domingo, mayo 17

El registro fósil, recogido y explicado por la literatura popular (14)

por Heraclio ASTUDILLO-POMBO. Universitat de Lleida


Leyenda de "el monstruo de la Ribera del río Ruecas", en Cañamero, Cáceres (Extremadura) (Segunda parte)



Introducción  


En la entrada anterior, dedicada a este mismo tema y lugar, publicada el pasado 22 de febrero, se presentó el contexto paisagístico y el lugar en el que se desarrolla la leyenda popular de "el monstruo de la Ribera del río Ruecas", así como
 la versión tradicional de tal leyenda que fue recogida por escrito y publicada, en primer lugar. Tal cosa fue realizada por Enri Breuil, en 1916. Hoy se presentará una segunda versión tradicional de la misma leyenda popular que, en este caso, fue recogida por escrito, en segundo lugar, por el geólogo cañamerano Juan Gil Montes de sus paisanos y que me comunicó privadamente en 2008. También, se presenta un cuento fantástico sobre el mismo tema que pretende ser leyenda sin conseguirlo, publicado en 2017. Curiosamente, ambos relatos mencionados, la leyenda y el cuento, aparecieron publicados en el mismo medio, aunque con 8 años de diferencia.




La versión tradicional de la leyenda popular recogida a mediados del siglo XX


Una segunda versión popular de la misma leyenda, es la comunicada por el amigo "Jugimo", el geólogo cañamerano Juan Gil Montes, que la recogió de boca de sus convecinos, en tiempos de su infancia, en la década de 1950, y que posteriormente, a pesar de permanecer inédita, tuvo la enorme generosidad de transmitírmela privadamente, en el año 2008, para quepudiera incorporarla a mis estudios de folclore paleontológico español


"Había un monstruo o "dragón", decían otros, con cara de gato y cuerpo en forma de lagarto que vivía en la presa del molino [del Charco de la Nutria]. El molinero le daba de comer harina y peces, pero un buen día de grandes lluvias la presa se reventó y el molino dejó de funcionar [por falta de agua]; el monstruo no teniendo entonces qué comer, salió de su guarida y se zampó al molinero [por lo] que este desapareció. Después, el monstruo se fue, dejando en su huida un rastro alargado en las rocas del cauce cercanas al molino." 



Aspecto de la llamada "Charco de la Nutria", un remanso del río Ruecas, muy cercano al antiguo molino de la leyenda, hoy completamente arruinado. Los grandes pedruscos atravesados en el cauce, fueron colocados para poder cruzar de un lado al otro.
Imagen: Rutas por el Guadiana - APRODERVI  41



Aquello que aclara la Paleontología


Me escribía Juan Gil Montes, en un mensaje de correo electrónico de fecha 26-04-2009, lo siguiente:
"Desde mi juventud, cuando ya estudiaba Ciencias Geológicas en la Universidad Complutense de Madrid, quise y pude comprobar que los rastros dejados por el "monstruo" de la Ribera del Ruecas, no eran más que simples huellas de trilobites (crucianas) sobre las cuarcitas armoricanas situadas en el cauce del viejo molino. 
Me imagino que el molinero desapareciera arrastrado por las aguas de la gran avenida que se llevó también la presa  y el molino, y que el famoso "dragón o monstruo" con cara de gato fuera una inocente Nutria, cuyo nombre ha quedado para siempre impreso en el topónimo de uno de los lugares más bellos de esta Ribera del Ruecas"

Las formas serpentiformes que aparecen en relieve sobre la superficie de algunos tipos de rocas metamórficas, denominadas por los geólogos "crucianas" o "cruzianas",  en realidad, son un tipo de icnofósiles originados por el desplazamiento del animal. Tienen el aspecto de un par de cordones petrificados muy juntos, pero ligeramente separados por un estrecho surco central, más o menos ondulantes, pueden formar relieves alargados y rectilíneos o cortos y muy curvilíneos, pueden aparecer formando conjuntos de pocos ejemplares muy espaciados o conjuntos de muchos ejemplares y muy apretados


Aspecto de la superficie de una roca cuarcítica, ordovícica, mostrando un conjunto de crucianas poco retorcidas y poco compactas. Ejemplar procedente de la zona de la Sierra de Francia, esta losa es utilizada en la decoración de una fachada de Monsagro (Salamanca) con fines folclórico-ornamentales.
Imagen: Rutas por España


En realidad este tipo de relieves tan sorprendentes en la superficie de una roca dura, son los "contramoldes" de los primitivos surcos originales, marcados en el sedimento blando del fondo marino, por el desplazamiento del cuerpo y las patas de un tipo de fósiles denominados trilobites, un tipo de artrópodos marinos paleozóicos.

Estas crucianas legendarias de Cañamero, como todas las de esta zona, pertenecen al periodo Ordovícico, integrante del Paleozóico, y tienen una antigüedad de 450 millones de años. 


Imagen ilustrativa de cómo un único tipo de organismo puede formar varios icnofósiles distintos. En este caso, un trilobite formaría las huellas llamadas Rusophycus al descansar semienterrado en el sustrato blando del fondo marino, formaría  Crucianas al desplazarse excavando el sustrato blando en busca de su alimento y formaría Diplichnites al desplazarse sobre la superficie del sustrato blando del fondo marino.
Imagen: Wikipedia 



Aquello que puede aportar la Zoología...


Recuérdese que el molino de la leyenda se hallaba muy cerca de un lugar llamado "Charco de la Nutria". El topónimo nos indica que las nutrias eran animales habituales en aquel lugar y que habían sido avistadas en aquel punto del cauce del río Ruecas. La nutria es un animal de cabeza masiva y orejas pequeñas, cuerpo alargado y cola ancha y larga, con patas cortas y un pelaje denso. 



Familia numerosa de nutrias, los dos progenitores están acompañados de cinco cachorros, bastante jóvenes. Desplazándose en forma de fila india compacta, entre la espesa vegetación ribereña, podría dar origen a la visión de una forma con aspecto semejante al de una gran serpiente de varios metros de longitud
ImagenThe Global Otter Conservation Strategy (UINC)


Posiblemente, el "monstruo" que percibieron, fugazmente y con poca luz, algunos paisanos de mi amigo "jugimo", hace más de un siglo o dos, simplemente, fuera una familia de nutrias, constituida por cuatro o cinco ejemplares desplazándose en formación compacta, entre la espesa vegetación arbustiva que cubría la ribera fluvial, cerca del molino legendario. Pues el aspecto visual del conjunto familiar  en"fila india", en armónico y disciplinado movimiento, con los dos progenitores en cabeza y los tres o cuatro individuos juveniles siguiéndoles, "pisándoles los talones", sería el de una forma alargada, aparentemente continua, reptando de forma semejante a la de una serpiente monstruosa que se arrastrara ágilmente, entre la vegetación ribereña del río Ruecas. Es posible que, en otras ocasiones, la fugaz visión del testimonio ocasional acabara con la escena de aquella forma serpentiforme lanzándose y sumergiéndose en la corriente de agua. 

Si a la visión fugaz, antes mencionada, se le añade mala iluminación, un poco o mucho de fantasía, algo de cortedad visual, no corregida con lentes apropiadas, la creencia en culebrones o serpientes gigantes y/o algo de alcohol, entonces lo percibido fugazmente y con poca claridad, puede necesitar y quedar adornado con los detalles fantasiosos necesarios para que un hecho ordinario pueda convertirse en un suceso extraordinario, visibilizando mentalmente el cuerpo de una serpiente gigantesca, el de un enorme lagarto o el de un dragón,  con "la cara de gato", que aseguraban haber visto en el legendario monstruo anfibio cañamerano.


Aquello que puede aportar la leyendistica


Multitud de cuentos, leyendas y creencias extremeñas están protagonizadas por serpientes y lagartos míticos con capacidades extraordinarias. Algunas leyendas antiguas relacionas a esas serpientes extraordinarias con la protección de tesoros fabulosos, ocultos bajo tierra, en lugares relacionados con fuentes y cuevas. Este tipo de creencias y leyendas son residuos culturales de origen céltico, seguramente aportadas en el bagaje cultural de los grupos  armados germánicos, los suevos y los vándalos, que durante la descomposición del Imperio romano de occidente, fueron invadiendo la Península, tras atravesar la cordillera de los Pirineos  y se asentaron en las zonas más noroccidentales de Hispania. Tales invasores y colonizadores culturales fueron los precursores de las sucesivas invasiones de los visigodos arrianos que llegaron expulsados de las Galias por los francos católicos y que ocuparían la zona central peninsular. 

Astures, vascos y cántabros se mantuvieron al margen de la colonización "bárbara", pero los primeros y los últimos, ya disponían de una cultura de fuerte influencia céltica.
En Extremadura, tierra repoblada por astures y leoneses después de la Reconquista del territorio a los ocupantes maometanos, las leyendas populares protagonizadas por dragones serpentiformes y serpientes extraordinarias, estuvieron muy arraigadas y generalizadas entre las gentes de esta tierra.

En otras leyendas, el monstruo de hábitat fluvial o ribereño no es más que una metáfora mítica o "alter ego" fabuloso, del comportamiento destructivo y aparentemente caprichoso del propio curso real de agua, que con su conducta impredecible, aleatoria y casi incontrolable, resulta violenta a veces y destructora y mortífera  en ocasiones. Pero que para compensar estos raros comportamientos, habitualmente concede a los humanos el beneficio de la fertilidad del riego, el aprovisionamiento de agua de boca y el don de su fuerza motriz para impulsar sus actividades industriosas.



La última versión de la vieja leyenda, de principios del siglo XXI 



Hemos recogido, también una brevísima narración de creación muy reciente que parece pretender ser un intento de versión "postmoderna" de la vieja leyenda del monstruo del Ruecas.
La primera noticia sobre la existencia de una "leyenda" moderna, extremadamente breve, se obtuvo del contenido de un artículo titulado "Molinos, batanes y martinetes" [de Cañamero], firmado por Máximo Ruiz Trinidad, aparecido en el nº 1 de la Revista de Cañamero, publicada en 2018 por Ayuntamiento de la localidad cacereña, mientras buscaba nueva documentación sobre el viejo asunto. 


El etnotexto dice:

"Caso especial merecen los restos [molineros] que aparecen junto al Charco de la Nutria, en los que se aprecia el recorrido del cauce excavado en las rocas. Diversas versiones cuentan la leyenda del molinero que fue devorado por una nutria." (p. 174)
Buscando aquella sorprendente versión desconocida de la antigua leyenda popular que se anunciaba en la publicación antes mencionada, fui rastreando Internet hasta dar con la susodicha "leyenda de la nutria devoradora del molinero de Cañamero". 
Aparecía en una página web titulada Historias de Cañamero y subtitulada Foro Activo con fecha del 2 de enero del año 2017.
También aparecía con idéntico texto entre las publicaciones del Facebook, de un autor colectivo llamado "Foro activo" y subtitulado "Historias de Cañamero y Comarca de las Villuercas", apareciendo el texto completo en una publicación del 4 de enero de 2017. 

La lectura del contenido del moderno relato, supuestamente legendario, me decepcionó profundamente, pues esperaba encontrar una versión literaturizada de la vieja leyenda popular cañamerana. Pues se pudo comprobar que la moderna narración no es una versión literaria de la antigua, está completamente desprovista de los aspectos tradicionales fabulosos y de sus componentes maravillosos, aquellos que son piezas y rasgos típicos de toda narración legendaria. No aparecía mención de ningún monstruo mítico, ni rastro de serpiente o de dragón fabuloso fluvial, tampoco aparecía mención alguna de las marcas testimoniales dejadas en su huida hacia el cauce fluvial sobre las rocas del margen  (crucianas), unos elementos legendarios fundamentales sobre los que están construidas las narrativas en las dos viejas versiones tradicionales. 

El relato reciente carece de cualquier referencias a ciertos elementos reales, misteriosos y  característicos del entorno del molino, hoy desaparecido, en los que apoyarse como recurso testimonial de veracidad de la narración y de historicidad de los hechos narrados, como sucede en los dos relatos tradicionales. 
En nuestra modesta opinión literaria, la narración moderna se corresponde más con el moderno género literario fantástico, típico del cuento de terror, pero en ningún caso al género semifantástico de tipo legendario, tradicional. 
Parece ser que como la sociedad moderna, con el paso del tiempo, la escolarización y el fácil acceso a la información científica, se ha vuelto tan descreída como bien informada. Ahora ya todos l@s cañameran@s saben que las viejas marcas legendarias dejadas por el monstruo,  aún visibles en las rocas del margen y el cauce del río Ruecas, han sido descifradas por la ciencia, ya ha desaparecido su antiguo misterio y con él la desaparecido la necesidad de la existencia de un monstruo reptiliano, espantoso y sanguinario. Quizás por esto el relato actual no tienen pretensiones explicativas, como los relatos legendarios de antaño, sino simplemente recreativas. En todo caso, su contenido no cumple los mínimos estándares de la leyenda popular tradicional.
El contenido del texto recogido, es idéntico en ambos casos, siendo únicamente diferentes la introducción de cada una de las publicaciones: "No fue exactamente así pero la hemos adornado un poquito" (web: 02-01-2017)/ "Aunque la decoramos con un poquito de historia" (FB: 04-01-2017).

La leyenda del charco de la nutria.

"Érase una vez un matrimonio que vivía en el molino de la nutria, en verano tenían un frondoso huerto en la vega del río, pero su principal fuente de ingresos era el molino, donde acudían los campesinos para moler el grano. Los inviernos eran muy duros y fríos, por lo que en esta estación se trasladaban a vivir en el pueblo. En un gran charco de aguas cristalinas no muy alejado del molino vivía una nutria que reinaba en esta parte del río; esta nutria creció de una manera descomunal, los molineros rara vez la vieron, es un animal muy esquivo y tampoco sabían el porqué de ese crecimiento.
Un día del duro invierno van a pasar la noche en el molino, pues estaban de reparación de algunas cosillas del molino y decidieron quedarse allí. Esa noche fueron atacados por la enorme nutria y esta les devoró. El pueblo estuvo investigando el suceso sin quedar claro el porqué de este ataque, aunque los restos encontrados en la cueva de Álvarez, donde se había realizado una hoguera y junto a esta había desperdicios de una cría de nutria, dieron a pensar que la monstruosa nutria les atacó en venganza creyendo que la pareja fue la culpable de la captura de sus crías."


Fuentes


-Anónimo (2012). Por la ribera del Río Ruecas alto (Cañamero, Cáceres). Rutas por el Guadiana - APRODERVI  41

Anónimo (2014). Desfiladero del Ruecas. Cañamero. Geoparque Villuercas-Ibores-Jara. Extremadura
- Breuil, Henri  (1918). Algunas leyendas y creencias españolas relacionadas con serpientes y lagartosBoletín de la Real Sociedad Española de Historia NaturalTomo XVIII. Enero, 1918  p. 65     
- Cano Cruz. Benjamín (2010). Los molinos harineros del río Ruecas. Historia y literatura en la Comarca de Las Villuercas: investigación y didáctica. Ayuntamiento de Logrosán. Logrosán, 
- Gil Montes, Juan (2008). Comunicación personal, en "Fósiles con tradición", en   Celtiberia, el 10 de enero de 2008 
- Gil Montes, Juan (2009). Comunicación personal vía e-mail del 26-04-2009 
- Gil Montes, Juan ( 2009). El monstruo del Ruecas. Historias de Cañamero. 19-09-2009
- Gil Montes, Juan (2012). Características geológicas del Geoparque de Las VilluercasGeoparque mundial UNESCO Villuercas Ibores y Jara
Ruíz Trinidad, Máximo (2018). Molinos, batanes y martinetes  Revista de Cañamero nº 1. Ayuntamiento de Cañamero.
GEOLOGIA Y MORFOLOGIA DE LAS SIERRAS DE LAS VILLUERCAS (CÁCERES)
POR VICENTE SOS BAYNAT. ESTUDIOS GEOGRAFICOS AñO XVI· NUM. 61
Laboratorio de Geología y Minería. Matadero ProvinciaL Mérida, Badajoz), julio de 1953.
Noviembre, 1955.
- Urbina, Miguel (2012). Piscinas Naturales en Cañamero. Baños en el Geoparque Villuercas Ibores Jara. Rutas por Extremadura


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