lunes, diciembre 2

El registro fósil ibérico y el santoral católico, en la religiosidad popular de España y Portugal (19)

por Heraclio ASTUDILLO POMBO. Universitat de Lleida

Fósiles ibéricos relacionados, por la tradición popular española, con diversos santos y santas (9) 

Fósiles relacionados con santa Lucía de Siracusa, en Cataluña (Sexta y última parte)


Introducción
 
Con esta entrada se da por finalizado el capítulo dedicado a las diferentes interpretaciones y usos de diversas especies de nummulites, de algunos otros macroforaminíferos emparentados y de opérculos fósiles o contemporáneos de Astrea o Boma, relacionados en Cataluña con santa Lucía de Siracusa.

Los "ojos de santa Lucía, de caballo"  

Este tipo de "piedrecillas"prodigiosas, son citadas por J. Amades en una publicación de 1951, titulada "Piedras de virtud", en la que especifica que "Los "ojos de santa Lucía, de caballo" son usados para curar caballos y otros animales mayores. A estas piedrecitas antes de utilizarlas, se las bendice y se las sumergen en agua bendita"
No especifica quién y cómo las bendice, ni cuándo y cómo se sumergen en agua bendita. Hay que suponer que tal acción podría realizarse, muy discretamente, sumergiendo las piedrecillas prodigiosas en el agua bendita de las piletas aguabenditeras, que hay en el interior de todas las iglesias, junto a las puertas de acceso, cuando se mojaban los dedos para hacer la señal de la cruz. Para quienes vivían en el campo, sin ermitas cercanas con ermitaño responsable del mantenimiento, quizás la potenciación de la virtud terapéutica se conseguía remojando en el agua bendita que se guardaba en casa, en una botellita, que el párroco había repartido en la iglesia parroquial, con motivo de la celebración de alguna efeméride religiosa en ciertos días especiales. Esta dádiva eclesiástica era realizada con la finalidad que los fieles la pudieran usar a voluntad, con diversos fines protectores ya fueran terapéuticos o exorcistas.

Los caballos, era uno de los varios tipos de animales domésticos de mayor tamaño y de mayor aprecio humano, debido a los valiosos servicios que prestaban. Debido a su alta valoración social y utilidad fueron puestos bajo la protección de santa Lucía. Fotografía original de 
Wolfgang Claussen
Imagen: pixabay 

En el año 2003, se produjo un hecho casual que vino a confirmar la veracidad del nombre y uso popular recogidos y publicados por Joan Amades en 1951. Cierto día, al acabar una de mis clases, en la Facultad de Ciencias de la Educación, una alumna me estaba esperando en la puerta del despacho. Tenía concertada una tutoría, para asesorarse en el desarrollo de su trabajo de etnología naturalista. Era natural de un pueblo de la comarca del Plà d'Urgell, en la provincia de Lleida, su área de investigación era una parte de su comarca natal, centrada en las localidades de los alrededores de su pueblo. En un momento dado de la tutoría, sacó del bolso y me mostró dos cajitas pequeñas de cartón, del tipo que se usaban antiguamente, en las joyerías, para contener y exponer anillos o pendientes. Me dijo que en ellas guardaba unas piedrecitas curativas de los ojos que le había prestado su abuela, para que yo pudiera verlas personalmente. Su abuela era de familia campesina y ganadera y las llamaba "ulls de santa Llúcia". Cuando abrió las dos cajitas para mostrarme su contenido, pude ver y reconocer que en una había varios nummulites de tamaño modesto, de 1-1,5 cm de diámetro, mientras que en la otra había un único nummulites de mayor tamaño, de 2-2,5 cm. de diámetro. 
Me comentó que su abuela la había informado que los numulites pequeños se usaban para dar masajes en los párpados humanos, con la finalidad de ayudar a aclarar la vista turbia (cataratas), curar conjuntivitis, eliminar orzuelos o ayudar a expulsar rápidamente las molestas motas que pudieran haberse metido dentro, accidentalmente. 
En cambio el nummulite de mayor tamaño, al que su abuela llamaba "ull de santa Llúcia de cavall", antiguamente, servía para tratar problemas visuales o oculares semejantes, pero se aplicaba sobre los párpados de grandes animales domésticos, tales como caballos, asnos o mulas y también en bueyes o vacas, cuando sus propietarios percibían deficiencias visuales o lesiones oculares. 

Aspecto de varios nummulites de diferentes tamaños, la moneda de la derecha sirve como referencia del tamaño relativo. Recorte de imagen capturada
Imagen: Todo Colección:  https://www.todocoleccion.net/coleccionismo-fosiles/lucamela-nummulites-sueltos~x423366514

Aquella alumna no supo indicarme cuál había sido la forma de obtención de aquellos nummulites utilitarios, ni cuál era su lugar de procedencia geográfica. Motivos por los que le encargué que le preguntase a su abuela sobre estas dos cuestiones. Desgraciadamente, no pudo satisfacer mi interés etnopaleontológico, sobre ambos 
aspectos, ya que su abuela solo le pudo informar que desconocía ambas cuestiones, puesto que aquellos objetos eran un antiguo patrimonio y legado familiar que había ido pasando de una generación a la siguiente, desde hacía muchos años.


Los numulites imaginados o transportados del Santuario de Santa María de Refet, en Seró, La Noguera, Lleida 

En su lista de 20 santuarios catalanes relacionados con el culto a santa Lucía de Siracusa, en los que se mantenían ciertas costumbres populares supersticiosas, relacionadas con unos fósiles a los que J. Amades denominaba "fósiles numulítidos", aparecía citada la ermita de Santa María de "Rafet" [el nombre correcto del lugar es Refet], situada en el término de Seró que es un núcleo agregado al municipio de Artesa de Segre, en la comarca de La Noguera, en la provincia de Lleida (Cataluña).
J. Amades decía en sus escritos que en ese lugar  había una capilla consagrada al culto de la santa protectora de la vista. En realidad la ermita siempre ha estado consagrada a Santa María mientras que la santa siracusana, protectora de la vista, solamente disponía de una pequeña capilla lateral. 

Aspecto de la réplica moderna de la antigua imagen de la Mare de Déu de Refet, patrona del santuario, expuesta en el museo del monasterio de Refet. Virgen sedente con niño sentado en sus rodillas y en acción de bendecir a los fieles, devotos. Por el estilo y material, parece tratarse de una talla románica, en madera, de finales del s. XII o principios del s. XIII, por lo que la primitiva ermita que patrocinaba debió comenzar a existir por esa misma época, tras haber sido expulsados de ese territorio los invasores musulmanes y repoblado con cristianos. Fotografía original de Angela Llop
Imagen: Flickr, https://www.flickr.com/photos/angela_llop/

Bastantes años más tarde, en 2002, dos médicos leridanos, padre e hijo, Manuel Camps Surroca y Manuel Camps Clemente, estudiosos aficionados de la arqueología y de la medicina popular, publicaron un artículo titulado "Origen prehistòric d’alguns santuaris invocats en les malalties de la vista". Aquel escrito contenía el siguiente párrafo:
No es menos antigua la tradición curandera que, para los enfermos de la vista, tenía la imagen de Santa Lucía, venerada, como hemos dicho, en una capilla de la misma ermita. Su antigüedad se deduce de los muchos nummulites que se han encontrado en su entorno, llamados por el pueblo “ojos de Santa Lucía”, entre otros elementos líticos prehistóricos. Se les consideraba con virtudes mágicas para aclarar y curar la vista y sobre todo para sacar las brozas de los ojos." 
Del escrito de los dos galenos ilerdenses se puede deducir que consideraban a los fósiles como objetos de origen geológico que habían sido transportados al lugar por los habitantes o transeúntes de la zona, desde tiempos prehistóricos, con finalidades mágico-curativas o votivas, desde otros lugares lejanos donde los habían recolectado. Por tanto serían fósiles extraños al lugar en el que yacen, es decir alóctonos, puesto que no pertenecen al lugar en el que se encuentran. 
En el caso de existir los citados nummulites votivos en algún lugar del entorno comarcal del santuario mariano de Refet, no serían fósiles de origen local, puesto que el terreno del  santuario de Refet, y el de mucho más allá, es de edad oligocena y, además, se trata de sedimentos de origen continental. De existir tales nummulites votivos en el entorno inmediato del santuario, deberían haber sido transportados por agentes naturales como corrientes de agua o por agentes humanos, como peregrinos, que los habrían extraído y transportado desde sus yacimientos naturales originales hasta el santuario, donde habría existido un santuario consagrado al culto de alguna deidad pagana relacionada con la protección de la visión. 

En cuanto a restos prehistóricos en el entorno del santuario, sabemos por las publicaciones de los estudios realizados que se han hallado diversos tipos de restos arqueológicos, todos correspondientes a la Edad del Bronce (desde el año 3.800 a.C. al 1.200 a.C.), relacionables con la instalación de asentamientos temporales protagonizados por grupos de pastores nómadas. La presencia de alineamientos de piedras, el hallazgo de pequeñas hachas votivas de bronce, fragmentos de cerámica y algunos grabados inscritos en grandes rocas que muestran petroglifos cupuliformes, canaliformes y cruciformes, al parecer, dispuestos con orientación geográfica y astronómica específica. Esto parece indicar la existencia de ciertos rituales y cultos religiosos antiguos y, por tanto, la sacralización de ese lugar, en cierta época de la prehistoria, hoy hace entre 3800 y 3100 años.
Pero ninguno de los diversos informes arqueológicos consultados por el autor, citan la presencia de ejemplares de fósiles numulites o de otra clase macroforaminíferos fósiles, en ninguno de los puntos clave por ellos estudiados. Consultados los diferentes autores, sobre este asunto particular, ninguno ha contestado.

Suponemos que tal vez, la información contenida en el antes citado párrafo escrito por los galenos Camps & Camps, no sea el resultado de una observación directa sobre el terreno, realizada de los autores de la publicación, sino que tomaron prestadas, suponiendo como ciertas las afirmaciones sustentadas por J. Amades (1951), en relación a una veintena de ermitas y capillas catalanas dedicadas a santa Lucía. Sin haber tomado la precaución de haber hecho una comprobación personal "in situ" para confirmar la presencia real y la abundancia de los "fósiles numolíticos", de los que decía J. Amades que abundaban en el entorno de las mencionadas ermitas o capillas catalanas dedicadas a santa Lucía. 
Curiosamente, en el artículo de Camps & Camps, en el texto no se menciona a J. Amades como una de las fuentes informativas consultadas, ni hay ninguna referencias bibliográficas al final del citado artículo, con las fuentes consultadas más relevantes, sólo aparece una serie de Notas aclaratorias que tampoco citan a J. Amades, quien en mi modesta intuición, debió ser el autor inspirador del error galénico.


Fuentes

- Amades Gelats, Joan (1951). Piedras de virtud. Revista de Dialectología y Tradiciones Populares. VII, 1. Madrid.
- Amades Gelats, Joan (1980). Costums i creences. Folklore de Catalunya III. Editorial Selecta-Catalonia, Biblioteca Perenne, 24. 
- Amades Gelats, Joan (1983). Anar a buscar ulls de Santa Llúcia a Bellulla . Costumari Català. Vol. 3. Salvat Edit. Barcelona.
- Amades Gelats, Joan (1983). Aplec de Santa Llúcia de Trenteres. Costumari Català. Vol. 5. Salvat Edit. Barcelona.
- Anónimo (1926). Activitats relacionades amb la Cel·lebració del XIV Congrès Geològic Internacional. Butlletí de Centre Excursionista de Catalunya. Num. 377. Octubre, 1926: https://ddd.uab.cat/pub/butcenexccat/butcenexccat_a1926m10v36n377.pdf
- Anónimo (1933). Geologia de la Comarca d'Olot. L’Autonomista, Suplement Literari. Imp. P. Torres. 1/10/1933
- Alcover, A.M. & Moll, F.B. (1962). Santa Llúcia en la cultura popular. Diccionari català-valencià-balear. 10 vols., Palma de Mallorca, Ed. Moll.
(segons el Diccionari català-valencià-balear, d’A.M. Alcover i F.B. Moll)
- Anónimo (1979). El Aplec de Canovelles. La Comarca al Dia, 31/3/1979
- Camps Surroca, Manuel & Camps Clemente, Manuel (2002). Origen prehistòric d’alguns santuaris invocats en les malalties de la vista. Butlletí Mèdic, 34. Col·legi Oficial de Metges de Lleida
- Canyelles Tharrats, Ramon I. (2003). Monestir de Refet, capítol I. Revista la Palanca, 252. Març . Artesa de Segre.
- Montserrat Canyameres (1992). El Vallès (Vigor i bellesa). Ferran Canyameres. Obra Completa. Vol. 5.
- Martínez, Míriam (2019). L’ermità de Santa Llúcia de Taradell. Taradell, 12/12/2019
- Roqué Jutglà, Robert (2014). Aplec de Santa Llúcia de Trenteres de Santa Pau. Diari de Girona, 12/12/2014

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