Introducción
Ciertos tipos de fósiles por un conjunto de causas diversas, como podía ser su forma particular, semejante a ciertos órganos u objetos diabólicos, su coloración negra o tonalidad muy oscura, las características lúgubres o cavernarias del lugar en el que podían observarse o la existencia de ciertas leyendas populares que asociaban el lugar del yacimiento a la entrada del Infierno, residencia del Diablo, celebración de akelarres, etc., antiguamente, se relacionaron con determinados personajes propios del mundo diabólico o de su entorno.Determinadas "piedras" o "petrificaciones" se vincularon con los seres más negativos y peligrosos del inframundo: el Diablo, el Demonio, Satanás o sus servidores los demonios, en determinados contextos socio-culturales populares, del mundo católicos, preferentemente en entornos rurales. También se relacionaron con los grupos humanos enemigos tradicionales de la religión cristiana, de la iglesia católica y de sus seguidores, como fue el caso de los judíos, los moros, los herejes y las brujas. Además, algunos animales salvajes o domésticos también formarían parte de este grupo de seres diabólicos, debido a su nocturnidad, su color muy oscuro o negro, su mordedura venenosa, vivir bajo tierra o estar considerados animales domésticos de las brujas, etc.
Restos óseos, fósiles, del pie de un bovino pleistoceno, quizás fueron considerados y usados como una reliquia satánica, en un ritual eclesiástico católico en Cuenca, desde la Edad Media hasta el siglo XIX (1)
La Pezuña de Satanás conservada en la iglesia de las Angustias, en Cuenca (Castilla-La Mancha) (1)
La Pezuña de Satanás conservada en la iglesia de las Angustias, en Cuenca (Castilla-La Mancha) (1)
Se tuvo conocimiento de la posible existencia de una supuesta pezuña satánica, en 2007, en el transcurso de una búsqueda rutinaria de información etnopaleontológica, centrada en torno a aquellos fósiles que pudieran haber sido relacionados con el Diablo por la imaginación popular ibérica. Se conoció cuando se halló un artículo firmado por Rafael Fraguas de Pablo, periodista y sociólogo madrileño, había sido publicado el 6 marzo 2003 en el diario El País. Se titulaba Reliquias o fósiles, dilema de un gran paleontólogo. Puede consultarse su contenido íntegro en el siguiente enlace: https://elpais.com/diario/2003/03/06/madrid/1046953470_850215.html
El dios griego Pan, deidad silvestre y alocada, hijo de Hermes y Dríope, mitad superior hombre y mitad inferior cabra, en ciertas épocas y lugares, sirvió de inspiración para representar la figura del Diablo.
Imagen: Etimologías: https://twitter.com/EtimosDirectos/status/1238027031985733637
El texto de aquel artículo recogía el contenido de una tertulia-homenaje celebrada a finales del 2002, en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid, organizada por la Comunidad de Madrid, con motivo de la jubilación como director de MNCN, del profesor Emiliano Aguirre, a los 75 años. El acto contó con la participación de varios reconocidos arqueólogos y paleontólogos, antiguos discípulos suyos que glosaron diferentes episodios anecdóticos de la vida profesional del maestro. Finalmente intervino el profesor Aguirre para relatar diversas anécdotas de tipo religioso-paleontológico, vividas por él y protagonizadas por ciertos huesos fósiles de vertebrados que, en el ámbito de la religiosidad popular española, habían sido interpretados, equivocadamente, cómo auténticas "reliquias" de santos. Tales restos fósiles animales habían sido considerados, recogidos, certificados, utilizados y conservados cómo auténticos vestigios humanos, correspondientes al cuerpo de santos, para su veneración pública como reliquias sagradas, estando conservados en los relicarios de diversos santuarios, en diferentes lugares del centro de España.
El fragmento del artículo periodístico alusivo a la pezuña satánica conquense, firmado por Rafael Fraguas de Pablo, decía así:
“Los relicarios españoles contienen enorme variedad de
restos. En una ermita de Cuenca se venera una llamada Pezuña de Satanás que,
según algunos testimonios, bien pudiera tratarse de uno de esos fósiles del
Pleistoceno [bóvidos ibéricos prehistóricos?], confundidos por la superstición de siglos, con la extremidad del
auténtico diablo.” El resaltado en negrilla del texto original es nuestro.
Ilustración de un libro antiguo en el que se ha representado al Diablo con una apariencia horrenda y terrorífica. En lugar de pies humanos luce pezuñas hendidas. El Papa Silvestre II y el Diablo, ilustración del Cod. Pal. germ. 137, Folio 216v Martinus Oppaviensis, Chronicon pontificum et imperatorum.
Imagen: Ancient origins
https://www.ancient-origins.es/fen%C3%B3menos-inexplicables/pezu%C3%B1as-diablo-sobre-la-nieve-002796
Contactado un amigo común (José Luis Sanz),convenientemente informado del motivo y la necesidad de comunicarme con el Dr. Emiliano Aguirre, me facilitó el correo personal del profesor Aguirre, para que pudiera preguntarle sobre el asunto de la pezuña satánica conquense. El profesor Aguirre, respecto de este párrafo concreto del artículo periodístico, confesó desconocer el caso, por completo, y me remitió como fuente de información al autor firmante del articulo (Rafael Fraguas de Pablo). Desgraciadamente, para el esclarecimiento científico del caso y el progreso fácil y rápido de esta investigación personal, ninguno de los
diversos correos que fueron enviados a nombre del autor, a la redacción del diario El País, del que es miembro fundador y redactor vitalicio, han recibido
contestación alguna de su parte. El destinatario sabría los motivos de su silencio como respuesta. Me temo que a parte de la falta de tiempo y de empatía, pudo ser la inconsistencia de sus fuentes...
Por tanto, tuvo que recurrirse al paciente y lento rastreo en Internet. Tras varias jornadas de rastreo internetero y muchas horas de búsqueda, al fin pudo hallarse una muy escasísima y superficial información, merecedora de confianza, relacionada con el objeto satánico, motivo de nuestro interés. De todas las escasísimas referencias a la pezuña satánica conquense, el documento que aportó más información fue el libro de Jesús Torbado, "El Peregrino" (1993), Premio Ateneo de Sevilla. Se trata de una excelente novela histórica que trata sobre la vida de pillos y peregrinos en el camino de Santiago, en la época de la Edad Media, en torno a los años centrales del siglo XI. También trata sobre el tráfico y falsificación de reliquias, su uso económico en los monasterios y santuarios, así como la veneración supersticiosa que suscitaban en el pueblo llano y desesperado, acuciado por multitud de problemas y temores.
Desgraciadamente para nuestras necesidades de información paleontológica concreta, en el caso de la pezuña de Satanás de Cuenca, en el texto se hace referencia a su existencia y a los rituales realizados, pero sin aportar excesivos detalles, significativos, sobre la procedencia geográfica y las características físicas del miembro bovino o caprino usado en el ritual eclesiástico descrito en el libro.
El texto alusivo escrito por J. Torbado, tras un párrafos contextual, previos, uno de los protagonistas de la novela dice:
"-¿Reliquias falsas? -gritó Iscam [cristiano mozárabe, coprotagonista]. Se quitó el sombrero, que llevaba encajado encima del turbante, y golpeó con él la grupa de su mula- ¿Porqué han de ser falsas nuestras reliquias? ¿Por qué más falsas que las demás? Desconoces el verdadero misterio de la fe y sus grandes beneficios, hermano Martín [Martin de Châtillon, cristiano francés, protagonista]. No importa que las cosas sean como realmente son, imaginando que de verdad sean de una manera precisa, sino que los hombres crean en ellas: para amarlas o para despreciarlas, eso es lo mismo. Necesitan reliquias para curarse, para salvarse, para moverse, para morirse... Ninguna iglesia o altar sagrado puede construirse, sino sobre una santa reliquia; ninguna abadía puede sobrevivir sin tantas otras que atraigan a fieles y sus donativos."
"Sin duda que tu nunca has visto al diablo, como tampoco yo lo he visto, pero los dos lo tememos y procuramos vivir lejos de el. En una pequeña iglesia de la ciudad de Cuenca, ya en la frontera con el reino de Toledo, guardan los mozárabes una pezuña de Satanás; la gente le tiene tanta veneración como los sevillanos al corazón de San Isidoro. Yo pude verla: me pareció la pezuña de una cabra, pero servía para apartar del pecado a cuantos escupían sobre ella. Ahí tienes una creencia que provoca la salvación." [El resalte, en negrilla, del texto original alusivo a la reliquia satánica es nuestro]
Aspecto de cuatro pies de cabra doméstica, limpios, deshidratados y secos, más o menos depilados, para ser consumidos por mascotas carnívoras (perros). Tal vez la apariencia de la reliquia satánica conquense no era muy distinta a la de estos ejemplares de casquería canina.
Imagen: La Leonera Pet Shop
https://laleonerapetshop.com/products/pata-de-cabra
Como la información hallada no formaba parte de un documento histórico sino de un relato incluido en la trama de una novela histórica, muy bien documentada por su autor, quien esto escribe no sabía cuánto de verdad y cuánto de ficción o de imaginación literaria había en el episodio del ritual satánico de la narración, que podía relatar unos hechos supuestamente históricos o posiblemente imaginados. Por lo tanto se decidió escribirle al autor para que informara sobre la veracidad documental o la invención de aquel ritual tan particular y, si le fuera posible, informara de cuáles habían sido las fuentes históricas consultadas. Desafortunadamente, tampoco en esta segunda ocasión obtuve respuesta a mis correos electrónicos, en demanda de información sobre las fuentes. El destinatario sabría los motivos de su silencio como respuesta. Me temo que los mismos del caso anterior.
En relación al asunto de la pezuña satánica María Isabel Toro Pascua escribe:
“...en Cuenca, la ermita de Nuestra Señora de las Angustias guarda entre sus bienes más preciados una pezuña petrificada del diablo”
Aspecto de la parte inferior del esqueleto de una pata de bisonte estepario (Bison priscus). Objeto que también podría presentarse ante un público ignorante, crédulo y supersticioso como una auténtica canilla, un verdadero pie o la pezuña del Diablo.
Imagen: Etsy. https://www.etsy.com/listing/1130678557/front-leg-bison-priscus-steppes
Como en las dos ocasiones anteriores, en esta tercera, tampoco hubo respuesta por parte de la persona interpelada, sobre los mismos puntos motivo de mi interés. Me temo que sus motivos fueron los mismos los de los casos anteriores.
Conclusión, hipotética y provisional
De la breve información aportada por Rafael Fraguas (2003) se obtienen escasos detalles sobre el objeto motivo de nuestro interés, pero "menos da una piedra" a quien no sea geólog@. Nos informa sobre la localidad de ubicación, pero no sobre el templo depositario, sobre la apariencia de pezuña y nombre popular del objeto, del que algunos testimonios (¿directos o indirectos? y no identificados ni cualificados), la identificaron como una posible reliquia fósil de un bóvido prehistórico pleistoceno que antiguamente fue confundida con una "extremidad" autentica del Diablo.
De la información aportada por el texto de la novela de Jesús Torbado (1993), se obtienen algunos detalles muy interesantes, pero de fiabilidad histórica cuestionable, sobre el objeto motivo de nuestro interés, tales como la localidad y el lugar impreciso en que recibe veneración negativa, que su apariencia y tamaño, es el de una pezuña de cabra, es decir que podría ser un resto óseo fósil perteneciente a algún género de cáprido prehistórico. Este detalle contradice la información aportada por Fraguas quien dice que según la opinión de ciertos testimonios, procedería de un bóvido. Se menciona muy escuetamente que era centro de atención y objeto de un culto popular despreciativo, por medio de un ritual religioso, de tipo ofensivo e injuriante.
De la brevísima información aportada por María Isabel Toro (2001) se obtienen escasos detalles sobre el objeto motivo de nuestro interés, como la ubicación precisa, la localidad y el edificio religioso depositario, la forma de pezuña y el estado de petrificado o la naturaleza pétrea.
Durante largos años (2007-2024) el escribiente se mantuvo vigilante, a la espera de que algún otro investigador o investigadora que hubiese tenido interés por el intrigante objeto sobre el que trata esta entrada, publicasen alguna información nueva y útil sobre la pezuña satánica conquense. Confiando que pudiera aportar un poco más de luz sobre el misterio, pero los años han ido pasando y, desgraciadamente, nada nuevo, consultable por Internet, parece haber salido publicado.
Como quien esto escribe, durante los largos años de búsqueda y espera, nunca ha podido hallar nueva información, con visos históricos mínimamente confiables, y la muy escasa hallada, no era suficientemente detallada ni totalmente fiable, pues en ningún caso se citaban sus fuentes. ha tenido que recurrir a la creatividad mental, para llenar la enorme laguna de datos documentales ausentes. Por tanto, ha tenido que elaborar algunas elucubraciones hipotéticas, más o menos razonables, pero inciertas, puesto que tales suposiciones razonables, solamente imaginadas, no han podido ser contrastadas con la realidad material de un objeto o de su imagen gráfica, ni con ningún documento fiable o autorizado que la describa con detalle.
Detalle de la imagen anterior, mostrando la parte terminal de la pata de bisonte estepario (Bison priscus). Objeto que también podría haber sido presentado como un pie o pezuña del Diablo, ante un público ignorante, crédulo y supersticioso.
Imagen: Etsy. https://www.etsy.com/listing/1130678557/front-leg-bison-priscus-steppes
En el caso hipotético de que, realmente, hubiera existido la pezuña satánica conquense, y que también hubiera existido el supuesto ritual religioso asociado a ella, iniciado durante la Edad Media y mantenido durante el Renacimiento y el Barroco, es bastante probable que durante el siglo XVIII algún obispo más o menos ilustrado y mínimamente racionalista, una vez informado de la existencia del bizarro objeto y del supersticioso ritual religioso popular, asociado a ella, hubiera impuesto la retirada de la presunta reliquia satánica y el abandono del supersticioso ritual popular. Se puede suponer que con la prudente retirada o ocultación del bizarro objeto, al quedar arrinconado en el desván o el sótano de la iglesia, durante el siglo XVIII, en compañía de otros objetos eclesiásticos obsoletos e inútiles, progresivamente, habría ido decayendo el recuerdo de la existencia de la reliquia diabólica y del ritual religioso asociado, hasta que que en el s. XX, finalmente, su existencia ya habría sido olvidada completamente. Puesto que no se ha hallado ni una sola referencia en prensa histórica de los dos siglos anteriores, a excepción de la mencionada aquí.
En octubre de 2021, el mismo asunto de la pezuña diabólica de Cuenca vuelve a aparecer mencionado de nuevo en prensa digital, por Rafael Fraguas de Pablo, en el artículo titulado "Muere Emiliano Aguirre, descubridor de Atapuerca y paladín del evolucionismo", publicado el 17 de octubre de 2021, por El Obrero. El escrito reproduce literalmente buena parte del texto publicado por el mismo autor, en diario El País, 18 años atrás.
Puede consultarse íntegramente en el siguiente enlace: https://elobrero.es/historalia/75994-muere-emiliano-aguirre-descubridor-de-atapuerca-y-paladin-del-evolucionismo.html
Petición de colaboración ciudadana
Dada la precariedad de datos disponibles, relacionados con el tema central de la entrada de hoy, nos vemos en la necesidad de hacer un llamamiento a la solidaridad de l@s lectores del blog que puedan disponer de alguna información útil.
2- ¿Sabe alguien si existió, realmente, el presunto ritual popular de oprobiosos escupitajos, sobre un objeto diabólico en la mencionada iglesia de Cuenca, como una forma de manifestación pública de desprecio a las tentaciones del Diablo? ¿Y si fue aplicado a la denominada "Pezuña
de Satanás" de Las Angustias, coincidiendo, poco o mucho, con el ritual que describió, muy brevemente, Jesús Torbado en su novela?
3- ¿Sabe algún paleontólogo local o regional, cuál podría ser la identificación, más probable, del género o de la
especie de bóvido pleistoceno que podría haber aportado los restos óseos, de su pie, necesarios para la identificación confusa y creación de de la reliquia diabólica de Cuenca? ¿Existen indicios fiables o datos confirmados que puedan apuntar a que la mencionada pezuña satánica, en realidad, pudiera tratarse de un resto óseo procedente de una extremidad de Bos? (primigenius?) o de Bison? (priscus?).
4- ¿Por casualidad algun@ de l@s lectores/as de esta entrada dispone de información o datos fidedignos procedentes de fuentes orales o documentales, sobre otros casos ibéricos semejantes, relacionados con la existencia de pezuñas, cuernos, colmillos, dedos, ojos, etc. del Diablo? Le estaríamos enormemente agradecidos si esa persona quisiera compartir esa información con nosotros, para ser difundida por este mismo canal.
Fuentes
-Anónimo. Diablo. Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Diablo
- Fraguas de Pablo, Rafael (2003). "Reliquias o fósiles, dilema de un gran paleontólogo". El País. 6 marzo 2003. https://elpais.com/diario/2003/03/06/madrid/1046953470_850215.html
- Fraguas de Pablo, Rafael (2021). "Muere Emiliano Aguirre, descubridor de Atapuerca y paladín del evolucionismo", El Obrero, 17 de octubre de 2021: https://elobrero.es/historalia/75994-muere-emiliano-aguirre-descubridor-de-atapuerca-y-paladin-del-evolucionismo.html
- Torbado Carro, Jesús (1993). El Peregrino. Planeta. Barcelona.
- Toro Pascua, María Isabel (2001). "Las falsas reliquias en la literatura española del Siglo de Oro: a propósito de la polémica erasmista", Revista de História da Espiritualidade e do Sentimento Religioso. Via spiritus, 8. pp. 219-254 (http://ler.letras.up.pt/uploads/ficheiros/3497.pdf).
- Toro Pascua, María Isabel (2001). "Las falsas reliquias en la literatura española del Siglo de Oro: a propósito de la polémica erasmista", Revista de História da Espiritualidade e do Sentimento Religioso. Via spiritus, 8. pp. 219-254 (http://ler.letras.up.pt/uploads/ficheiros/3497.pdf).
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