restos óseos de grandes cetáceos.

La Praia Formosa está ubicada en la parroquia de Almagreira, en el municipio de Vila do Porto. Esta playa es una de las raridades de todo el archipiélago de los Azores, puesto que está constituida por arenas de tonalidades claras y de composición caliza. Cuando lo normal, en todo el archipiélago es que la arena de las playas sea de color negro o tonalidad muy oscura, por proceder de la disgregación de materiales volcánicos. Imagen: https://depositphotos.com/pt/

Habría sido en el transcurso de las vistas de prospección de materiales constructivos y durante los trabajos de extracción de roca caliza, destinada a la construcción, cuando se habrían ido descubriendo los grandes huesos y fragmentos óseos de cetáceos prehistóricos que estaban incluidos en las capas de materiales sedimentarios marinos de naturaleza caliza, dando origen los hallazgos de restos óseos a las interpretaciones míticas de aquellos vestigios fósiles.

"En Santa María, los fósiles de ballenas se conocen desde hace mucho tiempo, siendo llamados "ossos de gigante" (huesos de gigante) por los habitantes de la isla." (Ávila et al. 2018). 

Esta denominación popular, de tipo fabuloso, pone de manifiesto que los habitantes de la isla de Santa María, como la mayoría de sus contemporáneos, en todo el mundo, como desconocían la verdadera naturaleza zoológica de aquellos restos óseos, "petrificados", habrían atribuido su origen, influidos por la literatura antigua, a vestigios óseos de gigantes humanoides míticos, evidentemente, personajes literarios absolutamente imaginarios. De tales gigantes imaginarios tenían un gran conocimiento literario, principalmente, debido a su conocimiento de las enseñanzas de los textos bíblicos del Antiguo Testamento, en los que se mencionaban en distintas ocasiones a este tipo de seres y, también de los textos literarios de antiguos autores griegos y latinos.  

"Ulises en la cueva de Polifemo", representación artística, de una escena sacada de la fabula mitológica de Homero, pintada por Jakob Jordaens (1593-1678), en la que relata como la astucia de Ulises le permitió salvar la vida de sus hombres y la suya propia, al conseguir burlar a un gigante, monóculo,  previamente cegado 

Imagen: Mitos. Odisea  http://web.usal.es/~hvl/Mitos/odisea.htm 

En occidente, en la época moderna, la interpretación de cualquier resto óseo de grandes dimensiones, fosilizado, hallado enterrado, semienterrado o superficial, como auténticos “huesos de gigantes” antediluvianos, procede de la conservación de ideas derivadas de la mitología clásica grecorromana, difundida en antiguos textos y de mitología hebrea y de su reflejo en algunos pasajes de los textos bíblicos. Ideas que se conservaron hasta mediados del siglo XVIII entre las clases cultas y hasta mediados o finales del siglo XIX entre las clases populares, analfabetas y muy creyentes de los relatos bíblicos. En la Biblia, se menciona a los gigantes como una clase de seres humanos de gran estatura y fuerza, violentos y malvados que se enfrentan a los israelitas en varias ocasiones, siendo mencionados en varios pasajes del Antiguo Testamento. Algunos ejemplos notables de gigantes incluyen a Goliat, Og, los anaquitas y los nefilim. Los nefilim, en particular, son descritos como el resultado de la unión entre ángeles caídos y mujeres humanas, y se les atribuye una naturaleza violenta y sobrenatural. 

Representación gráfica del enfrentamiento entre un grupo de humanos y un nefelin a consecuencia de algún conflicto surgido en la convivencia con esta clase de gigantes. Imagen: https://www.jw.org/es/ense%C3%B1anzas-b%C3%ADblicas/preguntas/gigantes-nefilim/


"La primera información publicada sobre este asunto [los hallazgos de huesos fósiles de ballenas] data del siglo XIX fue dada a conocer por Boid (1835), quien escribió: "En una parte del lado noroeste, difícilmente accesible, se puede ver un inmenso fémur fósil". Este hueso, localizado en Ponta do Pesqueiro, fue posteriormente identificado por Bedemar (1837) como un hueso de ballena (Estevens y Ávila, 2007)." 

Las ballenas carecen de apéndices posteriores, sin embargo, en su esqueleto, presentan vestigios de huesos homólogos a los miembros posteriores de otros tetrápodos (modificado de Ridley 1993). Imagen: https://www.researchgate.net/publication/271836334_Capitulo_4_EVIDENCIAS_A_FAVOR_DE_LA_EVOLUCION/figures?lo=1

Otros fragmentos fósiles de vértebras y costillas de cetáceos, reportados por autores posteriores (Cotter 1888-1892; Teixeira 1950; da Ferreira 1955; Zbyszewski y Ferreira 1962b) nunca fueron objeto de un estudio adecuado para poder identificar la verdadera naturaleza de aquellos restos óseos, como huesos de cetáceos. 


Algunas muestras de los antiguos "huesos de gigante" recuperados en la época moderna más actual

Aunque los restos fósiles de grandes cetáceos hallados en diversos yacimientos paleontológicos marienses se conocen científicamente desde antes de mediados el siglo XIX (1835), el estudio más pormenorizado de ese tipo de restos fósiles se ha realizado en épocas muy, muy, recientes, durante el siglo XXI. En esta época el conocimiento científico y la mentalidad moderna habían descartado totalmente la posibilidad de que humanoides gigantes hubieran podido habitar aquellos parajes de la isla de Santa Maria, antes de que llegaran los descubridores y luego los ocupantes lusos, habiendo podido quedar sus restos óseos,  tras morir, enterrados o expuestos sobre el terreno en diversos lugares de la isla.

Diferentes vistas de un fragmento medial de la porción ventral del rostro de una ballena fósil dentada (odontoceto), asignado al género  Mesoplodon sp. Recolectado en el afloramiento de Assumada. A: Vista dorsal; B: Vista lateral izquierda; C: Vista ventral. Fotografía de Sérgio Ávila. Imagen: Fossil whales from the Azores

El primer estudio sistemático exhaustivo sobre las ballenas fósiles de la isla Santa María fue realizado por Estevens y Ávila (2007). Estos autores reportaron diez apariciones de cetáceos fósiles pertenecientes a dos subórdenes: Odontoceti (Ziphiidae), con una especie de Mesoplodon recolectada en el afloramiento de Assumada; y varios fragmentos óseos de costillas, vértebras y otras partes del esqueleto, asignados a Mysticeti (Balaenopteridae?), una especie aún no determinada.

Mapa
de la Isla de Santa María (Azores, Portugal)con la ubicación de las localidades en las que han aparicido restos de cetáceos fósiles en el Complejo Touril (Mesiniense-Zanclean) y en el Complejo Facho Pico Alto (Plioceno). La isla de Santa María, en el Grupo Oriental, es la única isla del archipiélago de las Azores con yacimientos fósiles. Se han identificado en esta isla un total de 15 yacimientos fósiles, que datan del Mioceno tardío y el Plioceno temprano, hace entre siete y cinco millones de años, además de seis yacimientos más recientes del Pleistoceno, con edades comprendidas entre 117.000 y 130.000 años, incluyendo el yacimiento de Prainha.  Imagen: Fossil whales from the Azores

De todas maneras hay que suponer que, en diversas ocasiones, durante los siglos precedentes (XV-XIX), algunos habitantes habrían podido encontrar, casualmente, algunos tipos de restos óseos de ballenas o cachalotes, en el transcurso de la realización de algunas de sus actividades cotidiana en el medio natural o rural. 

Diferentes vistas de una porción medial de una gran costilla derecha asignada a Balaenopteridae indet. 
Complejo Touril, en la Zona de Figueiral. A: Vista lateral, B: Vista posterior, C: Corte transversal del extremo proximal, D: Corte transversal del extremo distal. Fotografía de Sérgio Ávila.  Imagen: Fossil whales from the Azores

No sabiendo cómo identificarlos, ni conociendo casos similares, correctamente identificados, los habitantes de Santa Maria habrían relacionado aquellos restos óseos con sus conocimientos previos, de origen ancestrales. Les habrían venido a la mente los relatos de viajes a países exóticos de antiguos viajeros y sus accidentados encuentros con gigantes, escritos por antiguos autores griegos y romanos, inspirados en antiguos hallazgos de grandes huesos y osamentas de grandes animales prehistóricos
 interpretados como restos de héroes o gigantes mencionados en antiguos mitos de los países mediterráneos.  

Dos vistas de una vértebra lumbar asignada a la familia Balaenopteridae, recolectada en sedimentos del Complejo Touril, en la Zona de Figueiral. A: Vista anterior, B: Vista posterior. Fotografía de Sérgio Ávila.  Imagen: Fossil whales from the Azores

Otra fuente inspiradora de una interpretación fabulosa de los resto óseo hallados en siglos pasados, habrían podido ser los relatos bíblicos relacionados con los encuentros de los antiguos hebreos, con pueblos de gigantes o con mercenarios gigantes enrolados en las filas enemigas, en el transcurso de los 40 años que duró su migración después de abandonar Egipto, liderados por Moisés con destino a la tierra prometida.


Diferentes vistas del primer fragmento recuperado de una gran costilla izquierda asignada a Balaenopteridae indet. 
Recolectado en sedimentos del Complejo Touril, en la Zona de Figueiral. A – Vista lateral, B – Vista medial, C – Vista anterior, D – Vista posterior, E – Corte transversal esquemático del extremo proximal, F – Corte transversal esquemático del extremo distal. Fotografía de Sérgio Ávila.   Imagen: Fossil whales from the Azores


Continuará

domingo, abril 6

El registro fósil ibérico y el santoral católico, en la religiosidad popular de España y Portugal (24)

por Heraclio ASTUDILLO POMBO. Universitat de Lleida

Fósiles ibéricos relacionados, por la tradición popular española, con diversos santos y santas (12

Fósiles relacionados con santa Lucía de Siracusa, en la Comunidad valenciana 

Introducción

Con esta entrada, dedicada al caso particular de la provincia de Castellón de la Plana (Comunidad valenciana), se dará por finalizada la serie dedicada a la divulgación de los diferentes casos, reunidos por el autor, de todos aquellos géneros y especies de fósiles ibéricos que antaño fueron relacionados con santa Lucía de Siracusa, por la religiosidad popular de algunas de las distintas regiones españolas.

Aspecto tradicional de una escultura religiosa, moderna, con una representación típica de santa Lucía de Siracusa, con un par de ojos humanos expuestos sobre una bandeja. 
Imagen: St. Lucy, Xavier Society for the Blind, New York City.

La vida de Santa Lucía, situada hacia comienzos del siglo IV, fue recogida en el compendio de biografías de santos escrita por Santiago de la Vorágine, la denominada Leyenda Dorada, escrita y publicada el s. XIII. La representación gráfica de Santa Lucía, como figura humana aislada, se distingue por su atributo más característico: los ojos sobre una bandeja o en una copa. Raras veces aparece  representada llevándolos en la mano, dispuestos como si fuesen flores al final de un tallo, o clavados en la punta de un puñal o un pincho. Sin embargo, este atributo martirial de los ojos arrancados, tan típico de la santa, no aparece en las representaciones anteriores al siglo XIV, así es que en las representaciones anteriores a esta época, es decir, en las más antiguas, no los hallaremos.


Fósiles relacionados con santa Lucía de Siracusa, en Castellón de la Plana 

 Según la información recibida de nuestro informante castellonense, David Gómez de Mora, los campesinos de la zona norte de la provincia de Castellón, antaño, habían considerado que una cierta clase de piedrecitas, con una forma muy particular, eran unas piedrecitas prodigiosas. La creencia procedía del hecho que el aspecto y tamaño de esta clase de piedrecillas, las hacía relativamente semejantes a la córnea de un ojo humano. Debido a tal semejanza anatómica, las gentes de la zona mencionada las creían un prodigio de la naturaleza relacionado con santa Lucía, patrona de la salud ocular, y también como un maravilloso testimonio milagroso, recordatorio del martirio de santa Lucía de Siracusa. Puesto que la tradición popular religiosa afirmaba que los verdugos que habían torturado a la santa, antes de matarla, le habían arrancado los dos ojos. La presencia de tales piedrecillas, en determinados lugares, debían servir a los cristianos como un recordatorio del martirio sufrido por la santa, así como de la fidelidad a su fe cristiana y de su fortaleza ante las amenazas y torturas infligidos por sus pérfidos verdugos, pero también como un remedio para tratar sus dolencias oculares.

Aspecto de la superficie exterior, meteorizada, de un bloque de caliza de Palorbitolinas, en el que resultan bien visibles los contornos de los caparazones de los ejemplares individuales del macroforaminífero. Este resalte se debe a que la calcita que forma los caparazones resulta más resistentes al efecto descomponedor y disgregador de la disolución diferencial de la meteorización que la matriz rocosa
Imagen: Registre fòssil del Puig de l’Ermita de Vinaròs. https://www.amicsdevinaros.com/app/download/5793919639/maqueta+fossils+web.pdf

Aquellas "piedrecitas", supuestamente maravillosas y benéficas, popularmente, 
eran denominadas "pedres de santa Llúcia" (piedras de santa Lucia), aunque en realidad, sencillamente sólo eran los caparazones fosilizados de un determinado tipo de foraminíferos gigantes, científicamente, denominados Palorbitolina lenticularis. Este tipo de fósiles marinos cretácicos, pueden hallarse formando parte integrante de rocas sedimentarias de naturaleza caliza, compactas y coherentes (calizas), arenosas, compactas y más o menos coherentes (areniscas) o fácilmente disgregables (margas), en cuya matriz rocosa forman agregados, más o menos, densos y compactos. Pero también pueden hallarse individualizados y sueltos, por haberse desprendido de su matriz rocosa, por el efecto desagregador de la meteorización o/y la erosión. 
Los caparazones fósiles de esta clase de macroforaminíferos cretácicos son muy abundante en el sur de la provincia de Tarragona y el norte de la de Castellón de la Plana, por lo que es fácil encontrarlos en diferentes lugares de esas zonas. Algunos de ellos situados en el entorno, más o menos, próximo de alguna ermita consagrada al culto de la santa siracusana, circunstancia que facilitaría, aún más fácilmente, la vinculación con la santa, patrona de la protección de visión.

Aspecto de una acumulación de ejemplares de Palorbitolina lenticularis, resultan visibles por ambas caras, la cóncaba y la convexa
Imagen: Registre fòssil del Puig de l’Ermita de Vinaròs. Manuel Domingo García Sanz https://www.amicsdevinaros.com/app/download/5793919639/maqueta+fossils+web.pdf

Las personas más mayores de las comarcas norteñas de Castellón (Alt Maestrat, Baix Maestrat y Ports), compartiendo sus recuerdos de infancia y juventud, comentaban que, antiguamente y hasta mediados del siglo XX, las personas más devotas de santa Lucía, la santa defensora de la salud de los ojos y protectora de la visión, más necesitadas su ayuda o de su protección, acostumbraban a pasarse "pedres de santa Llúcia" por encima de los parpados, con la finalidad de prevenir la aparición de todo tipo de enfermedades oculares, el día en que se celebraba su festividad religiosa. Dolencias que antaño eran muy temidas entre los habitantes de las zonas rurales, por la falta de atención médica especializada, dificultades económicas y de desplazamiento a las ciudades  más cercanas, mejor dotadas sanitariamente. Puesto que tales dolencias podían llegar a disminuir la visión, temporalmente o permanentemente, llegando incluso a causar la ceguera total o parcial de las personas afectadas. Pudiendo incapacitar, más o menos, a las personas afectadas para llevar una vida totalmente normal, ya que podían restarles capacidad de trabajo,  autonomía personal y obtención de ingresos económicos.

Aspecto de una litografía antigua (1921) en la que aparecen representadas la anatomía del ojo humano y diferentes afecciones oculares. Ilustración médica de un libro de anatomía humana, de principios del siglo XX.
Imagen: Etsy.  https://i.etsystatic.com/5663576/r/il/c0a252/428321144/il_fullxfull.428321144_fdwr.jpg

Las "pedres de santa Llúcia", también eran utilizada, para tratar de prevenir la aparición de complicaciones oculares, en los casos de mordeduras o picaduras de animales en la cara, en las zonas más cercanas a los ojos.
En otras ocasiones, menos preocupantes, las "pedres de santa Llúcia" también se usaban como remedio casero popular para curar los orzuelos que ocasionalmente se formaban en el borde de los párpados. 

Fuentes

Gómez Mora, David (2024). Información personal, transmitida y recibida el 2-10-2024, por medio del Messenger de este blog en Facebook.

viernes, marzo 14

Arqueoetnopaleontología (20)

 por Heraclio Astudillo-Pombo, Universitat de Lleida

Los usos sociales y funciones culturales de los fósiles en la antigüedad, inducibles gracias a la necesaria contribución y la imprescindible colaboración de la arqueología moderna (17)

La revisión actual de la fauna fósil incluida en los antiguos hallazgos arqueológicos ibéricos ha permitido mejorar la identificación zoológica, la datación y la interpretación paleoetnológica (Quinta parte)   


Introducción

Se prosigue con la presentación, en formato "digest" y en versión traducida al castellano, del artículo "Fossils in Iberian prehistory: A review of the palaeozoological evidence"originalmente publicado en la revista Quaternary Science Reviews 250, en el año  2020. Dada su enorme transcendencia, desde nuestro punto de vista, para el estudio y conocimiento etnopaleontológico de las culturas locales de la antigüedad, en el ámbito de la península ibérica. 

Sus autores fueron Miguel Cortes-Sánchez, María D. Simón-Vallejo, José-Carmelo Corral, María del Carmen Lozano-Francisco, José Luis Vera-PeláezFrancisco J. Jiménez-Espejo, Antonio García-Alix, Carmen de las HerasRafael Martínez Sánchez, María Dolores Bretones García, Ignacio Barandiaran-Maestu y Arturo Morales-Muniz.

Hay que advertir al lector/a que desconoce esta advertencia, repetida en anteriores ocasiones, que como ha venido sucediendo en todas las entradas anteriores, cuyo contenido trataba sobre  temática arqueopaleontológica, el contenido de esta entrada también se basa en una selección de aquellas partes del texto original, consultado, que en nuestra opinión, estén especialmente relacionados con los objetivos específicos del blog Folklore de los Fósiles Ibéricos y podrían resultar más relevantes para nuestr@s lectores/as. El texto seleccionado previamente, luego ha sido reconstruido, con muy escasas modificaciones de contenido y de estilo originales. Las pocas modificaciones introducidas se han hecho con la finalidad de mejorar la comprensión de determinados conceptos, de cierta complejidad, por parte de aquell@s de nuestros lectores/as que no estén habituad@s o especializad@s en temática arqueológica ni paleontológica. Los comentarios personales aparecen en forma de párrafos escritos en letra cursiva.


3. Resultados (Cuarta parte/Continuación)  

Los diversos yacimientos revisados en la investigación arqueopaleontológica colectiva, se muestran ordenados cronológicamente, de mayor a menor antigüedad.

3.3. Otros yacimientos neolíticos con fósiles

3.3.1. El Tossal de les Basses y Les Jovades (Alicante)

Los trabajos publicados sobre el estudio arqueológico de dos yacimientos valencianos en cuevas neolíticas, 
registran dos casos de hallazgo de especímenes de caracolas marinas fósiles de mediano a gran tamaño. Corresponden al estudio arqueológico del Tossal de les Basses (Lujan y Rosser, 2013: Fig. 4.3), un cerro en la zona de la  Albufereta de Alicante, del IV milenio a.n.e. y al estudio arqueológico del poblado neolítico de Les Jovades (Pascual, 1993: 86, Fig. 6.3), en Cocentaina, (Alicante), del III milenio a.n.e.. 
Sus respectivos autores informan del hallazgo de una concha de caracola marina en ambos yacimiento, que identifican como pertenecientes al género contemporáneo "Strombus" o Srombus sp. La buena calidad de las representaciones de ambos ejemplares, en las ilustraciones de las respectivas publicaciones, permitió a los especialistas en paleomalacología identificar las verdadera identidad de ambas conchas, resultando en ambos casos como inequívocamente correspondientes a la especie Persististrombus latus (Gmelin, 1791).

Ejemplar fósil de la caracola marina de la especie Persististrombus latus (Gmelin, 1791), del Pleistoceno superior (117.000 a.), hallada en el Camp de Tir de Palma, Isla de Mallorca, (Islas Baleares),  Col. José Juárez Ruiz.
Imagen: Gastropoda Stromboidea: 
http://www.stromboidea.de/?n=Species.PersististrombusLatus 

Se trata de una especie fósil registrada, por primera, vez en los depósitos del periodo Tirreniano (1). Esta especie llegó a persistir hasta el Pleistoceno, coincidiendo sus últimos registros más recientes con el último periodo interglaciar (ca. 80000 a. a.n.e.). 
Se requieren nuevos estudios para determinar la procedencia geográfica de ambos ejemplares arqueológicos, para poder localizar sus yacimientos menos lejanos, en donde la especie aparezca como fósil autóctono. 
Se desconoce la función de uso, personal o social, que pudo haber tenido este tipo de gran caracola marina fósil, hace entre 5000 y 6000 años, en la cultura local de aquella época, en cada una de ambas comunidades sociales, relativamente cercanas en el tiempo y en el espacio. Parece ser que, en la antigüedad, las conchas marinas, fósiles o no, que formaban parte de los ajuares funerarios estaban relacionadas con la satisfacción de las necesidades del difunto, en la vida de ultratumba... 

3.4. Sitios arqueológicos de la Edad del Cobre, con fósiles

La Edad del Cobre es un periodo cultural de enorme dinamismo social y pujanza económica que se desarrolló durante, aproximadamente, un milenio, entre los años 3200 y el 2200 antes de nuestra era. Durante ese extenso periodo de tiempo se produjeron diferentes innovaciones culturales que supusieron un importante desarrollo de la complejidad social de aquella época.

3.4.1. Tumba 5-Señorío de Guzmán, en Castilleja de Guzmán (Sevilla) 

En el mega-sitio arqueológico de Valencina de la Concepción - Castilleja de Guzmán (Sevilla), existe la denominada Tumba 5, del Calcolítico, en el Sector denominado Hacienda Divina Pastora-Urbanización Señorío de Guzmán

Entre el ajuar funerario documentado en este sitio, se halló un collar hecho de guijarros perforados y conchas contemporáneas de cauríes (Trivia sp.). La particularidad paleontológica del collar era que incluía un gran fragmento de un gran escafópodo que, originalmente, fue identificado como Dentalium por López et al. (2015)

Fig. 6B: collar del Señorío de Guzmán / Tumba-5; la concha fósil de escafópodo (Pi), situada abajo en el centro, corresponde a un ejemplar de la especie Paradentalium  inaequale

El análisis reciente realizado por especialistas en paleomalacología permitió comprobar que, en realidad, el ejemplar corresponde a una concha fósil de un escafópodo de la especie  Paradentalium  inaequale (Fig. 6B, Pi). 

Un estudio del ejemplar, en curso en el año 2019, debía poder determinar su más probable procedencia geográfica, localizando el lugar donde yacía como fósil autóctono. 

Como en otras muchas ocasiones, actualmente se desconoce si la función del fósil y de los demás elementos que componían el collar, tenían una finalidad común y ordinaria, como un objeto meramente ornamental o si pudo tener una finalidad extraordinaria de tipo espiritual o psicológico, al habérsele atribuido algunas capacidades protectoras de índole mágica, por alguna razón que hoy nos resulta desconocida. 


3.4.2. El Oficio, Cuevas del Almanzora, Almería

El Oficio es un yacimiento arqueológico argárico situado en la pedanía de Grima, en el municipio de  Cuevas del Almanzora, Almería, España. Se levanta sobre la cima y las laderas de un cabezo de 235 m de altura y de difícil acceso, ubicado en el norte de Sierra Almagrera, zona rica en metales. En su base hay dos pequeñas ramblas y tres fuentes naturales. El mar está a cinco km al E.

Miguel Cortes-Sánchez, uno de los autores del reciente estudio multidisciplinar de revisión de restos zoológicos antiguos hallados en contextos arqueológicos descubrió en una pulsera que actualmente se exhibe en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, varias cuentas de fragmentos de conchas de escafópodos, que atrajeron su atención (Fig. 6C: Pi, Ps). Los ejemplares  formaban parte de una pulsera compuesta de cuentas compuestas de materiales diferentes: concha, hueso, serpentina y cobre. 

Fig. 6 C: collar con fragmentos de conchas de escafópodos fósiles y cuentas de piedra y metal de El Oficio. Identificación de las especies de escafópodos fósiles:  Paradentalium inaequale (Pi);  P. sexangulum (Ps:). Imagen: "Fossils in Iberian prehistory: A review

Esta pulsera (Fig. 6C) con el número de inventario MAN-C1276, en los fondos del Museo Arqueológico Nacional de Madrid, fue reportada e ilustrada por primera vez por Siret y Siret, a finales del siglo XIX (1890: Fig. 63). 

El estudio reciente de la pulsera por especialistas en paleomalacología reveló la presencia de tres cuentas consistentes en fragmentos de conchas de escafópodos fósiles, consistentes en dos especímenes de  Paradentalium sexangulum y uno de P. inaequale. Un estudio en curso en 2019 debería determinar el lugar menos lejano como su lugar de procedencia como fósil autóctono.

Se desconoce la función específica que cumplían las conchas fósiles de escafópodos en la constitución del collar, si era de tipo ornamental, apotropáico o signalético...

3.4.3. Cueva sepulcral de Los Alcores,  Caravaca de la Cruz (Murcia) 

En la excavación de la Cueva sepulcral eneolítica de “Los Alcores”, en Caravaca de la Cruz (Murcia), se halló una gran caracola marina identificada como Srombus sp., una especie contemporánea (García, 1980). El estudio reciente del mismo espécimen, realizado por  especialistas en paleomalacología permitió comprobar que el ejemplar estaba en estado fósil y que pertenecía, en realidad, a la especie Persististrombus latus (Gmelin, 1791).

Parece ser que, en la antigüedad, las conchas marinas, fósiles o no, que formaban parte de los ajuares funerarios, estaban relacionadas con la satisfacción de las necesidades del difunto, en la vida de ultratumba... 

3.4.4. Otros sitios de la Edad del Cobre, con fósiles

Dos sitios de la Edad del Cobre con fósiles son Campo Real, con dos especímenes de  Paradentalium sexangulum noe (SI / PC / 56A / 1. Casa Museo Bonsor), y Casal do Pardo (Gonçalves et al., 2018), donde se recuperaron un Pecten maximus y tres dientes de tiburón. Estos últimos fueron identificados originalmente como tiburón azul: Prionace, pero la buena calidad de las ilustraciones nos permitió identificar a dos de ellos como pertenecientes a Isurus (o Cosmopolitodus) sp. y Hemipristis serra (Agassiz, 1843).
Como ya se ha mencionado en ocasiones anteriores, hoy día se desconoce cuál pudo ser la funcionalidad de estos fósiles en el contexto social y cultural de la comunidad que los valoraba positivamente.

3.5. Observaciones finales

Nuestra colección de 143 ejemplares está dominada por restos de escafópodos (83,2%), con un aporte anecdótico de restos de mamíferos (0,7%), que son los únicos fósiles de origen continental , y con aportes secundarios de dientes de tiburones (9,1%), restos de gasterópodos (4,2%) y de bivalvos. (2,8%) (Cuadro S3). 

En términos de pertenencia a períodos culturalesel Solutrense, que representa aprox. el 39,6% de los elementos paleontológicos y el 17% de los sitios arqueológicos y el Neolítico  que representa aprox. el 40% de los elementos paleontológicos y el 21,7% de los sitios  arqueológicos, constituyen la mayor parte de los registros arqueológicos, mientras que todos los demás períodos histórico-culturales son secundarios, cuando no son anecdóticos (Tabla S4).

Tomando los datos al pie de la letra, no se detecta ninguna tendencia temporal en términos de elementos paleontológicos o sitios arqueológicos que aumenten con el paso del tiempo, ya que sus contribuciones parecen fluctuar a lo largo de la secuencia temporal. Aún así, este fenómeno requeriría un análisis más detallado, dado que no solo los períodos paleolíticos son significativamente más duraderos (entre 5 y 12 ka) que los de épocas posteriores (1 e 2.8 ka), sino también porque los fenómenos probabilísticos, como ha sido el hallazgo de un collar con fósiles, puede sesgar mucho las muestras cuando son pequeñas.


4. Discusión

4.1. Fósiles en el registro arqueológico ibérico

En la literatura se detectaron un total de 490 fósiles de 62 sitios ibéricos adicionales y se compararon con nuestros registros (143 fósiles y 20 sitios). Ese proceso tomó varios años debido a las dificultades para localizar fuentes y especímenes (Tablas 2 y S2). Los registros publicados, que representan 82 sitios y 100 depósitos, van desde el Gravetiense hasta la Edad del Bronce (~ 34e4 ca ka BP).

Su ubicación geográfica y los elementos registrados en ellos aparecen en la Tabla S1 y la Fig. 12. 
Combinado, nuestro estudio ha elevado el registro ibérico de fósiles arqueológicos en más de un 20% en términos de sitios y en un ~ 24% (~ 40% cuando los fragmentos están excluidos) en términos de artículos. 
A pesar de que nuestra investigación se basó en en el uso de protocolos sólidos, la serendipia (azar favorable) también jugó un cierto papel, al final el factor decisivo en el proceso de localización de determinados elementos fue el ejercicio de aplicar el principio de que "un investigador/a consigue encontrar aquello que busca, una vez que ha aprendido qué es aquello que debe buscar ''. 
Este aumento sustancial en el números de hallazgos sugiere que las búsquedas equivalentes, realizadas en otros períodos históricos y "contextos culturales" deberían producir un aumento, igualmente significativo, en el hallazgo de registros.

4.1.1. Paleolítico superior

Hasta el momento de la investigación (2020) no se ha registrado la presencia de fósiles en los depósitos del Auriñaciense ibérico. 
Los fósiles gravetienses son escasos y están restringidos a los sitios arqueológicos cántabros (norte de España) (Fig. 12, Tabla 2). Estos restos fósiles incluyen tres gasterópodos marinos. Se trata de caracoles de tipo nerita, de la especie Neritina picta (Ferussac, 1823), procedentes de la cueva de Aitzbitarte III (Nivel III) y un cuarto ejemplar procedente del nivel E de La Garma (Álvarez, 2011; Álvarez y Avezuela, 2013). Tales ejemplares arqueológicos, de caracoles fósiles fueron perforados artificialmente, presumiblemente, para permitir que su propietario pudiera llevarlo colgando, ya fuese como ornamentación o símbolo de estatus personal o como un signo de identificación grupal o tribal. Se informa que todos esos ejemplares provienen de depósitos del Mioceno medio-bajo, los más próximos en la cuenca de Aquitania (Francia), (Álvarez y Avezuela, 2013). Los ejemplares del sitio de Aitzbitarte no pudieron ser estudiados directamente, pues no se pudieron encontrar, a pedido de los investigadores.
 
Además de los dientes fósiles de tiburones de Parpalló y de Aitzbitarte IV (secciones 3.3 y 3.6), otro diente de tiburón fósil solutrense es el de Otodus (Megaselachus) megalodon (Agassiz, 1843) encontrado en Higueral de Valleja (Cuadro 3). Este espécimen que no ha sido representado en ninguna parte, presentaba en sus bordes, originalmente dentados  "Claros rastros de su uso instrumental, en forma de bordes desgastados (Giles et al., 2012: 42), tal vez como herramienta cortante, punzante o raspadora.

La mayoría de los invertebrados fósiles de Solutrense que alberga el Museo de Altamira, muy posiblemente, podrían provenir de ciertos estratos de lugares cercanos, del Cretácico superior.
Breuil y Obermaier (1935: 207) informaron que las "espinas de Cidaris" halladas en la cueva de Altamira "en los niveles del Solutreano, posiblemente provenían, por desprendimiento natural, de la roca de las paredes de la cueva." Curiosamente, el estudio geocartográfico más reciente de la cueva de Altamira, no logró detectar ningún fósil, ni sus rastros, en las paredes de la cueva. Por esta razón, debe suponerse que los invertebrados fósiles de Solutrense que alberga el Museo de Altamira (es decir, 18 espinas de cidáridos [ANMRC-CE04172], dos caparazones de equinoideos de Holectypidae [ANMCR-CE00935] y un molde interno de braquiópodo de Rhynchonellidae [ANMCR-CE00933]), posiblemente provendrían de ciertos estratos del Cretácico superior, de lugares cercanos.

Fig. 12. Distribución de los yacimientos ibéricos con fósiles de animales. (A) Paleolítico superior-Epipaleolítico; (B) Neolítico; (C) Edad del Cobre; (D) Edad del Bronce.
Imagen: "Fossils in Iberian prehistory: A review

Finalmente, se ha descrito un fósil de cefalópodo marino de tipo nautiloideo (Mesozoico-Cenozoico) [ANMCR-CE01478], pero su procedencia geográfica y estratigráfica siguen sin estar claras. Aunque algunos de estos ejemplares inéditos están bellamente ilustrados en una publicación, (http://ceres.mcu.es/), al no haber podido estudiar los ejemplares, 
directamente, nos obliga a dejar su estatus taxonómico poco preciso, pudiendo determinar su identificación, únicamente, a nivel de familia zoológica.

Restos fósiles de megafauna, el Magdaleniense es el único período del Paleolítico Superior donde están documentados los resto fósiles de grandes mamíferos. Además del elefante de El Pirulejo (Elephas antiquus) (sección 3.9), el hueso no especificado de un rinoceronte del género Stephanorhinus fue recuperado en un nivel del Magdaleniense Superior en la cueva de El Castillo y 14C/AMS data de ~ 36.2 cal ka BP.
Este hueso posiblemente fue hallado en el campo y recogido: "... como un objeto especial, tal vez como un trofeo" (Bernaldo et al., 2006: 457). En el nivel IIIA de la cueva de Gorham, Gibraltar, se recuperó el fragmento de un molar superior de un rinoceronte de estepa Dicerorhinus cf. hemitoechus (Falconer, 1868), un sinónimo inválido de Stephanorhinus hemitoechus (Falconer, 1868) (Riquelme et al., 2011).
Dado que los restos óseo de la especie se encuentran en las brechas fosilíferas del Pleistoceno medio-superior de Gibraltar y en los depósitos musterianos de las cuevas de Gorham y Genista y que presumiblemente se extinguió alrededor de 40 ka AP, por lo tanto, el hallazgo debe representar un estado fósil (Currant et al., 2012). Aún así, dada la estrecha ventana temporal que existe entre el Magdaleniense y la extinción, postulada, de la especie, se requeriría una fecha absoluta precisa o un análisis geoquímico para certificar la certeza del estado fósil de este espécimen más allá de toda duda.

Los fósiles de invertebrados magdalenienses, publicados anteriormente, incluyen una amonita de Parpalló (actualmente, en paradero  desconocido) y un fragmento de coral de la cueva de Las Caldas que se había trabajado en forma de colgante (Pericot, 1942; Corchon y Ortega, 2017).

Invertebrados fósiles inéditos del Paleolítico superior son reportados por González y Freeman (2015: 42) en el contexto funerario del "Santuario de la mascara" del Magdaleniense Inferior (ca. 14 cal ka) de El Juyo, donde mencionaron “… una colección de moluscos marinos del Cretácico que normalmente están incrustados en las paredes de piedra caliza de esta cueva y que por sus caprichosas formas debieron llamar la atención de los cazadores de El Juyo.
En el restringido espacio de las tumbas se recogieron 21 de estos elementos ”. En este mismo santuario González y Freeman (2015: 53) también informaron del hallazgo de “fósiles (algunos de muy gran tamaño)… en un pozo de cimentación. De estos, dos braquiópodos del género Rhynchonella, que por el momento deberían dejarse con más seguridad solamente al nivel de la Orden (es decir, Rhynchonellida) y que se encuentran depositados en el Museo de Altamira pero que carecen de números de catálogo. El Museo de Altamira alberga dos ejemplares adicionales, inéditos, de este mismo tipo de braquiópodo procedentes de los niveles del Magdaleniense Superior Final, hallados en la cueva de La Pila y que también carecen de números de catálogo (Gutiérrez et al., 2000). Al no haber podido tener acceso directo a ninguno de estos 25 especímenes, debemos dejar abiertos la mayoría de los problemas relacionados con ellos.


Notas 

(1) Tirreniano. Periodo geológico de la serie marina del Pleistoceno, de la era Neozoica, (Tirreno de Issel, 1914), siguiendo a los periodos Calabrés y Siciliano, con estratos de caracoles (Strombus) y con fauna que incluye algunas especies senegalesas y por tanto con la impronta de un clima cálido. 

lunes, febrero 10

El Registro fósil ibérico en la Loterofilia española (13)

 por Heraclio Astudillo-Pombo


Introducción

Es muy de agradecer la agradable sorpresa que nos ha vuelto a proporcionar la ONCE con la emisión de un cupón para su popular sorteo, protagonizado por temática paleontológica. El cupón paleontológico previamente emitido por la ONCE se dio a conocer y comentó en este blog, en la entrada publicada el 1 de agosto de 2024 (https://folklore-fosiles-ibericos.blogspot.com/2024/08/el-registro-fosil-iberico-en-la.html). En ella se hacía referencia al cupón del sorteo de la ONCE del 22-06-2023, en aquella ocasión la ilustración fotográfica mostraba, a los compradores del cupón de toda España, una vista panorámica del paisaje del lugar en donde se ha estado hallando el rico patrimonio paleontológico de la localidad granadina de Orce. En la entrada de hoy se presenta un cupón dedicado al patrimonio paleontológico de la localidad riojana de Enciso, famosa por sus abundantes e interesantes huellas fósiles de pisadas de dinosaurios.


Las ‘Huellas de Enciso’, tierra de dinosaurios, protagonizaron el cupón de la ONCE en el sorteo del 18 de enero de 2025

El  cupón de la ONCE para el sorteo del sábado, 18 de enero de 2025 fue protagonizado por una representación escultórica del patrimonio icnológico de la localidad riojana de Enciso, famosa por sus huellas de dinosaurio, que se encuentra en esa localidad de La Rioja. Como es habitual en este tipo de sorteos, se han impreso cinco millones y medio de cupones de la ONCE que, además de servir para participar en el sorteo correspondiente, también sirvieron para difundir por todos los lugares de España, donde existen vendedores de cupones de esta organización humanitaria, la existencia de los famosos yacimientos de icnitas de esta localidad riojana.

Aspecto del cupón de la ONCE con la figura de uno de los dinosaurio que protagonizó el tema del sorteo del sábado 18 de enero de 2025: "Huellas de Enciso". La fotografía muestra la imagen de una réplica realista de un braquisaurio, a tamaño real, escultura situada en el Yacimiento de Valdecevillo, en Enciso (La Rioja, España). 
Imagen: ONCE-Centro Paleontológico de Enciso.

La ilustración del cupón de la ONCE es una fotografía a color que muestra la colosal escultura de dinosaurio que fue situada hace unos pocos años, muy cerca de unas icnitas dinosaurianas encontradas en ese lugar. Los científicos que estudiaron las huellas fósiles concluyeron que debieron ser impresas por el paso de un dinosaurio cuadrúpedo de aspecto y dimensiones muy similares a las de un Brachisaurus. Pero el dinosaurio causante debía ser de un género actualmente desconocido en Europa, puesto que hasta el momento presente, los restos de Brachisaurus solamente se han hallado en Norteamérica. 

El pueblo riojano de Enciso se sitúa muy cerca del límite con la provincia de Soria y en plena montaña del Sistema Ibérico . Sus menos de 200 habitantes conviven con el gran tesoro que alberga el término municipal de este pueblo: nada menos que 3000 icnitas o huellas de pisadas de dinosaurios, según apunta el portal de Turismo. De hecho, Enciso es el punto que da comienzo a la Ruta de las icnitas que incluye en su recorrido siete yacimientos que se despliegan hasta Navalsaz. Destacan por su interés los yacimientos de la Virgen del Campo, el  de la Senoba y el de Valdecevillo.

La presentación pública del cupón de la ONCE, ilustrado con la figura de un dinosaurio, tuvo lugar en la Casa de Cultura de Enciso, el viernes, 10 de enero, a las 11 de la mañana. La entrada era libre y acudió bastante público y algunos medios de comunicación que luego informarían del evento.

En la fotografía aparecen Belén González, delegada de la ONCE en La Rioja, José Manuel Valle, alcalde de Enciso, y Javier Muñoz, presidente del Consejo Territorial de la ONCE en La Rioja. En la presentación de un cupón ilustrado con una fotografía de uno de los enormes animales prehistóricos que habitaron Enciso, hace muchos millones de años.
Imagen: ONCE

En el término municipal de Enciso hay catalogadas un total de 1.400 huellas fosilizadas de dinosaurios, distribuidas en siete diferentes lugares del término municipal, un patrimonio paleontológico riojano y español de un valor científico y cultural incalculable, reconocido en todo el mundo.

Gracias a la existencia, estudio y preservación de las icnitas por parte de paleontólog@s especializad@s, hoy se puede saber que diferentes especies de dinosaurios vivieron en el territorio ibérico, en el que actualmente se encuentra la comunidad autónoma de La Rioja.  Eso sucedió durante el Mesozoico o Era Secundaria, concretamente durante el Cretácico Inferior, hace aproximadamente entre 130 y 110 millones de años. En aquella lejana época la zona en la habitaban los dinosaurios y otra fauna menos espectacular, era una enorme laguna deltaica que se inundaba y desecaba periódicamente, como el terreno era blando y moldeable, las huellas de pisadas que dejaban los dinosaurios que deambulaban por aquel lugar quedaron impresas en el barro blando que luego se iba secando y endureciendo. 

Representación gráfica del paisaje riojano en la época del Cretácico inferior, con tres dinosaurios depredadores, alimentándose de peces atrapados en zonas de la laguna con poca profundidad de agua. Por su aspecto y hábitat parece tratarse de ejemplares de la especie Riojavenatrix lacustris, un espinosáurido de hasta 8 metros de longitud. En el aire, algunos pterosaurios otean la posible pesca de presas fáciles. Imagen: Dinosaurios a la riojana

Con cada nueva inundación del terreno una nueva capa de limo recubría las últimas huellas, reproduciéndose el mismo proceso: inundación, sedimentación, desecación, pisoteo, más desecación y endurecimiento. Resultando de esta manera varias capas de sedimentos lagunares con diferentes capas conteniendo niveles superpuestos de huellas impresas. Con el dilatado paso de los siglo, milenios y millones de años las diversas capas superpuestas de antiguos sedimentos lagunares o pantanosos se fueron desecando, compactando, modificando químicamente, endureciendo y finalmente se convirtieron en capas de roca sedimentaria. Millones de años más tarde los movimientos tectónicos causados por alguna orogenia cercana elevaron esos materiales geológicos y, luego, los procesos erosivos superficiales fueron excavando ciertas partes del terreno dejando al descubierto aquellas antiguas pisadas dinosaurianas, facilitando su descubrimiento, observación e interpretación.

Esquema gráfico de cómo y cuándo se puede formar la huella de la pisada de un dinosaurio, al transitar sobre material moldeable, como el barro, cuando cubre la superficie del terreno. 
Imagen: 
¿Qué es una icnita?https://recmestreacasa.gva.es/som_cultura/ruta5/que-es-una-icnita.html

Enciso es el punto de partida para visitar las huellas, en varios yacimientos, partiendo del Centro Paleontológico, donde pueden prestar apoyo técnico-científico mediante el acompañamiento de un/a guía buen conocedor del terreno y de las características de cada uno de los yacimientos visitables

1- El yacimiento de Valdecevillo, con 168 huellas, entre las que destacan las marcas dejadas por el paso de un inmenso terópodo, carnívoro, y además las huellas de un grupo familiar de iguanodones, herbívoros y las de un gran saurópodo, también herbívoro.

Un grupo de profesores y padres de alumnos del 3er. curso de Educación Infantil (5-6 años) del CPEIP Griseras de Tudela (Navarra), posando junto a la colosal representación de 23 m. de un braquisaurio, un dinosaurio no ibérico pero posiblemente emparentado con el verdadero autor de las icnitas encisenses junto a las que estaba ubicada. El tamaño de las figuras humanas permite hacerse una idea aproximada del enorme tamaño de la escultura. Al parecer, esta fotografía se realizó  el 15 de mayo de 2018, durante un viaje lúdico-educativo para visitar El Barranco Perdido Parque temático de paleoaventura situado en Enciso.  Imagen: CPEIP Griseras de Tudela:   https://griserascolegiopublico.educacion.navarra.es/blogs/blog/2018/05/15/3o-de-e-infantil-visita-el-parque-barranco-perdido-y-el-yacimiento-de-icnitas-de-valdecevillo-en-enciso/

2- El yacimiento de La Virgen del Campo es muy valioso por sus 500 icnitas y por la información que proporciona sobre las condiciones paleomedioambientales de esta zona hace millones de años, en el Cretácico Inferior. Cuenta con algunas huellas muy interesantes que indican que allí se produjo el enfrentamiento en una lucha muy desigual entre un dinosaurio herbívoro y otro carnívoro.

3- El yacimiento de la Senoba tiene 130 huellas, 10 de las cuales por su aspecto corresponden a dinosaurios carnívoros. La distribución y disposición de las pisadas hace pensar en movimientos de grupos de dinosaurios en torno a una zona de tránsito. 

4- El yacimiento de Villar-Poyales muestra las icnitas de un terópodo, carnívoro bípedo y semiplantígrado con membrana interdigital, huella que fue bautizada por los paleontólogos que estudiaron las icnitas con el nombre específico de Theroplantigrada encisensis.

5- El yacimiento de Navalsaz, con 138 huellas de gran tamaño formando rastros, propias de varios dinosaurios herbívoros bípedos, aporta información sobre el comportamiento gregario de estos gigantes. 

Esquema de la relación existente entre la forma y dimensiones de una huella de pisada fosilizada y la clase de dinosaurio que más probablemente pudo haberla dejado impresa. Imagen: ¿Qué es una icnita?    https://recmestreacasa.gva.es/som_cultura/ruta5/que-es-una-icnita.html

6- El yacimiento de la Cuesta de Andorra ofrece una secuencia de 21 huellas dejadas por el paso de un iguanodón, herbívoro con robustas patas traseras, que tenían pezuñas en vez de garras.

7- El yacimiento denominado Icnitas 3, situado a cinco kilómetros de Enciso, lo forman 21 huellas de dinosaurios terópodos distribuidas en cuatro rastros distintos, tres de los cuales corresponden a dinosaurios carnívoros de gran talla, y el otro rastro a un dinosaurio carnívoro de a talla.

Las huellas impresas por los dinosaurios hace muchos millones de años, normalmente, se pueden identificar a nivel de grupo (Theropoda, Ornithopoda, Sauropoda, etc.) y como mucho a nivel de familia. Aproximar más allá de este nivel de identificación, es prácticamente imposible alcanzar el nivel de especie, partiendo solamente de las huellas fósiles. Imagen: Palaeos https://www.facebook.com/photo.php?fbid=1457488924737885&id=157378864748904&set=a.157631294723661


Paleogeografía del Cretácico inferior riojano 


Viajar hasta el momento en el que los dinosaurios campaban a sus anchas por La Rioja supone hacer retroceder el reloj del tiempo aproximadamente 120-130 millones de años. La península ibérica no era como la conocemos ahora, ya que en aquel momento no se encontraba unida a Europa, sino que formaba parte de una isla y parte de lo que es hoy La Rioja se encontraba situada en la franja costera de lo que entonces era ese continente isla. En esta extensa costa venían a desembocar ríos que dieron forma a una gran costa deltaica surcada por numerosos lagos y llanuras que se inundaban cuando llegaban las grandes crecidas de esos ríos. 

Los dinosaurios disfrutaron de un clima subtropical (cálido y húmedo), y vivieron en ese continente isla que estaría situado muy al sur, cercano a la posición actual de las Islas Canarias, ¿os imagináis vivir tan cerca del mar y con ese clima?, nada parecido a lo que es hoy en día La Rioja. Es por esto que podemos afirmar que aquellos animales vivieron en un humedal costero en el que el mar y el continente se daban la mano. Una amplia llanura surcada por innumerables ríos y canales, salpicada de lagunas alimentadas por algunos de estos ríos y con el mar muy cerca. Las aguas dulces y saladas se mezclaban dando lugar a ambientes salobres; una zona donde los suelos a veces inundados, a veces desecados, conservan las huellas del paso de los dinosaurios (las icnitas).


Fuentes

Anónimo (2025). LAS HUELLAS DE DINOSAURIO DE ENCISO PROTAGONIZAN EL CUPÓN DE LA ONCE. Centro Paleontologico de Enciso, 9/01/2025    https://centropaleontologicodeenciso.org/las-huellas-de-dinosaurio-de-enciso-protagonizan-el-cupon-de-la-once/

Anónimo (2025). Las ‘Huellas de Enciso’, tierra de dinosaurios, protagonizan el cupón de la ONCE. En el sorteo del 18 de enero. ONCE. 10/01/2025  https://www.once.es/noticias/las-2018huellas-de-enciso2019-tierra-de-dinosaurios-protagonizan-el-cupon-de-la-once

Anónimo (2025). Los dinosaurios de Enciso protagonizan el cupón de la ONCE del 18 de enero. Nueve Cuatro Uno, (Agencia EFE) 2025/01/10:   https://nuevecuatrouno.com/2025/01/10/rioja-enciso-cupon-once-dinosaurios/ 

Anónimo. Yacimientos de huellas de dinosaurios de Enciso. Ayuntamiento de Arnedo:  https://www.arnedo.com/project/yacimientos-de-huellas-de-dinosaurios-de-enciso/ 

Anónimo (2024)‘Riojavenatrix lacustris’: El primer dinosaurio nombrado en La Rioja es un espinosáurido de hasta 8 metros de longitudHaro Digital, 19/02/2024.  https://harodigital.com/ciencia-y-tecnologia/riojavenatrix-lacustris-el-primer-dinosaurio-nombrado-en-la-rioja-es-un-espinosaurido-de-hasta-8-metros-de-longitud/ 

Borrego, Daniel (2022). Enciso, el pueblo español donde hay 1.400 huellas de dinosaurios. 20 minutos 05.11.2022. https://www.20minutos.es/viajes/destinos/enciso-pueblo-espanol-huellas-dinosaurios-la-rioja-5074015/

Colectivo. Brachiosaurus altithorax. Wikipedia:    https://es.wikipedia.org/wiki/Brachiosaurus_altithorax#/media/Archivo:Brachiosaurus_model_at_Valdecevillo_Enciso.jpg

Colectivo. Dinosaurios a la riojana. Unidad Didáctica, 2º y 3er ciclo de Educación Primaria. Gobierno de La Rioja: https://dinosauriosdelarioja.com/wp-content/uploads/2022/09/Dinosaurios-a-la-riojana-4.pdf 

Las 'Huellas de Enciso', tierra de dinosaurios, protagonizan el cupón de la ONCE para el sorteo del 18 de enero. Europa Press. 11/01/2025 :   https://www.europapress.es/la-rioja/noticia-huellas-enciso-tierra-dinosaurios-protagonizan-cupon-once-sorteo-18-enero-20250111113059.html

Pascual, Ernesto  (2025). El cupón de la ONCE, dedicado a las icnitas. La Rioja, 11/01/2025: https://www.larioja.com/comarcas/cupon-once-dedicado-icnitas-20250111092922-nt.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.larioja.com%2Fcomarcas%2Fcupon-once-dedicado-icnitas-20250111092922-nt.html

Vera Pérez, Mireia (2024). Este pueblo riojano tiene más huellas de dinosaurios que habitantes. National Geographic, 30/01/2024.  https://viajes.nationalgeographic.com.es/a/este-pueblo-riojano-tiene-mas-huellas-dinosaurios-que-habitantes_20060