por Heraclio ASTUDILLO POMBO. Universitat de Lleida
Fósiles ibéricos relacionados, por la tradición popular española, con diversos santos y santas (7)
Fósiles relacionados con santa Lucía de Siracusa, en Cataluña (Segunda parte)
Los "ojos de santa Lucía" y el culto popular a la virgen mártir siracusana, en Cataluña
En diversos trabajos publicados entre 1948 y 1956, algunos de los cuales fueron reeditados tras su muerte, el folclorista catalán Joan Amades, cita y describe una clase particular de piedrecillas "virtuosas". Dice que tienen contornos, más o menos, redondeados y en unas ocasiones dice que eran algo abultadas mientras que en otras dice que eran bastante aplanadas, pero con un ligero abultamiento en la parte central,
También dice de estas piedrecillas extraordinarias que, en varios lugares de Cataluña, eran llamadas popularmente "ulls de santa Llúcia", es decir, "ojos de Santa Lucía", debido a su aspecto vagamente ocular.
Además, J. Amades dice que estas piedrecitas, son un tipo de fósiles, e incluso, en algunas ocasiones llega a decir que se trata de fósiles "numulites", [un género particular de macroforaminíferos del fondo marino], mientras que en otras dice que se trata de "fósiles numolítidos" [una familia de macroforaminíferos marinos bentónicos que incluye varios géneros, entre otros el de los Nummulites].
La diferencia entre ambas denominaciones es sustancial y no deberían ser usadas como términos sinónimos o denominaciones intercambiables. Desconocemos si Amades era consciente de la importancia taxonómica de la diferencia terminológica o si el uso del término genérico "numolítico" era intencionado, por ser más inclusivo que el término numulites, mucho más restrictivo.
El músico Joan Tomàs (izda.) y el folclorista Joan Amades (dcha.), en el verano de 1928, mientras iban recopilando canciones populares de informantes residentes en localidades rurales del Alt Empordà (Girona). Durante el recorrido de uno de los itinerarios de la Misión nº 36, para la redacción de la Obra del Cancionero Popular Catalán. Foto: Fondo Joan Tomàs i Parès.
Imagen: enderrock
En varias ocasiones, en las que Amades hace una descripción detallada de las características morfológicas de ese tipo de fósiles, su descripción resulta chocante y contradictoria. Esto fue lo que nos indujo a pensar que Amades no estaba describiendo el aspecto de ejemplares típicos de verdaderos numulites (Nummulites), sino de alguna otra clase de foraminíferos fósiles gigantes. La descripción de Amades podría corresponder a ejemplares de otros géneros de macroforaminíferos gigantes, tales como Assilina, Discocyclina o incluso Orbitolina.
La manifiesta discrepancia entre el nombre culto "numulites", asignado por J. Amades, y las características morfológicas del fósil, descritas por este autor, nos hicieron pensar, ya hace algunos años, cuando por primera vez, leímos sus descripciones morfológicas de estos fósiles, que debía de tratarse de un error de identificación. Posiblemente causado por que sus conocimientos paleontológicos, tal vez eran muy elementales, o por que consciente de la limitación de sus conocimientos, tuvo que recurrir a asesores cercanos, supuestamente más expertos. Pero a la vista de los resultados publicados, parece ser que tales asesores tampoco disponían de los conocimientos paleontológicos necesarios en el tema de los macroforaminíferos, hasta el punto de llegar a confundir un género por otro...
Aspecto del interior del caparazón fósil de un numulite, visto con bastante aumento (x 8) en la sección ecuatorial. La disolución parcial del relleno hace muy visible el conjunto del sistema de tabiques y cámaras internos, dispuestos en forma de una densa espiral. Esta compleja estructura concéntrica, antiguamente, indujo la creencia popular de que se trataba de una piedra prodigiosa, pues mostraba la representación de un ojo, con su iris ocular o "niña" en el centro.
Santuarios santalucianos catalanes y rituales numulíticos populares
En sendas publicaciones de 1951 y de 1969, Joan Amades dio un listado 20 de santuarios catalanes relacionados con ciertas prácticas supersticiosas, típicas de la religiosidad popular, orientadas a la protección de la vista. La mayoría de ellos eran ermitas que estaban consagradas, en exclusiva, al culto de santa Lucía de Siracusa, y algunas pocas dedicadas al culto y patronazgo de otra advocación, pero que disponían de un altar o de una capilla consagradas a la veneración de santa Lucía.
También dice Joan Amades que cerca de todos los santuarios enumerados, había lugares en los que abundaban los "fósiles numulítidos", llamados popularmente "ulls de santa Llúcia", es decir, "ojos de Santa Lucía".
Fue una costumbre popular tradicional recolectar tales fósiles, con finalidades protectoras de la vista. Solía practicarse el día de la romería, organizada con motivo de la festividad de la santa (13 de diciembre) y en algún otro caso, el lunes de Pascua Granada (Canovelles) que en correspondencia con la celebración de la Cuaresma y su establecimiento según el antiguo calendario lunar hebreo, podía celebrarse unos años en el mes de mayo y otros en el mes de junio.
J. Amades también aventura la hipótesis de que la ubicación de estos santuarios dedicados al culto de santa Lucía, así como la práctica del culto a esta santa cristiana y la costumbre de recolectar este tipo de fósiles, serían residuos cultuales sustitutivos de otros muy anteriores, de origen pagano. De manera que santa Lucía, su moderna patrona cristiana, habría sustituido a alguna antigua divinidad pagana, también relacionada con la protección y la recuperación de la salud ocular.
Grabado en madera representando a santa Lucía de Siracusa, con uno de sus atributos iconográficos más característicos, una copa con un par de ojos humanos en su interior, en alusión al relato legendario de su martirio.
Los santuarios santalucianos listados por Joan Amades son los siguientes:
1- Capilla de Santa Llúcia, en la ermita de la Mare de Déu de Bellulla, en Canovelles, Vallès Oriental (Barcelona).
2- Ermita de Santa Llúcia de Tonyà, en Garrigàs, Alt Empordà (Girona).
3- Ermita de Santa Llúcia de Puigmal, en Sant Joan de les Abadesses, Ripollès (Girona).
4- Ermita de Santa Llúcia d’Abella, en Vilallonga de Ter, Ripollès (Girona).
5- Ermita de Santa Llúcia de Cortàs, en Éller [Bellver de Cerdanya], Cerdanya (Lleida).
6- Ermita de Santa Llúcia, en La Pera, Baix Empordà (Girona).
7- Ermita de Santa Llúcia, en les Piles, Conca de Barberà (Tarragona)
8- Ermita de Santa Llúcia, en Sant Aniol de Finestres, Garrotxa (Girona)
9- Ermita de Santa Llúcia de l'Illa [Ille sur Têt, de Perpinyà], Occitània, França.
10- Ermita de Santa Llúcia de Navés, prop de Solsona, Solsonès (Lleida)
11- Ermita de Santa Llúcia de Paüls de Montrós [Montrós], en Torre de Cabdella, Pallars Jussà, (Lleida)
12- Capilla de Santa Llúcia de Rafet [en el santuario de Santa María de Refet] La Noguera (Lleida)
13- Capilla de Santa Llúcia de [Beuda] en la ermita de Sant Salvador, en Segaró, Alta Garrotxa (Girona)
14- Ermita de Santa Llúcia de Sarrià [de Ter], Gironès (Girona)
15- Ermita de Santa Llúcia de Dalt, en Sant Martí de Sobremunt, Osona (Barcelona)
16- Ermita de Santa Llúcia de Baix, en Taradell, Osona (Barcelona)
17- Ermita de Santa Llúcia de Trianteres [Trenteres o Treinteres], en Santa Pau, Garrotxa (Girona). Este caso fue tratado en este blog, en la entrada del pasado 10 de abril
18- Capilla de Santa Llúcia en la ermita de Sant Llop, en Torrent, Baix Empordà (Girona)
19- Ermita de Santa Llúcia de la Jonquera, Alt Empordà (Girona)
20- Ermita de Santa Llúcia de Arbós de la Ganga, en Santa María del Camp, Baix Empordà (Girona).
Creencias y tradiciones populares antiguas
Antiguamente, las gentes sencillas, humildes, muy religiosas y crédulas, basándose en la pervivencia de la vieja teoría de las signaturas o de las señales divinas, creían que aquellas raras piedrecitas (en realidad caparazones fósiles de macroforaminíferos) de aspecto tan extraño como característico, tenían que tener alguna relación benefactora con los ojos, pues se asemejaban vagamente por lo que se creía que eran una representación natural prodigiosa de un ojo humano. También creían que sólo se formaban en el terreno situados alrededor de los santuarios consagrados a santa Lucía, protectora de la vista y de la salud ocular, cuyos ojos, según la leyenda piadosa le habían sido arrancados durante el martirio por sus verdugos paganos.
Además, se creía que tal clase de "piedras señaladas" con una forma ocular característica, durante aquellos días del año en los que se festejaba a la imagen de santa Lucía, patrona del santuario, poseían mucha más potencia curativa o virtud preventiva que en cualquier otro día del año. Tal creencia popular, tan ingenua como infundada, era la causa que motivaba una mayor afluencia de devotos supersticiosos, en esos días festivos, puesto que no solo acudían para solicitar a la santa su milagrosa intervención, o para agradecerle su ayuda milagrosa, sino que muchos de aquellos romeros acudían interesados en la búsqueda y recolección de aquellas "piedrecitas prodigiosas" (fósiles) que creían que solamente se formaban en aquel lugar, en el que se podían encontrar en abundancia, para un posterior uso propio o como regalo a familiares o amigos necesitados de salud ocular y que no habían podido desplazarse al santuario.
En siglos pasados, esta clase de piedrecitas (fósiles), asociadas a santa Lucía de Siracusa, por efecto de la ignorancia, la credulidad y la precariedad de las condiciones de vida de la clase popular, se constituyeron en apreciados objetos médico-mágico-milagrosos, relacionadas con determinadas prácticas populares, de tipo medicinal-supersticioso. Tales creencias y usos podría haber sido inspirados por influencia de su aspecto vagamente oftálmico o/y por su ubicación en un espacio natural consagrado a santa Lucía, protectora de la visión. Un personaje legendario, residente celestial, protector de los ojos y de su capacidad de visión, pero también de la luz del sol, recuérdese que su fiesta se celebraba antiguamente muy próxima al día del solsticio de invierno y se la relacionaba con el progresivo aumento de la duración de las horas de luz del día.
Es posible que la falta de recursos económicos y otras dificultades como la lejanía o las malas comunicaciones que dificultaban o impedían ser atendidos por un médico convencional, favoreciesen la conservación o aparición de ciertas creencias ancestrales supersticiosas, vinculadas con el uso médico-mágico-religiosos de tales piedrecillas.
Estampa popular catalana, de notable calidad, posiblemente del siglo XIX, representando a santa Lucía de Siracusa, "la santa con cuatro ojos", mostrando los atributos que le son propios: la palma del martirio y la bandejita con un par de ojos.
Imagen: Dulia
Este tipo de piedrecitas (fósiles) fueron portadas como amuletos protectores de la salud ocular, con finalidades preventivas, o usadas como remedio medicinal, con finalidades curativas, para diversas afecciones oculares. Su posesión estaba dirigidas a proteger, recuperar o mejorar la visión deteriorada o curar las lesiones accidentales de los ojos lacerados. Tales prácticas populares, asociadas a la devoción a santa Lucía, relacionaban la medicina popular ancestral, de tipo mágico-prodigioso, con la religiosidad popular tradicional de tipo milagroso, pues ya no era un genio pagano quien ayudaba a curar, sino una santa cristiana.
Los diversos usos medicinales populares que se aplicaron a los "ojos de santa Lucía" procedentes de cualquier lugar de Cataluña consagrado a su culto, fueron los mismos o muy similares a los ya mencionados en el caso de las "piedrecitas de santa Lucía" de Trenteres, en Santa Pau (Gerona), ya que tales prácticas y creencias supersticiosas, antiguas, con el paso de los siglos se difundieron a muchos otros lugares de Catalunya.
Se aplica el método científico en la búsqueda de indicios de certeza, credibilidad y de exactitud o veracidad de la recopilación etnográfica de Amades relacionadas con loas "fósiles numulítidos"
Se ha intentado contrastar el grado de fiabilidad paleontológica de algunas de las afirmaciones relacionadas con las tradiciones etnopaleontológicas de los santuarios santalucianos de Cataluña, publicadas por Joan Amades. Fundamentalmente, se realizó una búsqueda sistemática de documentación alternativa, en Internet, en la que hubiera quejado constancia escrita de la existencia de prácticas y usos populares, iguales, semejantes, equivalente o distintos a los citados por J. Amades.
En primer lugar, se intentó confirmar la existencia de antecedentes para las afirmaciones publicadas por J. Amades, buscando si afirmaciones coincidentes habían aparecido en otras fuentes informativas, alternativas a Amades, con anterioridad o simultáneamente. Se quería comprobar si aquello que afirmaba J. Amades, había sido sostenido y publicado por otros autores, anteriores o contemporáneos suyos, cuyos escritos hubieran podido ser sus fuentes informativas, documentales.
Cubierta del fascículo nº 137 del Costumari Català, de Joan Amades, con el total del conjunto, se constituía la obra completa de cinco volúmenes, publicada por Ed. Salvat de Barcelona.
Imagen: Todo colección
Desgraciadamente, no se ha podido encontrar ninguna información relacionada con la interpretación fabulosa, la recogida devocional ni con la aplicación medicinal de los supuestos fósiles numulites o "fósiles numulitidos", en la absoluta mayoría de las diversas localidades listadas por J. Amades. Solo se han encontrado unas pocas citas, relativas a unas pocas localidades y todas son posteriores a las publicadas por Amades. Limitándose sus autores a repetir lo ya dicho, años antes, por el folclorista J. Amades, sin aportar nada nuevo, pues se trata de meras repeticiones.
En beneficio de J. Amades, queremos suponer que debieron existir algunos otros autores que publicaron documentos tratando sobre el mismo asunto etnopaleontológico, tal vez en el siglo XVIII, el s. XIX y/o principios del s. XX. Es posible que estos documentos no localizados y que podrían haber sido consultados por J. Amades, en su época, y que no han podido ser hallados por nosotros, quizás no resultan localizables en Internet ni son accesibles "en línea" por que aún no han sido digitalizados ni "subidos" a Internet.
En segundo lugar, se intentó conocer la realidad geológica de aquellos lugares del territorio catalán en los que se ubican los diferentes santuarios del listado de J. Amades, situándolos sobre un mapa geológico de Cataluña, para confrontar si lo que había dicho J. Amades, sobre la presencia de "fósiles numulítidos", en la veintena de santuarios del listado es realmente posible. Mediante la ayuda intermediaria de un mapa geográfico regional se fueron situando las diversas localidades citadas en el listado de Amades, sobre un mapa geológico de Cataluña, pudiendo conocer la naturaleza petrológica y edad geocronológica del terreno de aquel lugar. De esta manera se pudo evaluar su potencial como yacimiento paleontológico primario y su grado de compatibilidad con las condiciones petrológicas y faunísticas correspondientes al Eoceno marino. Con la finalidad de conocer si el terreno sobre el que se asentaba cada uno de los 20 diferentes santuarios podía contener, o no, alguna clase de "fósiles numulítidos" o de cualquiera otra clase, cuyo aspecto pudiera ser compatible con la forma numular o globular típica de los nummulitidos. Esto nos permitiría confirmar o descartar si tales, terrenos podía ser potencialmente productores de fósiles numulares o globulares, y que por lo tanto fuera realmente posible encontrar fósiles nummulitidos, y en consecuencia, poder practicar aquellas recolectas paleontológicas piadosas que J. Amades afirmaba explícitamente o sugería que sucedían en el día de la romería al correspondiente santuario santaluciano.
Desafortunadamente para la credibilidad y rigurosidad de J. Amades, el resultado de estas pesquisas geológicas, fue mayoritariamente negativo, en una primera instancia, pues la mayoría de los lugares de asentamiento de los santuarios santalucianos, listados por Amades, no se corresponden con terrenos del Eoceno marino. Los malos resultados obtenidos, no hicieron más que confirmar nuestras sospechas previas, sobre la dudosa fiabilidad científica y paleontológica del listado aportado por Amades. Pero hay que tener en cuenta que las condiciones ambientales en las que tuvo que desarrollar su trabajo el folclorista catalán J. Amades, durante su etapa de investigador del folclore catalán, no eran nada favorables a la precisión y el rigor, al tener que cubrir sus investigaciones personales un territorio regional tan extenso, una temática tan amplia y no disponer de un sistema de información y de unos medios de comunicación tan eficaces y versátiles como son los actuales.
Continuará
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