viernes, junio 3

El Registro fósil ibérico en la Loterofilia española (8)

 por Heraclio ASTUDILLO-POMBO. Universitat de Lleida

El hacha de mano bifaz del “Hombre de Heidelburgo” y otros fósiles de Cueva Negra de la Encarnación, en Caravaca de la Cruz (Murcia) 



El hacha bifaz achelense y la Cueva Negra de La Encarnación de Caravaca, protagonistas en 10 millones de décimos de Lotería Nacional, en julio de 2015

El útil prehistórico que protagoniza el décimo de lotería fue encontrado en la campaña de excavaciones del verano del año 2003 en el yacimiento pleistoceno de Cueva Negra, en el Estrecho del Río Quípar, situado en la zona de la ermita de La Encarnación de Caravaca de la Cruz (Murcia). Es un hacha de mano tallada por sus dos caras. En el caso del utensilio de Cueva Negra, la pieza consiste en un canto de caliza de forma aplanada que fue tallado mediante una treintena de extracciones de fragmentos, mediante percusión experta, y que aún conserva algo del córtex original. Esta pieza arqueológica de Cueva Negra está datada por biocronología y paleomagnetismo, atribuyéndole entre 780.000 y 900.000 años de antigüedad.


Aspecto del logo actual de la Asociación Murciana para el Estudio de la Paleoantropología y el Cuaternario. El protagonismo del bifaz de Cueva Negra en el emblema corporativo, da una idea de su valor arqueológico y paleoantropológico. 
Imagen: mupantquat.com
 
La Presidenta de Loterías y Apuestas del Estado, Inmaculada García Martínez, la Consejera en funciones de Agricultura y Agua de la Región de Murcia, Adela Martínez-Cachá y el Alcalde de Caravaca de la Cruz, José Moreno, se desplazaron el 3 de julio de 2015 hasta el yacimiento prehistórico Cueva Negra de la Encarnación de Caravaca de la Cruz (Murcia), para presentar "in situ", a los medios de comunicación, la viñeta del décimo del Sorteo de Lotería Nacional que debería realizarse el sábado 11 de julio. El nuevo décimo estaba dedicada al importante hallazgo arqueológico y paleoantropológico de una antigua hacha de mano, bifacial, realizada hace entre 780.000 y 900.000, por un humano antiguo, que fue antecesor de la especie Homo neanderthalensis

De Izquierda a derecha, Adela Martínez Cachá, Jose Moreno, Inmaculada García Martínez y Michael J. Walker, en la presentación "in situ" del décimo de lotería conmemorativo, impreso para el sorteo del sábado11 de julio de 2015.
Imagen: 

La presentación tuvo lugar justo al día siguiente del inicio de la XXVI campaña de excavaciones, que está coordinada por la Asociación Murciana de para el Estudio de la Paleontología y el Cuaternario (Mupantquat), bajo la dirección de Michael J. Walker,  paleoantropólogo y profesor emérito de la Universidad de Murcia, Mariano López Martínez, arqueólogo y paleoantropólogo y María Haber Uriarte,  paleoantropóloga y arqueóloga

Aspecto del décimo  del Sorteo de Lotería Nacional del sábado 11 de julio de 2015, mostrando un artefacto lítico elaborado por un homínido hace entre y años.
Imagen: Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado

Dado que aquel Sorteo protagonizado por el hacha de mano bifacial hallada en la Cueva Negra del Estrecho del Río Quípar puso a la venta 10 millones de décimos, distribuidos por  las administraciones de lotería de toda España, el hallazgo arqueológico murciano y el nombre de la cueva donde fue hallado llegaría al conocimiento de millones de personas de todos los rincones de España. 
La viñeta del décimo de aquel Sorteo de Lotería Nacional llevaba la siguiente leyenda: ‘Hacha de mano, hallazgo arqueológico Cueva Negra de la Encarnación de Caravaca de la Cruz (Murcia), 780-900.000 años’.


La Cueva Negra del Estrecho del Río Quípar

La Cueva Negra del Estrecho del Río Quípar, en Múrcia, es un amplio abrigo rocoso en el altiplano del noroeste de la Región murciana. El abrigo se abre hacia el norte y está a 780 metros sobre el nivel del mar y a 40 metros sobre el cauce del Río Quípar, cuyas aguas fluyen en dirección norte, en esta garganta geográfica. El Quípar es un afluente del Río Segura, que desemboca en el Mar Mediterráneo. 
El abrigo contiene capas de sedimentos cuyo contenido arqueológico llamó la atención de los arqueólogos, que en 1981 lo exploraron y hallaron algunos utensilios sencillos elaborados sobre lascas de piedra, además de algunos huesos de animales, incluso los de especies prehistóricas extintas.


Localización de la Cueva Negra del Estrecho del Río Quípar, según diferentes sistemas 
y escalas de representación 

En 1986 Miguel San Nicolás del Toro, uno de los arqueólogos que descubrieron el yacimiento, enseñó el sitio a Michael Walker que sugirió que podría pertenecer al ultimo período glacial y, en tal caso, de una antigüedad de cincuenta mil años. Ahora después de veinte años de excavaciones se sabe que el deposito de restos antropológicos es mucho más antiguo. En 1990 se iniciaron las campañas anuales de excavación que investigaron  sistemáticamente los sedimentos del piso de la cueva que contienen restos paleoantropológicos. Se ha podido descubrir que tienen más de medio millón de años y, por tanto, una importancia arqueológica y paleoantropológica muy grandes.


El bifaz achelense de Cueva Negra 

El útil prehistórico, motivo de gran interés arqueológico, representado gráficamente en el billete de Lotería para el sorteo del 11 de julio de 2015 , fue encontrado en el año 2003, en los niveles de sedimentos del Pleistoceno, existentes en el yacimiento de Cueva Negra del Estrecho del Río Quípar, cavidad situada en la zona denominada de La Encarnación (alrededores de la ermita del mismo nombre), en el territorio del municipio de Caravaca de la Cruz. 
Un bifaz de estilo achelense es un hacha de mano, es decir para ser usada sin mango, tallada por sus dos caras. En el caso del utensilio de Cueva Negra, la pieza consiste en un canto de caliza de forma aplanada que fue tallado mediante una treintena de extracciones y que aún conserva algo de córtex. 

Aspecto del hacha bifacial, elaborada con técnica achelense, vista por sus dos caras. Debajo un dibujo esquemático de lo anterior, en el que se ha añadido una vista lateral del artefacto. Cortesía de Mariano López
Imagen: Nutcracker Man

La pieza de Cueva Negra está datada por biocronología y paleomagnetismo entre hace 780.000 y 900.000 años de antigüedad. Con una antigüedad similar se han encontrado bifaces, también, en Israel. 
Por su parte, el yacimiento de la Cueva Negra tiene entre 900.000 y 800.000 años de antigüedad, que corresponde al final del Pleistoceno Antiguo o Inferior. Habiéndose hallado, además de los restos arqueológicos paleolíticos, abundantes restos fósiles de animales prehistóricos y algunos dientes humanos, correspondientes a la especie humana denominada “Hombre de Heidelburgo” u “Homo heidelbergensis”. 
Este yacimiento caravaqueño se encuadra entre los 5 yacimiento más antiguos de la península Ibérica con restos del hombre fósil.


La vida en el entorno de la Encarnación
hace 900.000 años
 
Imaginar visualmente el entorno en que vivieron los hábiles talladores de Cueva Negra es un privilegio que debemos al estudio del polen fósil llevado a cabo por el Doctor José Carrión de la Universidad de Murcia, así como a los numerosos trabajos realizados sobre la fauna fósil del yacimiento, con las notables colaboraciones de los Doctores Antonio Ruiz Bustos de la Universidad de Granada, Xabier Murélaga de la Universidad del Pais Vasco, Anne Eastham de la Universidad de Gales, o el Doctor Jan Van der Mader del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, entre muchos otros. 


Flora y vegetación

El polen fósil presente en el sedimento se corresponde con un ambiente más húmedo que el actual 13 . La cueva estaba rodeada de frondosos bosques, con predominio de especies de Quercus, quejigo o la encina, entre otros árboles de
magnífico porte como el arce, el tejo e incluso el haya, y valiosos recursos nutritivos como el avellano, madroño, pino piñonero y probablemente almez. Un exuberante ecosistema similar, aunque más húmedo, al que aún en fechas históricas reinaba en el monte mediterráneo, y del
que apenas se preservan pequeñas islas en el sureste ibérico con algún ejemplar centenario que nos recuerda el esplendor de antaño. 
Se han identificado también especies de ambientes cálidos como el lentisco, la jara y el acebuche, otras de ribera como sauce, junco y abedul, y algunas como el enebro, la efedra o la artemisa que indican la presencia de espacios frescos y abiertos en el altiplano y la sierra. 


Fauna

Los restos de fauna prehistórica, incluidos en los sedimentos cavernarios ha permitido identificar la fauna existente en aquel lugar, en aquella época lejana y también una parte de la dieta y de los hábitos alimentarios de sus ocupantes humanos.

La excepcional diversidad de fauna aviar identificada entre los fósiles de Cueva Negra, posiblemente la mayor encontrada en un yacimiento paleolítico de esta antigüedad, nos aporta valiosa información que confirma la presencia de diversos biotopos y paisajes en la zona.
Además de aves típicas de bosques como el arrendajo, (ávido consumidor de bellotas), de prados y estepas como el busardo moro, de zonas rocosas como el roquero rojo, o de  sotobosque como la perdiz roja, encontramos numerosas especies de hábitats acuáticos, entre ellas varios tipos de ánade, porrón, cerceta, todos ellos patos buceadores, focha, agachadiza común e incluso zancudas que requieren de requieren de aguas profundas como el
correlimos y el andarríos. De hecho, la entrada de la cueva debió estar cerca de la orilla de un lago o un gran río, pues el tipo de grano de su sedimento es característico de la deposición en aguas mansas, 

La fauna de vertebrados de mediano o gran tamaño está formada por mamíferos, los de mayores dimensiones son: Macaca cf. sylvanus (macaco), Crocuta -quizas Pachycrocuta- sp. (hiena), Ursus sp. (oso), Canis cf. mosbachensis (un precursor del lobo), Canidae indet., Felis (Lynx) cf. lynx (lince), Stephanorhinus cf. etruscus (un rinoceronte), Equus cf. sussenbornensis (un caballo extinto), Elephantidae indet., Bison sp. (bisonte), Bos primigenius (uro), Capra cf. ibex (cabra montesa hispánica), Megaceroides (Megaceros /Megaloceros) sp. (un ciervo gigante extinto), Cervus cf. elaphus (ciervo comun), Dama cf. nestii vallonetensis (un gamo extinto), Cervidae indet., Sus scrofa (jabalí). 

Se han hallado restos de cuatro rinocerontes, entre ellos un cráneo de un animal joven, con tres piezas pétreas paleolíticas incrustadas y también un diente canino humano. 
Un gran fragmento de la cornamenta adherida al hueso frontal craneano, corresponde al ciervo gigante Megaceroides; el hallazgo de este fragmento y de otros fragmentos de Cervus elaphus implicarían la utilización humana del lugar durante las estaciones mas frías del año, antes de que los machos pierdan las astas al llegar la primavera. 
La escasez de restos de carnívoros grandes (una mandíbula de hiénido pequeño; un diente de oso) implicaría al Hombre como el responsable de haber transportado los restos de varios herbívoros grandes hasta el interior de la cueva. 
Los numerosísimos restos de los animales que han sido recuperados durante las diversas campañas de excavación demuestran que especies fueron la base de subsistencia de los cazadores y recolectores que habitaban la cueva, incluyendo desde grandes mamíferos, como rinocerontes, hasta otro pequeños como ratas de agua, peces, tortugas y aves acuáticas. Algunos elementos encontrados ofrecen marcas de cortes, efectuados por el hombre fósil y también de haber pasado por el fuego, señales que son indicios claros de la explotación de la Biodiversidad pretérita por el Hombre fósil. Además, la presencia de diversas especies de animales , ya extintas, resaltan la gran antigüedad del yacimiento murciano.


Los dientes del Hombre Fósil.  

El primer diente humano fósil del abrigo fue hallado en 1991, ya en la segunda campaña. Se trataba de un diente permanente inferior (incisivo lateral izquierdo). La corona esta tan desgastada que se ve el canal o “nervio” y se puede imaginar que el dueño debió sufrir dolor. El cuello del diente, entre corona y raíz, es muy ancho desde adelante hacia atrás. Tanto el desgaste de las coronas de las piezas anteriores, como la anchura del cuello son rasgos frecuentes y característicos en dientes del “Hombre de Neandertal” y del “Hombre de Heidelburgo” pero no en los humanos actuales. Aquel incisivo fue hallado en la parte de atrás del abrigo, en una tierra suelta y polvorienta de color gris, que recubría el sedimento del Pleistoceno, de color beige, más duro y compacto. La tierra suelta sin duda había sido arrojada al excavar un zulo al final de la Guerra Civil (1939) por guerrilleros del maquis, que fue cavado en el sedimento antiguo y también de silos excavados, unos pocos años después, para esconder almendras. Luego los pastores guardaron el rebaño en el interior del abrigo e hicieron un sencillo refugio afuera, adosado a inmensas rocas caídas de la visera de la entrada.  
El hallazgo del diente humano fósil incitó a los arqueólogos a tamizar toda la tierra suelta acumulada encima del sedimento antiguo del Pleistoceno, para descubrir su superficie entera en el interior del abrigo. Este proceso de recogida y tamizado de la tierra revuelta durante décadas anteriores, pero recientes, permitió la recuperación de otros dos dientes permanentes humanos -un incisivo lateral derecho superior y un primer premolar superior derecho- y diversos restos arqueológicos paleolíticos y paleontológicos, entre los que hay que destacar una vértebra de un elefántido joven. 
Los dientes humanos también muestran las dimensiones y el desgaste de las coronas que son tan característicos del Hombre Fósil.

Colección de dientes de Homo heidelbergensis
hallados en la Cueva Negra del Estrecho del Rıo Quıpar, en Caravaca (Múrcia) 
Imagen: Eubacteria, 24

Luego, la excavación sistemática del sedimento compacto del Pleistoceno de color beige proporcionó otros dientes humanos fósiles en situaciones que implican contextos antiguos intactos –un canino superior izquierdo, muy desgastado con exposición del “nervio”, un primer premolar inferior derecho y la raíz de un diente permanente anterior. 
Además, en 2006, fue excavado un fragmento óseo  que se asemejaba a la parte intermedia del humero humano. Otros fragmentos de huesos largos que en su día una vez evaluados fueron considerados como posiblemente humanos, tal vez pertenezcan a especies animales todavía sin determinar. El avance de la excavación es muy lento, en parte, debido a que cada verano,  en la época de las vacaciones universitarias, se excavan dos yacimientos, dedicando a cada uno tres semanas.


Fuentes

- Anónimo (2015). Presentado en Cueva Negra el décimo de la Lotería Nacional.  Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz
Anónimo (2015). La Cueva Negra de La Encarnación de Caravaca protagonista en 10 millones de décimos de Lotería NacionalSociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado. Dirección de Comunicación
- Walker, Michael J. ; López-Martínez, Mariano V. , Haber-Uriarte, María  et Al. (2012) Dossier Cueva Negra del Estrecho: El fuego más antiguo de Europa en La Encarnación. Orígenes y raíces, 0. Sociedad Murciana de Estudios Arqueológicos y Paleoantropológicos.
- Walker, M.J. et al. (2010). La Sima de las Palomas del Cabezo Gordo en Torre Pacheco y la Cueva Negra del Estrecho del Río Quípar en Caravaca de la Cruz: Dos ventanas sobre la vida y la muerte del hombre fósil en Murcia.  Eubacteria, 24- Univ. Múrcia. https://www.um.es/eubacteria/antropologia.pdf


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